jueves, 27 de febrero de 2014

Cárdenas olvidó su San Juan de Dios (I)

El historiador Ernesto Álvarez Blanco nos ofrece una serie de trabajos vinculados a la fundación de la ciudad de Cárdenas. Pues del 1 al 8 de marzo se celebrará la edición número 40 de la Semana de la Cultura en dicho municipio, dedicada en esta ocasión al aniversario 186 de la ciudad. Jenny Hernández www.radio26.cu
En la segunda década del siglo XIX muchos vecinos de la comarca redescubren, luego de una terrible tormenta que asoló el territorio, la bahía de Siguagua o Siguapa. En la segunda mitad del siglo XVIII, por ser guarida preferida de piratas y corsarios, se le llamó al lugar Bahía deCárdenas. Desde entonces, varios vecinos comarcanos – entre los que no faltan influyentes hacendados y colonos de origen francés, norteamericano, catalán, etc. – trabajarán para lograr de las autoridades el permiso necesario para lograr la fundación de un poblado y de un embarcadero y muelle, que se comunicara con la ciénaga que rodeaba a este lugar, en los terrenos de la hacienda Cárdenas, que continuaba en manos de Bernardo Carrillo de Albornoz y sus descendientes, con objeto de: “… proporcionar el tráfico de todos los hacendados que se encuentran con fincas valiosas en sus inmediaciones para que transporten a esta plaza (La Habana) los productos que se cosechan sin los excesivos costos que se dejan considerar erogarían por tierra en la distancia como de treinta leguas (…)”. A pesar del retardo – de casi 14 meses – de las autoridades matanceras, que veían con recelo el surgimiento de otro puerto en el tramo de la costa norte comprendido entre Matanzas y Sagua la Grande, demoraban la orden de fundación de un pueblo en la ensenada de Cárdenas, dictada por Claudio Martínez de Pinillos, Conde de Villanueva e Intendente General de la Real Hacienda el 26 de enero de 1827. El 8 de marzo de 1828 se procedió a fundar la referida población, sobre 400 varas de terrenos pertenecientes a la hacienda Cárdenas, los cuales fueron comprados con ese fin por la Real Hacienda a los herederos de Bernardo Carrillo de Albornoz. Durante el acto fundacional, Juan José Aranguren, Administrador de Rentas Reales de Matanzas y máxima autoridad presente, procedió a clavar profundamente una estaca en el centro del actual Parque de Colón y dijo: “Invoco con este motivo el Augusto nombre de nuestro soberano Don Fernando VII, cuyo nombre damos a esta plaza, y como al principiar estas operaciones las ejecutamos en este día de la conmemoración de San Juan de Dios, le nombramos de conformidad por patrono de la nueva población y a su honor se consagrará su templo”. Con esta sencilla ceremonia, tras la cual se procedió a dar nombre a las primeras calles, quedaba fundado el poblado de San Juan de Dios de Cárdenas, nombrado de esta manera por haberse establecido, como ya vimos, el día en que la Iglesia Católica celebraba la festividad de San Juan de Dios, nombrado por este motivo patrono del nuevo poblado; y Cárdenas por haberse fundado en terrenos de la hacienda de igual nombre. Los primeros vecinos y autoridades civiles y eclesiásticas del poblado olvidaron, al erigir entre 1844 y 1846 la actual parroquia local, el compromiso contraído con el Administrador de Rentas Reales de Matanzas de ponerlo bajo la advocación de San Juan de Dios. Con el tiempo, olvidarían también nombrarlo al referirse a su lugar de residencia, motivo por el cual muy pronto todos simplificaron el nombre de la ciudad al llamarla, en Cuba y el extranjero, simplementeCárdenas. (Escrito por Ernesto Álvarez Blanco, museólogo e investigador)

martes, 25 de febrero de 2014

Un hombre de historia y su paraíso

Por: Aylet Rodríguez González Periodista de Radio Ciudad Bandera. Tomado de http://radiociudadbandera.wordpress.com Fotos: Pedro Santiago García.
La fidelidad, creatividad y dedicación del museólogo e historiador Ernesto Aramís Álvarez Blanco, siempre ofrece oportunidad para la reflexión. Sus investigaciones como es el caso del libro “Felipe III y la Dorada”, son el reflejo de este amante de la historia en todas sus dimensiones, que dedica su preciado tiempo al estudio constante de cada suceso en el tiempo que muestra a sus lectores con una pasión y veracidad sin límites. - ¿Cómo surge la idea de escribir este libro? La idea surge a partir de una obra de arte que se conserva en el museo “Oscar María de Rojas” que es el retrato del Duque de Uceda que fue valido de Felipe III. Desde ese instante me introduzco en el tema, primero para una muestra del mes de la obra de arte, después, llevamos esta investigación al Museo Nacional de Arte de Barcelona. A partir de ahí trabajo en un tema que me apasionó, el de Felipe III, con el objetivo de descubrir, porqué esta obra de arte llegó a Cárdenas y así surge este interés, por el período 1598 y 1691. - Esta obra contiene un extraordinario valor histórico. Coménteme acerca del particular. Bueno en realidad, más que un extraordinario valor histórico, unas palabras que nos dice en el prólogo del libro, que accedió a hacerlo el Vicedecano de la Universidad de Islas Baleares, que es un especialista en el tema de Felipe III, creo que fundamentalmente lo que hace esta obra es descubrir el extraordinario valor histórico, social, económico y político que tiene el período comprendido entre 1598 y 1621, que resulta desconocido en la Historia de Cuba, porque la mayoría de los documentos permanecieron durante muchos años en los archivos españoles y nadie se había ocupado de transcribirlos, de trabajarlos, de investigarlos. Lo expresado en todos los libros era similar, pues argumentaban que era el siglo del contrabando y simplemente lo que se hacía era comerciar con los piratas y corsarios. Sin embargo resultó ser una etapa muy rica de la historia de Cuba donde, no sólo se escribe el hasta ahora conocido y nombrado primer poema cubano: Espejo de paciencia, aunque sabemos, que hay uno anterior que se llama: La Florida, de 1598; sino que también se hacen cosas tan importantes como el primer hospital, el primer reconocimiento geológico de Cuba, la primera sociedad de negros que se constituyó en el país y encontramos la primera salida ilegal del país fechada en 1603. Existen históricos significativos, interesantes y curiosos que forman parte de la identidad del cubano actual, que tienen su origen en este periodo en el que se está formando la nacionalidad, en el que surge el criollo y donde surgen también las características que hoy nos distinguen como habitantes de esta Isla. - ¿Cómo logra adentrarse en el pasado de esta Ínsula? En el caso de este período es muy importante la investigación documental, es decir, no sólo emplear las fuentes bibliográficas, sino ir a los documentos, que al final son los que pueden cambiar o ampliar un período de la Historia de Cuba. Revisé más de 8000 documentos antiguos que se conservan en el Archivo General de Indias de Sevilla y del Archivo Histórico Nacional de Madrid, también las Actas Capitulares del Cabildo de la Habana y algunos documentos del Archivo Nacional de Cuba, pero sobre todo esta documentación que estaba en España nos tomó tres años transcribirlas y traducir los giros del idioma de la época al español moderno. El libro está recién editado por la editorial Libros en red, gracias a Praedium Desarrollos Urbanos S.L., de Barcelona, España, y la Fundación Theo Habana Collections, esperamos salga pronto su versión impresa, pues ha sido un proceso arduo. -¿En qué proceso de investigación se halla inmerso Ernesto Álvarez Blanco en estos momentos? Ahora me preparo para escribir el segundo tomo de Felipe III y la Dorada, que abarcará de 1608 a 1621 que es la fecha de muerte del Rey Felipe III y también la subida al trono de Felipe IV. - ¿Cómo se autodefine? Soy un apasionado de la historia. Siempre empleo una frase de mi primo Juan Padrón, el creador de Elpidio Valdés, que dice “que su paraíso sería la historia”, yo creo que el mío también sería la historia, pues continuamente estoy buscando, indagando, investigando, leyendo; ese es un día cualquiera de Ernesto Álvarez Blanco.

martes, 18 de febrero de 2014

Historia de amor y joyas arquitectónicas de El Vedado, claves para una novela sobre una cardenense.

Por: Maggie Marín Ayarde. tomado de http://www.oncubamagazine.com/cultura/historia-de-amor-y-joyas-arquitectonicas-de-el-vedado-claves-para-una-novela/
Recorrer La Habana junto a la cardenense Catalina Lasa es la propuesta editorial del célebre arquitecto cubano Mario Coyula Cowley, presentada en el marco de la edición veintitrés de la fiesta del libro cubano. Catalina, libro publicada bajo el sello de Ediciones Unión, marca el debut como novelista del Premio Nacional de Arquitectura 2001. Sin embargo la nueva faceta como creador de obras de fición de Coyula fusiona ambos oficios del también Premio Nacional de Patrimonio, 2013. La protagonista del texto no es otra que la patricia criolla Catalina Lasa, a quien su segundo esposo, el hacendado Juan Pedro Baró, construyera una lujosa mansión ubicada en la calle Paseo del Vedado (hoy, Casa de la Amistad). Tras el fallecimiento de Catalina en 1930, éste además encargó la construcción de un magnífico mausoleo Art Decó en la Necrópolis de Colón. Catalina y Juan Pedro fueron protagonista de la escandalosa historia de amor que estremeció la sociedad cubana a principio del siglo XX, cuando aún no existía Ley del Divorcio en Cuba. ¿Por qué ese interés por Catalina? Catalina siempre me interesó mucho, además en casa desde niño oía hablar de ella. Mi abuelo había peleado en la guerra junto al hermano de ella, e hicieron juntos la invasión de Oriente a Occidente. Para mí Catalina Lasa es la Ana Karénina tropical y, te hago una confesión: influyó mucho que era muy linda y tengo debilidad por la belleza. ¿Cuánto hay de ficción en la obra? Muchas de las cosas que describo sucedieron de verdad pero otras no. Mezclo los tiempos y los personajes por eso recomiendo leerla con cuidado hasta que reconozcan o entiendan el truco. ¿Influyó la arquitectura de la casa de Catalina para la documentación y descripciones que realiza? Sí, un capítulo largo es la casa y hay también mucho de la arquitectura de La Habana, sobre todo de El Vedado, donde se encuentra su última residencia y la capilla donde descansan sus restos, que es una joya, una obra maestra del maestro vidriero y joyero francés René Lalique, que era amigo de ella y de Baró. En la novela hay tres personajes centrales, Catalina, el arquitecto que la asedia y Baró, el esposo. Sobre éste último no muestro una visión muy positiva, reflejo un contraste entre él y la familia de Catalina que era pro independencia, su hermano fue Coronel en la guerra; por su parte Baró siempre estuvo muy pendiente de no complicarse la vida en la conflagración y marchó a Paris, lo más lejos posible, para no verse implicado en aquel ámbito que cambiaría el destino del país . Te cuento más, poco a poco el personaje de Catalina cede su espacio y entra con más fuerza el arquitecto, lo cual me permite tratar más los años 40 y 50 que también es una época que no se conoce o se maneja bien en Cuba. Todas esas clases sociales están abordadas muy esquemáticamente en nuestro país. La representación es que todos los mambises eran héroes sin tacha, lo cual no es verdad, pero además en el esbozo aparece que todos los que murieron eran héroes mientras que los que se quedaron vivos y entraron en la política se volvieron unos bandoleros, y tampoco eso es verdad. Mi abuelo fue un ejemplo de eso, estuvo implicado cuarenta años en la política y no robo un centavo, se hizo famoso por eso aunque, en realidad, no era lo corriente. En cierta medida, yo estaba en deuda con ese mundo y con romper el esquema, el mito, de que los adinerados eran unos torpes y no sabían cómo gastarlo. Catalina tuvo una primera edición, ¿dónde y qué otros documentos enriquecen a la impresión cubana? La primera edición de mi novela fue en Sevilla, España, pero me quedé con los derechos porque tenía interés que se publicara en Cuba, como ahora sucedió, y con los derechos para la versión en inglés que todavía no se ha materializado. En esta segunda edición corregí muchos aspectos, le quité información exagerada, añadí fotos originales de la mansión de Paseo 406 que conseguí con una sobrina nieta de Catalina Lasa cuando leí algunas escenas de la versión original del libro en 2011 en Miami.

sábado, 15 de febrero de 2014

María Josefa Cernuda Pedreira: “En la radio me siento más cómoda”

Por: LJC Tomado de www.radiocubana.cu
“Quien aspire a ser locutor debe estudiar. Y debe saber leer bien y tener, en el caso de la radio, una voz radiofónica. Estas son bases fundamentales que deben cultivarse mediante el estudio. El locutor debe, además, estar muy actualizado, saber qué sucede en el mundo. Leer la prensa, ver los noticieros. Debe nutrirse de todas estas cosas”, dice la locutora más longeva de la emisora matancera de Cárdenas, Radio Ciudad Bandera. En esta emisora María Josefa Cernuda Pedreira comenzó, en el año 1968, una carrera que ya sobrepasa las cuatro décadas. Su labor profesional en la radio ha cubierto la locución en espacios tan variados como las discotecas, los noticieros, los programas históricos, de poesía, y los que ella prefiere: los espacios dramatizados. ¿Qué programa radial ha sido más importante en su carrera? Uno infantil con el que llegué a ganar varios premios. Ahí representaba el personaje de la Mariposita Rosa, y hacía monólogos, e interactuaba con ella, además de ponerles voces a otros personajes. Aquí vale resaltar que fue Radio Ciudad Bandera la primera emisora en la Provincia de Matanzas en sacar al aire programas infantiles sin niños. ¿Cómo se formó usted en este oficio? A mí siempre me gustó leer. Cuando comencé en Radio Ciudad Bandera, me impartió locución Roberto Bueno Castán, un locutor ya fallecido, y ganador del premio Micrófono de Cristal y muchos otros. Este hombre, además de ser locutor de primer nivel, era el único locutor colegiado aquí en Cárdenas, pues antiguamente había que pasar un examen para ser parte del colegio de locutores. La razón por la que yo entré a la radio fue porque, en aquellos años, buscaban personas en Radio 26 (la emisora de la capital matancera) para el grupo dramático. Fui y me captaron. En ese entonces no había aún ninguna voz femenina allí. En Radio 26 compartí mucho tiempo con personalidades como Marta Jiménez Oropesa y Armando Soler. Pero viajar desde Matanzas hasta Cárdenas, donde vivo, no era fácil para mí. Por eso no pude continuar. Entonces comencé como locutora en Radio Ciudad Bandera, donde aún no existía un grupo dramático. ¿Qué preparación debe tener quien aspira a ser locutor de radio? Debe siempre tener al inicio una persona de más experiencias que lo ayude a entrenar las habilidades que te permitan leer correctamente los distintos géneros. Una noticia, un comentario y una crónica no se pueden leer de la misma manera. ¿Qué le atrae más, los espacios dramatizados o los informativos? Los dramatizados, puesto que me permiten desdoblarme más, hacer voces. ¿Dentro de los dramatizados, qué tipo de dramatizados prefiere? Los infantiles. Ahora estoy haciendo uno con Radio Varadero. ¿Cuáles le gusta menos hacer? Los musicales no me gustan mucho. Aunque los hago cuando tengo que hacerlos… ¿Ha hecho locución para espacios televisivos? Sí. Trabajé un año en TeleBandera, en una revista. Allí hice tanto locución en cámara como voz en off. ¿Le atrae más la radio o la televisión? La radio me gusta más. Una se siente más cómoda. En la televisión hay que mirar de una manera específica a las cámaras, estar pendiente de otras cosas. Luego también llega el tiempo en que una no tiene imagen para la televisión. Creo que este medio es más para personas jóvenes. ¿Piensa que un locutor se puede formar completamente mediante la experiencia empírica o es necesario que estudie para llegar a serlo? Debe estudiar. Y leer bien y tener, en el caso de la radio, una voz radiofónica. Estas son bases fundamentales que deben cultivarse mediante el estudio. El locutor debe, además, estar muy actualizado, saber qué sucede en el mundo. ¿Le gusta leer? ¿Qué lee usted? Me gustan las biografías. Y uno de mis autores preferidos es Emile Zolá. He leído muchos textos suyos. Leo todo lo que me cae en las manos. No puedo irme a la cama sin leer al menos los titulares de prensa. Yo estoy suscrita a toda la prensa impresa. ¿Se podría decir que un locutor es, en alguna medida, un actor? Yo diría que sí, pero más que un actor es un maestro. El locutor tiene que educar con la palabra. Cuando una se sienta delante de un micrófono debe estar consciente de que muchas personas están escuchando, y es necesario que los mensajes lleguen al público lo mejor posible. ¿Usted suele escuchar la radio? Sobre todo Radio Reloj, que es mi emisora preferida. Desde que me levanto la escucho, y ya salgo a la calle actualizada. ¿Cuál de las seis emisoras matanceras cree que guste más a los radioyentes? Radio 26 es realmente buena. Esa gusta. Aunque la de Cárdenas, al ser más comunitaria, tiene la característica de tener un contacto más estrecho con el radioyente. Las personas se sienten más partícipes de la radio, la sienten como algo más familiar. ¿Cuántos locutores posee la emisora más antigua de Cuba, Radio Ciudad Bandera? Siete u Ocho. Algunos están habilitados y otros no. Usted es la locutora de más edad en la emisora, ¿cómo es su relación con los que comienzan? Se acercan a mí, me piden consejos, y yo los ayudo en lo que puedo. Suelo ser crítica con su trabajo. ¿Se considera una persona desenvuelta? No (risas). Soy una locutora tímida. Introvertida. De hecho, no me gusta demasiado trabajar en actos públicos, aunque también los hago si es necesario.

lunes, 10 de febrero de 2014

Recuerdan en Sitges, Cataluña, la labor realizada durante la Guerra Civil Española por la cardenense Rosa Pastora Leclere, primera maestra internacionalista cubana.

Por: Ernesto Alvarez Blanco.
El recuerdo de la labor realizada en Sitges, Cataluña, durante la Guerra Civil Espanola, por la cardenense Rosa Pastora Leclere, primera maestra internacionalista cubana, regresó a esa importante población catalana gracias la labor de la Dra. Nuria Gregori Torada, directora del Instituto de Lingüística y Literatura "José A. Portuondo Valdor". Lo anterior trascendió la pasada semana, durante la intervención de la destacada investigadora en una de las mesas talleres con las que la Cátedra Catalana de la Facultad de Artes y letras de la Universidad de La Habana, conmemoró su X aniversario. Durante su estancia en Sitges, a finales de diciembre de 2013,la Dra. Nuria Gregori visitó la Casa Vilella, espacio que fue casa de acogida para niños refugiados de la Guerra Civil y que entre 1938 y 1939 fue costeada por el pueblo cubano bajo la denominación de Casa – Escuela Pueblo de Cuba. La vivienda, conocida posteriormente como la Residencia Helvetica, acogió niños procedentes de diversas partes de la península desplazados por la guerra. Entre 1938 y 1939, los donativos del pueblo cubano, canalizados a través de la Asociación de Auxilio al Niño del Pueblo Español, hicieron posible que un grosor de niños vivieran en este espacio, frente al mar. Nuria Gregori ha estudiado la colaboración del pueblo cubano con la Segunda República y, concretamente, el trabajo de la cardenense Rosa Pastora Leclerc, que estaba al frente de esta casa de Sitges. Pastora fue elegida para dirigir esta casa de acogida y los niños hablan abundantemente en sus redacciones, que contenían continuas referencias a la voluntad de irse a Cuba con su protectora, la “madrinita” Rosa Pastora Leclerc. Nuria Gregori visitó la Casa Vilella junto a su hija y a la concejala de Cultura, Mireia Rossell, el historiador sitgetano Jordi Milán y el presidente de Òmnium Cultural en el Garraf, August Bover . El Alcalde de Sitges, Miquel Forns, también recibió a Nuria Gregori y a sus acompañantes catalanes en el Ayuntamiento, donde la lingüista firmó en el Libro de Honor. Además, Nuria pronunció en el Edificio Miramar, de Sitges, una conferencia abierta al público sobre el trabajo que quiere cerrar con su visita a esa población, titulado “Los niños de la Casa – Escuela Pueblo de Cuba” de Sitges (1938-1939). Nuria Gregori se hallaba en Cataluña becada por el gobierno cubano para acabar de cerrar el relato de los hechos históricos que vinculan Cuba con Sitges. El Cardenense agradece a la Dra. Nuria Gregori sus aportes al conocimiento de la vida y la obra de Rosa Pastora Leclere y regala a sus lectores el texto de las palabras pronunciadas en La Habana, el 30 de abril de 2013, por la Directora del Instituto de Literatura y Linguistica, en la presentación del documental Vuelo a Shangri-la, ocasión en la que también hizo alusión a la labor de la primera maestra internacionalista cubana. Vuelo a Shangri-la Por: Nuria Gregori Torada Una guerra es como un gran pie que se colocase bruscamente interrumpiéndole la vida a los hormigueros. (María Teresa León, 1936)[1] Quiero agradecer a mi querida amiga Aitana Alberti la oportunidad de ver este documental, que no conocía, y que me haya solicitado presentarlo, pues aborda un tema muy entrañable para mí. Soy hija de exiliados republicanos españoles que se reencontraron en Cuba , después de tres años y medio sin saber nada uno del otro, y adonde llegaron con otras identidades, gracias a la solidaridad del pueblo cubano. Mi padre, capitán de la aeronáutica naval de Barcelona, con su verdadero nombre y dos más, como nacido en La Habana el 15 de mayo de 1903 por obra y gracia de una nueva inscripción de nacimiento realizada 38 años después de su nacimiento real en Barcelona, el 15 de julio de 1902. Arribaba a La Habana después de un largo y penoso peregrinar por campos de concentración de Francia: Argeles sur Mer, Agde y Gurs Mi madre, con la identidad y documentación de una joven revolucionaria cubana soltera, que generosa y valientemente la entregó para que mi madre y mi hermano, que había nacido el 10 de agosto de 1939 en el Hospital Clínico de Barcelona, pudieran salir de España, pues era asediada constantemente por la policía franquista; contando también con el imprescindible apoyo de otra joven catalana, católica, que generosa y valientemente –jugándose la vida– certificó que mi madre era cubana, pues ella la conocía desde muy niña cuando había llegado de Cuba y por eso “hablaba como española” ; y que su pequeño hijo, mi hermano, era un bastardo, que el padre, un mal hombre que no se había querido casar con ella y , por lo tanto, llevaba los dos apellidos maternos . Cuando nací , a los 9 meses exactos del reencuentro, el 23 de noviembre de 1943, en Hijas de Galicia, quien me parió fue la cubana María Dolores Miguel Salas y no la española Joaquina Torada Soriano, pues esa persona no había salido oficialmente de España, ni tampoco había entrado nunca en Cuba. Crecí, como mi hermano, a una mayor velocidad que otros niños de nuestra edad , conociendo la doble identidad de mis padres y hermano y sabiendo que las verdaderas , que yo debía conocer muy bien y no olvidarlas jamás , no debía decírselas a nadie porque de conocerse por otras personas podían deportarlos y , una vez en España, fusilarían a mi padre. Viví, en mi propia tierra, hasta el primero de enero de 1959, como los exiliados: “con equipaje liviano”. No existe un suceso histórico sobre el que se haya publicado o filmado tanto como la Guerra Civil Española. Así lo refrendan las monumentales bibliografía y filmografía existentes sobre el tema. Algunos afirman que sólo el número de publicaciones alcanza los 50,000 títulos. ¿Será real o estará sobredimensionada la cifra? Números más, números menos , sin embargo, lo que no cabe la menor duda es que la guerra civil española traspasó los límites geográficos y la historia nacional de España para convertirse en uno de los acontecimientos históricos más trascendentales del siglo XX, lo que hace que todavía hoy, a 77 años de su inicio que conmemoraremos el 18 de julio próximo, continúe despertando un enorme interés y se realicen, en diferentes partes del mundo, congresos, se publiquen libros de ensayos, poesías, novelas, cuentos, biografías, memorias, diarios, obras de teatro, largometrajes de ficción, documentales. Todos sabemos que no solo es muy difícil , sino imposible, mantenerse al margen de la política y, sobre todo , ante una confrontación tan violenta y cruel como una guerra, especialmente si se trata de una guerra civil, pues ella acentúa para todos la imposibilidad de permanecer neutrales . No es un secreto para nadie que cuando el debate en torno a la misión del intelectual o la función de la cultura en la sociedad deja de ser un puro debate teórico y se pasa a la acción de la confrontación armada, nadie puede permitirse el lujo de ampararse en la neutralidad. Los trágicos acontecimientos que se desataron en el verano de 1936 en España demostraron a todos los intelectuales del mundo, y a los españoles en particular, que “la situación del intelectual tenía que cambiar puesto que no era posible permanecer apartados, separados de problemas tan hondos e inmediatos . Si otros ofrecen su vida en la tierra helada de las trincheras no hará nada de más el intelectual arriesgando su existencia de intelectual, aventurando su razón en este alumbramiento del mundo, que se abre camino a través de la sangre “[2]. Los gobiernos de México y de la URSS fueron los únicos que nos se plegaron al principio de la “neutralidad cómplice” que adoptaron vergonzosamente el resto de los gobiernos. A medida que se incrementaba la intensidad y duración de la guerra el gobierno republicano se vio en la necesidad de adquirir material bélico, aviones y preparar personal: pilotos, observadores, ametralladores, bombarderos, para enviarlos al frente. La URSS fue el único país que vendió el material bélico y, al mismo tiempo, aportó personal técnico aeronáutico y tripulaciones . El gobierno republicano también se dio a la tarea de convocar a una serie de cursos de pilotos, observadores , ametralladores , mecánicos armeros, etcétera , con el fin de cubrir las bajas que ocasionaba la guerra y en previsión de la futura salida de España de los voluntarios internacionalistas. En el caso de los servicios y dependencias auxiliares de aviación: mecánicos, armeros, radiotelegrafistas, tropas, etc., estas convocatorias permitieron el acceso a la Aviación a jóvenes que se sentían atraídos por ella y que, antes de la guerra, tan solo podían contentarse con las plazas que la aviación civil o militar convocaba para acceder a estos servicios, dado que los cursos de pilotos estaban reservados para aquellos que pudieran disponer de una condición económica acomodada o fueran oficiales (tan solo a finales de los años 20 se abrió la posibilidad que se hicieran los cursos de aviación de oficiales de aviación, suboficiales y de tropa, por lo que las diversas convocatorias de cursos para la aviación que hizo el gobierno de la República para solucionar la falta de personal constituyeron una verdadera revolución social para la España de los años 30). Los centros de formación se situaron en el sureste de España, en la provincia de Murcia, en Sabadell y San Sadurni de Noya en la provincia de Barcelona. En los primeros meses de la guerra también se enviaron pequeños contingentes de alumnos pilotos a Francia donde el gobierno republicano español pagó su formación, y luego a la URSS. A su regreso a España, los aviadores complementarían su entrenamiento en las escuelas de Murcia y Barcelona, por lo que la aviación republicana pudo contar con un contingente de pilotos bien preparados aunque, lamentablemente , muchos de ellos no dispusieron de los aparatos necesarios con los que salir a combatir. Un pequeño grupo de aquellos jóvenes aviadores es el que nos presentan en el documental Vuelo a Shangri-la los cineastas españoles Eduardo Diez y Jorge Moreno, realizado en el año 2010, y que constituye un valioso documento histórico vivo de los últimos aviadores de la heroica aviación republicana española, “La Gloriosa”, como le llamaban, que ahora, ancianos, reflexionan delante la cámara de cine los dramáticos hechos que marcaron su juventud, sus vidas , las de sus familias y las de todo el pueblo español. Hoy ninguno de ellos vive. El último aviador, Joaquín Calvo, fallecido en marzo de 2011, había sido el presidente de la Asociación de Aviadores de la República (ADAR). Poco antes lo habían hecho Francisco Vinyals, Antonio García Borrajo, Celestino Díaz. Pero, gracias a este documental nos quedan sus testimonios en sus voces, en catalán y en español . Lo primero que nos salta a la vista es el título: ¿por qué a Shangri-La? Es muy probable que los cubanos de inmediato lo relacionemos con el habanero Club Shangri-La que se abrió en la década de los años 50 del pasado siglo XX , en las calles de Bruzón y Boyeros . La misma motivación de quien le puso el nombre al Club nocturno habanero , pero para cosas totalmente diferentes, tuvieron los directores del documental pues hace referencia al Monasterio tibetano de Shangri -La , lugar paradisíaco y utópico que describe el escritor inglés James Hilton en su novela Horizontes Perdidos , publicada por primera vez en 1933, en el que personas de diferentes credos conviven en armonía, aman y cuidan la naturaleza ; no hay soldados, ni policias porque no son necesarios. Es decir, un mundo utópico. Eduardo Diez en una entrevista que le realizaron expresó que con este documental pretendían crear una reflexión sobre la época: “Los aviadores sólo quieren encontrar su hueco en la sociedad. Son personas que creían en la utopía de un mundo ideal” , por esoVuelo a Shangri-La. Filmado en un céntrico y modesto local del maravilloso Barrio Gótico de Barcelona, muy cerca de Las Ramblas , se encuentra la sede barcelonesa de la Asociación de Antiguos Aviadores de la República, donde entramos a través de la cámara y guiados por uno de estos héroes sobrevivientes entre maquetas de avión y fotografías antiguas donde aparecen hombres y mujeres jóvenes, hermosos , sonrientes , valientes . Tenían entonces 18, 19, 20 años. ¿Por qué lo hicieron?: “Había dos opciones: quedarse en casa o participar en la aventura, ¿tú que hubieras hecho? Nos preguntan y responden: “luchamos la guerra, no ganamos, pero no nos vencieron” “ queríamos un mundo mejor, éramos idealistas” . La Ley de la Memoria Histórica, aprobada en el año 2007, que tantas fuertes polémicas ha levantado y aun levanta en la sociedad española, está presente en todo el documental. Nuestros “jóvenes” aviadores le responden a los que piden “olvidar el pasado” que un país que olvida su historia es un país sin futuro, por eso están convencidos de que es fundamental no solo recordarlos, ellos , sino que se conozcan por todos; encontrar las placas de sus compañeros de cuadrilla y también los restos de los desaparecidos en combate para despedirse de ellos como se merecen, como es debido. Jóvenes que tuvieron que madurar rápido y acudir a la situación más deshumanizadora que existe. No se trata de alimentar odios, se trata de aprender del pasado y de que no se repita jamás la historia. Recuerdan ellos que, cuando en el año 1975, en ocasión de la proclamación de don Juan Carlos de Borbón como rey de España, se les concedió el indulto, ellos se preguntaban y se preguntan hoy todavía : ¿Indultar ? ¿Por qué? ¿Qué malo hicimos? ¡Cómo si nosotros hubiésemos cometido algún delito. ¡Lo que hicimos fue defender a España de los nazi-fascistas que luego harían lo mismo en toda Europa! Yo era idealista, creía que se podía construir un mundo de paz, sin guerras, un mundo mejor. Sin contar que el Indulto se promulgó nada menos que “en homenaje a la memoria de la egregia figura del Generalísimo Franco (q. e. G. e.), artífice del progresivo desarrollo en la paz que ha disfrutado España en las últimas cuatro décadas”. Sin comentarios…. Uno de los protagonistas del filme muestra varios carteles realizados durante la guerra y nos resalta uno que dice:”¿Y tú que has hecho por la Victoria?” Mira a la cámara y a sus compañeros y dice, sencilla y naturalmente: “Hice lo que pude y no hice más… porque no sabía más.” No podemos dejar de mencionar la emotiva canción que escuchamos en el documental “Alas rojas”, con letra de Félix Vicente Ramos y música de Carlos Palacio. No es un secreto para nadie que el Gobierno de la República Española quedó sin las fuerzas mínimas indispensables que cualquier régimen del mundo requiere para funcionar, mantener el orden interno y defenderse de cualquier ataque exterior, y que para poder hacerlo tuvo que improvisarlas sobre la marcha, “haciendo camino al andar”, “golpe a golpe”…, como diría Antonio Machado. Precisamente, una de las grandes interrogaciones que ha sido considerada como un milagro en la historia militar, es ¿cómo pudo el recién estrenado ejército miliciano republicano español, tan heterogéneo y casi sin preparación militar, enfrentar y resistir, durante tres largos y duros años, los ataques de las bien entrenadas y organizadas tropas franquistas que contaban con el apoyo de los ejércitos alemán, italiano y de la Legión Extranjera y su moderno armamento?. Esta épica resistencia tiene solo una explicación posible: la gran vocación del pueblo español a defender a toda costa su más preciado tesoro, la libertad, cualidad que el poeta Antonio Machado resumiera admirablemente en estas palabras: “En España lo mejor es el pueblo. Por eso la heroica y abnegada defensa de Madrid, que ha asombrado al mundo, a mi me conmueve, pero no me sorprende. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos invocan la Patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva. En España no hay modo de ser persona bien nacida sin amar al pueblo”[3] . Pero en ayuda de ese valiente y grande pueblo español corrieron otros pueblos que no se mantuvieron “neutrales” como sus gobiernos, conscientes de que en España se libraba la batalla decisiva por la democracia y la libertad. Las “Brigadas Internacionales” a las que el pueblo cubano aportó el número mayor de combatientes, más de 1200, entre obreros, campesinos, intelectuales, gracias a una ejemplar organización y decidida voluntad popular. Unos llegaron a España desde otros países donde se encontraban exiliados, como Pablo de la Torriente Brau, otros, directamente desde Cuba, recurriendo a mil artimañas. Hasta donde se ha podido conocer cayeron en suelo español ochenta combatientes cubanos , escribiendo así una de las páginas más gloriosas y hermosas de la historia internacionalista de nuestro pueblo. Recordábamos con Aitana, hace unos momentos, cuando en diciembre de 2009 estuvimos en el Congreso sobre el Exilio Republicano de 1939 y la Segunda Generación , organizado por elGrupo de Estudios del Exilio Literario (Gexel) , de la Universidad Autónoma de Barcelona, y el último día del Congreso nos trasladaron en varios ómnibus desde Barcelona , atravesando los Pirineos, a la pequeña y bella ciudad costera de Colliure , Francia, para rendirle homenaje a Antonio Machado, quien había muerto allí hacía 70 años .Solicitamos al Presidente del Congreso, Dr. Manuel Aznar , leer ante la tumba de Machado un poema dedicado a él que había escrito nuestro poeta César López, en Madrid, en 1959, cuando se encontraba estudiando medicina en la Universidad de Salamanca y que había pretendido, desafiando el peligro que esto entrañaba en la España franquista, leerlo públicamente y que, por supuesto, no llegó a hacer. ¡Qué sorpresa y emoción recibimos Aitana y yo cuando el profesor Aznar anunció, en aquel sagrado lugar , que en el Homenaje ante la tumba de Machado solo estaba prevista la colocación de ofrendas florales, pero que iba a darle la palabra a Cuba, a Aitana y a mí , para que leyéramos unos versos de Rafael Alberti y de César López, porque Cuba había sido el país que más combatientes había aportado a la defensa del pueblo español. Fue una tarde inolvidable para todos. . No obstante, si todas las muestras de solidaridad son hermosas, una de las más hermosas fue la ofrecida por el pueblo de Cuba a los niños españoles , pues ellos son siempre los que más sufren en situaciones de guerra. Si bien algunos países acogieron niños españoles hasta que concluyera la guerra, México, la URSS, Francia, Bélgica , Estados Unidos , el pueblo de Cuba también intentó traerlos a la Isla, pero los gobernantes cubanos , Federico Laredo Brú y el entonces jefe del Ejército Fulgencio Batista, el verdadero poder en Cuba desde el 4 de septiembre de 1933 , no lo permitieron. Ante la imposibilidad real de traer niños a Cuba, el 30 de mayo de 1938, la Asociación de Auxilio al Niño del Pueblo Español, organizada en Cuba en 1936, decidió abrir una Casa Escuela en la playa de Sitges, Cataluña, , a través de una gran colecta popular, cuyo nombre llevó el de su fundador y protector el “Pueblo de Cuba”, donde, además de ofrecer refugio a 75 niños , se les impartían clases . Muchos de aquellos niños de la Casa -Escuela “Pueblo de Cuba” aprendieron a leer y a escribir bajo la tutela de su directora, la maestra y revolucionaria cubana Rosa Pastora Leclere Gutiérrez (Cárdenas , 20.3. 1888 - La Habana , 12 8. 1966) , compañera de luchas de Mella , Rubén Martínez Villena y Pablo de la Torriente Brau, nuestra primera maestra internacionalista, quien dos años antes había colaborado en México, durante la reforma educacional que había emprendido el gobierno del General Lázaro Cárdenas, en las tareas de alfabetización de adultos. Rosa Pastora Leclere se trasladó a España cuando ya había cumplido 50 años . Mensualmente la Asociación de Auxilio al Niño del Pueblo Español , enviaba a España, por colectas populares , ropa, zapatos , medicinas, alimentos , confituras , libros de texto y $400 .00 dólares para el mantenimiento de la Casa –Escuela “ Pueblo de Cuba” . Pero esto es solo un “adelanto” . Próximamente presentaremos el libro con documentos, guiones radiales, tarjetas, fotos de la Asociación de Auxilio al Niño del Pueblo Español y cartas y dibujos de los niños de la Casa-Escuela “Pueblo de Cuba” que muestran la solidaridad fraternal del pueblo cubano al pueblo español y el amor e inmensa gratitud con el que estos niños respondieron al pueblo de Cuba. [1]León, María Teresa: La historia tiene la palabra (Noticia sobre el salvamento del Tesoro Artístico). Hispamerca, Madrid, 1977 [2] Zambrano, María. Los intelectuales en el drama de España. Santiago de Chile, Panorama, 1937,p.160. [3] Tomado de Portuondo Valdor, José A: Crisol de España. Editorial Oriente. Stgo. de Cuba, 1986, p.32.

sábado, 1 de febrero de 2014

En el 500 aniversario de la fundación de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe: La visita del Obispo fray Juan de las Cabezas Altamirano a Camagüey.

Por: Ernesto Álvarez Blanco. Museólogo e Investigador. Fragmentos de su libro Felipe III y La Dorada (Cuba entre 1598 y 1621), en proceso de edición por la editorial Libros en Red. Más información en www.librosenred.com/libros/felipeiiiyladoradacubaentre1598y1608.html‎
El 28 de septiembre de 1607, fray Juan de las Cabezas Altamirano está de visita en la villa de Santa María del Puerto del Príncipe, desde donde envió una carta al rey Felipe III, para recordarle que hacía algún tiempo le había escrito desde La Habana —sin haber obtenido aún respuesta— sobre tres aspectos que le habían parecido: … convenían al servicio de Dios y de V. [Vuestra] Md. [Majestad] que son la primera hacerse allí una Iglesia más capaz porque la q. [que] al prte. [presente] hay no lo es para la semana sta. [santa] actos pucos. [públicos] y sermones y también porque en ocasión de suceder poder venir el enemigo a la dha [dicha] Habana se había de echar por tierra el templo que hay por poderse fortificar en él el enemigo, según estoy informado de personas expertas que tratan de la milicia. La segunda el conservar el Seminario que allí dejé, pues es tan conforme a lo que manda el sagrado Concilio de Trento y a una vra. [vuestra] Real cédula que para ello tengo y para el descargo de vra. [vuestra] conciencia atento que La Habana es cabeza de esta Isla y donde hay número de eclesiásticos y necesidad de letras. La tercera es un Convento de Monjas para obviar muchos y graves pecados y desgracias que por momentos allí suceden, y para la conservación del honor de los que allí están dedicados al servicio de V. M. [Majestad] en la milicia [...] . El Obispo agradeció al Soberano la merced que había hecho a toda la Isla: … con el Perdón Gnal. [General] que con tan liberal mano le ha concedido en la materia de resgates , el cual ha sido parte o mejor decir el todo, para que hayan cesado de todo punto, y así lo he visto, y certifico a V. [Vuestra] Magd. [Majestad] en lo que he andado que es hasta el puerto de el Príncipe de donde escribo esta a V. Magd. ciento y cincuenta y cinco leguas de la Habana la tierra adentro de esta Isla de Cuba, donde estoy de presente continuando la visita de este Obispado y lo mismo entiendo según estoy informado, que hay en todos los demás pueblos de la Isla de los cuales escribiré a V. Magd. si hubiere cosa en contrario, que a mí no se me podrá esconder […] . Cabezas Altamirano se permitió en su misiva recomendar a Felipe III que, para que la gracia que había concedido a los rescatadores de la Isla fuera “… adelante de parte de los que la reciben, y no tenga ocasión de entrada esta contagiosa peste […]” , mandara: … acudir al remedio de la necesidad de estos pueblos de la tierra adentro, con darles licencia, para que pueda venir cada uno o dos años un navío de esos reinos con registro de Vra. [Vuestra] Magd. [Majestad] a esta Villa q. [que] llaman Puerto de el Príncipe y en uno de sus puertos que son el que llaman de Yguey o en el de la Guanaja hacer su drecha. [derecha] descarga porque en esta tierra las posesiones y haciendas de los vezos. [vecinos] son vacas, y ganado menudo o menor, que las sementeras de ella son trigo de las Indias llamado maíz, y Cacabi , que es mantenimº [mantenimiento] que a lo que entiendo en solo estas partes se gasta, y vale un cuero de toro ocho reales y uno de vaca seis puestos en los embarcaderos q. el q. más cerca está de esta Villa dista doce leguas de ella, y el más apartado catorce […] . El Obispo comentó, además, al Soberano que en Puerto Príncipe: … las mercaderías se venden tan caras, por traerse de La Habana de revendedores, y aquí venderse por recatones, que vale ahora actualmte. [actualmente] una vara de ruan veinte reales, y una de canamazo ocho reales, y una de seda dieciséis reales, y una de Holanda vasta, sesenta reales, y un cuartillo de vino tres, y cuatro rs. [reales] cuando más barato y no teniendo como no tiene la gente para sustento y vivienda de cosecha de la tierra como tengo dicho a V. [Vuestra] Magd. [Majestad] más que cazabi que se hace de raíces de árboles pequeños , carne de vaca y tocino, mal podrán suplir sus necesidades, siendo los precios del vino paño y ropa tan excesivos si V. Magd. no lo remedia en la forma dicha, y en esta parte se persuada V. Magd. que no ha sido tanto la cudicia cuanto la summa necesidad la que ha abierto la puerta a los resgates y con esta mat. [materia] y concesión no tendrán ocasión de volver a los dhos [dichos] resgates […] . Para interesar al Rey en el asunto, Cabezas Altamirano le aseguró que, al conceder la licencia solicitada por él, se obtendría un notable beneficio en su Real Hacienda, ya que volvería a España: “… el dho [dicho] navío todas las veces que viniere, cargado de cueros, por haberse en solo esta villa del Puerto del Príncipe de doce mil cueros arriba en cada un año sin otros muchos q. [que] se pueden conducir a ella de otros lugares de esta Isla. Y si los gobernadores de V. [Vuestra] Magd. [Majestad] pudieran ver por los ojos las necesidades referidas, como yo las he visto y veo en razón de haberlo todo visitado por mi persona entiendo que hubiera muchos días que estuviera esto remediado – […]” . El Prelado solicitó a Su Majestad que diera el permiso necesario para que los vecinos de la villa del Puerto del Príncipe y de otros puertos de la Isla pudieran “… como solían llevar libremte. [libremente] de esta Villa […] mantenimientos a las provincias de la Florida […] de que resulta haber en las dhas [dichas] provincias de la Florida grande hambre y necesidad y excesiva carestía de mantenimtos [mantenimientos] , en especial de carne de vaca y tocino […]” . El Obispo envió al Monarca, junto con esta misiva, varios documentos, los cuales contienen las averiguaciones realizadas por él en la tierra adentro, en torno al pago de los diezmos correspondientes a la Iglesia. Entre ellos hay uno de particular importancia, pues demuestra que por esa época (como bien se dice en la carta-dedicatoria que Silvestre de Balboa Troya incluyó en su poema Espejo de paciencia) se conocieron el Prelado y el Escribano - Poeta de Puerto Príncipe. La ocasión fue de seguro propicia para que Silvestre de Balboa supiera de primera mano, ya que no estuvo presente en 1604 en el secuestro y posterior rescate del Obispo, los detalles de ambos sucesos. El documento, que constituye una prueba fehaciente de la conexión que existió en tiempo y espacio entre Silvestre de Balboa y Troya, Fray Juan de las Cabezas Altamirano y el notario público Nicolás Guilisasti, fue redactado en los siguientes términos: Yo Silvestre de Balboa Troya Escribano Público y del número de esta villa de Santa María del Puerto del Príncipe que es en esta isla de Cuba y de presente no hay otro escribano si no yo solo doy fe y verdadero testimonio a los que la presente vieren como Nicolás Guilisasti de quien va firmada la información de atrás es Notario Público del juzgado eclesiástico de la audiencia de Su Sa. (Santísima) Rma. (Reverendísima) el maestro don Fray Juan de las Cabezas y Altamirano obispo de la isla de Cuba y a los autos que ante él pasan se le ha dado y da entera fe y crédito en juicio y fuera del como notario fiel y legal y para que de ello conste lo firmé de mi nombre en el Puerto del Príncipe en veinte seis días del mes de septiembre del mil seiscientos y siete años Silvestre de Balboa Notº (Notario) Puco (Público) . Meses después, el 18 de enero de 1608, fue vista y decretada, por el Rey y su Consejo, el contenido de la carta del Obispo al Rey fechada el 28 de septiembre del año anterior. En este sentido, se ordenó que el Gobernador de la Isla informara “… de la Iglesia y pareciéndole q. [que] se debiera hacer otra Iglesia Mayor cómo y a que costa […] se podría hacer […]” . En 1607, durante su estancia en la villa de Santa María del Puerto del Príncipe, Cabezas Altamirano decidió a favor de los indios principeños el pleito existente por entonces entre mercedarios y franciscanos, por la posesión de la ermita de Santa Ana. Este templo había sido construido en 1550 por los aborígenes y sus descendientes. En 1587, Diego Sifontes hizo entrega del legado de 1500 ducados dejados por el indio mestizo Guillermo Olón al franciscano fray Francisco Amado para levantar un edificio mejor para la Ermita, de cal y canto, que sustituyera al anterior, con la condición expresa de que se erigiera un convento en la Villa. El litigio surgió porque en 1589 —pasados dos años sin que se construyera— Sifontes trasladó el donativo al mercedario fray Fernando Collantes, establecido en Puerto Príncipe desde 1587, con el propósito de levantar un monasterio bajo la advocación de la Virgen de la Merced. Los franciscanos se negaron a entregar la ermita de Santa Ana, por lo que se inició un largo litigio entre ambas órdenes, que se agravó durante la visita del Obispo debido a la decisión tomada por este a favor de los legítimos dueños de la Ermita.


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA