viernes, 17 de septiembre de 2010


Ofrece Ernesto Alvarez Blanco, Historiador de la Ciudad de Cárdenas, conferencia sobre el tema de su último libro.

Cárdenas, septiembre 17. Ernesto Alvarez Blanco, Historiador de la Ciudad de Cárdenas, ofreció esta tarde una conferencia sobre el tema de su último libro. El volumen, titulado Yo soy la Virgen de la Caridad, acaba de ser publicado por RBA EDICIONES, con el soporte de la empresa barcelonesa Praedium DESARROLLOS URBANOS S.L. y la Theo Collections Havana, en ocasión de conmemorarse en el 2012 el 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Patrona de Cuba.
Durante la conferencia, efectuada en la sede cardenense de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA), la cual celebra por estos días su III aniversario y el IV Salón de Artesanía Artística, Alvarez Blanco destacó, ante un numeroso público, que el volumen incluye la edición crítica de la copia de un excepcional documento: los Autos de 1688, ordenados por el juez oficial y provisor y vicario de Santiago de Cuba, doctor Roque de Castro y Machado, a instancia del monarca y que formó el cura beneficiado de la parroquial de las minas de Santiago del Prado, Juan Ortiz Montejo de la Cámara ante el notario mayor de aquel juzgado, alférez Antonio González Villarroel, enviada al rey Felipe V por las autoridades civiles y eclesiásticas de la más calurosa de las ciudades cubanas, como parte de la respuesta a una Real Cédula fechada el 7 de julio de 1737; y que constituye, por su significación y contenido, un documento de singular importancia para la historia de Cuba.

La copia de los Autos, que se reproduce en este libro íntegramente, por primera vez, que sepamos, desde que fueron concebidos entre 1687 y 1688, se conserva - expresó el destacado investigador - en el Legajo 363 del fondo Audiencia de Santo Domingo del Archivo General de Indias de Sevilla, bajo el nombre genérico de Cartas y Expedientes del Gobernador de Santiago de Cuba, y constituye la única copia que se conserva de los referidos documentos, los cuales fueron ejecutados para otorgar carácter legal a un acto consumado por la curia local: designar Capellanía en la Ermita o Santuario levantado en el pueblo de Santiago del Prado para acoger la imagen de la Virgen de la Caridad hallada en 1612.
Los referidos folios – explicó Alvarez Blanco - son también excepcionales, no sólo por contener los relatos de quienes fueron testigos o depositarios de los milagros obrados por la Virgen desde su hallazgo y hasta el momento en que fueron redactados los Autos, incluyendo el de Juan Moreno, el conocido Negrito de la Caridad, uno de los tres afortunados personajes que encontraron, flotando sobre las aguas, la Imagen, sino porque constituyen, asimismo, el medio por el cual quedó reconocido oficialmente, por el Cabildo eclesiástico, el culto a la Caridad del Cobre, el cual se extendió rápidamente por toda la Isla, convirtiéndose, muy pronto, en objeto de un intenso fervor popular.

Para hacer más comprensible a los lectores de hoy el texto del documento, este aparece transcrito – dijo el historiador cardenense - respetando la redacción original, aunque se han suprimido, sustituyéndolas por su significado, la mayoría de las numerosas y molestas abreviaturas que pueblan el manuscrito. Además, como preámbulo a la lectura de los Autos, el autor redactó un ensayo preliminar, con el objetivo de explicar el contexto en que fueron escritos y remitidos, con posterioridad, en 1738, al rey Felipe V. También, con idéntico fin, colocó a lo largo del libro numerosas citas y notas.

Al final del volumen, aparecen como apéndice y anexos valiosos documentos, los cuales esperamos - dijo el autor - que, junto a los mapas, planos, imágenes, estampas religiosas, obras de arte y grabados que ilustran el contenido de este libro, sean del agrado de aquellos que, dentro y fuera de las fronteras de la Isla, adoran a la Caridad del Cobre y a los que ven, en esta Virgen morena, criolla y mambisa, un indiscutible símbolo de cubanía.
El volumen fue prologado por el Dr. Jaume Aymar y Ragolta, presidente de la Fundación Catalunya - America Sant Jeroni de la Murtra, de Cataluña, Españ, quien expresó:

“Me complace prologar este nuevo libro del museólogo Ernesto Álvarez Blanco con el que me unen lazos de amistad y a quien profeso una sincera admiración por su labor de historiador vocacional y de investigador competente. Gracias a sus pesquisas en el Archivo de Indias ha podido localizar, transcribir y comentar un valioso legajo sobre los orígenes de una advocación tan entrañable para los cubanos como es la Virgen de la Caridad del Cobre. Es el respaldo documental de una peculiar manifestación de la Virgen María del año 1612 merced a una talla flotante que se apareció sobre la espuma, a dos rancheadores indígenas Juan y Rodrigo Hoyos, y a un niño esclavo de diez años, Juan Moreno, llamados popularmente “los tres juanes”. No se trata de una aparición propiamente dicha, pero sí que es una Virgen hallada o como algunos dicen significativamente, en mi país, una Virgen que se hace la encontradiza. La declaración de Juan Moreno, setenta y cinco años después de los hechos, tiene la frescura y el sabor de lo primigenio. Nos hace pensar en el Nican Mopohua, el relato de las apariciones de la Virgen de Guadalupe y sus tiernos y emotivos diálogos con el indio Juan Diego, hoy santo. Una vez más en Cuba se cumplían las palabras del evangelio a través de las cuales Jesús agradece a su Padre el haber ocultado a los sabios y entendidos lo que ha revelado a la gente sencilla (cf. Mt 11,25). Como en Lourdes, como en Fátima, María se revelaba también a un niño. La frase “yo soy la Virgen de la Caridad” inscrita en la tablilla nos hace pensar en el “yo soy la Inmaculada Concepción” que dijo en bigurdán, una variedad del gascón, la Virgen a Bernadette en Lourdes, casi doscientos cincuenta años después, en 1858.
También en España se encuentran relatos similares al de la Virgen de la Caridad del Cobre, aunque sin la popularidad ni el arraigo que este mantiene. Según una piadosa leyenda, a mediados del siglo XVII aparecieron en la playa de Calonge (Catalunya) una talla del Santo Cristo y otra de Nuestra Señora del Rosario que, al parecer habían sido arrojadas allí por las olas. No debía ser infrecuente que imágenes de madera fuesen lanzadas por bajeles al mar quien sabe si para aplacar las tempestades, siguiendo al salmista que dice de Dios «aplaca el furor de los mares / y el estrépito de las olas» (Sal., 65, 8).
Otro interesante paralelismo: el documento trascrito y comentado por el investigador Álvarez afirma “siendo los milagros que esta Divina Señora hace muchos siendo la manteca de su lámpara general remedio para todas las dolencias”y en otro lugar: “siendo celestial tesoro y universal botica para todas las dolencias la manteca de su lámpara que aplicada a cualquier achaque todo lo sana siendo las medicina de los devotos que la invocan y se ungen con dicha manteca su único remedio” una pràctica devocional que evoca el famoso milagro de Calanda (Teruel) el que obró tan sólo unos años después la Nuestra Señora en el joven Miguel Joan Pellicer Blasco. En 1637 le había sido amputada la pierna derecha cuatro dedos más debajo de la rodilla en el Hospital de Gracia de Zaragoza. Miguel ungía su muñón en el aceite de la lámpara de la Virgen del Pilar y la noche del 29 de marzo de 1640 la pierna le fue súbitamente restituida. El milagro fue proclamado el 27 de abril de 1641 por el arzobispo Pedro Apaolaza, asesorado por nueve consultores y tras el interrogatorio de veinticinco testigos.

La Virgen de la Caridad del Cobre, patrona principal de Cuba, es venerada en mi Barcelona natal en la capilla que las religiosas Escolapias tienen en la céntrica calle de Aragón. Allí la colonia cubana residente en la Ciudad Condal se reúne cada año para implorar gracias de su celestial protectora. Deseo que la lectura de estas páginas aumente el conocimiento de esa entrañable advocación e intensifique los fecundos vínculos entre nuestras culturas”.


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA