jueves, 27 de diciembre de 2012

Presentado en Cárdenas el libro El coleccionismo en Matanzas Del gabinete privado al museo público.

El libro El coleccionismo en Matanzas Del gabinete privado al museo público
del investigador cardenense Urbano Martínez Carmenate fue presentado este jueves en el museo Oscar M. de Rojas por el también investigador cardenense Ernesto Alvarez Blanco, quien ponderó las virtudes de un texto que constituye una primicia en la historiografía cubana.
Para Urbano Martínez Carmenate, el coleccionismo no es una materia como la literatura, el teatro, la música. Las colecciones, dijo durante la presentación del volumen publicado este año por Ediciones Matanzas, tienden a desparecer con el tiempo, incluidas las que se hallan custodiadas por instituciones oficiales. Al comentar recientemente para TV Yumurí sobre su obra El coleccionismo en Matanzas. Del gabinete privado al museo público, el escritor admitió que el libro penetra en una zona casi inexplorada de la historiografía cubana y que su publicación puede considerarse un punto de partida, un camino que se abre hacia el conocimiento sistematizado de esa materia. Los críticos consideran que ahí justamente está la primera ventaja de esta obra, cuyo aporte esencial radica en que se trata del primer volumen de su tipo que ve la luz en Cuba. Al consultar su opinión, concedió importancia al hecho de que la preparación del texto exigió un extenso trabajo en archivos y bibliotecas, y lo obligó a localizar muchas fuentes orales. "Es que se trata de evidencias materiales de todo tipo – declaró a TV Yumurí - en múltiples soportes: papel, tejido, hueso, etc., y la lucha contra el deterioro se hace muy difícil. Y esto se complejiza aún más, porque nadie incluye al coleccionismo como manifestación de la cultura; de modo que no son abundantes las fuentes conservadas al respecto. "Así, para dar con todos los elementos informativos necesarios tuve que sensibilizar a las personas, procurar archivos particulares... Los coleccionistas me ayudaron mucho, también los museos, por supuesto. Tuve que recorrer toda la provincia buscando información." El ejemplar - cuya presentación en Cárdenas, dijo el autor, era una cuestión de honor, pues aquí se fundaron museos muy importantes para Cuba y existieron coleccionistas y colecciones muy significativas - se estructura en tres partes: la etapa colonial, que abarca las actividades coleccionistas del siglo XIX, la República Neocolonial hasta 1958 y la Revolución en el poder, desde su triunfo hasta el año 2010, y comprende el acontecer de instituciones como el Museo Farmacéutico de Matanzas, el Oscar María de Rojas, de Cárdenas, y el museo de La ruta del esclavo, enclavado en el Castillo San Severino. A la presentación del libro asistieron museólogos, directivos y trabajadores de los museos de la ciudad, Lázaro Miranda Chirino, quien fungió durante años como Director del museo Oscar M. de Rojas y como Historiador de la Ciudad y el Dr. Miguel Ángel García Velazco, antropólogo cubano radicado en Suiza, quien trabaja en este momento en el expediente para que la rumba sea declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, entre otras personalidades. Urbano Martínez Carmenate, según la enciclopedia virtual cubana ECURED, nació en la ciudad de Cárdenas el 12 de febrero de 1953. Estudió hasta el bachillerato en su ciudad natal. Graduado de la Escuela Nacional de Cuadros de Cultura desde el año 1973 hasta 1975. Comienza su actividad literaria vinculada a su labor como Director Regional de Literatura de Cárdenas, entre 1972 y 1973, tiempo durante el cual realizó el programa "Ventana literaria" de la emisora local Radio Ciudad Bandera. En 1975 fija su residencia en la ciudad de Matanzas, donde labor como Director de Literatura hasta 1977 y Asesor literario del Teatro infantil desde 1977 a 1979, a la vez que cursaba estudios en la especialidad de Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad de La Habana en 1975 hasta graduarse en 1981. Es graduado en Idioma Francés en la Escuela “Federico Engels” de Matanzas, 1987. Participó en el I Congreso Latinoamericano de Historia de la Ciencia y la Tecnología en 1985 y en el Simposio Mundial de Arte Rupestre en 1986, en La Habana. Es enviado por el Ministerio de Cultura de Cuba en 1988a la República Popular de Angola, como Asesor del Instituto del patrimonio Cultural Angolano donde trabajo hasta 1989. Desde 1979 se desempeña como Investigador en el Museo provincial de Matanzas. Pertenece a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y a la Unión Nacional de Historiadores de Cuba. Profesor Titular Adjunto del Instituto Superior Pedagógico “Juan Marinello” y de la Universidad de Matanzas “Camilo Cienfuegos”. Investigador Auxiliar. Ha sido jurado en múltiples concursos provinciales y ha integrado tribunales en eventos provinciales, nacionales e internacionales. Entre 1987 y 1988 formó parte de un equipo de trabajo del Ministro de Cultura, Dr. Armando Hart, dedicado a la investigación de la Cultura. Candidato en 1999 al Premio Nacional de Literatura y su libro Domingo del Monte y su tiempo fue finalista en el Premio “Ramiro Guerra” auspiciado por la Unión de Historiadores de Cuba para distinguir el mejor libro de Historia. Obras Publicadas • Atenas de Cuba: del mito a la verdad (Ensayo). Ediciones Matanzas, 1987; segunda Edición, Matanzas, 2001. • José Jacinto Milanés (Biografía). La Habana: Ediciones Unión, 1989. • Domingo del Monte y su tiempo. (Biografía) primera edición: Maracaibo (Venezuela): Universidad de Zulia, 1996; segunda Edición; La Habana: Ediciones Unión, 1997. • Memoria Italiana. (Ensayo en la colaboración con Raúl Ruiz). Matanzas; Ediciones Vigía, 1997. • Los Puentes Abiertos (Literatura Matancera 1813-1844) (Ensayo) Matanzas: Ediciones Vigía, 1998; segunda edición.: Matanzas, Ediciones Matanzas, 2007. • Nicolás Heredia (Biografía). La Habana: Editorial Política, 1999. • Bonifacio Byrne. (Biografía) La Habana: Editorial Política, 1999. • Historia de Matanzas (siglos XVI-XVIII) Matanzas: Ediciones Matanzas, 1999. • García Lorca y Cuba: todas las aguas. La Habana: Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana “Juan Marinello”, 2002; segunda edición.: Granada: Diputación de Granada; Patronato Cultural Federico García Lorca, 2004. • Crónicas del polvo. México: Casa Maya de la Poesía, 2004. • Carilda Oliver Labra: la poesía como destino. La Habana: Editorial Letras Cubanas, 2004. Inéditas • La Imprenta en Matanzas. (Monografía). • El coleccionismo en Matanzas: del salón privado al Museo público. • Matanzas, los siglos de la Edad Media. (Monografía). • Fuentes para la Historia de Matanzas. (Compilaciones bibliográficas en colaboración con Raúl Ruiz). • Carpentier, la otra novela (Biografía). Como colectivo de autores • Municipio Matanzas. La Habana: Editorial José Martí, 1987. • Matanzas: apuntes para su historia. Matanzas: Comité Provincial del PCC, 1991. Cuadernos Históricos Matanceros, 15. • Ciénaga de Zapata; contribución para un estudio regional. Matanzas: Ediciones Matanzas, 1999. • Matanzas, síntesis histórica. Barranquilla (Colombia). 1998; segunda edición. Vilanova - Barcelona, 2000. • Las Cifras del Tiempo. Cronología histórica sumaria de la Provincia de Matanzas. Matanzas: Ediciones Matanzas, 2006. Colaboraciones en publicaciones periódicas Bohemia (La Habana). La Gaceta de Cuba (La Habana). Revista de la Biblioteca Nacional José Martí (La Habana). Revista Matanzas (Matanzas.) Girón (Matanzas). Yumurí (Matanzas). Revista del Vigía (Matanzas). Jornal de Angola (Luanda. Rep. Popular de Angola). Revolución y Cultura (La Habana). Condecoraciones • Medalla de Colaborador Internacionalista.1989. • Sello de laureado. 1990 y 1994. • Orden por la Cultura Cubana. 1994. • Distinción “Majadahonda 1936” (UNEAC). 1995. • Medalla “Raúl Gómez García”. 1998. • Medalla por el Tricentenario de Matanzas. 1999. Reconocimientos Nacionales • Reconocimiento del PCC Provincial por su destacada labor como miembro de la Sección de activistas de Historia de ese Comité Provincial.1981, 1982, 1983 y 1984. • Reconocimiento de la Dirección Municipal de Cultura de Perico por su aporte a la creación del Museo Municipal, 1982. • Certificado “150 Aniversario de la biblioteca Gener y Del Monte de Matanzas” en reconocimiento a la colaboración que ha prestado a esta institución, 1985. • Reconocimiento de la filial provincial de Artes Escénicas de la UNEAC “por su contribución a la consolidación del grupo teatral Papalote”, 1985. • Reconocimiento de la Asamblea Provincial del Poder Popular “por los aportes brindados al desarrollo de la cultura matancera”, 1989. • Diploma de la filial matancera de la Academia de Ciencias “por su destacado trabajo científico en el quinquenio 1986-1990.” Entregado en 1991. • “Trincheras de Ideas”, distinción del Ejercito Central “por su destacada labor en la educación patriótica, militar e internacionalista basada en la divulgación de las gloriosas tradiciones combativas”, 1991. • Reconocimiento de la filial provincial de la Academia de Ciencias por sus logros científicos destacados, 1991. • Certificado otorgado por el periódico Girón “en reconocimiento al aporte brindado en el empeño de informar, educar y orientar al pueblo”, 1995. • Reconocimiento del Centro Provincial de Superación de la Cultura de Matanzas “por haber contribuido a elevar la preparación cultural y técnica de los técnicos, especialistas y cuadros de la cultura”. 1995. • Diploma de fundador de la UNHIC en Matanzas. 1997. • Reconocimiento de la cátedra “Carilda Oliver Labra” del ISP “Juan Marinello”. “Por su destacada labor en la promoción y divulgación de la obra de Carilda Oliver Labra”. • Reconocimiento del Centro Provincial de Patrimonio Cultural de Matanzas “por destacada labor investigativa”. 1998. • Reconocimiento de la Dirección Provincial de Cultura “por destacada labor en 1998”. • Reconocimiento del SNTC “por su loable trabajo investigativo”. 1998. • Diploma de la Dirección Provincial de Cultura de Matanzas “por su destacada participación en defensa de la cultura cubana y en la promoción del trabajo comunitario”. 1999. • Distinción otorgada por la UNHIC por su destacado trabajo científico, 1999. • Certificado conferido por la Dirección Provincial de Cultura “por sus actividades vinculadas a la investigación cultural”. 1999. • Diploma de la Dirección Provincial de Cultura por los resultados obtenidos en la investigación en 1999. Matanzas, 2000. • Reconocimiento especial de la filial Provincial de la UNHIC por su obra historiográfica. Julio 2000. • Diploma de Reconocimiento de la Sección de Base de la UNHIC por su destacada labor científica. Noviembre 2000. • Trabajo destacado en el Evento Provincial de Cultura y Desarrollo. Abril 2001. Provinciales • Diploma de reconocimiento de la UJC Nacional por haber resultado uno de los jóvenes más destacados del país en el trabajo cultural. 1983. • Diploma de la Dirección de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura “por su trabajo de promoción y protección del patrimonio cultural”, 1989. • “Diploma de Merito”, otorgado por el Jurado de la Exposición Nacional de Compilaciones Bibliográficas “en reconocimiento a su labor bibliográfica”, 1989. • Diploma “XX aniversario del Sindicato de la Cultura” por su destacada participación en el desarrollo de la cultura de la nación cubana, 1997. • Diploma del Instituto de Historia en reconocimiento a su aporte científico a la historiografía del período histórico de ocupación militar norteamericana. Eventos Internacionales • Primer Congreso Latinoamericano de Historia de la Ciencia y la Tecnología. La Habana, 1985. • Simposio Mundial de Arte Rupestre. La, 1986. • Mesa Redonda internacional patrocinada por la UNESCO sobre el Reino del Congo. Luanda, 1988. • Simposio Internacional sobre la Historia Regional en América Latina y el Caribe. Matanzas, 1993. • Simposio Internacional “Museología y Sociedad”. Matanzas, 1996 • III Encuentro Iberoamericano sobre la obra de Dulce. Pinar del Río, 1997. • Coloquio Internacional sobre la obra de Carilda Oliver Labra, Matanzas, 1998. • Taller Internacional “Museología y Sociedad”, 1998. • Taller Internacional “Museología y Sociedad”, 2000. Nacionales • II Encuentro Nacional de Investigadores del Patrimonio Cultural. Varadero, 1981. • III Encuentro Nacional de Investigadores del Patrimonio Cultural. La Habana, 1983. • Primera Jornada Científica del Instituto de Ciencias Históricas. La Habana, 1986. • IV Encuentro Nacional de Investigadores del Patrimonio Cultural. La Habana, 1986. • Conferencia científica sobre el Centenario de la abolición de la esclavitud africana en Cuba. Matanzas, 1986. • Encuentro sobre Historia Regional auspiciado por la Casa del Caribe, Santiago de Cuba, 1987. • Primer Seminario Taller Nacional de Animación Cultural “El Museo y la Escuela”. Matanzas, 1988. • V Encuentro Nacional sobre Historia de los Museos Cubanos. Matanzas, 1990. • Coloquio por el 50º aniversario del poemario “Al Sur de mi Garganta” de Carilda Oliver Labra. Matanzas, 1999. • Taller Científico 160 Aniversario de la Conspiración de la Escalera. Matanzas, 2004. • XVIII Congreso Nacional de Historia. Matanzas,2005. Provinciales • Primer Simposio de la Cultura en Matanzas, 1982. • Primer Encuentro Provincial de Instituciones Culturales. Matanzas, 1983. • Primer Encuentro Provincial de Historiadores. Cárdenas, 1983. • Segundo Simposio de la Cultura en Matanzas, 1983. • Mesa Redonda por el 130º Aniversario del Natalicio de Juan Gualberto Gómez Sabanilla, 1984. • Simposio conmemorativo por el 90º aniversario del 24 de febrero. Matanzas, 1985. • Segundo Encuentro Provincial de Instituciones Culturales. Matanzas, 1986. • Mesa Redonda conmemorativa por el Sesquicentenario de Máximo Gómez. El Roque, 1986. • Jornada “Cárdenas y su historia”. Cárdenas, 1987. • Evento conmemorativo por el centenario de la poetisa Luisa Molina. Sabanilla, 1987. • Encuentro Provincial de Investigadores del Patrimonio Cultural. Varadero, 1987. • Mesa Redonda “Arqueología en Matanzas”, organizada por la A.C.C por el 298º aniversario de la fundación de la ciudad. 1991. • Simposio de la cultura en Matanzas, 1991. • Encuentro Provincial de Investigadores del Patrimonio Cultural. Matanzas, 1992. • Evento conmemorativo por el 150º aniversario de la Conspiración de La Escalera. Matanzas, 1994. • Encuentro Provincial de Investigadores del Patrimonio Cultural. Matanzas, 1996. • Coloquio por el Centenario de María Villar Buceta. Matanzas, 1999 • Primer Encuentro Provincial de Investigación del Patrimonio Azucarero. Matanzas, 1999. • Mesa Redonda por el 160º aniversario de la muerte de José María Heredia. Matanzas, 1999. • Encuentro Provincial de Investigadores del Patrimonio Cultural. Matanzas, 1999. • Segundo Taller “Patrimonio, hombre y naturaleza”. Varadero 1999. • Encuentro Provincial de Talleres Literarios. Matanzas 1999. • Taller sobre la mujer en la historia. ISP Juan Marinello. Marzo, 2000. • Evento la obra de Carilda Oliver Labra. ISP Juan Marinello. Julio, 2000. • Evento Provincial sobre Patrimonio Azucarero. Julio, 2000. • Taller Científico Atenas 2000. Matanzas. Octubre 2000. • Segundo Encuentro de Historiadores Basilio Alfonso. Varadero, diciembre 2000. • Evento Provincial de Cultura y Desarrollo. Matanzas. Abril 2001. • III Encuentro Provincial Patrimonio Histórico Azucarero. Matanzas, julio 2001. • Evento Atenas 2006, octubre de 2006. • Encuentro Provincial de Talleres Literarios. Septiembre, 2006.

lunes, 24 de diciembre de 2012

En el 85 aniversario de la fundación de Radio Ciudad Bandera

Una joven periodista de la radio en Cárdenas Por: Lina María La Rosa. periodista de Radio Ciudad Bandera. Tomado del blog Ciudad Bandera (http://ciudadbandera.blogspot.com)
En el Aniversario 90 de la Radio Cubana y en el 85 de Radio Ciudad Bandera, es común que se hable de las personas que llevan mucho tiempo en el medio; se entrevisten a los de mayor experiencia y sobre todo a los que han dejado su impronta, a lo largo de tantas décadas en este mágico audiovisual, que es capaz de trasmitir imágenes con la palabra. Sin embargo hoy quiero detenerme en alguien muy joven, que por camino seguro avanza entre nosotros y provoca no pocos elogios, tanto en esa audiencia a la que con el saludo más cordial, ella le ofrece su trabajo y en los que compartimos su bregar diario en la Emisora de Cárdenas, me refiero a Mileysi Arencibia González. A ella la conocimos cuando llegó al Departamento Informativo para realizar sus prácticas de segundo año; desde aquel entonces dijo que deseaba trabajar aquí cuando terminara y confieso que no le creímos, era joven, bonita, con talento y con un mundo por delante, así que de seguro se quedaría en la capital o trabajaría en los medios provinciales. Sin embargo aquella muchachita, nacida en el poblado de Cantel y la primera de su familia en estudiar una carrera universitaria; ganada en buena lid en las pruebas de aptitud entre muchos aspirantes, cumplió su promesa y luego de culminar con éxitos la Licenciatura en Periodismo, en La Habana, se presentó a realizar su Servicio Social. Llegó ante la Directora Ana Rosa Quintana diciéndole que venía a matricular, utilizando el lenguaje de estudiante, que todavía conservaba, y de inmediato se dispuso a poner en práctica sus conocimientos, pero sin dejar de escuchar a los que llevaban más tiempo, con la humildad que la caracteriza, sin establecer distinciones con ningún compañero o compañera, porque sabe que el más sencillo trabajador de la radio, puede aportarle en un momento determinado esa experiencia del día a día, que una emisora local, obliga a todos adquirir . Los desafíos se presentaron desde el principio, la cantidad de horas de espacios informativos, la falta de personal en algunos períodos, la complejidad del Municipio, retaron a la nueva periodista, que aún en Servicio Social, a diferencia de sus colegas que ubicaron en otros medios, tuvo que crecerse y asumir con profesionalidad la elaboración de trabajos en todo tipo de género, conducir emisiones informativas y sobre todo, investigar para salir airosa en espacios de opinión, como el de la imagen, donde entrevista en el programa A Debate, en vivo y con el teléfono a disposición de los oyentes, al Director de Acueductos y Alcantarillados en Cárdenas, con un tema candente, relacionado con hidrología y el abastecimiento de agua en la ciudad. Así fue desarrollándose Mileysi entre nosotros, sin perder esa mirada pícara y sin temor a enfrentar ese periodismo a que se aspira, que refleje el quehacer de nuestro Pueblo, con la crítica oportuna y el protagonismo de cada uno de los miembros de esta sociedad imperfecta, pero llena de oportunidades que la Revolución trajo consigo y permitió a que esta joven periodista de origen campesino, sea hoy el orgullo del Departamento Informativo de Radio Ciudad Bandera, en el año de su Aniversario 85 .

viernes, 21 de diciembre de 2012

Reconocen obra de caricaturista cardenense en el Premio Ojalá 2012. El Premio Ojalá 2012 en su segunda edición se dedicó a la historieta. La convocatoria, librada en diciembre del 2011 invitó a los autores cubanos a participar con historias inéditas, con una extensión de hasta 32 páginas. Hasta el cierre de la admisión, en noviembre del presente año, se recibieron piezas de 39 autores, residentes en 12 provincias del país. El Jurado, integrado por Silvio Rodríguez, Roberto Fabelo, Roberto Alfonso Cruz, Jorge Oliver, Orestes Suàrez y los cardenenses Juan y Ernesto Padrón Blanco, seleccionó como ganadores del Primer Premio a la obra El Primer Encuentro, adaptación del cuento homónimo de F. Mond, realizada por el artista Osvaldo Pestana Montepeller (Montos), de Sancti Spíritus y la obra El Viaje, basada en la obra del mismo nombre de Miguel Collazo, del artista Luis Arturo Aguiar Palacios, de La Habana.
El jurado recomendó además publicar una reseña de las obras de los artistas Orlando Ramos (Orlandito), de Cárdenas; Arí Bayolo de Cienfuegos; Javier Enrique Documé de Pinar del Río; Pedro Luis Pomares, y Reynier Bermúdez, de Matanzas; así como las de Alejandro Rodríguez, Leandro Rodríguez y de José Carlos Romero, todos de la Habana. Las dos obras que obtuvieron los primeros lugares conformarán una edición especial, en formato de novela gráfica que se imprimirá en el próximo año 2013.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Las visitas del General Antonio Maceo a Cárdenas.

Por: Ernesto Alvarez Blanco.
Cuando Gerardo Castellanos Lleonart – designado por la Convención Cubana de Cayo Hueso para viajar a la Isla en calidad de comisionado de José Martí, Delegado del Partido Revolucionario Cubano – visitó Cárdenas entre agosto y septiembre de 1892, no pudo constituir en la ciudad, tal como lo había hecho ya en los principales centros urbanos de las regiones de Matanzas, Las Villas y Camagüey, un núcleo revolucionario. Sin embargo, un grupo de cardenenses le prometieron unirse lo más rápidamente posible, para dar continuidad a la labor realizada por él durante su estancia en la ciudad. Este grupo conspirativo poseía extensas ramificaciones entre los empleados y trabajadores de la Compañía del Ferrocarril de Cárdenas a Júcaro y de las fincas azucareras de la comarca; y estaban en contacto directo con los organizadores de la revolución que se gestaba. Sitio preferencial de reunión de estos patriotas fueron el Club de Cárdenas, situado en los altos del hotel La Dominica y en cuya directiva varios conspiradores ocupaban cargos prominentes, y la Logia Perseverancia, en la que se agruparon, bajo la denominación de Discípulos de Salomón, cardenenses de la estirpe de Joaquín de Rojas, Fernando Méndez Capote y Carlos María de Rojas, patriota insigne de nuestro municipio. Con estos últimos parece haber contactado el General Antonio Maceo y Grajales en el transcurso de la visita clandestina que realiza a Cárdenas en 1893, con objeto de despistar a sus perseguidores. Maceo, luego de una importante reunión que había sostenido con Martí en Costa Rica, había viajado a Cuba de forma clandestina, arribando a Cienfuegos en el mes de noviembre de 1893, con objeto de intervenir personalmente en la preparación de la insurrección que se gestaba. Desde allí, sorteando mil dificultades, se trasladó a Santiago de Cuba y a La Habana. En la capital de la Isla, el insigne mambí fue sorprendido por el alzamiento de Higinio Esquerra en Lajas. La policía española, quien había detectado su presencia días antes en la llamada acera del Louvre, comenzó de inmediato a perseguirlo. Gracias a la cooperación de un niño y de varios miembros de la sociedad secreta abakuá de La Habana, el General pudo despistar a sus perseguidores y trasladarse por ferrocarril a Cárdenas. Una vez en la Ciudad y contando con la protección de los conspiradores locales, Maceo quien se hospedó en el Hotel La Dominica y no, como se ha afirmado erróneamente en el hotel León de Oro, recorrió junto al catalán Jobita Dalmau – condueño con su hermano Faustino de La Dominica – los sitios de la ciudad vinculados a los sucesos ocurridos el 19 de mayo de 1850, fecha en que el General anexionista Narciso López y sus hombres habían tomado la población por unas horas y habían hecho ondear, en el edificio ahora ocupado por el hotel, entonces Casa de Gobierno, la bandera de la estrella solitaria Por estos días, Maceo sostiene varios encuentros con los conspiradores locales y asiste al banquete que Joaquín de Rojas y otros patriotas le ofrecen en el Hotel León de Oro, el cual estaba situado en el mismo sitio que ocupa en la actualidad el edificio de ETECSA. Poco después, con la ayuda de los miembros de la Logia Perseverancia y de varios trabajadores de la Estación de Ferrocarriles de San Martín, Maceo se trasladó a Cienfuegos, en donde enterado de la poca efectividad de los alzamientos que se habían producido por esos días, decidió embarcarse en una goleta rumbo a la isla de Caimán Grande. El 20 de diciembre de 1895 penetra en la provincia de Matanzas el Ejército Invasor, al mando del Generalísimo Máximo Gómez y de su Lugarteniente General Antonio Maceo. La ciudad de Cárdenas no vio transitar por sus calles al Ejército Invasor. No obstante, el mismo cruzó por sus cercanías, pues en su marcha hacia Coliseo, pasó por Contreras, poblado situado en su vecindad y pernoctó, el 21 de diciembre, en el ingenio Herrera, perteneciente a su jurisdicción. No obstante los cardenenses dieron su aporte a esta operación, engrosando las filas de sus huestes, hostigando a las fuerzas españolas urbanas o entorpeciendo sus movimientos, dificultando en muchas ocasiones el rápido traslado de las mismas por ferrocarril hasta los lugares de combate. El 25 de diciembre de 1895 como parte de las operaciones que realiza en el norte de la provincia para entretener habilidosamente al enemigo, el Coronel Lacret Morlot hace arder varias plantaciones, cañaverales e ingenios del valle de Guamacaro y amenaza con atacar a Cárdenas. Dos días después, el 27 diciembre los insurrectos queman las estaciones de ferrocarril de Lagunillas y Contreras. Concluido el sangriento combate de Calimete – 29 de diciembre de 1895 – las fuerzas invasoras emprenden su marcha rumbo a la provincia de La Habana, pues tenían entre sus planes penetrar en la misma a comienzos del año nuevo. El 10 de febrero de 1896, se hace cargo del Gobierno y de la Jefatura del Ejército de Operaciones de Cuba el General Valeriano Weyler, considerado el único hombre capaz de llevar a cabo una ofensiva contra el Ejército Libertador, que había culminado exitosamente el 26 de enero de 1896 la atrevida campaña invasora en Oriente e iniciaba la de Occidente, con el objetivo de fortalecer la lucha en esa región. Sin embargo, los planes de Weyler de encerrar al contingente invasor y a sus principales oficiales en la provincia pinareña, para perseguirlos dentro de ese territorio cerrándoles, al mismo tiempo, los puntos por donde podría obtener recursos, fueron destrozados por los Generales Gómez y Maceo, en una breve campaña que se realizó entre el 1 de febrero y el 15 de marzo de 1896, con una serie de operaciones realizadas en las provincias de Pinar del Río, Matanzas y La Habana. Recorridos exitosamente los territorios de Pinar del Río y La Habana, donde se libraron importantes combates, el 21 de febrero Gómez toma la vanguardia para dirigirse al sudeste. Con anterioridad, ambos jefes mambises habían acordado marchar rumbo a Matanzas. Cumpliendo con ese objetivo, Maceo se dirige el 24 de febrero de 1896 – primer aniversario del estallido de la guerra – hacia Cárdenas atravesando las lomas de Coliseo. A su paso por las cercanías de Cárdenas, Antonio Maceo – recibió por segunda ocasión el 24 de febrero de 1896, en su campamento del ingenio La Perla en el Valle de Guamacaro, el saludo revolucionario y el apoyo de los conspiradores y mambises cardenenses, especialmente de Carlos M. de Rojas, quien le solicitó que lo incorporara a la columna invasora a lo que el jefe mambí respondió: ... a la guerra no se viene a pedir, sino a obedecer. Usted donde es necesario, por su prestigio y valor es aquí. Este lugar es más difícil que Oriente y Camagüey para combatir. Su brigada será el orgullo de Cárdenas... . Carlos María de Rojas es especialmente comisionado en esta ocasión, como ya dijimos con anterioridad, por el Titán de Bronce para gestionar con la Junta Revolucionaria de Cárdenas, la adquisición de armas y otros materiales de guerra y para que, de acuerdo con la misma, procediera a la conducción de los referidos pertrechos, que debían ser puestos a disposición del Cuartel General del Ejército Libertador, hasta un lugar seguro. También se le encomendó la misión de recibir y auxiliar las expediciones mambisas que arribaran por la zona de Cárdenas. Al amanecer del 25 de febrero de 1896, en el mismo campamento, se produce el combate de Perla, en el que Carlos María de Rojas participa, cumpliendo órdenes de Maceo, como observador. Este propio día, Maceo y sus hombres hacen estancia en Santa Inés, sitio perteneciente al municipio de Matanzas. El 26 de febrero atraviesan la línea férrea que conducía a Jovellanos y la existente entre Guanábana y Cidra. El propio 26 de febrero Carlos María de Rojas es ascendido por orden de Maceo al grado de Comandante del Ejército Libertador. A partir de este momento, las acciones más inmediatas del Regimiento, luego Brigada, Cárdenas estarán encaminadas a apoyar la importante campaña que Maceo, auxiliado por el Generalísimo Máximo Gómez, efectuaba en los términos de la región occidental, y a la protección y recibimiento de la Expedición de Cayo Sal que se esperaba por entonces. El látigo utilizado por el General Antonio Maceo durante la llamada Campaña de Occidente se conserva en los fondos del museo Oscar M. de Rojas, en cuya Sala de las Guerras de Independencia se exhibe. Mide 48 cm de largo por 5 cm de ancho, está confeccionado en madera de bambú y presenta, en uno de sus extremos, un adorno metálico en forma de cabeza de perro mientras que del otro pende, de un asa, el látigo de cuero trenzado con terminación en forma de cinta. Este valioso exponente fue donado al Museo y Biblioteca Pública de Cárdenas por el Dr. Joaquín Oti de la Fe, esposo de Elvira de Rojas, hija del General Carlos M. de Rojas, quien fue el Jefe de la Brigada Cárdenas durante la Guerra del 95. Según certificó ante Notario el donante, a petición de Oscar M. de Rojas, fundador y primer Director del Museo que hoy lleva su nombre, el látigo lo obtuvo su padre, el ciudadano español Joaquín Oti Gutiérrez en el batey del ingenio La Julia, en el valle de Guamacaro, sitio en el que residía en la época en que tropas al mando del General Antonio Maceo sostuvieron un reñido combate el 25 de febrero de 1896.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Diciembre, Fidel y Cárdenas .

Un momento muy especial para los cardenenses, al igual que para todos los cubanos, fue la visita realizada el 7 de Diciembre de 1999 por el líder de la Revolución a la Escuela Primaria “Marcelo Salado”. En la misma estudiaba el pionero cardenense Elián González Brotón, quien se hallaba injustamente retenido en los Estados Unidos en ese momento, por la mafia de Miami. Fidel realizó un especial intercambió de impresiones con los niños y el colectivo de trabajadores de la institución; así como con el padre y los abuelos de Elián, que este día cumplía 6 años alejado de los suyos. Durante el singular encuentro Fidel recordó al cubanito ausente y reafirmó la voluntad del pueblo de Cuba de luchar incansablemente para lograr su regreso a la Patria. Afortunadamente, al año siguiente, el 6 de Diciembre del 2000, el Comandante en Jefe almuerza con el niño cardenense y su familia en su hogar y disfruta, con posterioridad, de la fiesta de cumpleaños de Elián y de otros niños cardenenses en la Escuela Primaria “Marcelo Salado”. El 6 de diciembre del 2002 Fidel vuelve a Cárdenas para compartir nuevamente un cumpleaños colectivo de Elián González y de otros niños cardenenses en la Escuela Primaria “Marcelo Salado”. El 5 de diciembre del 2003 el líder de la Revolución comparte nuevamente con Elián González y otros niños cardenenses un cumpleaños colectivo en la Escuela Primaria “Marcelo Salado” Como parte de las actividades de este día, deja reinaugurado el Museo “Oscar María de Rojas”, restaurado capitalmente y modernamente remontado, gracias a los programas de la Revolución. Visiblemente contento y muy complacido de la labor realizada, Fidel recorre sin prisa las salas de la institución acompañado de Lázaro Miranda Chirino, su director. Con posterioridad sostuvo un emotivo encuentro con los trabajadores, técnicos y especialistas de este centenario museo así como con dirigentes del municipio y la provincia.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La Mansión Xanadú.

Por: Ernesto Alvarez Blanco.
1926 marcó la llegada a la península de Hicacos del millonario norteamericano Mr. Irenee Dupont de Nemours, quien en 1920 impulsó una campaña para promover una opinión favorable al uso de los gases venenosos en las guerras, los cuales, alegaba, eran más humanos que las armas convencionales. La introducción del “piadoso” producto estaría avalada por la tradición industrial de la firma I. E. Dupont, fundada por Pierre Samuel Du Pont, ilustre antepasado suyo que escapó de la guillotina durante la Revolución Francesa y se exilió en Norteamérica, sitio en el cual fundó una fábrica de pólvora Mr. Dupont, quien había nacido el 21 de diciembre de 1876, mostró desde muy joven, junto a sus hermanos Pierre y Henry, inquietudes políticas y en 1925 se opuso, junto a ellos, a una conferencia sobre desarme celebrada en Ginebra. Además, ayudó financieramente – al igual que sus hermanos - a los sindicatos patronales en su lucha contra el movimiento obrero, colaboró con el surgimiento del fascismo y fue amigo de Adolfo Hitler. Precisamente, según las Audiencias de la Comisión Investigadora Nye – Vandenberg, parte 12ª, fue uno de los industriales que colaboraron con el rearme de la Alemania nazi. También, aportó la mayor contribución a la campaña republicana contra Franklin D. Roosevelt. La llegada de Mr. Dupont a Varadero estuvo precedida de la visita que realizó a la península en el mes de enero de 1926 Charles A. Meade, uno de sus empleados. El Sr. Meade había sido enviado por Mr. Dupont a Cuba con objeto de investigar acerca de lo que en el mapa de la Isla aparecía como: “... una exquisita faja de arena al norte de la bahía de Cárdenas. Meade partió de nuestro territorio el nueve de enero de 1926 y semanas más tarde cablegrafió a su jefe: Justamente lo que usted deseaba. En marzo un abogado habanero, J. Cesar Trujillo, recibió instrucciones de organizar una compañía”. La nueva sociedad anónima, fundada el 6 de abril de 1926, se le dio el nombre de Compañía Henequenera de Cárdenas S. A, pero su verdadero fin era apoderarse de casi toda la península de Hicacos con objeto de convertirla en un coto privado, a donde solo tuvieran acceso Mr. Irenee Dupont y sus invitados. Más tarde, a esta Compañía se le nombró en 1931 “Peña de Hicacos S. A”, pasando a formar parte con posterioridad de la Compañía “Dupont S.A”. A partir de la fundación de la Compañía Henequenera de Cárdenas S. A, Mr. Dupont se convierte en el principal propietario del balneario, con la adquisición en la Península a precios irrisorios – alrededor de 4 centavos el metro cuadrado - de 512 hectáreas de terreno; las cuales abarcan en la actualidad el espacio comprendido entre la calle 54 y el espacio que ocupa la Mansión Xanadú, edificio que fue desde 1930 la residencia temporal de este millonario norteamericano. Las primeras extensiones de terreno adquiridas por Mr. Irene de Dupont fueron las 14 caballerías y 2924 varas cuadradas de superficie que le quedaban, de la finca que poseía en la Península, en el área conocida por Figueroa, al historiador cardenense Leonardo Abad Severo García Chávez. El heredero de Casimiro García Zalva las vendió en 98.000 pesos el 21 de diciembre de 1927 a Lawrence Briggs Ross, testaferro de Mr. Dupont y representante de la “Compañía Henequenera de Cárdenas S. A”, según la escritura No. 376 de la notaría habanera de Arellano y Recio. Mr. Dupont ordenó construir en este lugar la pista de aterrizaje desde donde voló en 1928 Víctor Dallin, de Filadelfia, Estados Unidos de América, contratado por él para que trazara un mapa aéreo de la Península. La Mansión Xanadú, nombrada así por Mr. Dupont en honor al poeta inglés Samuel Taylor Coleridge que escribió un poema con este nombre inspirado en el legendario guerrero Kubla Khan, fue proyectada en julio de 1929 por los notables arquitectos cubanos Govantes y Cabarrocas, quienes realizaron también el proyecto de la Biblioteca Nacional, de varias residencias del reparto Chautauqua, ubicado en la península de Hicacos y de otras construcciones de la finca – la residencia de Mr. Paul Edwards, por ejemplo - que poseía el millonario norteamericano en Varadero. La construcción fue ejecutada, a un costo de 400.000 pesos por la “Frederick Snare Corporation”. Las maderas preciosas utilizadas en su construcción fueron traídas expresamente de Santiago de Cuba. Sus pisos fueron elaborados con mármoles cubanos mientras que el baño, se elaboró con mármol italiano. Fue concluida en el mes de abril de 1930. Los muebles que se colocaron en su interior costaron alrededor de 200.000 pesos. Los jardines y el campo de golf de la mansión ocupaban una extensión de 21 hectáreas. Consta de 4 plantas y posee elevador, bar, bodegas, almacén, terrazas, biblioteca, comedor, salón de té y sótano. En este último, se encuentra instalado, desde 1932, un órgano descomunal – el mayor que existe en una residencia privada de Latinoamérica – cuyo costo ascendió a 110.000 dólares. En marzo del 2002, a propuesta de varias personalidades matanceras y de la filial matancera de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de Cuba (UNAIC), fue nominada, junto a otras seis maravillas arquitectónicas de Matanzas, para integrar el proceso de selección de las obras más relevantes de la arquitectura cubana de todos los tiempos. A pesar del manifiesto interés de apoderarse de buena parte del territorio de la península de Hicacos, Mr. Irenee Dupont trajo diversos beneficios al balneario, los cuales redundan en el aumento gradual de residentes y temporadistas. Entre estas mejoras, se destaca la llegada al poblado en 1926 de la luz eléctrica, la cual se toma del cercano central “Dos Rosas”, luego “Humberto Álvarez”. Este servicio se cobraba por la Compañía Cubana de Electricidad. De este modo, Mr. Dupont, quien avizoraba desde entonces “... una era multimillonaria del turismo, con decenas de lujosos hoteles mirando al estrecho de la Florida, con clubes privados para las grandes familias del Norte, con ruleta, bacará y póquer, con muelles particulares sin aduanas. (...) una paraíso de la mafia y de la aristocracia industrial norteamericana donde todo ardiera en la azulosa llama del brandy”, se dio cuenta rápidamente de la magnitud del negocio que se tenía entre manos. Muy rápido el metro de tierra fue revendido en Varadero a 10 pesos, a 20 pesos y hasta más de 100 pesos, según la ubicación del lote. A un promedio de 40 pesos el metro, las utilidades, solamente por concepto de bienes raíces, estaban llamadas a representar unos 200 millones de pesos, es decir, tanto como le había producido a Dupont la dinamita en la primera guerra mundial. Mr. Irene Dupont, donó a la Corporación Nacional de Turismo en diciembre de 1936, como consecuencia directa de una importante reunión realizada con objeto de elaborar una Ley encaminada a crear campamentos de verano en Varadero, una considerable extensión de terrenos, de los muchos que poseía en la Península, para que fuesen dedicados al fomento del turismo. En 1944, Mr. Dupont era ya dueño de cerca de 40 caballerías de tierra – unos 5 millones de metros cuadrados - en Varadero, los cuales le habían costado solamente unos 200.000 pesos. Poco antes, en 1940, había parcelado varios metros cuadrados de terreno adquiridos de manos cubanas para fomentar la antigua Playa de la Torre, luego Villa Cuba. El 20 de diciembre de 1944, Mr. Dupont vendió a la Sociedad “Varadero Nuevo S. A”, en 18.000 pesos una parte – 251 220 metros cuadrados de la zona conocida como Estero de los Barcos – pertenecientes a la propiedad que había comprado en 1927 al historiador cardenense Leonardo Abad Severo García Chávez. A partir de este momento y siguiendo sus huellas, otros dueños y temporadistas inician un acelerado proceso de compra – venta de terrenos, muchos de los cuales son cubiertos de casas y hoteles en el período que nos ocupa. En el mes de septiembre de 1933, Mr. Irene Dupont de Nemours donó 40.000 pesos a los damnificados del terrible ciclón y ras de mar que azotó a Cárdenas y a Varadero el día 1 de este mismo mes y año, lo que le valió el otorgamiento en noviembre de 1935, por decreto de Carlos Mendieta, de la Orden Nacional “Carlos M. de Céspedes”. Este hecho, junto al homenaje que le ofrecieron tardíamente, en 1952, varias instituciones y autoridades cardenenses, le ganaron al millonario norteamericano fama de altruista. Durante el transcurso de 1933, se editó un sello con la imagen de Mr. Dupont, el cual se colocaba gratuitamente a toda la correspondencia que salía de Cárdenas. El sello pretendía destacar la contribución monetaria realizada por el multimillonario norteamericano, para resarcir los daños causados por el citado ciclón y ras de mar a la Perla del Norte y a Varadero. No obstante su condición de millonario con pedigrí, según apunta Juan Ferrán Oliva, en un artículo publicado en la revista cubana “Opina”, Mr. Dupont: “... se comportaba como un advenedizo, de esos que compran los libros por metros y los diamantes por kilogramos. En las fiestas ofrecía a los invitados botas, capas y otros objetos alegóricos para lograr la ambientación de que tanto gustaba. A esta afición pueril añadía otra excentricidad. Había domesticado varias iguanas que como perritos venían a comer de su mano”. A finales de 1949, se inicia la construcción, a un costo de tres millones de pesos, del famoso hotel “Internacional”. El terreno en donde se construyó este hotel – 14,728 metros cuadrados – fue vendido a Leonardo García por Mr. Irenee Dupont, a través de la Compañía “Peñas de Hicacos S. A” en 150.000 – a unos 120 pesos el metro cuadrado (él lo había pagado a 4 o 5 centavos). Entre los meses de agosto y septiembre de 1952, el artículo del Dr. Jorge Quintana titulado “Irenee Dupont, Enemigo de Varadero” causó indignación entre la directiva y los miembros de varias sociedades cardenenses, especialmente del Club de Leones y del Comité Pro Calles Acción Cívica Ciudadana. La controversia, surgió a partir de las aseveraciones hechas por el Dr. Quintana, quien criticó la existencia en Varadero de un área privada – propiedad de Dupont, la cual obstaculizaba el desarrollo integral de la península de Hicacos. En respuesta a las cartas recibidas del Club de Leones y del Comité Pro – Calles de Cárdenas, defendiendo la imagen de quien era considerado, un benefactor de la Ciudad Bandera y de Varadero, a partir de los donativos monetarios que había realizado a los damnificados del ciclón y ras de mar que azotó a esta zona en septiembre de 1933, la revista “Bohemia” publicó en septiembre de 1952 el artículo ilustrado titulado “El Varadero que ansiamos los cubanos”. En el citado artículo, en el cual se refleja – a partir de un estudio urbanístico realizado por especialistas cubanos en el tema – las obras que debían ser ejecutadas en la Península para lograr el: “...diáfano y próspero desarrollo de una zona cubana, llamada por la condición de sus playas, por su ubicación geográfica y por su extensión a un superior destino, mucho más alentador que al que le han condenado en el presente”; se afirmaba crudamente: “Si el señor Irenee Dupont amase de veras esa zona sería un colaborador sincero de estos empeños. Si BOHEMIA logra ese propósito se dará por muy bien pagada de tantos afanes y desvelos. Para BOHEMIA la Península de Hicacos es un emporio de riqueza cubana. Pero hay que desarrollarlo. Y no es levantando cercas, cerrando caminos, litigando a diestra y siniestra como se logra el desarrollo de esa riquísima región, sino colaborando todos en el esfuerzo magnífico de hacer de las playas inmediatas a Varadero, de hacer de toda la Península de Hicacos un centro turístico tanto o más importante que el Miami floridano o el Acapulco mexicano. Para ese empeño los vecinos de Cárdenas y Varadero pueden contar con la leal cooperación de BOHEMIA (...)”. En el verano de 1957, Mr. Irenee Dupont salió una tarde de la Mansión Xanadú, al cesar la lluvia, y al bajar una de las escaleras resbaló y se partió una pierna. Fue traslado a los Estados Unidos de América y nunca más regresó a Varadero. Falleció en los Estados Unidos de América el 12 de diciembre de 1963. Curiosamente, este mismo día se inauguró, en la mansión construida por él en Varadero, el restaurante “Las Américas”.

martes, 20 de noviembre de 2012

Presentó el escritor Leonardo Padura su libro “La memoria y el olvido”.

Cárdenas, 20 de noviembre de 2012. El conocido escritor cubano Leonardo Padura presentó en el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo de esta Ciudad, su libro “La memoria y el olvido”. El volumen publicado en el 2011 en La Habana, por la editorial Caminos, recopila 79 crónicas que vieron la luz, inicialmente, a través del Servicio de Columnistas de la agencia internacional de noticias IPS-Inter Press Service y de publicaciones de su corresponsalía en Cuba. El esfuerzo de la editorial del no gubernamental Centro Memorial Martin Luther King Jr, con el apoyo de IPS Cuba y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude), incluye textos que aparecieron en Cultura y Sociedad, revista editada por el escritor hasta su desaparición en 2009, y en su espacio en Internet La esquina de Padura. Durante el encuentro con trabajadores del Centro, periodistas de Telebandera, directores de programas de Radio Ciudad Bandera, músicos, artistas e intelectuales del municipio; Padura habló de la novela que escribe en la actualidad, de sus trabajos periodísticos y de sus próximas publicaciones. Así mismo, respondió a las preguntas de los presentes, quienes pudieron adquirir varios ejemplares del volumen, los cuales fueron autografiados por su autor.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Falleció destacada museologa catalana

A pesar de que la noticia nos llegó con bastante tardanza, la publicamos en El Cardenense, como homenaje postumo a la Dra. Andrea García i Sastre, destacada museologa catalana y dilecta amiga. LLegue hasta sus familiares y amigos nuestro más sentido pésame. Ernesto Alvarez Blanco Compromiso con la historia Por: Albert Giménez- 01/03/2012 Durante los primeros años 70 del siglo pasado, en Barcelona, un grupo de maestros, pedagogos y conservadores de museos empezaban a cuestionar el valor didáctico y social de muchas de las museografías que en aquel momento mostraban al público nuestros museos. Andrea A. Garcia Sastre fue uno de esos profesionales impulsores del movimiento y mantuvo el espíritu de compromiso a lo largo de intensa vida. Trabajó en el actual MNAC (entonces Museo de Arte de Cataluña), más tarde en el Museo Etnológico de Barcelona, al servicio de Museos del Ayuntamiento de Barcelona y finalmente, en el MNAC hasta su jubilación. Siempre luchó por una renovación de los museos, en particular de su función pedagógica, y formó en ese espíritu numerosos conservadores y pedagogos de museos en seminarios, cursos y conferencias, aquí y en muchos puntos de España y de América Latina. Su compromiso con la profesión museística la hizo participar, como fundadora, en la primera Assemblea de Museus de Catalunya (1977) y más tarde en la ATMC, de la cual fue presidenta. Inició junto con su equipo las que acabarían siendo conocidas como las Jornades DEAC de alcance estatal y que aún hoy es el foro español donde se habla de educación y museos. Fue miembro del Consejo Internacional de Museos de la Unesco como miembro activo del comité CECA, logrando la celebración de la conferencia internacional en Barcelona y presidió el comité español (1998-2002). Durante su presidencia dirigió la asamblea general de esa organización en Barcelona en el 2001. En el 2005 la Asociación de Museólogos de Catalunya le otorgaba su premio en reconocimiento de su espíritu activo, combativo e infatigable en favor de la museología en Catalunya. Fue una notable investigadora y abrió una línea con impacto en los ámbitos nacional e internacional. Su tesis doctoral, Els museus d´art a Barcelona: antecedents, gènesi i desenvolupament fins l´any 1915 recibió el premio extraordinario en el año 1997 y fue publicada por Edicions de l´Abadia de Montserrat. De su dilatada carrera se conservan espléndidos trabajos, pero también nos quedan grandes amistades entre compañeros y colegas. Este es el valor humano que aportaba a nuestra profesión, más allá de su indiscutible valía profesional.

La Bandera Nacional de Cuba En las islas Mujeres y Contoy en 1850 De Nueva Orleáns a Cárdenas, Matanzas.

Colaboración de: Fidel Villanueva Madrid. Cronista Vitalicio de Isla Mujeres.
Hace unos días, al atender una invitación del Consulado de la República de Cuba en Cancún para hablar sobre los lazos que unen a Isla Mujeres con la Antilla Mayor, asistentes al evento me pidieron detallara un poco más lo relacionado con la Bandera Nacional de Cuba, la cual, antes de ser izada en ese país estuvo en Isla Mujeres en mayo de 1850, siendo su portador el General Narciso López de Urriola, quien nació en Caracas, Venezuela en 1797 (otros dicen que en 1798), y falleció en La Habana el 1º de septiembre de 1851.
Respecto al citado General Narciso López, coinciden los que se han interesado en su vida, en que fue utilizado por los Estados Unidos para sus fines expansionistas, costándole la vida el último de sus 4 intentos por liberar a Cuba del dominio español. López fue capturado en agosto de 1851 en las Pozas, Pinar del Río, siendo sentenciado a morir a “garrote vil”, lo cual se cumplió en La Habana en la fecha asentada como de su muerte. Como sea, tiene el mérito de haber creado la Bandera Nacional de Cuba, pues la que dejó en 1850 en Cárdenas, Matanzas, fue enarbolada en los movimientos libertarios que los antillanos realizaron durante la segunda mitad del siglo XIX. La cuestión es que el tema de la estancia de la bandera cubana en Isla Mujeres, días previos a que López de Urriola la trasladara a Matanzas es poco conocido, y por ello, tratando de satisfacer interrogantes, inscribiré información que al respecto he recopilado de fuentes, tanto de Nueva Orleáns, como de La Habana y de la ciudad de Mérida, Yucatán. Debo advertir que algunos sucesos fueron dados a conocer con bastante retraso, por lo que el lector (a) no debe confundirse en el registro de las fechas. Señalar también, que por venir la mayoría de los datos de hemerotecas yucatecas, la ideología o el matiz de las publicaciones es contrario a Narciso López y a sus “filibusteros”. No podía ser de otra manera, dado que Yucatán llevaba más de 300 años de depender económicamente de Cuba. Su comercio era con esa colonia española, por lo que no le convenía tener ninguna confrontación con su gobierno. Anticipo también que quienes redactaron las notas o boletines se basaron en ocasiones en rumores, que bastante cercanos a la realidad estaban. Así, encontramos una publicación del 17 de mayo de 1850 con comentarios sobre que: “Se supone una expedición de Narciso López a Cuba. La Fragata Rocitán mandada por el Comodoro Porkes apoyaría al gobierno de Cuba para destruir las expediciones.” El sábado 25 de mayo inmediato se da a conocer que: “Por un buque que ha venido de Nueva Orleáns se confirma la noticia de que con grandes preparativos se disponen a atacar de nuevo la isla de Cuba algunos aventureros acaudillados por jefes norteamericanos y por el General español Narciso López; que tienen mucho dinero, y se presume que se hallan complicados en la intentona naturales de la isla de Cuba.” (El ataque ya había ocurrido el 19 de mayo anterior.) Dos días más tarde, el lunes 27 de mayo se publican declaraciones de extranjeros, que procedentes de Isla Mujeres llegaron a Campeche en una canoa, así como una proclama que les incautaron: “Tentativas contra Cuba Procedente de Isla Mujeres ha arribado anteayer una canoa, á la cual se le ha sometido al régimen preventivo que se halla dispuesto, conduciendo en su bordo diez extranjeros que se dicen ciudadanos americanos, salidos de aquel punto con destino a éste. Según reza el pasaporte librado por el juez de paz de dicha isla aquellos individuos desembarcaron ahí de un estimbote que á su paso, tocó en ella para hacer aguada, y se ocultaron a la hora del desembarco para continuar el viaje, como lo consiguieron en efecto. Interrogados después del motivo de su conducta, declararon que habiendo salido de Nueva Orleáns con el pretexto ostensible de dirigirse a Chagres (Panamá), y de allí a California, ya en el mar se les había notificado que el objeto era ser enlistados entre los expedicionarios que bajo las ordenes del general Narciso López, se disponían a verificar un desembarco en la isla de Cuba; y que creyéndose ellos engañados y burlados, habían aprovechado la primera ocasión que se les presentó de sustraerse de aquella intriga. Aunque habíamos leído en los periódicos extranjeros del anuncio de aquella descabellada empresa, nos resistíamos un tanto a darle crédito, porque al fin no parece creíble que los individuos que han pretendido organizarla desconozcan los inmensos obstáculos que se presentan, no sólo de parte de España (…) sino aún de otras potencias que deben tener un marcado interés en la conservación de la isla de Cuba en las manos en que se encuentra. (…) Tenemos delante un ejemplar de la proclama que se ha distribuido á los expedicionarios con el timbre del nuevo estado independiente, y cuya versión del inglés damos á continuación para conocimiento de nuestros lectores: ¡Soldados de la Expedición Libertadora de Cuba! La noble misión que hoy reunidos emprendemos, es de tal naturaleza, que bastaría por sí sola á fortalecer hasta el heroísmo el brazo de cuantos se hallan en nuestras filas, aún que vosotros no fueseis los vencedores de Palo Alto y Churubusco, o hermanos y camaradas de los que ganaron esas inmortales victorias. ¡Ciudadanos de la gran república! Váis a dar á Cuba aquella libertad, por la cual vuestro ejemplo la ha enseñado á suspirar: Váis á arrancar de los hermosos miembros de la reina de las Antillas las cadenas que por tanto tiempo la han degradado, sometiéndola á una tiranía extranjera, que es hoy un ultraje contra el siglo; Váis a hacer por vuestros hermanos de Cuba lo que Lafayete, Steuben, Kosciusko y Pulasky hicieron por vosotros, granjeándose por ello un nombre inmortal en la historia; y Váis tal vez, á añadir otra nueva y gloriosa estrella al pabellón que ondea, con asombro del mundo entero, sobre la tierra de los libres y la patria de los valientes. El pueblo de Cuba no tendría necesidad de que la primera guardia de honor que se formare en torno del estandarte de su naciente independencia, se compusiese principalmente de sus futuros ciudadanos de los Estados Unidos, sino fuera por ciertas circunstancias particulares que hasta aquí han dado á sus tiranos el poder de sembrar su destructora guerra en el cuello de sus víctimas humilladas. Inermes, imposibilitados (…), vuestros hermanos de Cuba se han visto obligados á esperar la hora, en que prestase á su resolución un punto de apoyo, una reunión intrépida de amigos simpáticos, como los que hoy guío a esta brillante empresa, considerando eso como lo mas honorífico de toda mi vida. Cuando el estandarte en que veis los tres colores de la libertad, el triángulo de la fuerza y el orden, la estrella del futuro estado y las zonas de los tres departamentos de Cuba, llegue a flamear en sus plazas, (…), entonces se presentará alegre y regocijado el pueblo de Cuba para sostenerlo (…) ¡Soldados de la Expedición Libertadora de Cuba! Lo primero que haremos al llegar, será establecer una constitución provisional fundada en los principios americanos y adaptable á las necesidades del momento. Vosotros os uniréis á vuestros hermanos de Cuba, jurando sostener esa constitución en sus principios y en el campo de batalla (…) Espero confiadamente presentarnos á Cuba y al mundo entero, como un señalado ejemplo de todas las virtudes y del valor del soldado ciudadano americano, y confío no engañarme en la esperanza de que por vuestra disciplina, buen orden, moderación en la victoria y el respeto más inviolable a todos los derechos privados, cubriréis de vergüenza á todas las calumnias de vuestros enemigos. Y cuando llegue la hora de descansar sobre los laureles que váis a recoger, todos vosotros, así lo espero, estableceréis vuestras felices y pacíficas mansiones en el suelo bellísimo de la isla que váis a libertar, para gozar allí de la gratitud que Cuba mostrará generosamente á aquellos a quienes debiere el inestimable bien de su libertad.!.- Narciso López. Tal es la bombástica y extravagante proclama que hemos visto impresa en muy buen papel y bellos tipos, y que nos confiamos en la creencia de que los aventureros sean capaces siempre de cualquier cosa. Nos abstenemos de todo comentario.” Dos apuntes breves sobre lo anterior: Uno, para referir que entre los 609 expedicionarios sólo iban 5 cubanos. Y dos, en Cuba estos rumores no llamaron la atención de nadie, pues las notas de prensa de esos días le dieron más importancia al invento del Dr. Frederic Foster Quin, ya que el cólera hacía estragos entre la población. Continuando con el tema, el martes 11 de Junio de 1850 se publicó: “Hace días que circulan por Mérida rumores diversos sobre los primeros pasos de los aventureros que se han dirigido sobre la isla de Cuba, y aunque los que últimamente están en boga se supone traen su origen de las noticias dadas en Isla de Mugeres (sic), por los buques de la Habana dedicados en aquel punto a la pesca. Dícese que se apoderaron de Cárdenas.- Que fusilaron al que mandaba el punto.-Que los han sitiado.” Luego, el día 14 de junio se publicó que: “(…) informes de Veracruz correspondientes al 11 de mayo diciendo que en un barrio de Nueva York se descubrió un depósito de armas y municiones que se cree pertenece a los expedicionarios contra la isla de Cuba. De la expedición unos dicen salió de Nueva Orleáns a Chagres y a Cuba; otros dicen que Santo Domingo es el punto de partida. Hay que advertir que la prensa de EE.UU. miente mucho cuando se trata de esa invasión. España dice que es un plan descabellado y ridículo.” El jueves 20 de junio de 1850 información procedente de La Habana enteró: “Que un puñado de hombres desalmados saltaron a tierra a las 3 de la madrugada del día 19 de mayo en el puerto de Cárdenas. Su Teniente de Gobernador D. Florencio Ceruti a la cabeza de 17 soldados de línea, única fuerza militar que había, opuso heroica resistencia haciéndose fuertes en 4 casas de la población las cuales incendiaron los piratas. Los vecinos huyeron al campo o a los buques amigos. D. León Fortún comandante de Guanamacaro se lanzó contra los invasores con 20 lanceros y 30 vecinos de Cárdenas. 50 vecinos pusieron en fuga a los 400 bandoleros de las tropas de Narciso López. En los enfrentamientos murió el Coronel Izuaga y resultó herido otro Coronel apellidado White. Los restantes se embarcaron otra vez en el Creole y en Cayo Piedras pusieron en libertad al Sr. Ceruti, al Capitán del Regimiento de León D. N. Seguera y a un Subteniente del propio cuerpo. Cuando llegó ayuda de Matanzas ya se habían marchado.” Tras la persecución, las tropas de Narciso López enfilaron en su mayoría a Cayo Hueso, donde aprovecharon los recovecos del litoral para desembarcar. “El Creole fue perseguido por el vapor Pizarro. El Creole le llevaba 20 horas de delantera. En los Cayos Zambos fue alcanzado, pero navegando entre dichos cayos, en aguas bajas logró llegar a Cayo Hueso donde saltaron a tierra espantados invadiendo la población. Habían arrojado al agua unos seis muertos y desembarcado de 30 a 40 heridos.” Al cesar la persecución el Comandante del Pizarro estableció por medio del Cónsul español en Cayo Hueso las reclamaciones de rigor. “El Creole lo decomisó el Colector de la Aduana y según el honorable Juez de Cayo Hueso, William Marvin, el buque era norteamericano. Los pasajeros fueron desarmados y se estaba haciendo una averiguación sumaria contra ellos por haber violado las leyes americanas y haber cometido actos de piratería en un lugar amigo y que se habían entregado al Cónsul español un lancero y siete negros que llevaba de Cárdenas el Creole como únicos prisioneros.” Francisco Armero y Peñaranda era jefe de apostadero y se ufanó diciendo que eran 2 o tres los barcos, el Creole y otros. Se habló de 100 prisioneros entre ellos 14 cabecillas. En Mérida, al saberse la noticia, los españoles residentes estallaron en júbilo y llevaron hasta el Consulado el retrato de la Reina Isabel II, recorriendo con música toda la ciudad. Unos días más tarde, el martes 2 de Julio de 1850 la prensa desplegó: “¡Viva la Reina! Armero y Peñaranda salió el jueves por la noche de la Habana en el Vapor Pizarro. Al otro día tocó el Cabo San Antonio donde no halló novedad desde el torreón. Halló enseguida al bergantín Habana, al cual remolcó dirigiéndose a Contoy. Antes de avistarlo supo que había una fragata y un bergantín goleta mercantes, con una fuerza resto de una mayor que había salido de aquel punto. Llegando a Contoy salió un bote a tierra al mando del Capitán de Fragata D. José Martínez Viñalet quien hizo reconocimiento de la fragata y del bergantín. Y valiéndose de los medios convenientes en estos casos así de energía y sagacidad no solo se ha apoderado el Excelentísimo Sr. Comandante de la fragata y el bergantín con unos cientos de los bandidos, sino que ha cogido la correspondencia y sorprendido los planes todos de la canalla invasora. Se supo que Narciso López ofrecía a los oficiales 20,000 pesos y una finca rural y a los soldados a los tres meses tierras y 4000 pesos a cada uno (…)” El parte continúa algunos párrafos más, cuestionando si realmente USA deseaba evitar la invasión a Cuba o la promovía veladamente. Terminó así ese intento de Narciso López por liberar a Cuba del yugo español. A pesar de su fracaso y de ser defenestrado en su tiempo, fue reivindicado años más tarde, reconociéndosele el mérito de ser el creador de la Bandera Nacional de Cuba. Isla Mujeres, en el Centenario de la Bandera Cubana En 1950, los gobiernos de Cuba, Estados Unidos y México, celebraron con bombo y platillo el 1er. Centenario de la Bandera Cubana. Integrados en una comisión interamericana, autoridades de los tres países, en embarcaciones oficiales, hicieron el mismo recorrido que Narciso López realizara cien años antes. En Nueva Orleáns, Mérida, Isla Mujeres y Cárdenas, Cuba, se colocaron placas alusivas y monumentos para recordar el acontecimiento. En nuestro caso, en una de las tantas remodelaciones al Parque Principal el monumento fue demolido, y la placa desapareció también al construirse el actual Palacio Municipal a finales de la década de los años setenta del pasado siglo, por supuesto. Lo que guardo en archivo es el encendido discurso que el entonces Delegado de Gobierno, Luis Trinchan Tejero, dirigió a los ilustres visitantes y a la comunidad de Isla Mujeres. Descendiente de fundadores de esta ínsula, Trinchan Tejero hizo un recuento de las veces en que la solidaridad entre pescadores cubanos y mexicanos había salvado la vida de muchos, y de los lazos que siempre han unido a las dos islas caribeñas. “Tuvieron nuestros abuelos el honor de ver ondear la bandera de la estrella solitaria en Isla Mujeres y Contoy –recordó- y hoy, nos invade el legítimo orgullo de que ustedes, amigos cubanos, vengan a nuestra casa a honrarnos con esta placa y con este monumento, que nosotros recibimos con la misma alegría con la que les hemos recibido siempre a Ustedes ¡Que viva Cuba, que viva Isla Mujeres, que viva México!” El episodio histórico de la bandera cubana en Isla Mujeres es uno de los tantos lazos que unen a ambas islas en el tiempo. José Martí, que durante su permanencia aquí escribió un libro costumbrista sobre esta ínsula enarboló también esa bandera, como Céspedes, Figueredo, Maceo, y otros tantos más lo hicieron antes, hasta lograr la Independencia y hacerla ondear sobre todo el suelo cubano.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Divinas titiritadas de la vida

Divina titiritada es el título de la pieza de teatro para títeres con la que el escritor e investigador matancero, Ulises Rodríguez Febles, obtuvo en este 2012 el premio del concurso de literatura para niños y jóvenes La Edad de Oro. Sobre su obra, el lauro y este género conversa con Juventud Rebelde Por: Dainerys Machado Vento • 10 de Noviembre del 2012 Dainerys Machado Vento digital@juventudrebelde.cu
Cuatro años de edad tenía el dramaturgo Ulises Rodríguez Febles en 1972 cuando la Editorial Gente Nueva entregó por primera vez el premio del concurso de literatura para niños y jóvenes La Edad de Oro. Quiso el destino que a exactas cuatro décadas del acontecimiento, un personaje--niño llamado como él mismo le reportara la dicha de ganar el certamen. Divina titiritada es el título de la pieza de teatro para títeres con la que el escritor e investigador matancero obtuvo el premio en este 2012. Dice que es «como la quinta o la sexta» obra de ese tipo que escribe. Y acaso su cuenta se pierde en la maldita circunstancia de haber sido también un prolífico escritor para niños, publicado y premiado, pero escasamente puesto en escena. Huevos, Béisbol, Balada del marino, entre otras, han sido algunas de sus piezas para adultos más reconocidas y representadas. La defensa de los ideales y el uso de las nuevas tecnologías han sido temas recurrentes en su producción infantil. Presentes también en la más reciente, Divina titiritada, el autor la reconoce más como «un homenaje al teatro de títeres, a toda esa herencia clásica que nos llega del teatro universal, pero también a la cubana». Inspirada en la Divina Comedia, de Dante, el protagonista de la pieza recorre sus propios círculos, donde se mezclan parodias a varias obras clásicas de la literatura. Su universo es el mundo de los titiriteros, a partir de una estructura dramática análoga a los videojuegos que inundan el siglo XXI. «En Matanzas tenemos una influencia muy grande de esa manifestación», explica Febles. «Desde niños asistimos como espectadores a funciones con títeres. Hace años nos acompaña el trabajo de dos grupos como Teatro Papalote y Teatro de las Estaciones, y creo que de alguna manera nos formamos en esta herencia. Es muy difícil que alguien que viva en la provincia no haya tenido alguna relación con ese teatro». —¿Qué ha impedido entonces que su dramaturgia para niños y jóvenes llegue a escena? —No sé. Hace muy poco escribí una obra por encargo para el director Rubén Darío Salazar y para la cual Senén Calero iba a hacer el diseño. Está basada en El carnaval de los animales y resulta que tampoco podrá montarse por sucesos que acontecieron en el grupo. Es como una maldición que tiene esa zona de mi teatro. «Es que a veces también hay una condición espectacular relacionada con lo que uno escribe y con el hecho de cómo se construye en realidad el teatro para títeres». —La provincia de Matanzas tiene una gran tradición en el teatro para títeres y para niños, pero, como investigador, ¿cómo ve la salud de esa manifestación en Cuba? —Creo que le falta la escritura propia del siglo XXI. Salvo excepciones, falta un discurso más contemporáneo de lo que son las niñas y los niños. Escasea el tratamiento de temáticas que de alguna manera reflexionen sobre la psicología, el contexto social o sobre cómo se mueve el mundo en la literatura. «Tengo la teoría de que mucha gente escribe pensando en el niño que fue, pero yo prefiero escribir pensando en el niño que vive al lado mío, porque su psicología es muy diferente a la de mi generación. «A ello se agrega la carencia en la especialización de dramaturgos en teatro para niños. Los autores a veces son los mismos directores de sus espectáculos y eso entraña riesgos. Notas entonces que los grandes resultados en el teatro para niños tienen que ver con ese dramaturgo que se convierte en director o con un dúo de director y dramaturgo, como Rubén Darío y Norge Espinosa». —En lo personal, ¿qué representa entonces ganar La Edad de Oro? —Siento que este premio se parece a la historia del niño de la obra, que busca a su madre y a sus raíces. Este premio es también un viaje a mi raíz, porque mi debut actoral fue con Teatro Papalote, en 1993, con la obra Disfraces, bajo la dirección de Tomás Hernández. «Como archivista y bibliotecario que también soy, hace poco estuve leyendo la primera obra que vi. Resulta que había obtenido el premio a finales de la década de 1970. Recuerdo que la hicieron mis compañeros de aula y me marcó tanto, que supe desde ese momento que quería hacer en mi vida lo que estaban haciendo ellos allí».

martes, 16 de octubre de 2012

En un nuevo aniversario del natalicio de Oscar M. de Rojas, padre de la museología cubana.

El Museo y Biblioteca Pública de Cárdenas entre 1895 y 1921.
Tomado de Atenas, el portal de la cultura matancera.
EI 30 de abril de 1895 en la casa no. 24 de la Avenida Real (hoy Avenida Céspedes)entre Cossio y Pinillos, se reúnen previa convocatoria, 105 vecinos de la ciudad interesados en crear el Museo Biblioteca Pública Municipal. En esta histórica reunión de los representantes de las familias más influyentes de la ciudad, se toma la decisión de unir esfuerzos para la creación de dicha institución cultural, a partir del ofrecimiento que hace Blanes de donar sus colecciones de conchas y caracoles terrestres, marinos y fluviales. Por acuerdo de los presentes se elige la Comisión proveedora del Museo, la cual queda integrada por: Eduardo de Zaldo, presidente Septimio Sardiñas, Vicepresidente. Jorge B. Deschapelles, Tesorero. Oscar M. de Rojas, Secretario El momento escogido para la creación del museo, si bien se corresponde con las condiciones objetivas a partir de la existencia de importantes colecciones y la voluntad para emprender los trabajos fundacionales, no pudo ser más adverso desde el punto de vista político. Desde el 24 de febrero de 1895, se había reiniciado por Oriente la Guerra de Independencia organizada por José Martí Todo el país estaba para esa época bajo las acciones directas de la guerra o preparándose para incorporarse a ella, como habría de ocurrir en el occidente del país al paso de la invasión dirigida por el Generalísimo Máximo Gómez y el Lugar teniente General Antonio Maceo, a finales de ese propio año. Un factor que de inmediato influye en el destino del Museo, estuvo dado en que la mayoría de las personas interesadas en crearlo, estaban a su vez implicadas de alguna manera, con los preparativos para hacer la guerra a España. Con esta conjunción de elementos en su contra, más el desinterés de las autoridades coloniales, se hacia imposible llevar a cabo la creación del museo en ese momento. El 30 de abril de 1896 se reúne la Comisión Promotora de Museo acordando que: "Debido al serio incremento de la guerra, por cuyo motivo se han ausentado del país muchos vecinos, de acuerdo los que suscriben, esperan que los sucesos políticos y económicos permitan continuar la obra de dotar a Cárdenas del Museo y la Biblioteca". El 25 de diciembre de 1898, a sólo 9 días de la evacuación de las autoridades y tropas españolas de la ciudad, como consecuencia del fin de la guerra y con ello de la dominación colonial, se reúne la Comisión Promotora para decidir lo concerniente al establecimiento del museo. Por acuerdo de los presentes se determina dar continuidad a los trabajos para fundar el Museo, dando voto de confianza a Oscar M. de Rojas para que resuelva todo lo relativo a la ejecución del proyecto. El ascenso al poder en Cárdenas de prominentes representantes de la burguesía criolla independentista, resulta de extraordinaria importancia para la creación del Museo, teniendo en cuenta que dichas figuras estaban vinculadas de alguna manera, a las gestiones que desde 1895, se venían haciendo con este objetivo. Al tomar posesión de sus cargos las autoridades cubanas el 16 de diciembre de 1896, se designa Alcalde Municipal a Juaquín de Rojas Cachurro, padre de Oscar, uno de los más fervientes promotores del Museo, quien a partir de su influencia y recursos, se convierte en una de las personas que más hizo por su creación y desarrollo. Las donaciones que hace posteriormente Juaquín, para el fomento de la Biblioteca o para la formación de la colección de Numismática resultan de apreciable importancia. El General Carlos M. de Rojas, hijo de Juaquín y hermano de Oscar, será una figura clave, tanto para la fundación del Museo como para la adquisición de piezas de gran valor con las que se forma la Sección Histórica, la cual será una de las colecciones básicas de centro. A partir del 16 de junio de 1899, es designado Alcalde Municipal, por las autoridades de intervención de los Estados Unidos, el Dr. Fernando Méndez Capote, miembro de una de las familias fundadoras de la cuidad y destacado patriota. Con la participación activa del Dr. Méndez Capote el Ayuntamiento acuerda la creación del Museo y Biblioteca Pública Municipal, el 20 de diciembre de 1899.En esa mima reunión, se nombra una comisión del Consistorio, integrada por el propio Alcalde y los concejales Juaquín de Rojas y Alejandro Neyra, quienes conjuntamente con Francisco Blanes, debían encargarse de la instalación del museo. Con anterioridad, el 9 de diciembre de ese propio año, Blanes desde Key West había escrito al Dr. Méndez Capote, ofreciéndole además de la colección de conchas y caracoles, su colección de camafeos, topacios, esmeraldas y calcedonia, y su colección de monedas antiguas, ofreció también para el futuro museo su mesa de trabajo, y las herramientas de platerías para el laboratorio que debían instalarse en la institución. En esa mima reunión del 20 de diciembre el Ayuntamiento hace público el ofrecimiento de tres nuevas donaciones con cientos de piezas: - Francisco Blanes, 90 monedas, un cofre antiguo, un bastón chino, una sortija de corojo y oro, dientes fósiles, piedras preciosas, un arco, un cepillo del Club 27 de noviembre utilizado en Key West para recaudar fondos para la Guerra de 1868,además de esponjas, documentos y fotografías. - Oscar M. de Rojas, colecciones de numismática, cerámica, curiosidades y reliquias históricas - Lic. Benito J. Rodríguez Maribona, sus colecciones de moneda Francisco Blanes expresa a través de misiva, leída en esta sesión del Ayuntamiento, su disposición de consagrarse a la obra del museo, en cuyo propósito dedicará todo su tiempo para aumentar las colecciones de Ciencias Naturales a través de sus amistades en Cuba y en el extranjero. Esta diversidad de objetos que desde antes de la fundación comienza a engrosar los fondos, va a determinar definitivamente su tipología universal o polivalente y la concepción o diseño museográfico que se pone en práctica. La suma total de donaciones que se pone en práctica para la creación del museo, hasta los tres primeros meses del año 1900 se eleva a 7, con miles de donaciones y en algunos casos colecciones completas. En ese lapso de tiempo la población había aportado además, $ 1018.50 para los gastos que requería el establecimiento del Museo, en algunos casos de recolectas masivas en centros de trabajo y escuela. El 19 de marzo siendo Alcalde Municipal el General Carlos M. de Rojas, se exhibe públicamente en los locales cedidos por el Ayuntamiento, la colección de conchas y caracoles terrestres, marinos y fluviales donada por Francisco Blanes. De esta manera queda oficialmente establecido el Museo y Biblioteca pública Municipal de Cárdenas, obra que se ha de convertir a partir de esta fecha en uno de los más apreciados sueños de toda la comunidad. El 26 de marzo de ese propio año se constituye la Comisión proveedora de Museo y Biblioteca, la cual tiene como objetivo fundamental gestionar donaciones de libros, monedas, objetos de arte, documentos, recuerdos de la Guerra de Independencia y todo cuanto pudiera incorporarse a la recién creada institución Además esta comisión debía recaudar fondos en metálico y realizar una labor de divulgación general del Museo. En los dos salones de la Casa Consistorial radicó el museo hasta el 22 de septiembre de 1900 en que dado el crecimiento experimentado por los fondos se determina por decreto del Alcalde General Carlos M. de Rojas entregar provisionalmente parte de locales del Cuartel de Infantería, ubicado en la calle de Jénez y Salud. Las tareas para la constitución de la Biblioteca se intensifican desde abril de 1900. Para 1902 ya se contabilizan 3600 libros. Entre las instituciones que se destacan en esta etapa de formación esta la Sociedad Económica de Amigos del País y el Museo Americano de Whashington. Una cantidad de autores cubanos comienzan desde entonces a enviar periódicamente sus obras para el incremento de la Biblioteca. El Museo se apoya para su labor en estos años en un Cuerpo de Corresponsales o agentes que llevarán a cabo una encomiable gestión para adquirir objetos y promocionar el museo. Para la segunda década de la centuria, el Museo cuenta con 116 corresponsales en Cuba y en ciudades de 13 países de América, Europa y Asia. En este esfuerzo de extraordinario mérito para el futuro museo, Oscar pone en práctica un Sistema de Documentación consistente en anotar, registrar y catalogar todas las piezas que llegan al Museo, identificando donante, procedencia, características físicas de las mismas, su vinculación a un hecho y al museo, conformando también expedientes de autenticidad con su numeración correspondientes. A partir de la reinstalación del Museo en su nueva sede del Cuartel de Infantería, se inicia la adaptación de locales, se define una estructura organizativa más apropiada para agrupar las colecciones, y se lleva a cabo la construcción de vitrinas y demás mobiliario de exhibición. El incremento de las colecciones y las obras de ampliación llevadas a cabo, permite que el 15 de octubre de 1903, se efectúe la ceremonia oficial de reapertura del Museo, con la presencia del presidente de la República, Tomás Estrada Palma, quien expresó su profunda admiración por la obra del Museo y su agradecimiento a todos los que de una forma u otra..." habían hecho posible tan importante hecho cultural que honraba a Cárdenas y a toda la Nación. En este período el Museo abre al público con los siguientes departamentos: Historia Natural, Numismática, Cerámica, Anticuallas, Armas, Bellas Artes, Recuerdos de la dominación española, Recuerdos de la intervención norteamericana y Recuerdos de la Guerra de Independencia de Cuba. El carácter tan disímil de los objetos y colecciones reunidas a lo largo de estos años, la propia concepción museográfica empleada, el criterio de exhibir todo objeto que llegue a la institución, unido a lo reducido de los espacios, que obliga en ocasiones a utilizar un mismo local para más de un Departamento, crea un alto abigarramiento en la exposición. El 21 de diciembre de 1904, en sesión del Ayuntamiento Carlos Parquet, se dispone que: "En atención a los méritos y servicios prestados por el Sr. Oscar M. de Rojas y Cruzat en la creación, sostenimiento y conservación del Museo y Biblioteca pública de esta ciudad, instalados en el antiguo Cuartel de Infantería, se acordó por unanimidad concederle un nombramiento que a la vez que puede considerarse como propio a sus servicios, le dé también injerencia en la dirección e inspección de los referidos Museo y Biblioteca...". En el año 1906 se produce en Cuba la segunda intervención norteamericana, amparada en esta ocasión, en las prerrogativas de una enmienda impuesta a la constitución nacional que les daba ese derecho, cuando estimaran conveniente a sus intereses imperialistas. Este año será recordado para los cardenenses como uno de los momentos más tristes en la historia del Museo.Alegando la necesidad de ampliar y mejorar las condiciones de los soldados del 3er Bon. del quinto Cuerpo de Infantería del Ejército de los Estados Unidos ubicados en Cárdenas, se exige que cedieran los espacios ocupados por el museo en el antiguo Cuartel. El 14 de diciembre de 1906, se decreta el desalojo del Museo, proceso que culmina el 16 de enero de 1907. La ocupación se extendió hasta el 24 de febrero de 1908,fecha en que concluye la intervención norteamericana. Todos los objetos y colecciones del Museo fueron trasladadas a varias casas de familias que se habían ofrecido, también se depositaron colecciones en el Cuartel de Bomberos, en el Ayuntamiento y en la escuela Llaca.Ni Oscar, ni Blanes, ni el pueblo que habían ayudado a levantar la obra del Museo, se resignaron a la idea de perderlo, por tan condenable acción. Surge entonces un proyecto de profundo sentimiento patriótico, que Oscar sintetiza cuando expresa: " .... las resoluciones violentas producen indignación... por lo que durante la etapa del desalojo... apareció el momento propicio(...) de dotar de casa propia a la institución (...) y comenzó a forjarse un fuerte movimiento que permitió que el 15 de abril de 1907(...) comenzara la construcción del edificio para el Museo y Biblioteca..." Por las circunstancias históricas que rodean el nacimiento del Museo en los albores del nacimiento de la República cubana, y los desafíos que tiene que enfrentar en las primeras décadas de su existencia, lo convierten en sí mismo en un acto por la defensa y reafirmación de la soberanía y la cultura nacional. Esto ayuda a comprender no sólo el apoyo recibido por el Museo de la población cardenense, sino la simpatía y solidaridad que despierta en todo el país, desde donde llegan donaciones y aportes de todo tipo, especialmente de recuerdos de la recién concluida Guerra de Independencia. Tal fue la envergadura y amplitud de este movimiento en toda la nación, en las primeras décadas del siglo XX, que el Museo de Cárdenas comienza a identificarse por muchas personas e instituciones, como el Museo de la Historia Nacional de Cuba. El 15 de abril de 1907 se inician los trabajos de construcción del edificio y para agosto de ese mismo año ya había alcanzado tal magnitud que se culmina con el techado de la capilla y la torre central. Paralelamente a la construcción del edificio, se continúa prestando atención a las demás actividades del Museo sobre todo las tareas para continuar engrosando los fondos con nuevas piezas y colecciones y servicio a la población. El 14 de abril ya retiradas las tropas norteamericanas, el Ayuntamiento, devuelve al Comité protector, las dependencias que el Museo ocupaba en el Cuartel de Infantería.De inmediato se inicia los procesos de reinstalación del Museo que abre sus puertas al público el 26 de diciembre de 1909. Para entonces Oscar había culminado la reorganización de las colecciones del Museo, las que ahora se agrupan en los departamentos de Historia Natural, Bellas Artes, Historia Nacional, Cerámica, Numismática, Asiático, Armas, Curiosidades y Biblioteca. Los esfuerzos por continuar ampliando los fondos de la Biblioteca, se incrementan de manera significativa en esta etapa, hasta su instalación definitiva en 1919, en el local que se destinará a ella, en el edificio que se construye para Museo. Sin embargo a pesar de reunir los fondos necesarios, no podrá prestar servicios a los lectores, por no contar con el presupuesto para pagar el bibliotecario, ni muebles y demás medios para loa atención al público. En el año 1910 Oscar M. de Rojas publica el Catálogo de la Sección de Historia Nacional del Museo, el cual remite gratuitamente a 98 personalidades cubanas y extranjeras, como parte de su campaña de promoción del museo. Este catálogo está compuesto por tres partes, Recuerdos de la dominación española, Guerras de Independencia, y Personalidades. El pensamiento de Oscar, en relación a cómo debía ser la exhibición museal va evolucionando con el tiempo hacia un criterio estético mucho más avanzado donde prima la correcta organización y ordenamiento de los objetos y colecciones y el buen gusto con que se presentan al público. Para principio de 1910 una vez concluida la reinstalación del Museo en el Cuartel de Infantería se logra tal transformación y mejoramiento en el, montaje de los diferentes departamentos que es imposible su comparación con los años anteriores. Al iniciarse la segunda década del siglo, la mayoría de los Departamentos cuentan con espacios propios, lo que unido a un mobiliario más apropiado, el uso conveniente de muros y pisos y un diseño más racional hacen del conjunto expositivo una obra de apreciable belleza, que acapara la admiración y los elogios tanto del público en general como de las personas que lo visitan. El rasgo distintivo predominante en el montaje que el Museo inaugura a partir de ese momento, centra su atención y privilegia los aspectos de carácter estéticos sobre otros, criterios o consideraciones de carácter científicos o didácticos. La deuda de gratitud contraida con la comunidad a partir de su decisiva participación en la creación del museo hace que Oscar haya tenido en cuenta su opinión y puntos de vistas en determinados aspectos del montaje de los objetos y colecciones. Las personas que aportan sus donativos sugieren en ocasiones cómo deben ser presentados los objetos y exigen que se le coloque su nombre en una tablilla para que todos los visitantes conozcan de su contribución. La población participa entonces de manera activa en el proceso de montaje, y se convierte de hecho en coautor colectivo del diseño que se instaura, algo realmente sorprendente que le confiere a la institución cardenense una connotación social y cultural inédita en le ámbito nacional. En estos años Oscar decide homenajear a un grupo de personalidades del campo de las ciencias poniéndole su nombre a las colecciones más importantes: la colección de Botánica, Conde de Pozos Dulces, Ictiología, Felipe Poey, Antropología, Luis Montané, Ornitología, Juan Cristóbal Gundlach y Mineralogía, Carlos de la Torre. En esta decisión está el reconocimiento que hace Oscar a Gundlach, Montané y Carlos de Torre, quienes de diversa manera contribuyen a la obra del Museo. En el período de 1912 a 1918, se agregan a la biblioteca otros miles de libros, folletos y revistas cubanas y extranjeras. Para el fin de la etapa, el fondo general de la Biblioteca asciende a 30 000 volúmenes, entre los que sobresalen la bibliografía sobre la Historia de Cuba, considerada entonces, como uno de los fondos más importantes del país. Para principio del año 1918, concluye la obra del nuevo museo, después del tesorero del Comité Protector y el apoyo del Ayuntamiento, las entidades públicas y privadas del Municipio, y particularmente del pueblo, quien con su entusiasta contribución aporta buena parte de los recursos económicos para costear los gastos de la obra, ascendente a $15,500.00. El montaje de las colecciones y objetos de la Casa Propia que se levanta para el Museo, se inicia desde el año 1911,y sólo concluye, el 20 de mayo de 1918, día excepcional para Cárdenas y la cultura nacional al verificarse ese día, el acto oficial de reapertura del Museo en su nueva sede. El pintor matancero Rodolfo Piqué, en su condición de bibliotecario tuvo a su cargo, la organización definitiva de la biblioteca, abriéndose al público en el nuevo edificio el 1ro de noviembre de 1919. El edificio del Museo y Biblioteca resultó una majestuosa construcción de dos plantas de cantería y cubierta de tejas francesas de estilo neo-morisco, que permite dotar a cada colección, con los espacios indispensables para una exhibición adecuada, al mismo tiempo que enriquece, con una obra única en su género en el país hasta ese momento, la rica tradición arquitectónica de la localidad. Los Departamentos se agrupaban de la siguiente forma: Historia Natural, Armería y Numismática, Historia Natural, Curiosidades, Arte y Anticuallas, Etnografía de Asia, Archivo de la Bibliografía cubana y Biblioteca. Sin embargo, en el año 1918, momento culminante en la historia del Museo, los presupuestos oficiales para sufragar los gastos de su funcionamiento, continúan siendo irrisorios, lo cual permite malamente pagar los modestos salarios del director, sereno, conserje, bibliotecario, ayudante, abriendo sólo sus salas al público los jueves y domingos de 12am a 4pm. Desde su cargo de Director Oscar despliega una intensa y creadora actividad como coleccionista, promotor cultural, historiador, cronista, influyendo positivamente en la formación de una cultura museal en la comunidad. Baste citar los 15 libros de Actas y Correspondencias que organiza, donde registra toda la documentación referida a la actividad del museo y sus fondos, los más de doscientos catálogos que confecciona(casi todo inéditos), referidos a importantes colecciones y una amplia labor de investigación y recopilación histórica del gran mérito que incluye : Para los Anales y Necrología de San Juan de Dios de Cárdenas, en tres tomos, Iconografía de Cárdenas, en cuatro tomos, Notas Biográficas de Cárdenas, en un tomo y Necrología de Cárdenas en tres tomos . Al morir el 15 de julio de 1921, Oscar deja una singular obra de amor, que ha trascendido hasta nuestros días. Su contribución mayor está en el museo mismo y en la labor que desplegó en el rescate, conservación y protección del patrimonio cultural. No menos significativo en la obra de Oscar está el haber puesto en práctica un conjunto de ideas, en relación con la colecta, estudio y exhibición de los fondos museables, con los que hace aportes muy importantes, que crean las premisas para la fundación de la museología cubana. Las nuevas adquisiciones que se realizan a lo largo de estos años permiten enriquecer notablemente las colecciones de Numismática, Malacología, Arte, Cerámica y Armas, y la colecta y taxidermia de aves, crustáceos, peces y otros animales, permite contar con una amplia muestra zoológica, que ensancha considerablemente la muestra expositiva. En este período se prioriza el rescate de objetos y documentos relativos a personalidades y acontecimientos de la historia de la nación cubana, sobre todo, de las Guerras de Independencia. La Sección de historia del Museo, se nutre con piezas relacionadas con José Martí, Carlos M. de Céspedes, Ignacio Agramonte, Antonio Maceo, Máximo Gómez, y una lista interminable de figuras descollantes en el proceso histórico cubano, tanto en el campo político y militar como en la actividad artística, literaria y cultural. Esta campaña por la adquisición de recuerdos de carácter histórico, que se lleva a cabo en Cuba y en el extranjero, permite reunir una voluminosa colección donde están representados prácticamente todos los territorios más importantes del país y los recursos de mayor significación y trascendencia. El rescate del cuarto donde murió el Generalísimo Máximo Gómez en cuidad de la Habana, y su montaje en el museo de Cárdenas, hecho sin precedente en Cuba que tiene lugar en el año 1909,es uno de los ejemplos donde se pone de manifiesto el sentimiento que se ha ido forjando en los cardenenses, acerca de la necesidad de defender y preservar el patrimonio de la Nación. Esto explica han gran medida el porque personas de todos los rincones del país, incluso de ciudades que ya cuentan con museo, envíen sus donaciones al Museo y Biblioteca de Cárdenas. El prestigio que ha ido ganado el museo en estos años, tanto nacional como internacional; el criterio que se pone en práctica para priorizar la recolecta de piezas vinculadas con los hechos históricos de mayor relevancia nacional, y la favorable acogida que tiene este noble propósito, hace que muchas personas, instituciones culturales, amplios sectores del país, lo consideren como una obra cultural de toda la Nación. Un esfuerzo excepcional y de infinito sentir patriótico es el que se lleva a cabo en estos años para rescatar objetos y documentos relacionados con el Apóstol José Martí. Una vez concluida la contienda, disuelto el Partido Revolucionario Cubano y dispersas las organizaciones patrióticas de la emigración, las pertenencias vinculadas con Martí y su obra en el exilio pertenecían a particulares o en manos de las entidades asociadas a las luchas independentistas radicadas en los Estados Unidos. A partir de las relaciones de Blanes en ese país y de las gestiones de los Alcaldes Municipales y otros colaboradores del Museo en Cuba y en el extranjero se inicia a partir del año 1900, una campaña para rescatar los documentos y objetos relacionados con el Apóstol, los que para finales de la década formarán uno de los fondos históricos más importantes y sensibles al sentimiento del pueblo de cubano. Esa extensa lista incluye la mesa donde se redactaron las bases del partido revolucionario cubano, la tribuna donde habló Martí a la emigración, el escritorio utilizado por Martí en las oficinas del periódico "Patria" y el reloj y la placa existente en dicho local. Además una silla utilizada por Martí en su oficina en Nueva York, una alcancía para recaudar fondos para la guerra, una granada regalo de las mujeres de Cienfuegos, un fragmento del ataúd que guardaron sus restos al caer en Dos Ríos, un creyón con la imagen de Martí mandado hacer por Emeterio Betances en París, la llave del vapor "Olivette", en el que Martí realiza su primer viaje a Cayo Hueso y tres fotos de Martí. En el primer período de gobierno del Alcalde Carlos Parquet (1903-1908) emisarios representando la corporación municipal, gestionan valiosos documentos. José Manuel Amador, portando una carta del Alcalde gestiona en Key West uno de los principales donativos de los objetos martianos. En el plano local la actividad de rescate abarca prácticamente todos los hechos y personalidades de mayor interés en la esfera política, económica, política, social y militar. La fundación de la ciudad, la esclavitud negra y china, la toma de la ciudad por Narciso López en 1850, la conspiración de 1868 y la participación en la Guerra de 1895, la Guerra Hispano - cubana - norteamericana y otros acontecimientos notables, llegan a tener una amplia representatividad en los fondos históricos


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA