miércoles, 18 de diciembre de 2019

Sabe a ferrocarril

Por: MsC Lorena Martínez Faxas Esta es la crónica de una cardenense que estuvo en la reinauguración del Museo del Ferrocarril representando de alguna manera a nuestra ciudad, que fuera soberana de los caminos de hierro, reinado también perdido de su actualidad.
Me invitaron al acontecimiento. No me colé, ni asistí ocasionalmente. Era una cita de honor, el único evento vinculado al 500 aniversario de la capital en el que estuve presente con propiedad y puedo asegurarles que participar fue orgullo mayor de este 2019. Es que hablamos de locomotoras, vagones, rieles, taquillas, gorras, uniforme, arrastre, cambios, casillas, guías, itinerarios, tiquetes, tranvías, vapor, vías y olvidamos que la historia de Cuba puede ser contada a través de sus trenes, mundo único, variado, porque una locomotora tiene mucho que decir, es muchas cosas, sabe a tradiciones, viajes, aventura, azúcar, fuerza y prosperidad. A las 9, con puntualidad inglesa, llegados los invitados principales, se develó la tarja dorada que identifica a la estación con las obras dedicadas al 500 aniversario de La Habana y fue cortada la cinta que permitía la entrada a la Estación de Cristina (Ferrocarril del Oeste) fundada en 1861. Era el lunes once de noviembre de 2019 y el olor a pintura fresca competía con el humo de ¿algarrobo?, que expulsaba la pequeña locomotora, maqueta viviente del lugar. La reinauguración del Museo del Ferrocarril implicó un fuerte trabajo, increíble casi, en las actuales condiciones económicas del país, pero se hizo. Era imprescindible reforzar la importancia de este sector, su carácter identitario ante habaneros, visitantes, turistas, pueblo en general. Por haber sido el séptimo país en el mundo en desarrollar este medio de comunicación, incluso antes que en la propia España, la historia del ferrocarril cubano, sintetizada en este Museo goza de una importancia universal. Ante visitantes, sentados y “de a pie” La Junta, imponente decana de los caminos de hierro coloniales y restaurada para la ocasión. Fue la locomotora numero veintitrés llegada al país (1843), construida un año antes por una firma norteamericana de Nueva Jersey, la que inauguraría el tren Matanzas/Sabanillas y la más vieja conservada en la actualidad. Ella es uno de los pocos Monumentos Nacionales que no son bienes inmuebles existentes en el país. Caracterizan ahora al Museo un diseño contemporáneo, útil, educativo pero para nada académico, cerrado sino amplio, de salas atrayente, espaciadas las muestras y con una inteligente mirada hacia su explotación turística y cultural. En la luminosa nave y su prolongación expositiva se unen lo útil y lo necesario con una mirada lúdico formativa, de un buen gusto raigal. Todo este montaje y sus posibilidades han sido patrocinados, en su mayoría, por la Oficina del Historiador de la ciudad y tienen en la historiadora del transporte Mercedes Herrera Solórzano un ángel de la guardia sin igual. Fue necesaria una inversión realmente importante, afirmó en la reinauguración Michael González, director de Patrimonio de la Oficina del Historiador. Se recuperaron viejas locomotoras de vapor que se encontraban abandonadas en centrales o al aire libre, las cuales se restauraron acá en el inmueble por jóvenes egresados de la escuela taller de la propia oficina y especialistas en su restauración. Fue necesario un arreglo perimetral, cambio de techos sin que perdieran su carácter patrimonial; alargamiento de vías, reconversión de locales; resanación de paredes; creación de un espacio para descanso, expansión y espera del tren que está por llegar, revisión de fondos, una mirada holística, especial. Un lugar casi mágico y preparado para el descanso momentáneo del visitante es la Sala de Espera con sus bancos intemporales y plantas de agradable verdor. Al frente del área, no podía faltar la inevitable taquilla de Venta de Boletines con todos los detalles de un antes que ya es solo un sueño hoy. Carteles sobrios, elegantes, concisos y, a la vez, explicativos, obligan a detenerse a los visitantes en cada una de sus leyendas. La sala del Ferro/modelismo encierra un tesoro sin igual para cualquier cardenense algo motivado por la historia y patrimonio de su ciudad: la maqueta mayor de la sala rememora a esa meca ferroviaria que fuimos. Disfrutar de la excelencia de la curaduría y rehabilitación del Museo del ferrocarril ubicado en la Estación de Cristina (Oeste), ubicada en Cuatro Caminos, La Habana, trajo a mi memoria aquel proyecto que hace ya años fuera base de una tesis de pregrado, no desarrollada, de un alumno de la carrera de Estudios Socioculturales quien proyectaba la creación de un Centro de Estudios Ferroviarios (museo y áreas culturales incluidos) en nuestra Estación de trenes local. El proyecto para la Estación cardenense de San Martin, en aquel momento aun factible, nunca pasó de un sinfín de cuartillas iniciales. Una ilusión más de esas con que cotidianamente soñamos, hoy materialmente imposible no solo por su costo y falta de recursos sino por el total desuso del inmueble y el estado casi ruinoso de la que fuera considerada como una de las más elegantes estaciones de trenes de la isla hasta que en noviembre de 1912 se inaugurara la Estación Central de La Habana.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Médicos cardenenses.

Por: MsC Lorena Martínez Faxas
A Malena, por estar durante ¡tantos años! velando nuestra salud, a Leonor ya retirada, a Chachi nuestra enfermera y a la actual médica de familia de mi Consultorio, esa muchacha inteligente y amable cuyo nombre vergonzosamente no me sé El 3 de diciembre los cubanos celebramos el Día de la Medicina Latinoamericana, como homenaje a Carlos J. Finlay, el médico cubano que descubrió el agente trasmisor de la fiebre amarilla. Para todos y todas los amigos (as) que estudiaron esa humana carrera, para los doctores que me han ayudado en innumerables ocasiones este trabajo que quiere recordar algunos detalles dela historia de su profesión en nuestra ciudad. No sabemos mucho de behíques, médicos o hechiceros que vivieran entre los aborígenes primeros dueños de nuestras cavernas y costas, pero creo poder afirmar que, a pesar de ello, en materia de ciencias para la salud, los cardenenses atesoran una rica historia y exhiben instituciones que forman parte del patrimonio nacional. La ciudad fue cuna de numerosas figuras médicas que se distinguieron como especialistas, profesores universitarios y autoridades sanitarias. Prueba de esto es que a ocho años de fundada, en 1836, el Dr. Francisco Barrinat instaló en Cárdenas la primera farmacia que ofrece servicio a la población. Dicha botica fue nombrada San Juan de Dios, y estaba situada en la calle Real esquina a Obispo. La inauguración del Hospital de caridad Santa Isabel, teniendo por principales benefactores a Gertrudis Gómez de Avellaneda y su esposo, el coronel Domingo Verdugo, fue una de las más notorias actividades realizadas durante los festejos vinculados a la develación de la estatua de C. Colón, en 1862. Tres años después, (1865) llega a Cárdenas un enviado del Emperador Napoleón III, el doctor Dumont, quien investigaba alrededor de la fiebre amarilla. Fue ayudado por los doctores locales Alejandro C. Biart Beauregard, Miguel Bravo Senties y Dionisio J. Sáez. Este último, fue uno de los galenos independentistas locales. Deportado por sus actividades conspirativas, a Fernando Poo, en marzo de 1869, logró escapar de prisión y se refugia en Cayo Hueso, Estados Unidos, no regresando a la ciudad hasta después del Zanjón. En 1872 llega a Cárdenas uno de los personajes más renombrados de su historia Cham Bom- biá, el médico chino. Habitó en una casa de la Sexta avenida, casi esquina a calle 12 (actualmente Vives entre Coronel Verdugo e Industria), junto al antiguo Cuartel de Bomberos. Era un especial. Un Robín Hood de ojos rajados quien cobraba honorarios a los ricos mientras que a los pobres no. Utilizaba yerbas, cocimientos y métodos típicos de la medicina oriental en sus tratamientos con gran éxito. Amaneció muerto una mañana en su casa en circunstancias que nunca fueron aclaradas. De él y sus maravillosas curaciones nació esa cubanísima frase popular que aún perdura: “no lo salva ni el médico chino”. El 5 de diciembre de 1881 se reúnen los médicos y farmacéuticos cardenenses para constituir una Asociación de Socorros Mutuos, el 25 de diciembre del mismo año después de discutir el reglamento y aprobarlo, acordaron enviarlo al Gobierno de la provincia para su aprobación y seleccionaron su primera directiva. No es hasta el 7 de enero de 1882 que queda oficialmente constituido, convirtiéndose en el primer Centro Médico Farmacéutico de Cuba. Su presidente no fue otro que el viejo conspirador el doctor Dionisos José Sáez, aunque otras fuentes afirman que el presidente electo fue Frank Martínez Armas, algo que no pudimos dilucidar para este trabajo. El secretario si fue otro reconocido doctor local Alejandro Neyra Rangel, delegado del Partido Revolucionario Cubano en el territorio cardenense, quien fundara el diario Crónica Liberal y fuera jefe local de sanidad. Esta fundación del Colegio Médico de Cárdenas hizo historia dentro del campo de la Medicina en Cuba por su importancia, era la primera vez que se agrupaban los profesionales de la medicina de una ciudad o territorio, además de los aportes científicos que hicieron sus miembros. En el Colegio estuvieron representados la mayoría de los médicos más importantes de la ciudad, como: Juan de Dios Rivero, Francisco Smith Gasparini, Alberto Gutiérrez, Rojas, Francisco Oti de la Fe, Tomás Ubieta, Félix Burés Molina, Miguel Ángel Iglesias Vasallo, Omar E. Vega (médico forense), Ramiro Pérez Maribona, Pedro J. Sierra, Francisco Cabral Miembros de dicha institución fueron personalidades de la salud como En medicina y ciencias, Los Doctores Leopoldo Horrego, Medardo Vitier, Los hermanos Domingo y Fernando Mendez Capote, el eminente Dr. Tomas Yanes, Fernando Betancourt Godoy, Hnos. Díaz Arguelles y Carlos Deschapelles Menocal. El 25 de noviembre de 1894 se inauguró en la ciudad la primera clínica ginecológica cubana. Su fundador, el Dr. Fernando Méndez Capote, perteneció al grupo de los estudiantes de Medicina implicados en los sucesos del 27 de noviembre de 1871 y a su vez fue el más longevo de los sobrevivientes de este brutal hecho. Desterrado a España luego de seis meses de pena en Cuba, acabó sus estudios en aquel país regresando a Cuba en 1880. Especializado en ginecología, el doctor Fernando además de atender su Clínica privada es médico en el Hospital “Santa Isabel”, del que llegó a ser director y primer cirujano, además de costear la clínica quirúrgica de dicho hospital. Participó en la creación del referido Colegio Médico local y tuvo una activa participación en las conspiraciones independentistas cubanas. Ya en la República fue representante a la Cámara y le fue otorgado el grado de Comandante del Ejército Libertador. Muere pobre en La Habana el 30 de junio de 1947. La Clínica, desde 1890, estuvo instalada inicialmente en la calle de Salud, entre Laborde y Jenez, pero fue oficialmente inaugurada el 25 de noviembre de 1894. Desde sus inicios tuvo su Reglamento de actuación, normas y otros documentos oficiales. Su anestesista fue F. Barrinat el farmacéutico de la botica de San Juan. Además en ella trabajaban como médico jefe Enrique Sáez Bringuier, ayudante José M. Verdeja y como practicante, Manuel Álvarez. En 1893, la Clínica se traslada a Coronel Verdugo No. 30 (E) entre Laborde y Jenez. Ya para ese entonces poseía un cuarto de recuperación posoperatorio y un cuarto de asepsia. Fue considerada como: “… un buen centro ginecológico el cual está al nivel de las clínicas adelantadas en Europa…” Nace la República en 1902 y muchos médicos radicados en la ciudad de Cárdenas se desvinculan de su profesión para asumir una carrera política. Tal es el caso Domingo y Fernando Méndez Capote Alejandro Neyra Rangel, Alberto de Rojas, Enrique Sáez y otros. El hospital de caridad pública Santa Isabel, aun se mantenía en 1919 como única institución hospitalaria pública gratuita, de ahí el interés del Dr. Fernando Méndez Capote, Secretario de Sanidad local de ampliar sus salas dotarlo con un pabellón de cirugía y mejores condiciones para pacientes, acompañantes y personal de salud. De la tradición iniciada por el antiguo Colegio de Médicos del pasado siglo nace la idea de colegiarse y unificarse en las condiciones de la nueva república. Los profesionales de la salud locales se reúnen el 19 de diciembre de 1925. En enero del próximo año ya dejan constituido el nuevo Colegio Médico Municipal y eligen su directiva. Esta institución cardenense contaba con 50 miembros debidamente certificados por la Escuela de Medicina de la Universidad de la Habana, muchos de los cuales habían recibido entrenamiento en especialidades en la Habana o en el extranjero. Supervisaba el cumplimiento de las reglas de ética y la calidad profesional de sus miembros. Contaban con una nutrida y actualizada biblioteca a la disposición de sus miembros además de facilidades para conferencias y reuniones científicas. También ofrecían, periódicamente, cursos de posgraduado y seminarios con conferencistas locales e invitados. A finales de la década del cincuenta el Colegio contaba con 54 miembros. En el listado aparecían la médica Aurora Elena Bacot, junto a la señorita Muñiz, fueron las dos primeras doctoras que tuvo Cárdenas. El primer presidente de esta nueva etapa de la institución fue el Dr. Enrique Sáez, coronel de nuestras guerras independentistas y amigo del Dr. Fermín Valdés Domínguez. Juntos trabajaron en la creación de hospitales de sangre durante la guerra de 1895 en la Ciénaga de Zapata. Sáez además, fue miembro de la Delegación de Veteranos de la Independencia y de la Brigada de Cárdenas. Fue el primer radiólogo cardenense. Falleció en 1948 El secretario el Dr. Ramiro Pérez Maribona, primer médico residente del barrio de Varadero en 1933), el vicepresidente Dr. Francisco Oti (fundador de la Clínica La Caridad, en Cárdenas, situada en la calle Céspedes no. 560) y su tesorero, Juan de Rojas fueron los protagonistas de la Asamblea Nacional de la Escuela Médica Cubana, evento llevado a cabo en la ciudad en enero de 1934, en el cual se defendieran propuestas de mejoras para el personal sanitario público. Allí se tomaron importantes acuerdos en beneficio de los trabajadores de la salud. El delegado cardenense a la cita fue el Dr. Julio Miguel Arístegui Villamil, conocido como el “médico de los pobres”, quien había nacido en la ciudad el 15 de julio de 1905, en la calle Obispo 52 entre Calvo y Ruiz. Entre Cárdenas y Matanzas estudia las primeras letras y se gradúa de bachiller. En la Universidad se incorpora a la lucha por la reforma universitaria. Es compañero de estudios de José Elías Borges Cabrera y conoce a Julio Antonio Mella y a Rubén Martínez Villena. Terminas sus estudios de medicina, en la Universidad de La Habana, el 5 de julio del año 1929. En el año 1931 abre su gabinete en su casa natal. A su llegada choca con la realidad de la clase obrera más humilde, la insalubridad . Abre las puertas de su modesto consultorio a todos. En 1932 integra la Izquierda Médica, dentro de la Federación Médica de Cuba. Reinstala su consultorio, en 1934, en un lugar más céntrico: la avenida Céspedes 468, entre Obispo e Industria. Además, obtiene una plaza de médico en la Casa de Socorro. Lleva una activa labor política y social. Participa en la huelga que derroca a Gerardo Machado en 1933 y en la preparación del Segundo Congreso del Partido Comunista de Cuba (1934). Publica en 1935 numerosos artículos donde critica la mercantilización de la medicina. El Tribunal de Urgencias de Matanzas le juzga por tenencia de literatura marxista y subversiva. Logra salir absuelto. Es designado redactor de la revista Medicina de hoy (1936). Encabeza el Comité cardenense para defender la República española, y pro amnistía de los presos políticos que llenan las cárceles. Vuelve a ser juzgado. Esta vez no logra escapar y guarda prisión en el Castillo del Príncipe, en La Habana. Electo Presidente del Comité Municipal del Partido Unión Revolucionaria Comunista, y en su representación se postula como candidato a la Alcaldía en las elecciones de 1940. Pierde ante otro galeno. En 1948 vuelve a ser condenado a prisión. Obtiene libertad bajo fianza y en enero de 1949 es absuelto por el tribunal de instrucción de Matanzas. Fallece el 16 de febrero de 1950. El sepelio del dirigente, querido y respetado, constituyó una impresionante manifestación de duelo popular. Enrique Sáez Díaz el médico ante quien Aristegui perdiera las elecciones fue un alcalde cabal, que hizo mucho por el saneamiento del tesoro y administrativo de la localidad, además de por la salubridad y la medicina local y otras obras de bien público. Organizó servicios médicos para los pobres y se reparó la ambulancia municipal, equipándola de gomas nuevas y reparándola totalmente en su parte mecánica y dotándola de bien surtido botiquín. Diseñó un sistema de recetas a pobres que eran despachadas en cualquier farmacia de la ciudad, aumentándose el presupuesto para esas atenciones Había nacido en 1904 y se graduó de cirujano en 1930. Retornó a su ciudad natal a formar parte del cuerpo facultativo de la Clínica Cárdenas del que nunca se separó a pesar de su carrera política. Fue médico de sanidad, médico biológico y Jefe del Servicio Médico Municipal en el año 1934. Luchó contra Machado y fue candidato a la Asamblea Constituyente. El 7 de Mayo de 1957 se inaugura el nuevo hospital de Cárdenas, situado en las afueras de la ciudad. Actualmente lleva el nombre del médico cardenense Julio Miguel Aristegui Villamil El primero de enero de 1959, la Dirección del Movimiento 26 de Julio se reunió en el Colegio Médico de Cárdenas, acordando algunas medidas para tomar el poder de la ciudad, sus instituciones militares y civiles. Pronto el país cambiaba y la salud pública cardenense con él. La iniciadora de la primera colaboración médica internacionalista Sara Perelló nació el 15 de abril de 1920 en Cárdenas; en 1963, ya graduada como especialista en Pediatría, decidió partir a prestar sus servicios a la recién liberada República de Argelia. El 17 de julio de 1987 se realiza el primer trasplante exitoso de hígado en Cuba al cardenense Antonio López Isla, hecho que constituyó un logro más de la medicina cubana. El Programa del Médico y Enfermera de la Familia se inició a finales de 1988. De forma paralela, los médicos fundadores del modelo comenzaron los estudios del primer año de la residencia de Medicina General Integral (MGI), y en 1991 constituyeron la primera graduación de especialistas de primer grado en MGI, de Cárdenas. El 19 de septiembre de 2002, se inaugura en el edificio de la antigua Escuela Llaca el primer Centro de Rehabilitación del Neurodesarrollo del país. De esta manera, con una primicia diferente, cierra este homenaje, quizás algo atrasado, pero sincero y necesario a los médicos, enfermeras y personal sanitario cardenenses, esos que velan de múltiples formas por nosotros y que tanto trabajo nos cuesta, a veces, reconocer su labor. Bibliografía: Colectivo de autoras: Breve historia de la fundación de la medicina familiar en Cárdenas. Policlínico Universitario “Héroes del Moncada”. Matanzas, Cuba. Documento digital. Colectivo de autores: Julio Aristegui Villamil: el médico de los pobres. Hospital municipal Cárdenas. Documento digital. Colectivo de autores: Documentación al Software historia de la medicina en Cárdenas. Para Primer Congreso Virtual de Ciencias Morfológicas, de la Cátedra Santiago Ramón y Cajal. Documento digital ECURED (Holguín portable) Enrique Sáez Diez Argüelles. ECURED (Holguín Portable) Fernando Méndez Capote López, J: Esquema factográficos de klas primicias médicas cubanas. En Revista Cubana de Información en Ciencias de la Salud acimed@infomed.sld.cu Pino Fernando, M.D: 100 Años de Historia de la Medicina en Cárdenas, 1860-1960. Documento Digital. Sáez Argüelles E. Reseña Histórica de la medicina en Cárdenas. Archivos de la Clínica Cárdenas, S.A. Cárdenas: Órgano de Divulgación Científica; 1952. Vega J y Mirabal D.: Fundación de la primera clínica ginecológica en Cuba. En Revista Cubana de Obstetricia y Ginecología. 2015; 41 (2):106-111 http://scielo.sld.cu Vega, J.: Breve reseña histórica del Colegio Médico de Cárdenas. Matanzas, Cuba. En Revista Médica Electrón [Internet]. 2012 Nov-Dic Disponible en: http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano%202012/vol6%202012/tema12.htm

viernes, 6 de diciembre de 2019

El Varadero que yo conocí.

Por: Mcs. Lorena Martínez Faxas. Dedicada al 132 aniversario de la playa azul, sirva esta crónica familiar y casi llorosa de recuerdo a los cardenenses de mi época, esos y esas que han llegado o llegan en este 2019 a la III edad.
Buscar conchitas blancas y hermosas en su arena, fuera verano o invierno, era uno de los mayores divertimentos que puedo recordar. Mi madre nos miraba sentada desde los pinos y envuelta en una toalla o una blusa porque siempre ha odiado mucho el sol. Tampoco recuerdo que fuera muy amante de bañarse en el mar, aunque siempre nos contaba de la primera vez que fue a Varadero, cuando aún no existía el puente sobre el Canal de Paso Malo y ella y sus compañeras de escuela, estuvieran de excursión en la playa azul. Nuestros padres tenían una rigurosa planificación durante la semana para la playa en las vacaciones, cada mamá de la cuadra llevaba un día diferente de la semana a los chiquillos. Siempre íbamos a la 42, al parque y dependiendo de quien fuera la “jefa” del grupo nos demorábamos un poco menos o algo más, se guardaban las cosas en las ocho mil taquillas y utilizamos aquellas duchas que se pisaban con el pie para dar paso a la fuerte agua o volvíamos con el salitre a cuestas… Con mi madre, el viaje a la playa se iniciaba a más tardar a las 7.30 u 8 de la mañana. No se compraba nada en el viaje. Llevábamos nuestras bolsitas con limonada (que después nos tomábamos caliente casi al regresar) y un pan con algo (Ahh, aquel pan de entonces redondeado, con cáscara y que crujía al morderlo y aún no sé porque no me acababa de gustar) Mientras más tarde salíamos más tiempo de playa se perdía porque inexorablemente al filo de las doce estábamos el alicaído grupo de fiñes esperando la guagua para regresar. Entonces, todavía pasaban esporádicamente aquellas mujeres u hombres en su bicicleta con las muñequitas, adornos, suvenires de conchas vendiéndolos a voz de cuello. Siempre queríamos alguno pero nunca ninguna de las ‘adultas”, nos compraron ninguno. Menudo lío hubiera sido porque habría tenido que comprarles a todos. Los aviones rompían el azul del cielo, desde el cercano aeropuerto, y decirle adiós con la mano repitiendo “llévame contigo”, era bastante frecuente. En aquella época las personas que partían para Miami, salían de este balneario por lo que no faltaba un gusano u otra ofensa dicha a los pasajeros, aunque el hecho fuera acallado por las miradas del resto. Hacíamos horrendas figuras de arena pero lo mejor era chapotear en ese borde donde arena y mar se diluyen. Algunos preferíamos meternos un poco lejos y enseguida la voz de mando de quien venía a cargo detenía nuestros impulsos aventureros. Envidiábamos a Mary su abuela vivía en Varadero, cerca de El Golfito de la 42 y ella se pasaba todo el verano en la playa. Aunque una vez nos confesó que nunca podía bañarse porque no había quien la acompañara al mar, la seguíamos envidiando. Era habitual ir a tomar helado al Coppelia, comer en El Caney o en Castel Nuovo o en la pizzería de la 42. Mis cumpleaños, a pesar de los problemas del transporte, casi siempre se festejaban yendo de tarde a Varadero, caminando sus calles, descubriendo sus pedacitos, deseando que estuviera abierto el parque de diversiones de la 30…. Varadero no solo significaba la hermosa playa sino un misterio mayor. Cada verano los padres alquilaban al menos una semana, ese era el mejor viaje al que solo iban el fiñe con sus familiares y los amigos mayores de estos. El edificio Santa Teresa, hotel Torres, el Imperial, Marbella, Dos Mares, La Rosa, Vista Alegre, Villa Caribe y otros pequeños hospedajes eran los más visitados aunque yo prefería aquellos fines de semana (muchas veces invernales o de otoño) con los que se regalaba mi padre en las “Cabañitas del Internacional”, oficialmente llamadas Alfredo López. Tal amor tenía hacia ese rinconcito increíble de la playa que para la celebración de mis “quince” pedí alquilar el fin de semana allí con amigas y amigos, ir por la noche al cabaret del Internacional y al otro día a la matiné de la piscina. Y fue así. Varadero era el corazón de nuestras adolescentes vidas. En Secundaria, cuando la parada inicial de las guaguas estaba en la 54 empezaron a dejarnos ir solas a bañarnos, pasear, disfrutar. Prefería para eso último los días invernales, con ese aire de nadie en la playa fortaleciendo esa necesidad que sentíamos en autotrascender. De esa época quedan muy pocas fotos porque entonces lo importante era sentir el momento y no dejarlo retratado, como ocurre ahora, para subirlo a las nubes o como prueba de dudosa legitimidad Los domingos almuerzos familiares en Las Américas, paseo por Las Morlas, el pueblito de pescadores, llegar hasta la entrada de Guardafronteras, Los Tainos, la cueva de Ambrosio, u otros lugares aparentemente recónditos. Caminar la playa de punta a tierra o lo contrario. Con el Pre iniciamos un indetenible ciclo de discotecas en el Oasis, en la Rex (La dársena), se inauguraba La Bolera, muchísimos sitios salidas que iban acompañadas de las inevitables caminatas de vuelta casi hasta el amanecer por el terraplén que hoy es la nueva carretera, las peleas y prohibiciones caseras por llegar después del amanecer. Fue la etapa de las Semanas Vacacionales en la Escuela para deportistas (Kawama) las visitas a casa de Orlandito, los fuertes amores primeros, esa vida playera nunca superada y que nos acompañó durante los espectaculares años de nuestro Pre. Varadero me colmaba y aún creía que sin la playa no podría sobrevivir. Aunque poco a poco ambos íbamos cambiando no me daba cuenta de cuanto, donde, como ni hasta cuando este proceso iba a durar. Después llegó la Universidad, playa en otros también inolvidables lugares, la costa habanera, el malecón o Miramar, regresos al camping universitario, el primer gran fracaso de la nena de la casa. Recomienzo con mis años de carpetera en Villa Cuba, inicio de las temporadas turísticas… Varadero ahí, conmigo y aunque ya habíamos cambiado aún seguía la magia en este otro Varadero que empezaba a descubrir en los ochenta. La vida me alejó nuevamente de la playa, de sus primeros hoteles para turistas, el repoblamiento de su zona marina, de tanto que paso mientras estaba en otro lugar… Cuando regresé, como Gardel, veinte años después, el Varadero por mi conocido había quedado atrás, construido por otras realidades y con él se fue mi playa. Y quizás esa sea una de las razones tantas por la que tan pocas veces alguien puede verme por allá.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Son para ti.

Por: MsC Lorena Martínez / MsC Luis Alberto Pérez y Lic. Jennysleidy Torres Ramírez. La Casa de Cultura Gonzalo Roig de Cárdenas, cumplió el pasado 28 de septiembre cincuenta años de trabajo artístico comunitario y en bien de la cultura popular tradicional. La calidad y continuidad de su trabajo descansa, entre otros elementos, en su comunicación y en los valores sobre los que descansa su quehacer.
Fundadas en 1978, las Casas de Cultura son instituciones de perfil socio cultural, que han desarrollado una labor comunitaria intensa, cotidiana y, sobre todo, anónima, dejando huellas en el acervo cultural nacional. Su objeto social es la atención al Movimiento de Artistas Aficionados y a los procesos de apreciación estética participativa comunitarios. Desarrollan desde sí y en interacción con otras instituciones la promoción, apreciación y creación del arte y la literatura contribuyendo al enriquecimiento espiritual de las comunidades, así como a la salvaguarda de la cultura popular tradicional La Casa de Cultura Gonzalo Roig de Cárdenas cumple desde hace ya 50 años esta misión siendo desde los años sesenta del pasado siglo, centro promotor del Movimiento de Artistas Aficionados, de extensión cultural y de atención constante y priorizada a la comunidad del territorio, tanto urbana como rural. Está situada en en la antigua Logia Perseverancia, inmueble sito en la céntrica calle Real (Céspedes), que existe desde principios del pasado siglo, representativo del neoclásico propio de la ciudad. Se identifica por los colores amarillo y azul con una imponente fachada aún elegante y orgullosa. Al ser nacionalizada dicha logia es entregada al Consejo Nacional de Cultura, quien la convierte primeramente en Sala de Conciertos y luego en Casa de Cultura (1969). Se nombra desde entonces Gonzalo Roig. En su planta baja se encuentran la recepción, galería de arte, aulas de música (2), salón de actividades, pasillo lateral, oficina biblioteca, patio exterior, terraza, pequeño almacén, baños y patios interiores. La planta alta tiene diferentes niveles constructivos y áreas en desuso, incluyendo la terraza miradora a la que se accede por una escalera de caracol. Diez años después, al crearse el Sistema de Casas de Cultura (1978) la instalación contaba con un taller de danza, cuatro oficinas, dos baños, un almacén, y un salón con 120 lunetas, de madera preciosa, las que lamentablemente no resistieron los embates. de uso y el tiempo. Aquella era una época de auge cultural. Se fundaron en la ciudad un Centro de Artes Plásticas y otro de Música, los cuales sobrevivieron hasta los primeros años de este siglo. Se trabajó con la cultura popular tradicional, y/o tradiciones campesinas, círculos de amigos de diferentes modalidades. Laboraron en círculos infantiles, escuelas del partido, aulas talleres, granjas de rehabilitación, campamentos agrícolas, campamentos de la escuela al campo. Fortalecieron su posición comunitaria. Durante el Período Especial de los noventa mantuvo su trabajo permitiendo a la comunidad opciones culturales. En la nueva centuria, acentúa la Casa su papel comunitario, se imparten talleres, profundiza el trabajo con niños y adolescentes, se vincula aun más a otras instituciones culturales. Sus aficionados aparecen en espectáculos artísticos, políticos-culturales o en proyectos artísticos, centros de trabajo, tribunas, actos y otras instituciones, así como en actividades de envergadura local, provincial y nacional, además de festivales a todos los niveles. La Casa ha sido espacio permanente para las peñas del tango, son, feeling, danzón, rumba, bolero y rock entre otras manifestaciones culturales. Son atendidas y asesoradas uunidades artísticas de sectores como CTC, CDR, ANAP, FEEM, FEU y otras. Atiende a programas especiales en sectores como Consejería SIDA, ANCI, ACLIFIM, ANSOC, organizaciones que luchan contra las drogas, el alcoholismo, la atención al adulto mayor y a la Unidad Militar 1410 del Ejercito Central, radicada en las afueras de la localidad. Durante el actual siglo identifican su trabajo la preocupación constante por sus modos de comunicar, sus públicos internos, afianzamiento y personalización de su imagen e identidad, el trabajo gráfico y diseño de sus promociones en campañas y de manera inteligente y su contribución a desarrollo de proyectos socioculturales desde las direcciones estratégicas de trabajo sociocultural comunitario con un alto protagonismo. Los valores de sus trabajadores y una comunicación estable y enriquecida juegan un importante rol en los logros alcanzados por la institución. Ello fue comprobado mediante una investigación en ambos elementos que incluyó encuestas, observación y análisis de los documentos de la institución, cuestión no muy difícil dado que los autores son arte del colectivo de la misma. En la institución trabajan 50 personas, con un equilibrio etario adecuado, entre los adultos mayores, algunos tienen más de treinta años de servicio en la institución/sistema de casas de cultura quienes brindan su experiencia a los jóvenes. Existe también un balance en cuanto al nivel educacional: 30 personas graduadas de nivel medio/medio superior, dieciocho universitarios, uno termina este curso la UMCC y el nivel de uno de ellos es primario. Los datos reflejan a una muestra diversificada entre las diferentes áreas de trabajo, reflejando un sujeto tipo femenino, de nivel medio superior, con alto sentido de pertenencia a la institución, ganas de hacer, aunque domine en ellos la rutina, para quienes los valores son vitales. En cuanto a la comunicación este trabajo inicia identificando los públicos institucionales conformados para su estudio en internos (trabajadores, directivos y técnicos); mixtos (aficionados, brigada de instructores de arte José Martí, padres de los niños/as), y externos, entendiendo a estos últimos como las restantes instituciones culturales del municipio incluyendo la dirección municipal, las escuelas primarias, de enseñanza media y universitarias del municipio, asociaciones, barrios y otras). Estos últimos, de acuerdo a las más actuales clasificaciones se conceptúan como públicos estratégicos. La comunicación interna en la entidad es buena, casi muy buna me atrevería a decir. La estudiante de Comunicación Social, Alina García Martínez, ex/aficionada de la Casa expresaba en un alrededor del curso 2015//2016 que la misma asumía los siguientes parámetros: • Coherencia entre los públicos internos • Buena comunicación horizontal de la dirección hacia los trabajadores, aficionados y técnicos, que fluye en todos los niveles y sentidos, poco común entre este tipo de instituciones. • Identificación con su centro laboral y conocimiento de sus tareas. • Opiniones, inquietudes y sugerencias de los subordinados se escuchan y aplican, o sea, que la dirección está al tanto de lo que ocurre en el colectivo. • Los mensajes son esencialmente de tarea, control, reconocimiento y de relaciones humanas con un balance adecuado. • Los principales canales de comunicación interna son las reuniones y, sobre todo, conversaciones, encuentros informales. • Ambiente laboral agradable y positivo, aunque, a veces, lo rutinario hace su aparición. • Optima relación entre empleados y directivos. Confianza y transparencia • Directora paradigma de compromiso con el trabajo y la institución • Horario flexible acorde a las tareas asignadas. • Única institución de su tipo en su tipo que tiene cuño, logotipo, trabajo gráfico personalizado, que realiza campañas de promoción, carteles, spots radiales y televisivos, que posee un grupo de trabajadores para encargarse, al margen de sus tareas habituales, a la imagen y diseño gráfico de la Casa. • Conocimiento del rol e importancia de la comunicación social. Para este 2019 a ellos se suman: • Aumento de la comunicación trasversal, sin perder importancia la horizontalidad • Se mantiene la dirección y la mayor parte de sus trabajadores y técnicos. Concienciación de los trabajadores y directivos con respecto a las ventajas y posibilidades del centro. Mayor pertenencia y compromiso con el mismo. • Imagen e identidad propias y fuertemente enraizadas • Cada vez priman más los mensajes humanos • No existen rumores ni comunicación “de pasillo” • Distribución individualizada de los tiempos de trabajos, aunque seguida por la Administración y Dirección. Mayor nivel de rutina, apatía y desidia • Muy pocos, si acaso algún recién llegado, trata de crear columnas particulares de auto/desarrollo, que son desarticulados por la dirección y el propio colectivo. • Los trabajadores prefieren las conversaciones y encuentros informales para la comunicación, aunque se está necesitando de niveles mayores de socialización en el colectivo, aunque en general están conformes con el grado de información. • Se sienten identificados con la Casa de Cultura y su quehacer. • Se sienten muy gratificados con la comunicación con sus jefes que se mantienen, en general, al mismo nivel que ellos. • Con la subida de salarios decretada por el nuevo Gobierno Cubano todos y todas fueron beneficiados con lo que al fin mejora no de los problemas que más afectaba al trabajo y permanencia de técnicos en la institución el poco salario que devengaban anteriormente. • En general la Casa de Cultura es un lugar agradable y más luego de las reparaciones, con problemas logísticos pero que brinda apoyo, confianza en ella se sienten comprometidos al trabajo de la entidad. En ella se consideran más amigos que compañeros de trabajo, otra familia mayor en la que confiar. De acuerdo a las respuestas obtenidas, para los directivos los temas predominantes son de relaciones humanas, personales (4), junto a la orientación de tareas, reconocimientos y/o críticas, quejas, sugerencias… Consideran que la información llega, a los trabajadores, esencialmente mediante conversaciones con los directivos, aunque si etas son de carácter muy general o normativas se utilizan las reuniones y los murales como recordatorios de lo acordado. Ellas piensan que la comunicación, buena, existente parte de lo intuitivo, de las acciones y modos de hacer de la casa de Cultura puesto que ni el propio municipio tiene directrices concretas al respecto lo que ayuda a la entidad es existir graduados de comunicación Social (hasta una master) lo cual ayuda en estos temas. Las funciones de la comunicación son esencialmente informativas, divulgativas, movilizativas y de cohesión de los públicos y sus trabajadores están plenamente involucrados con el trabajo, motivados y se transita hacia una mayor transversalidad y horizontalidad de la misma. Aun en decisiones de esas “indiscutibles”, se les explica a los trabajadores, se les explica y oímos lo que ellos plantean. En las restantes decisiones se reúne el colectivo completo o por Cátedra, se comparten las opiniones y participativamente se vuelven a conversar hasta llegar a las decisiones colectivas, para eso se utilizan los talleres de programación, reuniones, asambleas y otras. A todas ellas vamos con un determinado consenso obtenido a partir del diálogo, esta misma manera la aplicamos con los grupos de aficionados que están más coordinados y vinculados directamente a la Casa. Buscamos argumentar y se es estricto con las decisiones tomadas en colectivo. Lo agradece el trabajo. A los trabajadores podemos distinguirlos como creativos, alegres, responsables, humanos, apasionados, ocurrentes, sinceros, preocupados por los otros y solidarios, pero no siempre puntuales, y olvidadizos de planes de trabajos, evaluaciones y en general poco amigos “del papeleo”. Los puntos débiles son mayormente los problemas de recursos, la logística para el trabajo, que entre algunos existe un poco de rutina. La cuestión salario que fue caballo de batalla y punto débil por años ha mejorado a partir del aumento salarial del pasado julio. Ello los compromete aún más con la institución. Implica una exigencia mayor. En general los cuatro directivos coinciden en que la gente (su colectivo) creen que la Casa de Cultura es su casa, no por gusto el lema aceptado por el colectivo fue: La Casa de todos. Para la directora en ella esta gran parte de su vida y los otros sienten que el lugar no es solo el trabajo sino un apoyo a sus vidas, respiro a problemas cotidianos, hacer entre iguales y eso es lo que representa la Casa y por ello, en ella se sienten bien, satisfaciendo a los públicos internos/externos de la entidad. Para los aficionados la información que reciben es oportuna y suficiente, sobre todo en cuanto a cuestiones referidas a ensayos y actividades, normativas, reglas de la institución. Sienten que el Centro les brinda apoyo, reconocimiento y, a la vez, se preocupa por ellos y sus asuntos personales. La información es clara, actualizada y útil, en cantidades suficientes. Se recogen, en general, se escuchan, analizan sus sugerencias, opiniones o quejas como aficionados(as). Para alrededor del 70% la comunicación con la Casa es buena para un 25% es regular y un grupo pequeño no contesto a la pregunta. Definieron ambiente y clima muy buenos un por ciento similar de encuestados, aunque un grupo protestó ante incomprensiones con algunas de la compañera de servicios. La Casa es considerada por ellos como una familia, allí han encontrado un grupo de amigos, aunque cuando hay actividades es como una sala de emergencia, pero agradable ¡que locura! Amistad, alegría, satisfacción, orgullo, compromiso, compañía, sonrisa, desarrollo y sacrificio fueron las palabras priorizadas, aunque muchos no escribieron las palabras definitorias de la entidad. Otros utilizaron las mismas de la pregunta anterior: otra familia, un lugar agradable, la casa de todos y donde vengo a bailar están reiteradas. Lo anterior aparece refrendado por las opiniones de muchos familiares presentes en la realización de las encuestas. Muchos de ellos activos aficionados a partir de sus hijos, hijas o nietos. No los incluimos específicamente en el trabajo teniendo en cuenta que las opiniones de los familiares de los aficionados guardan mayor o menor relación con la edad de los mismos. No es lo mismo los padres, abuelos de un pionero que los de un/una adolescente, joven; persona mayor y muy diferente en el caso de los adultos mayores o discapacitados. A pesar de ser la encuesta de mayor longitud, los trabajadores la acogieron con entusiasmo, al igual que días antes habían asumido la referida a los valores. Participaron 43 de los 50 y consideraron en un 95%, suficiente la información recibida, algunos la valoraron como demasiada, pero en general fue considerada suficiente tanto en lo referido a actividades, planes, logros, estado de las reparaciones (7%) y a resultados económicos. Las informaciones, útiles casi siempre y con bastante actualidad, se reciben sistemáticamente y pueden llegar desde el jefe inmediato superior, la dirección o por otros trabajadores. El Sindicato y otras organizaciones solo orientan en las reuniones, los directores lo hacen de manera constante, ayudan a pensar. No aparecen la comunicación informal, el rumor y otras vías como fuentes de información. Lo que compartimos sirve para mejorar el trabajo (43 marcaciones), para reconocer resultados positivos (18 personas), quejarse (7 personas); orientar y señalar errores (32 marcaciones). Son informaciones de tarea, personales/humanas, de estímulo y normativas. Para un 39% se tienen en cuenta sugerencias, planteamientos, opiniones de los trabajadores y los aficionados. Se tiene en cuenta el apoyo de los superiores, en mucho. Las reuniones son útiles para un 57%, pero conversaciones y orientaciones directas de los directores son más útiles/efectivas (80%), los murales son para visitas y los de fuera (6%). Los rumores, al parecer, no tienen cabida en este lugar. Los 43 encuestados conocían el año de creación de la Casa, lo cual es lógico porque están conmemorando su cincuentenario, el cual celebraron “por todo lo alto”, el pasado 27 de septiembre con visitantes provinciales y nacionales y una serie de homenajes de diferentes instituciones. Nadie se podía olvidar. Con la misión la cuestión fue más delicada, pero, en general, declaran trabajar para asesorar y desarrollar el Movimiento de Artistas Aficionados, la Brigada José Martí y a la cultura popular tradicional en la comunidad. Expresado de diferentes maneras esta es la misión del centro así es que puede asumirse que 37 personas contestaron adecuadamente la pregunta. Les une a la Casa la preocupación por su persona, ser el lugar donde trabaja, la responsabilidad y confianza que siente allí, separándoles los problemas logísticos, cierta apatía que de vez en vez recorre el ambiente y algunos, que vienten de lugares centralizados, añoran hasta acostumbrarse el modo aparentemente disperso de su organización. Para 35 personas lo más importante de este lugar es el ambiente y las relaciones de trabajo, lo útil e importante de su hacer es lo segundo en importancia para 28 encuestados y para 19 el salario es esencial, porque sin él, arguyeron algunos de ellos, no funciona lo demás. Increíblemente, aunque los 43 encuestados se sienten identificados ¡y mucho! con la Casa, el 52% le atribuye importancia secundaria, primero hay que resolver otras necesidades mayores y después se alegra el espíritu, no es que no sea necesaria, ni importante, pero… Los trabajadores se definen como solidarios (35), respetuosos (31), alegres (25), responsables (19), sinceros (16) y trabajadores (14). Modesto y emprendedores a pesar de ser marcaciones positivas no fueron tomadas en cuenta, ni tampoco a indisciplina que si debería haber aparecido en alguna de las respuestas. Al indagar qué son los valores, el 97% de los trabajadores contestaron afirmativamente, que los conocían y se explicaron al respecto, uno dijo no conocer que eran valores y dos marcaron tener dudas al respecto. Asumen como valores de primer nivel los personales (56%), luego los sociales (23%) y los institucionales fueron asumidos solamente por tres encuestados (10%). Hay que hacer constar que muchos se refirieron al sistema o interconexión existentes en esta triada. Cuatro participantes dejaron la pregunta sin responder. Los valores más señalados fueron: la honestidad (90%) y el respeto (86%). Otros valores tenidos en cuenta son la solidaridad (63%), laboriosidad (50%) y patriotismo (26%). Muy a tono con su trabajo los técnicos y/o especialistas marcan además perseverancia (40%), profesionalidad (46%) altruismo (16%) y confianza en el grupo (2%). Esta pregunta fue respondida por todos los participantes. Al contrario, la siguiente pregunta fue la menos contestada (ocho participantes la dejaron en blanco). De las respuestas obtenidas se infiere que los valores referidos son primordiales y su conexión es sistémica, siendo base para convertirnos en mejores personas, más integrales. Desde ellos se irradian los restantes. En cuanto a los valores que deben primar en las relaciones interpersonales, de trabajo y comunicativas en la Casa, siguen siendo prioritarios honestidad y respeto, aunque solidaridad, disciplina, sentido de pertenencia y profesionalidad (46% respectivamente) se encuentran entre los cinco primeros. La austeridad solo alcanzó un cuatro por ciento de marcación por lo que consideramos que debe estar entre los que deben ser trabajados dentro de esta propuesta. Muchos de los encuestados piensan que este trabajo puede dar buenos resultados y que debería extenderse a los instructores de las escuelas, a los propios aficionados y sus familiares y al resto de las casas de cultura. Con un sistema de valores firme, adecuado, una comunicación interna envidiable y una mayor incidencia de su trabajo para públicos estratégicos y en los medios masivos de difusión municipales, llegó, en este 2019, la Casa de Cultura a celebrar su 50 aniversario. De la campaña que hiciera y como la ha llevado lo largo de este año de jubileo tratara La crónica de El cardenense en otra oportunidad. Bibliografía • Bombino Luis (2008) El saber ético de ayer y hoy. (Compilador y Coordinador) Editorial Félix Varela. La Habana. • Colectivo de autores (2003) Reflexiones en torno a la propaganda. Editorial feliz Varela. La Habana. • Confucio (1964): Páginas Escogidas. Editorial Losada. Buenos Aires, Argentina • Consejo Nacional de Casas de Cultura (2009) Revista Alas y raíces. Número 0 200. • García, Alina y Santos, Daniel: La casa de Todos: “Trabajo final de Comunicación organizacional Universidad de matanzas, curso 2015/2016) • Martínez, Lorena y Milagros, Gutiérrez (2014) Maestra de bailes: la historia de Olga Nordelo contada por sus danzas. Inédito. Trabajo Premio Provincial Escaramujo, 2015. • Martínez, Lorena y Vega, Lourdes La Casa de todos: Caracterización e historia de la Casa de Cultura Gonzalo Roig de Cárdenas. (2012) • Martínez, Lorena Tesis en opción al grado de Master en ciencias de la comunicación Lo más noble de ti. Facultad de Ciencias de la Comunicación Universidad de La Habana. (2006) • Martínez, Lorena: Diagnóstico de Comunicación de la casa de Abuelos del municipio Cárdenas. Monografía UMCC (2016/2017) • Martínez, Osvaldo (1990): VI Congreso de la UNEAC (discurso) En periódico Granma 10 de noviembre 1990. • Ubieta, Enrique: Cuba y los desafíos culturales del siglo XXI. Revista Cuba Socialista Número V, CCPCC (2009)

miércoles, 20 de noviembre de 2019

San Cristóbal de La Habana y San Juan de Dios de Cárdenas: dos ciudades hermanadas por la historia.

Por Ernesto Álvarez Blanco. Museólogo e investigador. Tomado del boletín Memorias de la Ciudad, de la filial cardenense de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Matanzas, número 16 de 2019, dedicado al 500 aniversario de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana.
Pocos cardenenses conocen que el escudo que coronó durante años – a falta de uno propio - la puerta que da acceso desde 1862 a nuestra Casa Consistorial, Monumento Nacional y sede desde 1979 del centenario museo Oscar M. de Rojas, fue el de la ciudad de San Cristóbal de La Habana; cuyo Cabildo rigió desde el siglo XVI y aún, hasta 1878 ca., los destinos de San Juan de Dios de Cárdenas y su región histórica. Y es que los lazos que nos unen a la capital de todos los cubanos, que celebra por estos días sus 500 años de fundada, son tan antiguos e importantes, que no hay un período de la historia de Cárdenas que no esté marcado de alguna manera por las intensas relaciones que han existido siempre con La Habana, sus autoridades y sus habitantes. Baste solo recordar, el hecho de que muchos de los hatos y corrales de la zona de Cárdenas, concedidos todos por el Cabildo de La Habana, formaron parte del primer Mayorazgo cubano, y hasta donde se sabe, del primero de América Latina, el cual fue creado en 1570 por el importante vecino habanero Antón Recio. También, merece una mención especial, la concesión a Diego de Sotolongo por el máximo órgano de gobierno capitalino, el 14 de junio de 1709, del sitio de San Juan de las Ciegas y Cárdenas, en cuyos terrenos fue fundada nuestra ciudad el 8 de marzo de 1828. Por si esto fuera poco, nuestros museos son depositarios desde hace más de 100 años, en especial el Oscar M. de Rojas, y muchos cardenenses y habaneros quedaran gratamente sorprendidos al saberlo, de una singular colección de objetos que guardan estrecha relación con La Habana y con su historia. Como la relación sería interminable, y prefiero que lectores e interesados en el asunto, descubran por si solos este tesoro de incalculable valor, solo recordaré que la Ciudad Bandera es depositaria de la habitación en la que falleció en 1905 en el Vedado el Generalísimo Máximo Gómez, siendo este el primer monumento trasladado en Cuba, y de la Estatua de la reina Isabel II que lució durante años en el parque central de La Habana, en el mismo sitio en el que desde hace años se encuentra un hermoso Monumento a nuestro héroe nacional José Martí. De este excelso habanero, el museo Oscar M. de Rojas exhibe la colección más completa de objetos relacionados con su estancia en los Estados Unidos de América existente en la Isla, junto a la cama que utilizó su madre, y la taza y el plato que empleó aquí su maestro Rafael María de Mendive, en la época en que este fue director literario del colegio San Luis Gonzaga. De igual manera, custodiamos durante años una parte de la raíz de la ceiba original del Templete. Sorprende, además, que se exhiban aquí con celo y cuidado, entre otras muchas, piezas tan significativas como la cruz del leprosorio de San Lázaro, la reja de la celda en la que estuvo preso el poeta Juan Clemente Zenea en la fortaleza de La Cabaña y la lápida original que da fe de las obras de reconstrucción realizadas entre 1763 y 1774 en las fortificaciones capitalinas, luego de la toma de La Habana por los ingleses. Todas ellas, así como la vertical y valiente actitud asumida por su historiador Emilio Roig de Leuchesenring en defensa de nuestro monumento a Cristóbal Colon, movido en 1956 de su emplazamiento original - en contra de la voluntad popular - por las autoridades de la época, y el afecto y admiración que ha demostrado tener siempre su continuador, el Dr. Eusebio Leal Splenger, por Cárdenas, su historia, sus museos y su patrimonio, hacen de esta conmemoración un momento oportuno para poner a los pies de los habaneros y habaneras de hoy, una imaginaria corona de laurel, como ferviente tributo de admiración y respeto de los cardenenses todos, por la manera ejemplar con que cuidan, restauran, conservan y gestionan para el futuro - lo cual debemos todos imitar - el legado heredado de sus antepasados.

martes, 19 de noviembre de 2019

La boya que hoy se oxida…

Noviembre es el último mes de la temporada ciclónica, por lo que vale recordar los difíciles momentos vividos por los cardenenses cuando les azotara el huracán más destructivo de su historia, sea el articulo homenaje a otra víctima de nuestro persistente descuido identitario/patrimonial. Por: MsC Lorena Martínez
La boya que hoy se oxida en el Parque Colón tiene su propia historia. Todos los/las cardenenses mayores de cincuenta años cabalgamos alguna vez en ella, la acariciamos y nos preguntamos cómo era posible que llegara hasta allí sin tener muy claro que no vino por voluntad propia, sino gracias al enfurecido mar del primero de septiembre de 1933. En pocas horas, los vientos huracanados y el mar devastaron una ciudad próspera; desaparecieron personas, muelles, industrias, calles, edificios, arboles, la furia de la naturaleza no se arredró ante sus dos toneladas de peso. Las primeras ráfagas se habían escuchado alrededor de las tres de la mañana, y las aguas al penetrar arrancaron de su base los muelles del litoral alcanzando alturas de hasta dos metros; las inundaciones costeras fueron severas (cinco o diez millas tierra adentro). Si la boya hablara diría de las muchas embarcaciones dispersas por la bahía cardenense o de aquellas que entraron en la ciudad navegando libres por las calles. El huracán, probablemente procedente de Bahamas, llegaría a ser casi un categoría cuatro de la actual escala de Saffir-Simpson. La costa norte del centro y el occidente de Cuba fue golpeada. Sagua la Grande sufrió también muchísimo ante el fenómeno meteorológico. Imposible para ella, nuestra boya que se oxida, conocer que ya los primitivos taínos gritaban Huracán, ante las tormentas severas que afectaban al Caribe. El término, de acuerdo al lingüista Sergio Bernal, se deriva del vocablo arahuaco jurakán. Huracán era una entidad aborigen, asociada a las tormentas, inundaciones y a vientos de gran intensidad; de ahí que designara a fenómenos infaustos de viento y lluvia que ponen la carne de gallina a muchos, para quienes representa un susto de marinos y poblanos, una maldición, fuerte sonido cargado de presagios; uno de los pocos vocablos autóctonos conservados hasta hoy. No sé si, enclavada allí en el Parque, se enteraría alguna vez que el monto de los daños por el ciclón ascendió a casi 10 millones de pesos, que se perdió poco más o menos totalmente el barrio de La Marina y con él almacenes de azúcar, industrias, edificios, colegios como “El Progreso”, casas de familia, hoteles, la estación de trenes, orgullo cardenense y entonces, una de las más bellas del país. Además destruyó centrales azucareros, la infraestructura de transporte ferroviario y portuario. Playa Larga prácticamente desapareció. Causó más de 180 muertes, unos 600 heridos y 8 mil damnificados. La acción de los vientos y el mar aniquilaron áreas poblacionales. Sobre las familias recayó una miseria mayor. Imposible que la boya que hoy se oxida en el parque Colón, leyese lo que escribieron los periodistas que acudieron al siniestro: “…enormes arboles habían caído sobre la carretera… Nos abríamos camino a golpe de machete, teniendo que cruzar entre un verdadero bosque…”; “…Por doquiera se veía una casa destruida… Todos los árboles en el suelo…”; “… Firmas tan solventes como la casa Arechabala, nuestra principal industria, ha perdido más de 500 mil pesos, Garriga y Co. más de 60 mil pesos...”; “…Ni una sola casa de Playa Larga, Las Delicias, Los Pinos, Vista Alegre y La Sierrita, ha quedado en pie. …” En Varadero, el mal tiempo se inició con una subida extraordinaria del barómetro, con vientos bonancibles, fríos y secos y un cielo despejado el cual rápidamente varió por un cerrado gris celeste. Parecía que, a principios de la mañana, fuera a oscurecer. Aumentó como nunca el nivel del mar; se unieron en la península el llamado, por los locales, mar del Norte con el del Sur. Los vientos alcanzaron hasta 170 millas por horas. No quedaron sin serias afectaciones ninguna edificación del balneario. Venida del mar nuestra boya que hoy se oxida en el parque Colón, debe desconocer que a este trágico evento le llamaron también el ciclón de Machado, teniendo en cuenta la victoria popular sobre este tirano que había tenido lugar semanas antes. Fue tanta la destrucción que, hasta Carlos Manuel de Céspedes, presidente provisional de la República, luego de la caída del dictador, visitaría los lugares afectados. La ayuda a los damnificados fue manejada por los intereses políticos de la época. Luego de una primera valoración de los daños y pérdidas materiales y humanas, en la ciudad se editó un libro ilustrado con elocuentes fotografías que permitían apreciar el estado de Cárdenas y Varadero, el cual serviría de base para lograr ayuda para la obra de su reconstrucción. . Un ciclón no era nada nuevo para las gentes de esta ciudad, aun se hablaba de 1888, cuando las aguas llegaron hasta un kilómetro o más tierra adentro, hasta la antigua escuela Llaca, donde hoy se encuentra la Clínica de Neurodesarrollo. Luego de unas diez horas de estancia el mar se retiró. Seguro que esa boya que hoy se oxida en el parque Colón, sabía que desde niños aprendemos que debemos estar preparados ante los ciclones y que no hubo la preparación necesaria para enfrentarlo. Ningún fenómeno meteorológico fue tan demoledor como el Ciclón del 33, pudiera afirmar conclusiva la boya, luego de 86 años de historia local, por lo que debe preguntarse si es justo, que la dejen oxidarse, deteriorarse como otra víctima de nuestro descuido identitario/patrimonial. Bibliografía: Expósito, Pedro: Arqueología del huracán. 1 de agosto al 1 de septiembre, 1933. Huracán de 1933 / huracán de Sagua y Cárdenas / huracán de Machado en Efemérides. Artículo digital publicado: sábado 23 septiembre 2017 | 03:26:46 am n Juventud Rebelde. González, Carlos y Ramos, Luis: Cronología de las tormentas tropicales y huracanes que han afectado a La Habana. Documento (articulo) digital en Revista Cubana de Meteorología, Vol. 25, No. 3, septiembre-diciembre 2019, ISSN: 2664-0880 http://opn.to/a/TIUtR Martínez, Anet: Ciclón del 33, tragedia anclada en la memoria de Cárdenas (+ Fotos) Documento (articulo) digital en De Cuba en Curiosidades. De Matanzas, Historia y Sociedad. Periódico Girón, 1 septiembre, 2019. Ramos, Luis: “Apreciaciones” que hicieron historia. Articulo digital. En Espacio Laical, Año II; nº 6 Abril-Junio 2006. Ramos, Luis: Clima y fenómenos meteorológicos en los constructos de identidad Documento (articulo) digital en página del Museo Nacional de Historia de las Ciencias "Carlos J. Finlay" Documento descargado de Cuba Arqueológica www.cubaarqueologica.org. Rubiera, José: Huracanes, cambio climático y reducción del riesgo. Documento (articulo) digital en la Página WEB del Centro Nacional de Pronósticos, Instituto de Meteorología. 2014. Sarduy, Liuba: El ciclón del 33 Documento (articulo) digital 16 de septiembre de 2017.

lunes, 11 de noviembre de 2019

Gerardo, crónica para un poeta.

Hace varios noviembres falleció Gerardo Gómez Falcón, uno de los decimistas más delicados y de estirpe poética que hayan nacido en nuestra ciudad. Revisitar un texto escrito entonces en su homenaje para evocar su poesía es el tema de este trabajo último mes de la temporada ciclónica, por lo que vale recordar los difíciles momentos vividos por los cardenenses cuando les azotara el huracán más destructivo de su historia, sea el articulo homenaje a otra víctima de nuestro persistente descuido identitario/patrimonial. Por: MsC Lorena Martínez
De nuevo es noviembre sin Gerardo/ su cojera dejó de ser fastidio,/ los olores, el alto domicilio,/ la ingravidez, ser un pesado fardo./ Otro mes once gravita sin Gerardo/ la décima, solloza abandonada/ sin saber cuál fuera la jornada,/ en que el poeta partió hacia la muerte./ Noviembre, otra vez, el verso inerte/ convoca a la Parca deslumbrada./ Hace pocos años, no llegan a cinco, al conocer que el viejo Gerardo Gómez Falcón, el mejor y más delicado decimista de estos tiempos cardenenses había sido encontrado muerto en su apartamento de Laborde y Calzada escribí una suerte de crónica en la que decía que los poetas cardenenses morían solos, abandonados tanto como nuestro patrimonio. No es Gerardo único caso. El trabajo quería ser un homenaje a una de las personas que logró impactarme en mis ya quince años como especialista literario del municipio Cárdenas; fue publicada la crónica por la periodista Lina M de la Rosa y me sorprendió que se hallara, en aquel momento, entre las entradas más populares de mismo. Gerardo lo merecía. Él tan callado, enfrentando incomprensiones y críticas a sus versos clásicos, elegantes, minuciosos, quien no logró que le fuera, en vida, que es lo que importa, publicado un libro con sus textos. Tampoco en la muerte. Solo prestaron atención a sus quehaceres, además de los vates del municipio cardenense y sus especialistas, el poeta Fernando García, quien publicara sus décimas en la excelente antología de la décima matancera que realizará a principios de esta centuria. Nunca olvidaré su alegría de niño travieso al verse publicado, reconocido entre los que brillan en este género de la literatura matancera; tampoco cuando quiso ayudarnos con las dos pobres ediciones que le hicimos en nuestras plaquettes de los versos escogidos por él anteriormente. Hizo suya la exigente rima de la décima y desde ella se permitió cantar bellezas femeninas, el amor, ¿quién sabe? si conocido, fue monte y ciudad, campesina denuncia, naturaleza y filosofía que transita desde lo popular hacia un nicho superior, culto. Su clasicismo acriollado le permitió un tono reflexivo, sereno del cual no pueden escaparse la naturaleza, los ríos, llanos, el tiempo, las horas y sus estaciones, horas, pájaros, sinsontes y otros animales quienes no escapan de su pincel. Como hombre venido de la zona rural cardenense hacia la ciudad no olvida la vida del campesino y los trabajos sufridos no como proclama política sino como escala en la madurez poética de este hombre, retazos, que asoman de vez en vez como autobiográficos recuerdos de su realidad. Hombre de clásica armonía, experto en el eficaz uso de la pausa entre primera y segunda cuartetas, magister del encabalgamiento fue Gómez Falcón quien en el 2020 hubiese cumplido noventa abriles. Quizás no sean las suyas las décimas más culteranas que se hayan escrito en a localidad, pero si aquellas que salen de sus metáforas son obra del amor y de una vida de hacer literatura con dignidad. Reflejo del ajiaco cultural que somos, encontró siempre en lo cotidiano aliento poético, la paz ausente en el vivir cotidiano. Pero no fue un atormentado este andador de las cardenenses calles sino lo contrario, de habla lenta y pausada, disciplinado, consciente de su valer pero incapaz de ofender a nadie por conquistar lauros. Más de una anécdota vital pudiera demostrarlo si acaso fuera necesario. Gentes de escribir con todas las de la ley buscaron en él apoyo y respeto. Considerado Maestro, diferentes poetas y decimistas de la ciudad han declarado sentirse honrados con la influencia que algún día sembró en sus quehaceres. Para este abuelo de poetas, la décima fue amiga necesaria, hermana en sensibilidades, quien no le traicionó ni cuando en sus octavas juventudes intentó transitar hacia el soneto y el versolibrismo, para volver a ella enriquecido con esta experiencia, armado de una nueva piel para crear, necesidad virgen, serenidad y otra manera de ser “profeta en sus desvelos”. Gerardo partió solo. Quizás en el momento del infarto final recordó textos no terminados de escribir, galardones, detenido ante su inconformidad en el tiempo. Fue difícil asimilar su partida para quienes le escuchamos declamar sus décimas dedicadas a Radio Ciudad Bandera, durante la Jornada de la Cultura Cubana, en su querido taller Cerebro y Corazón. Varios días después nos encontramos y me anuncio un próximo soneto, “una sorpresa”, dijo. Esperabas, esperábamos otra noticia, no la de tu muerte. Tu dama gris de la tarde, pudiera muy bien ser uno de los textos clásicos de la décima matancera de mediado de los ochenta, con su rima y decir casi perfectos, con la fortaleza de un seguro hacer, destinado a sacar ronchas en cantores del género, cada vez que te atrevías a memorizaras en otros escenarios. Ya descubriste Gerardo el gran misterio, ese que todo mortal teme. En él te has quedado sin retorno y hoy mi vida, la que respiro, se va encaminando a marcar ese camino. Valgan tus textos de humana poética, pensamiento, ternura y sensibilidad. Compartirlos con quienes lean estas cuartillas es parte de mi responsabilidad como especialista literario en funciones de nuestra ciudad. La dama gris de la tarde Hoy/ Ya se está poniendo vieja/ Hoy la vida que respiro/ la dama gris de la tarde,/ tiene marcada su edad,/ erguida, su imagen arde/ duele hablar de eternidad/ sin balbucear una queja./ para morir, ya retiro/ No le cuelga de la oreja/ el techo de vidrio, miro/ el sol, arete rojizo,/ y ajusto distancias, tumbo/ en las cuencas de granizo/ límites donde sucumbo/ la luz de los ojos muere,/ entre maniobras, suelto/ y más de un lucero quiere/ los equilibrios, envuelto/ adueñarse de su hechizo./ en un naufragio sin rumbo/ Coronada de quietud,/ fenece sobre sus huella,/ hay un cortejo de estrellas,/ llorando en la multitud./ Sucumbe en el ataúd/ del ocaso lentamente,/ y el funeral imponente,/ deja como signo luego,/ una cicatriz de fuego/ en el rostro de occidente./

viernes, 8 de noviembre de 2019

Un proyecto muy especial.

Abuelas y abuelos cardenenses demuestran que la cultura popular tradicional, la historia recordada de forma inteligente y aprehender conocimientos y normas de vida adecuadas para la III edad pueden fundirse en un espacio semanal que ayuda a saber cómo continuar. Por: MsC Lorena Martínez Faxas.
Abuelos son y sus achaques tienen, a cada rato una u otra causa los obliga a quedarse en sus hogares, pero, al parecer, a la gran mayoría, les gusta estar durante el día, en este lugar, se sienten seguros, cuidados, atendidos y tienen muchos espacios como la “peña/taller” Abueleando que, una vez en semana les ayuda a pensar, disfrutar aprender y aprehender muchísimas cuestiones. Son los ancianos(as) de la Casa de Abuelos del municipio de Cárdenas, que bien pudiera considerarse como paradigma en el tratamiento a las personas de la tercera edad del territorio. Ante el incremento ascendente de la esperanza de vida en el país, de lo cual el municipio no es excepción, ha habido que buscar diferentes alternativas de apoyo a las os las demandas, cada vez mayores, de las personas de la tercera edad. Las Casas de Abuelos son una de esas alternativas. La nuestra, la cardenense, fue creada el 10 de diciembre de 1982 y actualmente se encuentra situada fente al parque Martii, en Jenez 84 entre Mercedes y Salud. Cuenta con con una capacidad de sesenta plazas, mujeres y hombres, que alli permanecen entre 7.30 am a 5.30 pm de lunes a viernes y los sábados de 7.30 am a 12.00 meridiano. Brindan un buen, muy bueno, servicio a los mayores que alli realizan ejercicios fisicos, ergoterapia, talleres socioculturales. De vez en cuando salen de excursiones o visitan a otras instituciones similares a lo largo de la provincia. Cumpleannos colectivos, festividades, juegos de mesa y otras actividades completan cada jornada en dicho lugar. La comunicación entre los abuelos,trabajadores y familiares puede ser considerada de buena. Se respeta la gran necesidad que tienen los adultos mayores de escucharse y ser escuchados, de participar, lo que es aprovechado para establecer una comunicación afectiva. (Ver anexos) Tanto la trabajadora social de la Casa como su administradora, el Consejo de Familia y, sobre todo, el Consejo de los ancianos(as) juegan un papel muy activo. Son respetados, escuchados y mantienen un rol de liderazgo en la comunidad. Son entusiastas personas de la tercera edad, que, en general muestran, un estado de ánimo favorable, compartidoras, alegres, con ganas de disfrutar sus espacios en la institución. Casi todos los miercoles entre 2 y 3 de la tarde,sin horario estricto para empezar o terminar “la clase”, se reunen ellos y ellas en el espacio Abueeando, encaminado a la promocion de la cultura populr tradicional, la historia y al aprehender normas de vida adecuadas para la III edad. Es parte del programa sociocultural recreativo de la institución y está vinculado a la Casa de Cultura y el Centro Universitario Municipal. El nombre fue seleccionado por los mismos participantes al igual que la hora aproximada para empezar y muchos de los temas a tratar. Desarrollo: Literatura, auspiciadora del proyecto/tertulia/taller Abueleando, que apela a la participación de los abuelos y abuelas en sus actividades no como entes pasivos sino como actores que, en definitiva, son quienes construyen cada tertulia/taller, en los cuales se priorizan temas tan disimiles como la cultura popular tradicional (CPT), fechas históricas, actualidad nacional/internacional, violencia doméstica y de género, medio ambiente y valores entre otros, casi siempre asumidos desde lo literario y sus múltiples vertientes. Lo primero fue aprender cómo tratar con los ancianos y asumir que cada actividad depende de ellos, de sus actitudes y aptitudes y las posibilidades de enfrentar de una manera más activa y saludable esta etapa del ciclo vital. Acordaron además que los miércoles, alrededor de la dos de la tarde serían los encuentros y, teniendo en cuenta la existencia de un grupo de repentistas y amantes de la décima se hizo el primer el primer taller dedicado a este metro, tan cubano. Fueron primando de manera natural las maneras de hacer estrenándose un sistema de principios colaborativos muy semejantes a los que asume la educación popular preocupándose sobre todo por lo participativo, teniendo en cuenta conscientemente el legado de este tipo de educación en cuanto a educar para transformar y transformar para educar. A partir de los intereses expresados por los miembros de la comunidad el taller, en sus primeros momentos, se centró en la cultura, sobre todo, la popular tradicional que ofrece a instructores y a los talleristas un riquísimo campo para participar, aprender y aprehender, posibilidad de participar, a través de un proceso colaborativo en el que él mismo escoge el modo en que lo desarrollará. Esto es posible ya que la cultura popular tradicional como conjunto de actividades y valores creados, heredados y/o transmitidos por el pueblo para satisfacer necesidades de su vida cotidiana, permite a los ancianos desde su contexto geográfico y socioeconómico específico; refrescar saberes, vivencias y valores, como creaciones emanadas de una comunidad cultural fundada en la tradición, como expresión de identidad cultural preservándolas para los más jóvenes. Oralidad, literatura, música, danza, juegos, mitología, ritos y costumbres se convirtieron en tema de una tertulia/taller donde los entonces 53 ancianos conversaban, debatían y disfrutaban de entre quince y treinta minutos de compartir con un enfoque de "aprender haciendo", aprovechándose de las capacidades de los participantes, como medio para alcanzar los objetivos de aprendizaje. Fue ese el primer paso ganado para estimular la transformación de los sujetos y sus praxis, que caracterizan la visión y misión a la institución como centro de salud. Empezaron a prepararse para el próximo encuentro, esperar a la instructora/especialista, preguntar porque faltaba a alguna de sus citas, en fin, que el, en sus inicios, taller de apreciación/creación se va rápidamente convirtiendo en un espacio idóneo para educar y recrear al adulto mayor de la comunidad de la Casa de los Abuelos cardenense. Jugar a hacer rimas, hacer cuentos, competir por responder primero a alguna adivinanza, recordar pregones y/o refranes, platos que cocinaban mamás y abuelitas, remedios de esos que asustan a cualquiera fueron tema de divertidas tertulias en la que no faltaba la fundamentación teórica a menudo refutada por los propios participantes lo que traía consigo innumerables polémicas y posteriores estudios e indagaciones de la instructora/especialista. No faltó un tema para los carnavales, la música, el danzón, la danza y la cardenense rumba. Pronto la ya para entonces facilitadora del espacio fue invitada a actividades propias de la institución como fiesta de cumpleaños, visitas de otras casas de abuelos de la provincia… Hasta el momento y en su ámbito de actuación hemos aprovechado las jornadas de cultura nacional, la fundación de la ciudad y su semana de cultura, jornadas políticas y/o históricas siempre partiendo del interés y de los temas que han propuestos abuelos (as) al finalizar cada sesión. Una de las mayores satisfacciones de la instructora/especialista en esta primera etapa fue escucharlos decir, de manera directa o mediata: “usted siempre regresa”, “disfrutamos y compartimos juntos”, “gracias por dedicar su tiempo en venirnos a alegrar”. Con ellos he aprendido de recuerdos y maneras de vivir, poemas, historia local, han sido una efectiva ayuda en una investigación emprendida por nuestra cátedra sobre la oralidad, además que me reconfortan y me siento más preparada para abordar la tercera edad de mis familiares y la mía misma. A finales del primer curso d trabajo realizamos una evaluación compartida cuyos resultados fueron favorables para todos y todas. Para el segundo año, género, patrimonio e identidad cardenense compartieron espacio con valores, símbolos patrios, fechas históricas, derechos humanos y la violencia doméstica vista desde el punto de vista de los ancianos. Buscando una diferencia cualitativa con otros proyectos existentes en la localidad auspiciados por el CUM/CUAM, MINED y la APC, los que buscan vincular (educativamente) a la tercera edad y las más nuevas generaciones, decidimos junto con la Casa de Cultura local, comenzar el proceso de convertir en nuestra tertulia/taller en un proyecto comunitario que reforzara lo logrado en bien de los miembros de dicha comunidad. Conclusiones El espacio/proyecto taller Abueleando de la casa de Abuelos contribuye a mejorar la comunicación entre los abuelos(as) de dicho lugar, sus especialistas y con las familias de quienes pasan el día en dicho lugar Ayuda a motivar a los ancianos(as) y a resolver problemas propios de su edad como la necesidad de escucharse y ser escuchados, de su participación comunitaria, a elevar su autoestimo y con ello contribuir a mejorar su nivel de vida. Lecciones aprendidas • La necesidad de técnicas participativas propias de la Educación Popular para motivar a los participantes y abordar los temas de cultura popular tradicional, literatura para llegar a otros muchos más álgidos como género, violencia, derechos humanos, política nacional/internacional. • Receptividad de los actores talleristas: quienes van floreciendo en las actividades que se realizan. • Afinidad de las familias con el trabajo de los talleres cuando participan en los mismos. • Saber, querer, hacer y poder tienen pasos cortos en este proyecto donde, a pesar de las circunstancias individuales, familia, tradiciones y sociedad mantienen su rol fundamental. • Para mantener la participación del adulto mayor hay que motivarlo desde temas que produzcan él solaz alegría, le den ganas de vivir y mostrar sus saberes y utilidad. • Trabajar con los integrantes de esta comunidad ese ha convertido en motivo de orgullo, obliga al facilitador a crear constantemente para evitar dispersión, no entendimiento y mantener el interés y la socialización en cada tertulia/taller A partir de lo sucedido, las autoras nos preguntamos sobre las maneras de buscar otros abordajes sobre este tema y otros considerados por ellos mismos como “espinosos”, teniendo en cuenta, con mayor rigurosidad que otras veces como al trabajar con este segmento educacional debemos: • Tener en cuenta sus experiencias, saberes, lugares de procedencia y maneras de asumir el mundo de relaciones que les rodea. • En cuanto al tema de la homosexualidad, en la vejez se produce un agravamiento social de la estigmatización del mismo. en cuanto a la violencia solo asumen la asumida contra ellos como personas ancianas y casi nunca asumen la referida en cuanto a sexo. La discriminación racial si fue criticada y no es asumida en un lugar donde conviven durante el día blancos(as), negros(as), chinos(as), mulatas(os), “todos mezclaos”, como parte de ese ajiaco que somos los cubanos. • En su manera de actuar, de manera general, se mantiene una actitud tradicionalista con respecto al tema. • No olvidar que cada acción emprendida en el tema debe adaptarse al ritmo de los adultos mayores, que se proporcione suficiente tiempo para que puedan flexibilizar sus opiniones al margen del tan “cacareado” enlentecimiento cognitivo d estos alumnos. • Estructurar los contenidos de forma clara, evitando la sobrecarga de información, tratando de incidir desde la unidiversidad propia del adulto mayor. • Explicitar en talleres y con ejemplos los diferentes tipos de violencias y como el no respeto a la diversidad sexual y equidad es uno de ellos. • Sensibilizar a los abuelos para que puedan interpretar la realidad desde una mirada más contemporánea y que este conocimiento lo apliquen también para con ellos mismos. • Ayudarles a asumir nuevos roles en las condiciones actuales muy diferentes de aquellas en la que forjaron sus convicciones las actuales generaciones de adultos mayores cubanos, protagonistas entonces de otro proceso social que los dignifica, y necesitan ahora prepararse para demandar condiciones que les posibiliten como ciudadanos legar sus saberes, continuar aprendiendo y superar metas, de acuerdo a sus contextos relacionales (Albertina Mitjánz 1995). • Organizar interrelaciones personales para que contribuyan a cambios psicológicos y sociales y en su reinserción comprometida con el contexto sociocultural. • Incorporar permanentemente estos temas en las acciones formativas de la Cátedra Universitaria, y en las instituciones sociales, siempre teniendo en cuenta la connotación emocional y significado personal de los mismos para cada adulto mayor. • Favorecer el sentido personal en función de resolver contradicciones, en la conjugación de los procesos de individualización-socialización. • Organizar toda actividad pedagógica de la Cátedra como un sistema interactivo, que contribuya a la transformación del adulto mayor en una persona capaz de encontrar nuevos sentidos a su experiencia y continuidad existencial. Entonces, ¿qué y cómo hacer los profes para motivar y sortear barreras en este tipo de reflexión? • Garantizar la información, coordinación, regulación y control de acciones socio–psicopedagógicas, integradas en un sistema actividad-comunicación potenciadoras de la equidad y hacia la asunción de la equidad en estas personas. • Planificarse y realizarse a nivel social, a nivel grupal y/o de forma individual acciones pedagógicas, acorde a los participantes, sobre el tema. • Trabajar, desde otras miradas, el tema de respeto y tolerancia para tangencialmente, inclinar hacia una mirada crítica las anteriores posiciones autoritarias/fundamentalistas. • Continuar profundizando estos temas “peliagudos” en la formación de los adultos mayores desde las Cátedras Universitarias del Adulto Mayor. • Defender la existencia de un apoyo al adulto mayor desde su unidiversidad, complementariedad, significación multifactorial y compleja. Debe tener en cuenta además factores como la factibilidad del tratamiento del tema, en las condiciones normales del taller. Utilizar los recursos básicos necesarios para que sean escuchadas y compartidas la mayor parte de las opiniones logrando un determinado nivel de generalización con su correspondiente valor social y una respuesta a las inquietudes que despierta. ¿Alcanzaremos modificar o, al menos, hacer pensar desde otra óptica a los abuelos de nuestra Casa municipal sobre los temas de equidad, diversidad y violencia? Pregunta cuya respuesta solo sabremos cuando los profes estemos lo suficientemente preparados para abordar el tema de manera integral y con todas las posibles aristas a tener en cuenta; cuando el uso de dinámicas grupales, diálogos, la contextualización de situaciones nos permitan abordarlo con mayor refuerzo metodológico y, entonces, poder además de actualizar, transformar y/o renovar los resultados iniciales que, desde la praxis, diagnostico esta reflexión compartida. El incremento ascendente de la esperanza de vida ha tenido entre otras consecuencias la necesidad cada vez mayor de buscar alternativas para atender las demandas de las personas de la tercera edad. Desde finales de la pasada centuria el hecho ha sido tratado con gran interés, fundamentalmente alrededor de los nuevos saberes y cómo llevar los mismos a los adultos mayores. Con lo cual se demuestra que el hecho no afecta únicamente a la sociedad cubana, sino que ocurre a nivel internacional. La realización de acciones concretas para los adultos mayores tiene su inicio en Cuba a partir de 1984, aunque no es hasta el 2000, que se funda la primera Cátedra Universitaria del Adulto Mayor (CUAM) en la Universidad de la Habana (UH), con el auspicio de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y la Asociación de Pedagogos de Cuba (APC), los que contribuyen a la evolución de los territorios a partir del propio trabajo extensionista que abarca todos los niveles de la sociedad. En la provincia de Matanzas se crea esta institución a partir del 2002, adscripta a la universidad de Matanzas. La CUAM matancera se encuentra constituida por un equipo multidisciplinario de profesionales, especialistas, promotores y activistas interesados en el estudio de la educación y el desarrollo del adulto mayor. Ese mismo curso (2002-2003) se crea esta institución en el municipio de Cárdenas rectorado por la Filial Universitaria Municipal “Aida Pelayo”. Desde entonces los profesores de esta cátedra imparten diferentes cursos, desde sus saberes, a los públicos locales de esta edad. A pesar de que estos profesionales, en su mayoría, no tienen experiencia en el trabajo con el adulto mayor, han utilizado fundamentalmente, la comunicación afectiva con estas personas para facilitar el intercambio entre ellos. De ahí la necesidad de crear un sistema de actividades específicos para la preparación de estos profesores tal y como fuera diseñado en su tesis de maestría por la especialista principal de dicha cátedra y una de las autoras del presente trabajo. El mismo tiene en cuenta las características del adulto mayor tanto en lo personal como a nivel social, sus características psicológicas, lo esencial que “el otro”, “la otra” y los demás son para los ancianos y sobre todo su necesidad de auto trascender, de quedar en los demás por su legado, sobre todo en las generaciones más jóvenes. Asume como el adulto mayor es un ser humano con necesidades especiales de una edad en la que disminuyen las capacidades físicas pero se mantiene la evolución y transformación de la personalidad. Cada actividad depende del anciano, sus actitudes y aptitudes y las posibilidades de enfrentar de una manera más activa y saludable esta etapa del ciclo vital. Dicho sistema asume además los principios colaborativos y de propios de la educación popular preocupándose por el desarrollo alcanzado por dichos adultos, desde lo participativo y asume conscientemente el legado de este tipo de educación en cuanto a educar para transformar y transformar para educar. La cultura, sobre todo, la popular tradicional ofrece a pedagogos y ancianos un riquísimo campo para aprender y aprender, para conquistar esa necesidad propia referida de trascender, a la vez que les permite participar, desde ella les es más fácil ese aprender haciendo, a través de un proceso colaborativo y participativo con la posibilidad de escoger el modo en que lo desarrollará. Esto es posible ya que la cultura popular tradicional como conjunto de actividades y valores creados, heredados y/o transmitidos por el pueblo para satisfacer necesidades de su vida cotidiana, permite a los ancianos desde su contexto geográfico y socioeconómico específico; preservar para los más jóvenes muchas creaciones emanadas de una comunidad cultural fundada en la tradición, como expresión de identidad cultural. Como entre las formas de esta cultura tradicional popular se encuentran la oralidad, la lengua, la literatura, la música, la danza, los juegos, la mitología, los ritos, costumbres, artesanía y otras artes, (esta última definición es propuesta por la UNESCO a finales de la pasada centuria), poco a poco el taller de apreciación/creación cubano se va convirtiendo en un espacio idóneo para educar y recrear al adulto mayor viendo a este (el taller) como método de capacitación inspirado en el enfoque de "aprender haciendo" y, como tal, se basa en el ejercicio directo de las capacidades de los participantes, como medio para alcanzar los objetivos de aprendizaje. Entre sus modalidades es el taller participativo el que se ajusta de manera más eficiente a las maneras de los adultos mayores, sobre todo en instituciones como las casas de abuelos, ya que entre sus compañeros cotidianos pueden alcanzar una mayor relevancia en cuanto a sus actitudes y durabilidad de la capacitación estimulando la transformación de los sujetos y sus praxis. Al ser esta modalidad de taller centrada en el participante, se toman en cuenta de forma especial las características, intereses y necesidades del anciano a la hora de definir los contenidos y técnicas dándole un papel activo. A partir del sistema diseñado, este septiembre, una de sus beneficiadas y autoras de este trabajo, inició una nueva manera de impartir conocimientos a las y los cincuenta y un personas de la Casa Abuelos cardenense. Lo primero que se hizo fue hablar conversar con los abuelos acerca de los temas que les interesaría tratar, en el espacio, decidieron en plenario el nombre que el mismo había de tener (Abueleando fue el elegido) y los temas a discutir. A pesar que una de las abuelas solicitó un tema referido a calidad de vida, el grupo en general abogó por temas agradables, no relacionados con su estancia en el lugar, en los cuales todos pudieran ser partícipes. Lo anterior sucedió a inicios de septiembre, acordamos que los miércoles, alrededor de la dos de la tarde serían los encuentros y, teniendo en cuenta la existencia de un grupo de repentistas y amantes de la décima entre los ancianos, se hizo el primer el primer taller dedicado a la décima. Utilizando este metro se explicó lo que era calidad de vida de manera sumaria, complaciendo a la persona que quería saber de ello, y luego, a partir de preguntas y manejando sus respuestas conocimos qué relación tenía la décima con los presentes, sus orígenes y hasta sus cultores en la Casa, a pesar de que la mayoría de los miembros del grupo artístico estaban en una actividad comunitaria de cultura local. Primeramente decidimos el nombre para el taller con la participación de los presentes, se hicieron diferentes propuestas, algunas traídas por la facilitadora, otras propuestas por los talleristas. Abueleando fue el nombre escogido para nombrar el taller. Luego se introdujo el tema de la rima y jugamos a rimar con diferentes palabras, de ahí pasamos a compartir alrededor de la palabra décima y del metro poético, sus funciones, historia, como riman sus versos, contamos octosílabos… Mediante rústicas láminas, (recurso posteriormente abandonado porque no se aviene a las particularidades de este público, el espacio donde se realizan las actividades y ser un grupo bastante numeroso) leímos décimas de autores locales como las publicistas de Carrillo (siglo XIX), infantiles de Julio Blanco, de Gerardo Gómez y los invitamos a decir alguna décima que conocieran. Algunos dijeron versos humorísticos, otros callaron y la mayoría asistió un poco extrañada a esta, dijeron, “charla diferente”. Terminando, alrededor de cuarenta minutos después, decidimos el tema a hablar el próximo encuentro: refranes. Todos debíamos prepararnos, coincidimos. Entre el primero y segundo encuentro pasamos por la institución y estuvimos presentes, sin participar, en algunas de las actividades que se ofrecieron en el lugar. El lunes anterior al segundo encuentro (hubo quince días intermedio) la facilitadora recordó a los viejitos de la cita con los refranes pero el miércoles acordado ya estaban esperándonos para hablar de estos. Ese miércoles los abuelos se preparaban para una visita de la Cátedra Universitaria del Adulto Mayor y no estaban muy dispuestos para el taller, compartimos un pequeño rato de los preparativos, escuchamos el ensayo del grupo artístico y al otro día fuimos, un ratito, a la actividad. El viernes a las dos estábamos reunidos. Ellos y ellas habían recogido refranes y luego de saludarnos, pronto conversábamos sobre la sabiduría de los refranes, sus tipos, clasificaciones y sobre todo, nos decíamos refranes los unos a los otros, otros los explicaban o nos divertíamos con juegos intercambiando fragmentos de los mismos o añadiéndole coletillas (por alante, por atrás) aumentando el sentido picaresco de algunos de ellos. El recibimiento fue cálido esta vez y se oyeron comentarios como “regresó”. Al trabajar pregones en la siguiente ocasión, uno de los integrantes del grupo aficionado tarareo el ‘ pican, no pican los tamalitos de Olga” y entre todos(as) cantaron el manisero como ejemplos de pregones en la música popular. Con el taller, ya en octubre y dentro de las actividades de la Jornada por la Cultura nacional, se dedicó el espacio a adivinanzas, frases y/o dicharachos, esta vez la facilitadora, aprovechando la buena voluntad del grupo decidió trabajar los conceptos de cultura, cultura tradicional popular y oralidad. La tarde de adivinanzas fue divertida, alegre para ancianos y ancianas y hasta para los funcionarios del centro que por vez primera transitaron de observadores a participantes. La quedándonos aún con ganar de seguir compartiendo, decidimos que cuentos de fantasmas, aparecidos, horror sería el próximo tema a compartir. Uno de ellos observó al finalizar el debate, “gracias por dedicar su tiempo en venirnos a alegrar” “todos y todas disfrutamos juntos, el gusto es mío sabe”, fue la respuesta única que la facilitadora pudo brindar. Los encuentros realizados y la forma en que sus participantes se han ido integrando al mismo nos han hecho reflexionar a las autoras de esta monografía no solamente en cómo trabajar con estos públicos, sino a la necesidad de instrumentar rápidamente el sistema de actividades diseñado para ayudar a los profesores en las técnicas que les permitan trabajar con estas personas y las ventajas que la variante pedagógica de la educación popular y sus talleres presentan para ellos Lógicamente no estamos descubriendo “el agua fría”, ni creyéndonos dueños y dueñas de estos saberes compartidos auténticamente compartidos. Cocina sana, consejos para la casa, canciones y juegos tradicionales, farmacopea popular, costumbres, recuerdos de otros tiempos, poemas y otros asuntos que los talleristas deseen serán algunos de los temas a compartir en lo que resta del año 2015. Para el siguiente año trabajar género, historia local, patrimonio e identidad cardenense se encuentran entre nuestras posibles propuestas. Entonces es que llegará la hora de una primera evaluación de lo logrado por coordinadores y talleristas, tendremos que releer estas cuartillas, valorar estos postulados, decidir entre avatares, debilidades y fuerzas las maneras de sostener este emprendimiento que, hasta la fecha, ha tenido aceptación entre las cincuenta y una personas que conforman este amplio y diferente taller.


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA