jueves, 19 de septiembre de 2019
Julio Blanco Escandell: La difícil existencia de quien está lejos
Por Lorena Martínez Faxas.
Feliz cumpleaños, poeta!!!.
“De Toronto trajo Marilú unas manzanas de cera, verde que al centro de la mesa le recuerdan las rojísimas que comió en Nueva York, las pequeñas y algo acidas que degustó en Miami o las pocas acarameladas que en los tempranos ochenta compramos en La Habana. Cinco verdísimas manzanas de cera, que mi nieto a dentelladas ha convertido en miserable adorno. Los mordiscos son cada vez más despiadados, pero allí están al centro de la mesa ella las remienda cuanto puede pues sabe el valor que ahora tienen.”
Releo uno de los textos que tanto disfruto del último libro de Julio Blanco publicado en Cuba y me siento cerca del amigo promotor que se extraña en actividades y que en estos días anda de cumpleaños.
De pronto la existencia se le ha vuelto difícil a otro fiel amigo. Hay decisiones que son como venablos a los que nos lanzamos revueltos y de las que, al fin y al cabo emergemos siendo otros.
La suerte de lo anterior está en el cambio y sus resultados. No sé cómo se logra pero cuando cada cual siembra, entre los suyos, sus propias manzanas de cera, ellas ayudan a sonreír en la ausencia, acompañándonos de aquellos seres queridos quienes viven en Paysandú, Zaragoza, Dinamarca, Ontario, ciudad del Cabo o en cualquier parte del mundo donde vegete algún nacido/vivido en nuestra ciudad de Cárdenas.
Algo así dije o quise decir, una tarde dominical de abril en el patio del Museo a la batalla de Ideas, afirmación que creo necesario repetir a menudo, para que no se olvide.
Hay que quererte para sonreír y no ponerse a murmurar propias tristezas en este presente, solo necesito esperar que vuelvas a escribir con la inocencia de siempre, revitalizar caminos de esos que el poeta dice que se hacen al andar.
Pero debo iniciar mi reseña por lo que afirmo que este poemario, como toda obra humana, tiene desbalances, quizás el salto de la poética infantil a la adulta ya impresa no sea perfecto, pero es indispensable, más cuando paralelo al camino estético se van tomando decisiones, ensartando trenzas alas para la triada de Penélopes del hogar.
La difícil existencia de Julio Blanco, como salió titulado este poemario en el diario, creo, provincial es un poemario de los que espero, no se queden a dormir el sueño del polvo en las librerías sino que siga vivo en las manos de sus lectores porque familia, entorno, ausencias presentes se arremolinan como un todo cubriendo el esqueleto de ese perro callejero, apaleado, seguramente con hambre, que observa la calle vacía.
Ojo, a pesar de los ocres o por sobre ellos, desde el mismo instante de adquirirlo, el volumen ayuda a sobrevivir gracias, sobre todo, a los poemas y alegrías que regala.
Familia, tiempo, un entorno no mediterráneo sino caribeño, de mar cubano le envuelve, es el existir, azares que el poeta describe y enseña desde la misma poesía. En décimas, sonetos y versos libres, se pregunta qué será de tantas cosas, de todos, volviéndose una y otra vez a ese Jericó que es nuestra ciudad de la que resume noticias. Y en ello descansan virtudes, contradicciones y avatares, palabra esta última que quienes me conocen saben que me gusta mucho.
En esta difícil existencia de Julio actual, la mirada del ciervo se une a la soledad del corredor de fondo, renacen las recetas para el descalabro y el autor de estos textos olvida quizás aquella vez que quiso edificar a Babel en solo seis meses y fue entonces que descubrió lo duro de los faltantes de cementos y otros materiales.
De mucho hablan estos poemas de todos y todas, pero me sucede que mientras los leo, parece ver a Julio caminando junto a nosotros, con su voz fuerte, leyéndonos ufano un texto, lleno de cemento en la bicicleta, contactando nuevos sueños o con sus cangrejitos que he debido asumir, para ver si logramos que se mantengan, al menos, algo dichosos.
La difícil existencia es un libro polémico como su autor y a la vez, universal. Como Julio, es único y diverso, tan parecido a aquel estudiante que participara en cualquiera de los tantos concursos que había en esta ciudad en aquellos ochenta, con un poema de legiones y centuriones romanos que todavía hoy me ha sido imposible de olvidar. Recuerdo que a pesar de aquellos tantos escudos y armaduras muy criticados, le dieron el Premio. Y me alegré.
Aun hoy, sigue Julio acudiendo a la propia literatura, a lo histórico o a la filosofía para para contextualizar su pensamiento, hermanándose con Bukovsky, Poe, Martí entre otras influencias. En el texto, esperanza y fe de vida son parte de un hacer del lenguaje convertido en amuleto al que no le importan las nieves ni las distancias.
"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias
nuevas".
José Martí“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.
RAMIRO GUERRA