miércoles, 5 de enero de 2011
Fallece Justo Ureña, cronista oficial de Avilés, ciudad asturiana hermanada con Cárdenas
A los 86 años desaparece uno de los hombres más destacados de la cultura avilesina
Avilés, Asturias, 5 de enero de 2011
Tomado de La Voz de Avilés.es
Fue abogado consistorial y profesor de Legislación en el Instituto Politécnico
Era presidente de la Sociedad de Amigos del País y vicepresidente de Amigos de Palacio Valdés
Sus amigos de la 'Tertulia del Pandora' le rindieron ayer un sentido homenajeEl sillón que Justo Ureña tenía reservado en el Pandora, en la calle San Bernardo, quedó ayer vacío. El rincón de la mesa número 13, en torno a la que cada día se reunía la tertulia del Pandora, y en la que una caricatura realizada por Favila marcaba el territorio - 'El rincón de don Justo Ureña, cronista oficial de la villa de Avilés'-, se ha quedado sin dueño. Justo Ureña y Hevia falleció ayer a los 86 años de edad tras una enfermedad que le tuvo postrado en los últimos meses. Su funeral se oficiará hoy, a las doce del mediodía, en la iglesia de Santo Tomás. Viudo de su primera esposa, Armandina Gutiérrez, con la que tuvo tres hijos, César, Gabriel y Pablo, se casó en segundas nupcias con Olga María Rodríguez García el 24 de mayo de 2008
Glosar la figura de Justo Ureña es difícil, porque se corre el riesgo de agotar todos los tópicos al uso en estos casos, dada su riquísima personalidad. Pero por otra parte resulta muy sencillo, porque basta utilizar muy pocas palabras para definirlo: un hombre bueno; un hombre sabio, pero cercano; entrañable, simpático, religioso... muy buena persona.
Justo Ureña nació en Avilés y cursó estudios en el Liceo Avilesino y en el 'Carreño Miranda'. Licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo, donde cursó el doctorado, fue abogado de los Ilustres Colegios de Oviedo y Madrid. Fue abogado del Ayuntamiento de Avilés y profesor titular numerario de Legislación en el Instituto Politécnico hasta su jubilación. Fue Cronista Oficial de la Villa de Avilés desde 1991. Miembro numerario de la Real Asociación de Cronistas de España y académico de honor de la Academia Asturiana de Heráldica y Genealogía. Miembro correspondiente del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) desde 1993. Cuenta con la medalla de la Fundación Paul Harris y es miembro del Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Actualmente ocupaba los cargos de presidente de la Sociedad Económica Amigos del País de Avilés y Comarca, y vicepresidente de la Asociación de Amigos de Palacio Valdés.
Desde los años 50 colaboró asiduamente en LA VOZ DE AVILÉS, en donde semanalmente sus 'Crónicas Avilesinas' eran un ejemplo de exactitud sobre la historia de la ciudad. Era también el decano de la revista de El Bollo, donde escribía desde 1944. Sus artículos sobrepasan el millar, lo mismo que el número de conferencias. Fue un prolífico escritor (ver ficha) de obras de historia y de dos poemarios. En los últimos años participó en una tertulia en Tele Avilés, dirigida por Ramón Baragaño, a la que acudían también José Manuel Feito, Armando Arias, Alberto del Río y Benjamín Lebrato.
Como pintor, participó en diecisiete exposiciones colectivas, con 66 obras, y tres individuales, en la que expuso 106 obras.
Su curriculum resumido nos habla de uno de los personajes más importantes de la cultura avilesina de buena parte del siglo pasado y del presente. Pero sobre todo de Justo Ureña hay que destacar su extraordinaria personalidad de hombre culto y afable, educado, respetuoso con todo el mundo, dispuesto siempre a facilitar hasta el último dato de cualquier aspecto sobre el que se le preguntara, siempre con su estilo característico, en el que el chascarrillo simpático, la broma, la sonrisa y hasta la carcajada a veces, nunca podían faltar.
De eso saben bien todos los que le conocieron y frecuentaron. Al margen de sus 'obligaciones' profesionales que mantenía como jubilado, al frente de cualquier iniciativa que se le propusiera, era uno de los fijos de la 'Tertulia del Pandora', en donde delante de un 'ribera' -dicen sus amigos que tras traicionar al 'rioja', y salvo cuando en contadas ocasiones pedía 'la mariconada esa', un vermut con ginebra- deleitaba con su conversación a los fijos de la cita: Armando Arias, Román y Luz Villasana, Alberto del Río, Manolo Campa, Tony Fidalgo, Benjamín Quirós, Nardo Villaboy o Armando Campa, junto al propietario del Pandora, Alberto Villa. Y antes, sobre las once de la mañana, salía del despacho que como cronista oficial de la villa tenía en el Palacio de Valdecarzana y acudía al Luzana a su otra tertulia, la de 'Las chicas de oro', formada por empleadas del Ayuntamiento de Avilés con las que mantenía una excelente relación. Dicen que en alguna ocasión las risas se escuchaban desde el Palacio de Camposagrado.
Un conferenciante especial
Ureña tenía además una enorme habilidad como conferenciante. Dotado de un timbre de voz muy sugerente, empleaba como nadie los tiempos y el especial énfasis que podía poner en algunos pasajes de su intervención hacían que sus conferencias fueran seguidas siempre con una atención y un silencio religioso.
No hace mucho tiempo, como recuerda hoy Paco Trinidad en estas mismas páginas, pronunció una conferencia sobre Palacio Valdés y consiguió que un auditorio expectante «llorara por dos veces», según recuerda todavía Armando Arias. Primero hizo llorar de risa a los asistentes con sus anécdotas, pero minutos más tarde los hizo llorar de pena cuando relató algunos pasajes históricos cargados de emotividad.
La última vez que este periódico mantuvo un contacto profesional con él fue para preguntarle sobre la costumbre de mucha gente de persignarse al pasar por lugares como Galiana o la capilla de Rivero. Como siempre, Justo lo sabía todo sobre esa tradición en Avilés y desmontó la teoría de que en la actualidad se siguiese haciendo por motivos religiosos. Cuando Alberto Santos, jefe de Local de LA VOZ, acabó su conversación telefónica con él, salió riéndose del despacho y comentó a los miembros de la Redacción: «Este Justo, además de sabio, es un cachondo mental».
Son pequeñas anécdotas de una persona que, por encima de todo, demostró siempre su amor por la villa que lo vio nacer. Hoy descansará para siempre en el cementerio de La Carriona, como él quería. En su poemario 'Poemas del Torío', escrito en la localidad leonesa de Cármenes, donde veraneaba, dejó escrito, bajo el título de 'Deseo', este soneto que hoy nos desvela ese cariño inmenso de Justo Ureña Hevia por su ciudad:
«En Avilés nací y allí quisiera, / cuando de la existencia no sea dueño, / una tumba en el suelo, cuando muera / donde repose el prolongado sueño.
«Quiero dejar constancia de este empeño / para que no se arrumbe en el olvido, / deseo aquel lugar, aire norteño, / loma con humedad y sol dormido.
«Sé que despertaré, por ello anhelo / con afán sobrehumano y trascendente / un exiguo rincón, en aquel suelo.
«Ya que al resucitar, inmortalmente, / cerca de los que amé, presiento el cielo / en poder abrazar a tanta gente».
"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias
nuevas".
José Martí“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.
RAMIRO GUERRA