martes, 4 de marzo de 2014
El Centenario de La Avellaneda en Cárdenas.
Por: museólogo Ernesto Álvarez Blanco.
Premio especial Gertrudis Gómez de Avellaneda de la 40 edición del Concurso Literario Municipal Fray Cándil 2014.
En 1914 numerosas instituciones y ciudades de la Isla conmemoraron el centenario del natalicio de la excelsa poetisa cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda. Las actividades conmemorativas se iniciaron en el mes de enero con la publicación, por el Dr. Carlos Velazco, Director de la prestigiosa revista Cuba Contemporánea, del libro La Avellaneda – Autobiografía y cartas, hasta esos momentos inéditos, con un prólogo y una necrología por Lorenzo Cruz de Fuentes. Por su parte, la imprenta Cuba Intelectual puso en circulación el libro De la Avellaneda. Colección de artículos, de José Antonio Rodríguez García, obra de imprescindible consulta para todos los estudiosos de la obra de la ilustre poetisa.
El mes de marzo constituyó el centro de la celebración, por lo que los periódicos Diario de la Marina, Cuba, La Discusión y el Heraldo de Cuba así como las revistas El Fígaro, Bohemia, Gráfico, Cuba Contemporánea y Bimestre Cubano publicaron artículos, noticias y hasta números especiales dedicados a La Peregrina.
La filatelia se encargó también de perpetuar la imagen de Gertrudis, al imprimirse numerosos ejemplares de un sello de correos de 5 centavos con la leyenda: Fue la más grande entre las poetisas de todos los tiempos. Además, se emitió una hermosa medalla conmemorativa del acontecimiento.
El diseño de esta última estuvo a cargo del artista colombiano, residente en Italia, Marcos Tobón Mejía , quien colocó en el anverso de la pieza, realizada en bronce, el busto de la escritora y, debajo, a la izquierda, un ramo de rosas y el nombre de la poetisa. El reverso de la medalla muestra una musa ocupando el campo monetario y a inscripción: Centenario de la Avellaneda – Camagüey: 23 de marzo de MCMXIV.
La ciudad de San Juan de Dios de Cárdenas, en la cual vivió Gertrudis Gómez de Avellaneda entre 1860 y 1863, junto a su esposo, el Teniente Gobernador de la Villa Coronel Domingo Verdugo, organizó varios festejos y actividades en recuerdo de la ilustre poetisa, la cual había redactado aquí el 4 de abril de 1861 su primer testamento - que no fue el definitivo - en el que pedía ser enterrada en la Capilla del Hospital Santa Isabel, prohijado e inaugurado por ella el 26 de diciembre de 1862.
Durante las actividades organizadas en Cárdenas por el Comité Pro Avellaneda, se recordó la intensa actividad cultural desplegada por el poetisa en la Villa, la fundación por la misma del Semanario de Versalles, su entusiasta participación en la erección de la primera estatua de Cristóbal Colón develada, pública y solemnemente, en América Latina en una plaza pública, motivo por el cual escribió su Himno al Almirante y la creación aquí de varios poemas y comedias pero, sobre todo, de su novela El Artista barquero o los cuatro cinco de junio, que fue - según ella misma confesó - la primera obra escrita por ella bajo el cielo de su tierra natal.
También, el Comité Pro Avellaneda divulgó con entusiasmo la existencia en el Museo y Biblioteca Pública de Cárdenas de una valiosa colección de objetos y documentos que le pertenecieron, sus colaboraciones desde aquí con el Álbum cubano de lo Bueno y lo Bello; su presencia en el acto inaugural del Casino El Siglo y su labor a favor de los más humildes, en su carácter de Presidenta de la segunda Junta Directiva de la Asociación de Beneficencia de San Vicente de Paúl.
Como parte de la labor del Comité se dieron a conocer, además, detalles de la amistad de la poetisa con la familia Rojas, en especial con sus compadres Isabel Cruzat y Urbizo y con Joaquín de Rojas, de quienes se despidió personalmente en 1864, poco antes de partir hacia España, luego de la muerte de su esposo, ocurrida en Pinar del Río.
El acto más significativo organizado por Comité Pro Avellaneda tuvo lugar en la mañana del domingo 25 de julio de 1914 y tuvo por escenario al Hospital Santa Isabel. La ocasión fue propicia para el Alcalde Municipal Carlos Parquet develara en la fachada de este edificio, cuya terminación impulsó – como ya hemos dicho – La Avellaneda, una tarja conmemorativa del Centenario de su natalicio.
El texto de la lápida, el cual redactó el Dr. Ezequiel García Enseñat, Secretario de Instrucción Pública, y grabó en el mármol el joven artista Rafael López, afirmaba:
“GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA,
LA MÁS GRANDE POETISA DE TODOS LOS TIEMPOS, HONRA DE CUBA Y ORGULLO DE SU SEXO Y DE LA RAZA; CONSAGRÓ A CÁRDENAS SU TERNURA, CONTRIBUYÓ A LA TERMINACIÓN DEL HOSPITAL QUE AQUÍ SE LEVANTA, A QUE PERTENECIÓ COMO ENFERMERA HONORARIA, Y FUE EN ESTA CIUDAD ÁNGEL TUTELAR DEL DESVALIDO. LOS CARDENENSES DEDICAN ESTE HOMENAJE A SU MEMORIA.
A-D-MCMXIX” .
Como parte del programa del acto la Banda Infantil de Cárdenas interpretó el Himno Nacional, se cubrió de flores un retrato de la poetisa y el periodista Lic. Arturo Fernández Llebrez pronunció un hermoso discurso, que fue muy aplaudido, “… no solo por la belleza de su forma sino también por su fondo revelador de profundos conocimientos literarios (…)”.
El poeta Félix N. Díaz, por su parte, recitó un poema titulado Sol poniente; el profesor y periodista de El Popular, Miguel Martínez Méndez, conocido como El historiador de los niños, declamó el soneto Al partir de Gertrudis Gómez de Avellaneda y Rosa Amelia Toledo , Tesorera del Comité Pro Avellaneda, leyó un soneto de su autoría, titulado A la Avellaneda:
“¡Tula! El pueblo amoroso que, en la incierta
vida, honraste a tu paso por el mundo,
de su ensueño letárgico y profundo
al fulgor de tu gloria se despierta.
Y hoy bulle congregado ante la puerta
de este almo templo de tu amor fecundo,
como oleaje de un mar que en un segundo
levanta el viento en la extensión desierta.
Flota bajo esta fraternal techumbre
algo como un destello de tu lumbre;
y en el ambiente espléndido y sonoro
de su recinto a tu grandeza estrecho,
se oyen los ecos de tu lira de oro
y las palpitaciones de tu pecho” .
Las cardenenses que concurrieron a este acto fueron obsequiados por el Comité Pro Avellaneda por la revista Bohemia con postales y con artísticos botones alegóricos al Centenario de la poetisa, cuyo retrato ostentaban ambos suvenires. A todos los enfermos ingresados en el Hospital les fueron servidos, por iniciativa del Comité y del Ayuntamiento local, chocolate, biscochos y cigarros.
Como reconocimiento a la labor desplegada en Cárdenas por el Comité Pro Avellaneda, su homologo nacional, acordó hacer llegar en el mes de abril de 1915 la Medalla Conmemorativa del Centenario de la escritora. En 1916 las integrantes de la directiva del Comité decidieron donar la medalla al Museo y Biblioteca Pública de Cárdenas.
El periódico El Popular reflejó en sus páginas el donativo con el siguiente suelto:
“Para el Museo.
El martes último hicieron entrega en el Museo de esta Ciudad las señoritas María Luisa Toledo y Plácida y Diana Aguiar, en su carácter de presidenta y vocales, respectivamente, del Comité Local pro Avellaneda, de una medalla de bronce en su estuche que le fue donada al mismo, por el de igual clase que se entendió en La Habana en los festejos allí celebrados el pasado año, con motivo del Centenario de la egregia poetisa.
También cedieron al Museo tan cultas señoritas un botón y una postal alegórica a dicho Centenario y una invitación de las libradas por el Comité Local para asistir a los distintos actos con que esta Ciudad conmemoró aquella fecha” .
El donativo fue registrado por Oscar M. de Rojas, fundador y primer Director del Museo y Biblioteca Pública de Cárdenas, en el folio 171 del tomo VII del Libro de Actas y Correspondencia de la institución. Desde entonces, forma parte de los variados recuerdos que de Gertrudis Gómez de Avellaneda guarda con celo el segundo museo fundado en Cuba.
Al conmemorarse este 2014 el Bicentenario del natalicio de la ilustre escritora traemos al presente la evocación de cómo se conmemoró su Centenario en la Ciudad Bandera, con objeto de rendir de nuevo el homenaje que merece, quien, asombrada ante la proeza de la joven villa de Cárdenas, que levantó, antes que La Habana y otras importantes ciudades de América Latina, un monumento al Almirante Cristóbal Colón, escribió:
“… ¡Oh! ¡Si! ¡Mira! En tus playas queridas
Se alza un pueblo nacido ayer
Que eterniza esas huellas perdidas
De su ardor juvenil al poder” .
"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias
nuevas".
José Martí“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.
RAMIRO GUERRA