sábado, 12 de octubre de 2019

Para niños y niñas trabajamos… Un acercamiento a la literatura para niños(as) y adolescentes escrita por mujeres cardenenses.

Por: Lic. Lorena Martínez Faxas.
A lo largo de los siglos XIX y XX, la presencia de la mujer en la literatura infantil y adolescente brinda a la misma una cierta manera especial de decir que la distingue (calidades aparte), teniendo como caminos principales el discurso impulsor de la familia y de valores seculares junto a la representación de la mujer/madre/refugio y sostén familiar. Aunque en muchas ocasiones nuestras escritoras lo ignoraran, al escribir tendían a marcar de esta manera aquellas relaciones que enseñan a ser hombres y/o mujeres, Ellas con sus maneras de escribir definían los roles a imitar desde la niñez para cada sexo de acuerdo a las condiciones socio-históricas. Asumían: “el abordaje de la mujer tanto como objeto y sujeto social como en sus proyecciones culturales” . (Yáñez 201, 108) Las mujeres, cuando escriben para hijas e hijos, difunden y trasmiten modos culturales, tradiciones y/o patrones conductuales, les trasladan una manera de ver al mundo que es parte de su identidad. De ahí que en los siglos XIX y XX la gran mayoría de la literatura infantil universal, americana, cubana y local se desempeñó como un arraigado agente conservador Durante este periodo, para las escasas cardenenses que se dedicaron a esta labor, la literatura infantil era esencialmente educativa, basada fuertemente en la trasmisión oral, era, en gran medida, literatura de madre a hijas(os) familiar, que buscaba enunciar, valorar, referir y mostrar determinadas actitudes, modos de ver la vida, razones culturales… Sus principales cultoras en el continente americano fueron religiosas, maestras o algunas intelectuales quienes solían escribir adaptaciones, pequeños cuentos o poemas para ser representados por los chicos en tertulias familiares, religiosas o en el medio escolar. Las cardenenses no escaparon de este modo de hacer y aún en los años sesenta del pasado siglo se mantenía en algunas zonas de la ciudad esta práctica singular. No pasaron mucho de ahí sus afanes literarios. Respondían a los parámetros más tradicionales de la literatura infantil americana: romances repetitivos, personajes, similares sin un gran desarrollo paradigmas. Estas obritas anónimas buscaban vías para conciliar realidad y fantasía, desentrañar maneras, conductas e intereses para hijas e hijos. A su sombra se reunían no solo aquellas mamás que hacían “los disfraces”, sino las que proponían poemas, obras y textos, los reescribían, corregían, censuraban, otras que donaban sillas, mesas, elementos escenográficos incluso algunas que se convertían en parte del elenco o del distinguido público … Las representaciones realizadas en ceremonias o festividades religiosas eran atendidas muchas veces por un grupo de voluntarios (as) miembros(as) de la propia iglesia mientras los padre/madres asistían a los oficios dominicales. . Línea de trabajo característica de las iglesias presbiterianas y protestantes locales ya que la iglesia católica empleaba textos litúrgicos menores o la propia Biblia, amén de libros infantiles de carácter nacional o continental sin desarrollar una incipiente literatura infantil local. En el caso de las religiones afrocubanas los patakines y mitos nunca se han recogido en libros educativos ni alternativos y no es hasta la llegada de Teresita Cárdenas y su trabajo con los oris/has para la infancia/adolescencia que el tema tiene alguna incidencia en publicaciones no locales sino de carácter nacional. Entre las escritoras y/o creadoras musicales locales que sostienen un interés hacia el mundo infantil, durante el pasado siglo, está la compositora Gisela Hernández y, sobre todo a Perlita Moré, cardenense residente por muchos años en Varadero quien escribiera canciones con textos de su propia autoría, vinculadas a su concepción religiosa del mundo. Literariamente, la escritura para niños, niñas y adolescentes asume como primicias locales a los textos de carácter pedagógico de Isabel Galarraga (Bela) cardenense nacida en 1884, Rosa López, otra cardenense, es la autora de un Nuevo Compendio de Ortografía, divulgado en La Habana en 1882. Ambos textos desaparecidos. Otra maestra, esta vez de Varadero, Tomasita Neyra, publicó a los 77 años (1961) un cuaderno de versos, pero hasta el momento no se han encontrado huellas de su casi segura escritura para sus alumnos. Caso muy diferente fue el de María Luisa Toledo, pedagoga, periodista, poetisa y promotora cultural quien si escribió, sobre todo, narraciones para sus hijas y alumnos, muy influenciada por la poesía de la chilena Gabriela Mistral, sobre todo en sus maneras de valorar el mundo infantil y la ternura de algunos de los textos, a pesar de sus escasos méritos literarios. Tanto ella (María Luisa) como su hermana Rosa fueron figuras sociales relevantes de la ciudad. Siendo Cárdenas un municipio de sostenida y constante inmigración, la localidad se distingue por la existencia de un buen número de escritoras “en tránsito”, quienes recorren un camino muy importante en la literatura local, ya que aquí han escrito su obra. Inclusos algunas viviendo ahora fuera del territorio, no pierden contacto con su literatura, envían trabajos a eventos y concursos, se autoproclaman cardenenses y continúan vinculadas de alguna forma al movimiento literario local. Otras, para honor nuestro, se convierten en cardenenses por motivos geopolíticos como ocurre en el caso de la insigne maximogomera Dora Alonso ya que al ella nacer su pueblo pertenecía al territorio de Cárdenas lo que nos permite considerarla como parte de nuestro acervo cultural mediato. De manera similar, aunque por circunstancias diferentes, ocurre con la habanera Renée Méndez Capote, cuyo padre Domingo, general de las guerras de independencia y de la Brigada Cárdenas, era natural de Lagunillas. Su nombre es el que oficialmente ostenta dicho poblado. Las propiedades familiares de los Méndez Capote estaban por acá y la familia venía a menudo a visitar familiares o por asuntos de negocios. Renée, “la cubanita nacida con el siglo”, sentía a Cárdenas como parte del terruño suyo, declarándose más de una vez hija del territorio, según amigos y conocidos familiares. La labor de ambas mujeres está inscrita entre lo mejor de la literatura infantil juvenil antes y después de 1959 por lo que es un gusto considerarlas entre las nuestras. Otra poetisa “en tránsito o viajera” fue María Catalina Rodríguez quien se mudó a Cárdenas, con menos de veinte años y murió en ella con más de cien sin abandonarla. Escribió para los más chicos y chicas textos fundamentalmente de contenido patriótico. En la revista literaria local Cangrejo de Papel aparece su poema Mar Caribe de 1980. Exceptuando a las citadas no puede decirse que existiera, hasta la creación del Taller Literario Fray Candil (1961/62), un cuerpo sólido de literatas escribiendo de manera continua y concienzudamente para los niños y niñas del territorio. El taller y sus promotoras (principalmente Brunilda Oves, Ada Carballo y Silvia Hassam) motivaron a las damas hacia una incursión más orgánica por la literatura infantil, con periodicidad, sistemáticamente, buscando caminos y vías para dar entretenimiento y enseñanza a los chicos con calidad e interés que sobresaliera más allá del entorno familiar, lo que trajo por resultado que ellas empezaran a publicar en la revista local Cangrejo de Papel y conquistaran con bastante frecuencia el premio territorial que al género se otorgaba. Consagradas que venían escribiendo desde antes del triunfo revolucionario como Olga Ojeda, Herminia Rodríguez, Aleyda Torres, Eva Gamarra dedicaron textos a ellos y ellas a quienes se agregan Alejandrina Cué, María Luisa Rodríguez (1983), María Dolores Arias (1983) décimas patrióticas infantiles de Elsa Rodríguez, Nilda Leyva, los cuentos de Elba Ortiz ... Hija de esta generación es una narradora como Elvira García Mora y su colección de cuentos Agua de Lavanda, interesante libro que recoge sus descubrimientos adolescentes mientras estudiaba en la extinta URSS y, sobre todo, su novela fantástica El cinturón del tiempo, publicada por Ediciones Matanzas (2005). Pero entre estas nuevas generaciones también han aparecido otras nuevas viajeras como la “inmigranta” Maribel Morell Rosales que ha hecho suya la ciudad, desarrollado en ella vida y obra, tanto en la plástica como en la literatura, nacida en Jovellanos. Maribel además de caricaturista, poeta e ilustradora de libros y revistas infantiles es, en mi opinión la más importante cuentista de la literatura infantil cardenense actual. Sus cuentos, aunque escasos, llegan a la verdadera esencia de los peques, perduran, enseñan, están llenos de humor, situaciones propias de las edades menores sin ñoñerías ni tontainas, distinguiéndose por su lenguaje guajiro, único los hacen merecedores de mayor respeto a nivel provincial y por su propia creadora. Transita cómodamente de la tradición a lo contemporáneo, de la leyenda a la realidad, sus protagonistas son niños y niñas problemáticos, tortugas por salvar, tataguas, , caballos de lluvia muchos de ellos encerrados en un cartucho junto a brujas que abandonan sus escobas, cocuyos como Tomasito que quieren ser escritores, arrecifes, tataguas y güijes… Creo que la granmense Mirka Reyes Chapman, puede considerarse sin reservas como la más viajera de todas estas mujeres. Domesticadora de ranas en el territorio, decidió emigrar con muchas de ellas a Francia sin perder a Cárdenas como punto de partida y enclave de su literatura “batracial”. , Su poesía verde, platanera, clara sencilla llega mediante juegos de palabras, ritmos y metáforas con la frescura propia de esos bichos que tanto ama la autora. Cristina Martínez, es también una viajante de las buenas. Ahora matancera desarrolla su trabajo para los preescolares y también para muchachos/as de mayor edad y/o adolescentes. Asume temas difíciles como la cárcel, la muerte, el abandono y los carga de un gran contenido humano y una positiva manera de ayudar a pensar. Flexibiliza la belleza de manera que sea entendible para su lector. Su poesía siempre encuentra en situaciones donde los sentimientos y la naturaleza son eje central. También ha trabajado obras teatrales. Emigró del taller Fray Candil al municipio Martí, hizo un breve tránsito en Jovellanos llegando hasta Elguea en los límites con la provincia de Villa Clara. Actualmente reside en Matanzas. No se puede dejar de nombrar a Teresita Cárdenas, premio Casa de las Américas (2001), quien se nutre del mundo afrocubano ancestral convirtiendo sus leyendas en tema literarios. Residente en la capital ha visitado en reiteradas ocasiones su ciudad cada vez que ha sido invitado o ella misma lo ha solicitado. Xenia Franquis, llegó desde Sagua, se convirtió en prolífica Pompa y se encuentra en estos momentos fuera del país, pero aún envía sus nuevos textos a las especialistas del taller para su revisión. Recibió premios municipales y provinciales los cuales fueron publicados en plaquettes y revistas locales. Utilizaba la literatura como un arma de entretención y educación para su prole lo cual la emparenta con la tradición doméstica de la literatura local. Otra Maribel, esta de apellido Trejo, poetisa de trino menor tronchó su obra poética, (sencilla pero con cierto nivel de fantasía) al acabar con su vida a inicios de siglo actual. Difícil ha sido también la vida de Magaly Díaz la narradora que integra lo fantástico con la realidad mediante un lenguaje travieso y divertido. Su país de Piquitenke remite a la cotidianidad y picaresca del niño asumida con una extraña pero eficiente comicidad. Poetisa y narradora premiada y de mayor experiencia, en plena producción y publicando sus textos es Anelys Fundora, autora que emerge de los noventa brindando una frescura poética insoslayable a su verso libre combinado de manera inteligente con sus rimas, principalmente asonantes. A cuatro manos escribió con su amigo Julio Blanco, la noveleta epistolar Veinte cartas de amor y una respuesta esperada (2013). Anteriormente se conocían de ellas títulos como Mariposas de invierno (Gente Nueva, 2008; Para subir cumbres (2010); Enamorarse en el limbo (2011). Está incluida en diferentes antologías de literatura infantil nacional y extranjera. En la península de Hicacos, durante el pasado siglo, hay varias mujeres que han desarrollado su obra, creativa o pedagógica para niños, como Carmen Bacot (Travesuras del mar, Ediciones Matanzas, 2008) y Miriam Rodríguez llegada a la playa desde su natal Pedro Betancourt (Trino de ámbar 2001, Perfecto de sol y luna 2007, Dibujando el parque 2009 y Aroma de rocío 2011) especializadas en este género literario. Gisela Rangel, instructora de danza venida de Villa Clara creó y publicó para sus danzas diferentes poemipregones que luego le fueron publicados en la revista playera Caballito de Coral. Una de las mujeres que conscientemente dedica gran parte de su obra a los peque es Eva Marín (1942/2015), nacida en Cárdenas y residente desde muy joven en Varadero, la cual publicó su cuaderno Abueleando (Ediciones Matanzas, 1985) con frescos y divertidos, poemas, trabalenguas, adivinanzas que hicieron las delicias de los chicos nacidos en esa etapa. Hoy otras autoras del territorio inician con el canto a sus peques y también con el trabajo educativo su camino dentro de la literatura infantil, para ellas, para los estudiosos de la cultura local y los lectores interesados sirva este pequeño recorrido, que se ha propuesto inventariar, enumerar, referir la obra de estas mujeres, las cuales nunca han sido tomadas en cuenta por su escritura para nenes y nenas en la literatura local. Su redescubrimiento, más allá de las calidades de sus textos, es otro paso en el estudio de la literatura femenina cardenense, otra dimensión de esas inagotables categorías conocidas como identidad y cultura local. Bibliografía • COLECTIVO DE AUTORES (1984) Panorama de la literatura infantil en América latina. En Revista Parapara. Banca del libro, Caracas Venezuela. • Fundora Annelys (2007) Mariposas de invierno. Editorial Gente Nueva. La Habana, Cuba. • Fundora, Annelys (2010) Para subir cumbres. Editorial Matanzas. Cuba. • Fundora, Annelys (2015) Enamorarse de la luna. Editorial Gente Nueva. La Habana. Cuba. • García, Elvira (2005) El cinturón del tiempo. Ediciones Matanzas, Cuba. • Méndez, Capote, Renée (2014) Locura de amor. Colección Homenaje. Editorial Gente Nueva, La Habana. • Pérez, Enrique (2005): El cuento de nunca acabar. Editorial Capitán San Luis. La Habana, Cuba. • Pérez, Enrique (1998): Mucho cuento. Editorial Unión. La Habana, Cuba. Pérez, Enrique (2009): Mucho más cuento. Editorial Unión. La Habana, • Yáñez Mirta En Cubanas a capítulo Editorial Oriente, Santiago de Cuba 2001 Pág. 108. Fuentes documentales • Revista Cangrejo de papel décadas del sesenta/sesenta/ochenta. Cárdenas • Periódicos y plegables locales (Arenal, Bagazo, El tacho, El activista) décadas sesenta, setenta y ochenta. Cárdenas. • Martínez Lorena y Milagros Gutiérrez (2008) Los cangrejos no empinan chiringas. Antología de cuentos infantiles matanceros (plaquettes no 1) Casa de Cultura Gonzalo Roig, Cárdenas. Sin páginar. Fuentes digitales • Colectivo de autores (Juan Celestino Valdez Rojas, Ariel Salazar Lima, Eddy Hernández Morejón, Magalys Domínguez Sánchez, Rosario de la Torre Diañez y Dianelis Barbosa Rodríguez) Violencia Intrafamiliar. Enfoque de género. Rev Cubana Med Gen Integr 4/2002 Recibido: 19 de octubre de 2001. Aprobado: 14 de julio de 2002. • Facebook rss twitter Historia de la Literatura Infantil y Juvenil en América Latina. Manuel Peña Muñoz. Fundación SM (material digital) • Otro Lunes Revista Hispanoamericana de Cultura #26 Febrero 2013 - Año 7 Blog » Punto de mira Historia de la literatura infantil en América Latina Brevísimo Manuel Peña Muñoz acercamiento. Punto de mira. Otro lunes © 2007-2013. Madrid, España, ISSN-2174-1425. (material digital) • Informe LIJ. Precursores de la Literatura Infantil y Juvenil en América Latina 27 julio, 2013 En Actividades, Actualidad, Tendencias. · Por Manuel Peña Muñoz(material digital) Revista Hispanoamericana de Cultura #26 Febrero 2013 - Año 7 • Diseño y desarrollo web por Toni Medina (Precursores de la Literatura Infantil y Juvenil en América Latina”. Este texto es la conferencia dictada en Buenos Aires, el 18 julio de 2013, en las XXIII Jornadas para Docentes y Mediadores de Lectura, y enmarcadas dentro de las actividades de la 23ª Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires, Argentina.


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA