jueves, 31 de octubre de 2019

Plaqueteando.

Soluciones alternativas a la promoción de autores locales, un llegar más allá de la nunca satisfactoria producción de las editoriales provinciales han sido a lo largo de este siglo las plaquettes cardenenses, algo de su historia resume en el presente trabajo. Por: MsC Lorena Martínez Faxas
En los años noventa la crisis editorial nacional y su drástica reducción de los volúmenes publicados trajo al mundo editorial cubano otra nueva manera de editar: las Plaquettes, pequeños folletos casi artesanales en los cuales algunos afortunados podían editar/promover parte de su trabajo. Salida que no resolvía problemas, pero ayudaban a las esperanzas y a permanencia mínima del movimiento editorial nacional. No eran nada nuevo. Su historia nace en el París del siglo XIX, con Rimbaud, Baudeleire, Mallarmé y otros poetas simbolistas. Al no tener presupuesto para publicar sus libros, decidieron escribir y editar pequeños folletos (Plaquettes) los cuales repartían entre amigos y rivales, para ser leídos en veladas, tertulias literarias… fueron una explosión, en Latinoamérica, a mediados y finales del pasado siglo. Desde entonces, fueron y siguen siendo una solución alternativa a la crisis, para superar inconvenientes, cuando el camino tradicional no funciona o tiene problemas. Para su mantenimiento es Necesitan ser prácticas, costeables, exigen persistencia, creatividad y respeto entre los propios creadores y sus receptores. Los Plaquettes tienen la ventaja de que, incluso, puede armarlos uno mismo. Son publicaciones tradicionalmente gratuitas o con un coste mínimo para pagar los gastos de producción, realizado para circular entre aquellos que tienen los mismos intereses del productor. La tecnología actual permite pensar en su sustentabilidad, sus propias dimensiones favorecen estos propósitos, permitiendo la posibilidad de editar y promover textos a escritores quienes apenas comienzan. Pero ya desde antes de la digitalización editorial, provincias como Matanzas habían utilizado soluciones semejantes a su necesidad de publicaciones. En Cárdenas específicamente son herederas de la riqueza periodística que caracteriza a su historia cultural. Pudiera considerarse como el primer “Plaquette” local a la publicación realizada por las mujeres en 1862, bajo la égida de Gertrudis Gómez de Avellaneda y dirigido por su amiga María Verdejo. De estos folletos, llamados Hojas de Versalles no quedaron vestigio para la posteridad. No es hasta después del triunfo de enero y con el posterior auge de la cultura cardenense que la necesidad de “plaquetear” vuelve a resurgir. Como antecedente a las plaquettes actuales no deben olvidarse periódicos, folletos, más o menos institucionales, que sobreviven irregularmente o publicaciones literarias o culturales esporádicas como El cangrejo de papel, La Gota de Rocío, El cardenense y otras realizadas en los llamados años de esplendor del setenta y ochenta. No debe olvidarse la tarea realizada por especialistas de literatura, escritores y promotores literarios, entre ellos Alberto Abreu y Jorge Luis García, quienes emprendieron en más de una ocasión esfuerzos editoriales de este corte, todos ellos condenados al fracaso. Esfuerzos como Un fogonazo, Vrebe. La Gota de Rocío y otros han quedado en eso. A partir aproximadamente del 2007 y ante la casi ninguna aceptación de originales de escritores primerizos locales por la editorial Matanzas, la idea de retornar a las Plaquettes vuelve a rondar a las especialistas de literatura. En principio fueron semiclandestinas, sin casi ningún apoyo institucional, totalmente artesanales y dependiendo mayormente de la ayuda de “socios”, computadoras e impresoras prestadas, imprimiendo casi a escondidas de directivos y con ilustraciones a mano de artistas plásticos amigos o a expensas de los bolsillos de las especialistas literarias y los propios autores. Pudiera hablarse de dos etapas en su expansión, una primera que alcanzó alrededor de los diez/once primeros números y una posterior ya financiada por Casa de Cultura y su dirección Municipal, lo que si permite una institucionalidad mayor implicó una reducción de sus tiradas, producto de los costos de su producción a manos de particulares. En ambas etapas la letra que ha primado en las mismas por legible y eficiente es la Arial, doce puntos, generalmente sin ilustraciones internas. Ahora las carátulas son impresas y generalmente se utilizan obras de maestros de la plástica, fotografía y colecciónes de pinturas digitales de pintores cubanos y de corte universal relativamente a mano para su ilustración. Cada Plaquette responde a determinadas coyunturas de la realidad local, gustos, intereses y posibilidadesde sus emisores, partiendo de potencialidades y recursos a disposición. En los primeros tiempos muchas de las ilustraciones eran realizadas por Maribel Morell, quien una a una se ocupaba de su realización, sobre files, cartulinas recuperadas en las que usaba sus plumones, tinta, bolígrafos… Papel maché, collage y otros intentos primitivos de técnicas de artes plásticas fueron intentadas, pero ocupaban demasiado tiempo y recursos por lo que hubieron de ser desestimadas. Diseñadores amigos como Joan Rivero, nos han apoyado. Tres ediciones impactaron a sus públicos en el primer momento: Los cangrejos no empinan chiringas, dedicada a antologar la literatura infantil municipal, Pueblo sin memoria, un homenaje/denuncia de los escritores al patrimonio local ante el derrumbe del hotel Europa (2/2/2013) y La Parada de carácter costumbrista el cual constituyó un hito para su autor, quien nunca pensó en la posibilidad de ver publicados sus textos de dicha manera. Durante esa etapa de primer hacer la poesía con seis entregas, fue el género más editado. Las otras oscilaron entre cuento, ensayo y literatura infantil con un promedio de treinta páginas, tiro y retiro, en el marco de la tradicional hoja de papel formato carta. Esta logística no ha variado en su reciente desarrollo ni tampoco su estructura general de una página de presentación, prólogo explicativo de los porqués de la publicación que puede extenderse en ocasiones hasta un estudio más profundo del tema en cuestión. En la última temporada, poesía y cuento mantiene un equilibrio convincente de ocho entregas para cada una de ellas. El ensayo se aprovechó de una de las jornadas de homenaje a Virgilio Piñera para dar sus criterios, entrevistar, pronunciarse y recordar que, aunque mínimamente la crítica sobrevive. El trabajo infantil fue sustituido por el adolescente quienes tuvieron la oportunidad de verse editados en tres oportunidades. Fueron presentadas en sus escuelas las dos ediciones de los Pos/posnovísimos. ¿Taller de verano? se presentó ante sus familiares y amigos, en una de las actividades del Festival de las Artes Jóvenes, realizado en la casa de Cultura, para beneplácito y orgullo de sus autores. Desde hace al menos tres años, las plaquettes, se están realizando semestralmente, en función de la promoción y empoderamiento de dos concursos municipales: Premio de Amor Varadero en febrero y Cuentos fríos, homenaje a Virgilio Piñera en agosto. Lograrse alguna otra, como el caso de Ciudad que vi, depende de factores extraliterarios o muy significativos como aquella jornada por la libertad de los cinco que asumiera el Ministerio de Cultura o en el territorio el 195 aniversario de la fundación de la ciudad. La antología las caracteriza. Tienen personalidad propia y determinados rasgos que pueden definir su identidad. A pesar de haberse convertido en las acompañadoras “oficiales” de concursos nacionales del municipio, aun son la alternativa de algunos de los escritores locales ante la casi imposibilidad de publicación que ofrecen las editoriales provinciales, a quienes no responden a sus expectativas editoriales. Al mantenerse su exigua cantidad de ejemplares no ha podido hacerse real el sueño de poder tener un ejemplar en las bibliotecas públicas de Cárdenas y Varadero, es utópico pensar en la posibilidad de realizar una edición, al menos, cuatrimestral, ni utilizarla como vehículo de promoción de la lectura y/o del autor/ra. Lo anterior no las demerita, aunque si minimice, ellas, entre los escritores, han potenciado un clima de orgullo y colectividad. Permite que la obra de los locales, a veces pequeña y de escasa calidad, se divulgue y quede recogida. A todos complace estar en una Plaquette y estar presentes en cada presentación. Solo son otra posibilidad de desarrollo, defensa de lo local, síntesis formal, salvaguarda de la tradición junto a deseos de hacer siguen caracterizando a esta quijotesca empresa que, cada vez, ve más disminuido su ámbito de acción ante coyunturas económicas oficiales. Ocurre que, en medio de todos sus avatares, quien escribe estas cuartillas, sigue apostando por nuestras Plaquettes, que ha identificado el quehacer de los especialistas de literatura de la localidad, brinda un toque especial a sus actividades, y son estrategia válida para promocionar y distribuir la obra de los autores locales, mantener un prestigio y una posibilidad de hacer avalada por las posibilidades que este tipo de medio impreso ofrece a las instituciones comunitarias.


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA