sábado, 11 de mayo de 2013

LAS OTRAS ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA HISPANO - CUBANA - NORTEAMERICANA: EL BOMBARDEO A CARDENAS.

Tomado de www.elgrancapitan.org El 25 de abril de 1898 ocurrió cerca de Cárdenas, Cuba, una acción naval menor, entre el torpedero estadounidense USS Foote al mando del teniente William Ledyard Rodgers y la lancha cañonera española Ligera, al mando del teniente Antonio Pérez Rendón. Creo que este fue el primer encuentro entre dos barcos de guerra en esta contienda, y sin duda victorioso para las armas españolas. El 25 de abril, la Ligera patrullaba la entrada del puerto de Cárdenas. Su comandante era el teniente Antonio Pérez Rendón y Sánchez, un experimentado oficial gaditano que había visto acción contra los insurgentes cubanos muchas veces durante la guerra. El torpedero americano Foote, un buque de guerra 142-ton armado con tres cañones de tiro rápido de 1-pounder y tres tubos lanzatorpedos de 457 mm, fue avistado cerca de Cayo Diana. Ambas naves pronto abrieron fuego una contra la otra. El barco estadounidense disparó más rápido, pero con menos precisión, cerca de 70 tiros, de los cuales sólo uno impactó en la Ligera, mientras la Ligera sólo disparó 10. Los daños y víctimas a bordo del barco español fueron mínimos. El Foote, por su parte, sufrió varios impactos, y dejó el combate envuelto en humo, al parecer muy dañado. Esta es la versión de fuentes españolas, que también estimaron que el barco torpedero era el USS Cushing. Según fuentes americanas, los daños fueron leves y simplemente se retiró ante la cañonera española, lo cierto es que el Foote no necesitó reparaciones mayores y continuó con sus tareas de bloqueo y de mensajero de entre la flota americana en aguas cubanas y Key West. Antonio Rendón fue galardonado con la Cruz Naval de María Cristina por su éxito, que fue recibida con agrado por la opinión pública. Por su parte W. Rodgers continuó su carrera en la US Navy y acabó como vicealmirante, si bien siempre se mantuvo en la esfera del entrenamiento y los servicios técnicos. CARDENAS, 11 DE MAYO 1898. Hacemos notar que esta acción fue simultánea con la del corte de cables en Cienfuegos. Al comienzo de la guerra, todos suponían lógicamente que la flota española que se esperaba en el Caribe, tomara como base La Habana, por lo que se pensaba que el grueso de las operaciones tendría como teatro el Occidente de la Isla, por consiguiente los americanos comenzaron a practicar reconocimientos en algunos de los puertos en la zona, quizá buscando donde establecer una cabeza de playa. El día 8 de Mayo es bombardeada la estación de señales de Cayo Romero, a la entrada de la Bahía de Cárdenas, entablándose un duelo artillero entre el torpedero norteamericano Winslow, acompañado por el pequeño crucero USS Machías y las cañoneras españolas Ligera y Alerta, acompañadas por el remolcador artillado Antonio López. El encuentro terminó sin consecuencias. El día 11 de mayo, aproximadamente a las 9 de la mañana, una flotilla compuesta por el crucero Machias, la cañonera Wilmington, el torpedero Winslow y el USRC Hudson se presentó frente a la bahía de Cárdenas, en la costa norte de Matanzas, con este propósito, y además con el objetivo de destruir algunos pequeños barcos de guerra españoles que operaban desde este puerto. El comandante de la flotilla era J. F. Merry, a bordo del USS Machias. USRC Hudson: Desplazamiento: 128t; Dotación: 11 hombres; Comandante: primer teniente Frank H. Newcomb. (Este oficial llegó a Comodoro, y durante la 2º Guerra Mundial, un destructor de la clase Fletcher fue bautizado con su nombre.) Armamento: 2 x 6-pound Driggs -Schroeder rapid fire guns; 1 x Model 1895 ametralladora Colt USS Wilmington: Como curiosidad podemos apuntar que ha sido el único buque de la armada americana en llevar este nombre en todos los tiempos. Fue diseñada, junto a su gemelo USS Helena para prestar servicio en los ríos de China. Su poco calado, que la hacía inestable y muy incómoda en el mar, sin embargo le permitía operar sin práctico en puertos como el de Cárdenas o Manzanillo, adonde otros buques como el Machias, a pesar de tener menor desplazamiento, no podían entrar. Desplazamiento: 1,397 toneladas Dotación: 10 oficiales y 165 marineros. Comandante: Capitán Chapman Coleman Todd Armamento: 8 x 4 inch rapid fire guns 4 x 6 pounder rapid fire guns 4 x 1 pounder rapid fire guns 2 Colt revolving cannons 1 cañón de campaña de 3 pulgadas. USS WINSLOW torpedero de la clase FOOTE, y gemelo también del USS CUSHING, era un barco nuevo, botado solo 5 meses antes. Aquí lo vemos en una maqueta: Desplazamiento: 142 toneladas Tripulación: 4 oficiales y 20 marineros, comandados por Lt. J. B. Bernadou Armamento: 3 cañones de 1-libra 3 tubos lanzatorpedos de 18" Whitehead La escuadrilla española estaba compuesta por las lanchas cañoneras Ligera y Alerta, de 42 toneladas , armadas con un cañón Nordenfelt de 4,2 cm a proa y una ametralladora Maxim de 3,7 cm a popa y el remolcador Antonio López, de 68 toneladas y armado con un cañón de 5,7cm a proa. El Winslow, en unión al vapor HUDSON tendrían que sondear uno de los canales de entrada a la bahía, con ayuda de un piloto cubano, Santos, y limpiarlo de torpedos y minas. Este trabajo quedó terminado al mediodía; a causa del calado, el HUDSON tocó ligeramente en el fondo, pero se las arregló para no resultar dañado. Mientras, el Machias se apostó a aproximadamente 2 km al noroeste de Cayo Diana, donde se suponía que se encontraban los equipos y cables para detonar las minas, y abrió fuego sobre dicho cayo, destruyendo el faro. Fue enviada una lancha bajo mando del alférez Willard, el cual tomó posesión de las instalaciones, apresando al personal encargado sin resistencia, e izó la bandera americana (fue el primer territorio cubano sobre el que ondeo la bandera de las barras y las estrellas). Destruyó una caseta de señales que había allí, pero no encontró ningún equipo o cable relacionado con minas. Mientras en Cárdenas cundió la alarma, a la vista de los buques americanos, siendo llamadas las fuerzas de una compañía del 1º Batallón del 1º Regimiento de Infantería de Marina que desde marzo de 1897 operaba por la zona de Cárdenas, vigilando la costa hasta Varadero, tarea que compartía con un batallón del Regimiento Cuenca del Ejercito y 250 voluntarios que habían en la población, ocupando posiciones en el litoral, desde los muelles a la estación de ferrocarril. La preparación española incluyó la retirada de las lanchas cañoneras a una zona de la bahía con escollos, a las que no pudo las pudo seguir el remolcador por su mayor calado, quedando en el fondeadero solo ante el peligro. Ante lo que se venía encima, se ordenó abandonar el barco a los miembros de la tripulación que no fueran estrictamente necesarios para la lucha, y así lo hicieron también las tripulaciones de otros barcos y un bergantín civil. La acción dio comienzo a las 12:30, con la marea alta, penetrando los barcos americanos en la bahía, el HUDSON a estribor y el WINSLOW a babor del WILMINGTON, desplegados para interceptar a los cañoneros enemigos si intentaban escapar, el HUDSON fue enviado a lo largo del lado Oeste y el WINSLOW por el Este de la bahía para interceptar dicho movimiento enemigo. Al no encontrar ningún barco español, los 3 barcos se reunieron a una distancia de cerca de 3,200 metros de la población. Estando en esta posición, el Capitán Todd del WILMINGTON, que era el oficial a cargo de lo operación, ordenó al Winslow adelantarse e investigar “un pequeño cañonero… pintado de gris con la chimenea negra, aparentemente con vapor levantado y amarrado a un embarcadero (el Antonio López), a su izquierda se apreciaba una masa compacta de edificios muy cercanos al agua”, según el reporte del Lt. J. B. Bernadou, comandante del USS WINSLOW. Los torpedos del barco fueron ajustados para que navegaran por la superficie, los detonadores en forma de ventilador en sus narices también fueron ajustados para provocar la explosión en un rango corto, y fueron realizados todos los preparativos para entrar en acción de inmediato. Aproximadamente a las 1:45 y a una distancia de cerca de 1,300 metros de la costa, cuando el WINSLOW avanzaba, fue disparado el primer cañonazo del encuentro, desde el barco español, marcado claramente por una nube blanca en su casco. El tiro pasó sobre el WINSLOW, y fue de inmediato respondido por el mismo buque, y fue la señal para que comenzara un rápido y potente fuego desde la playa. El fuego de fusilería español, caracterizado por la ausencia total de humo, confundió a los americanos, incluso a los oficiales que comandaban los cañones en el WILMINGTON, quienes al observar algunos destellos entre las edificaciones pensaron que había allí una batería de modernos cañones de pólvora sin humo, por consiguiente algunas granadas fueron disparadas en esa dirección. Al comienzo de este fuego el Lt. J. B. Bernadou comandante del USS WINSLOW, recibió una herida superficial en el muslo derecho, pero así mismo continuó al frente de la nave. Pronto un tiro afortunado perforó el casco del WINSLOW y dejó inoperativa la rueda del timón, dejándola sin posibilidad de reparación ya que los cables de la rueda al timón habían sido cortados; quedando sin dirección el torpedero. Durante un corto tiempo lograron mantener la proa en dirección al enemigo, para ofrecer el menor blanco posible, alternando el uso de las dos propelas, pero no pudieron evitar que en una ocasión el barco girara demasiado y presentara su costado al enemigo. Entonces una segunda granada atravesó el cuarto de máquinas dejando una de las dos máquinas inoperativa. Ya no se podía gobernar el barco alternando el uso de las hélices, por lo que la tripulación lo intentó entonces alternando rápidamente la marcha atrás y delante de la propela que les quedaba en funcionamiento, los compañeros que saben algo de marinería ya me dirán cómo es posible esto, creo que será bastante difícil. Para el Winslow ya solo quedaba tratar de mantener el fuego de los cañones de 1-pounder , y de mantener en funcionamiento la máquina que quedaba, para que el barco se mantuviera en movimiento y así reducir las probabilidades de que fuera nuevamente impactado. El WINSLOW, ahora prácticamente inutilizado, hizo señas al HUDSON para que lo remolcara lejos de la acción (2:20 de la tarde). La comunicación entre la cubierta y el cuarto de máquinas estaba interrumpida. Esto requirió que el alférez Bagley realizara muchos viajes cortos desde el puesto de mando en la cubierta hasta el pie de la escala a la sala de máquinas en el interior del buque, para transmitir las órdenes a los hombres que estaban debajo en mecanismo de la marcha atrás. En un momento en que se encontraba en cubierta, por la parte del cañón de estribor, se detuvo cerca de un grupo de hombres. Una granada impactó contra un carrete de mangueras, explotó al instante, matando a Bagley y a 2 más, e hiriendo mortalmente a otros 2. El Hudson se acercó al Winslow a todo vapor, manteniendo un fuego constante y rápido de sus cañones de 6 libras sobre el enemigo en tierra. Debido al agua de bajío y el movimiento hacia la orilla del Winslow, pasaron treinta minutos antes de que el Hudson tuviera éxito en enlazar con un cabo al Winslow y comenzó a tirar de él. Los españoles mantuvieron un fuego constante durante este tiempo, que pareció ser sobre todo dirigido hacia el Winslow, y que fue devuelto en cada oportunidad por el Winslow y Hudson. Por su parte el Antonio López recibió 12 impactos de cañones de tiro rápido, uno de los proyectiles incendió la cabina del comandante, y otro le inutilizo un bote, y provocaron algunos heridos, sin duda pocos porque la tripulación a bordo se había reducido. Realizó 135 disparos con su cañón de 5,7 cm, hasta agotar la munición, quien sabe si esto salvó al Winslow de la destrucción total, ya que el disparo que mató a Bagley fue de los últimos efectuados por el Antonio López. El bombardeo sobre el litoral de la ciudad de Cárdenas destruyo el consulado inglés, almacenes y varias casas y edificios, provocando 2 víctimas mortales: un voluntario y un civil (el Diario de la Marina pone que fue una niña), y un sargento y 7 soldados heridos. Varios incendios se declararon, que fueron sofocados por los bomberos y la población, que trabajaban aun antes de terminar el combate. El Winslow fue remolcado junto al Wilmington, desde el cual fue enviado un bote con un oficial médico, quien trasladó a los heridos y muertos del Winslow al Wilmington. En ese momento el mando del Winslow fue trasladado al artillero G. P. Brady, a causa de la herida del comandante Bernadou, que le impedía el servicio activo. Finalmente, cerca de las 3.30 p.m., los 3 barcos abandonaron la bahía de Cárdenas, el Winslow remolcado por el Hudson. Al oscurecer, se reunieron con el U.S.S. Machias aguas afuera, donde el Winslow echó el ancla. A las 9.15 p.m., el Hudson partió para Key West con despachos para el comandante de la estación naval allí y transportando los muertos y heridos del Winslow. Reportando al comandante de la estación de Key West, a las 7.10 de la mañana del 12. El único daño que recibió el Hudson durante la acción fueron unas señales leves de pequeños proyectiles sobre dos de los ventiladores de cuarto de máquinas, y unas señales de bala sobre el exterior del enchapado de timonera. Ciento treinta y cinco granadas fueron disparadas de sus dos cañones 6-pounders durante la acción. El Wilmington recibió 2 impactos y otros menores de las mismas características que el Hudson, y sin mayores consecuencias. Al parecer el USS Machias no entro en la bahía de Cárdenas por el bajo fondo de la misma, y no participó en la acción. En cuanto se supo en Matanzas lo que ocurría en Cárdenas, se enviaron refuerzos por ferrocarril, entre los primeros en llegar el batallón de Zamora. Al día siguiente llegaron refuerzos de artillería, entre ellos Severo Gómez Núñez (autor de libros sobre 1898) que era capitán de artillería, e instalo cañones de bronce de 8 y 9 cm y 2 morteros cónicos de 32 cm, que usaban pólvora negra. Este oficial tuvo ocasión de recorrer los sitios de Cárdenas más castigados, y desmintió en los libros que publicó posteriormente que en esta acción interviniese artillería terrestre. Los informes norteamericanos hablan de fogonazos con ausencia de humo pero puede ser que el fuego recibido proviniese de los máuseres de la infantería. Si hubiese en Cárdenas cañones, serían los de montaña Krupp modelo 1896 de 7,5 cm, únicos cañones con pólvora sin humo que tenían los españoles en Cuba Los muertos en el Winslow fueron: Alférez Worth Bagley, el único oficial de la Marina americana muerto en esta guerra. 2 marineros: Jonh Varveres y John Deneefe, murieron instantáneamente, y otros dos murieron poco después cuando los trasladaban de buques: J. V. Meck, y Josiah Tunell, este último cocinero. El capitán Lieutenant J. B. Bernadou y otros 2 más resultaron heridos. Tres tripulantes del Winslow fueron promovidos al grado inmediato superior, recompensados con $100 y les fue otorgada la Medalla de Honor del Congreso: T. C. Cooney, Hans Johnsen y G. C. Brady (recordad que este último asumió el comando de la nave después de herido el comandante y muerto el alférez). Por recomendación especial del presidente McKinley, el Congreso honró a la tripulación de Hudson con medallas especialmente acuñadas por su valentía. Una resolución conjunta otorgaba al teniente Newcomb una medalla de oro y medallas de plata para sus oficiales. El Congreso otorgó medallas de bronce a la tripulación, incluyendo un cocinero negro de apellido Jones, quien durante la acción se destacó como amunicionador de los cañones de seis libras. Esta es probablemente la primera vez en la historia de la Guardia Costera de los Estados Unidos que un afro-americano ha recibido este reconocimiento. Por la parte española, recibió la Cruz de María Cristina el comandante de la 6º compañía del 1º batallón del 1º Regimiento de Infantería de Marina, Capitán Jorquera, quien mando a sus fuerzas a pecho descubierto. Pero el protagonista indiscutible de la acción de Cárdenas fue el buque Antonio López, remolcador de la Trasatlántica convertido en guardacostas, estaba al mando de Don Domingo Montes Reguefeiros, nacido en Santiago de Cuba en 1862, quien recibió la Cruz de la Real Orden de San Fernando de 2ª clase pensionada con 1.500 pesetas anuales, este oficial llegó incluso a manejar personalmente el cañón durante el combate. Entre las recompensas concedidas a su dotación destaca la Cruz del Mérito Naval pensionada con 7,5 pesetas mensuales con carácter vitalicio al Artillero de Mar de 1º Salvador Rubí Lladó, quien dio muestras de valor, serenidad y magnífica puntería en el manejo del único cañón del navío. El Antonio López ya se había distinguido anteriormente apresando 2 buques filibusteros que transportaban insurrectos y armas. El 27 de mayo ya estaba reparado y continuó operando posteriormente en la guerra hacia Varadero en combinación con el ejército. En cambio el USS WINSLOW, después de ser remolcado lejos de la batalla fue enviado a Key West, Florida y luego a Mobile, Alabama para reparaciones mayores, las cuales no fueron completadas hasta después de finalizadas las hostilidades. Realmente después de estos acontecimientos este buque ya nunca volvió a prestar servicio en 1º línea en la US Navy. Bibliografía: Guía Histórica del Museo Militar Regional de Canarias Appendix to the Report of the Chief of the Bureau of Navigation La Guerra Hispanoamericana: Barcos, Cañones y Fusiles: Severo Gómez Núñez. Guerra Hispano Cubano Americana... de Gustavo Placer Cervera Prensa de la época: La Vanguardia, El Mundo Naval Ilustrado, La Ilustración Artística, La Ilustración Hispanoamericana, Harper´s Weekly, Paginas Web: US Coast Guard; Spanish American War Centennial website, foros Gran Capitán (en especial foristas Mencey y Lutzow) y 1898 El Desastre


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA