martes, 26 de diciembre de 2017

Las obras de fortificación y defensa realizadas en Cárdenas por el gobierno colonial español.

Por: Ernesto Alvarez Blanco.
La primera acción combativa entre fuerzas españolas y mambisas reportada en el territorio ocurre el 24 de abril de 1895, fecha en que tropas del Ejército Libertador dirigidas por Regino Alfonso atacan el ingenio Ponce. Unos meses más tarde, el 15 y el 17 de septiembre, la partida del mencionado jefe mambí se bate en Tives y en la loma de Phinney, más conocida como loma de Fine o Fini. El 26 de octubre de 1895 tropas mambisas encabezadas por Regino Alfonso y por otros oficiales mambises, sostienen combate en el potrero de Jerez y en las cercanías de la ciudad, con las fuerzas del Regimiento María Cristina que protegían el cementerio de Cárdenas. Como consecuencia de esta acción, grupos de voluntarios recorren al día siguiente las inmediaciones de la ciudad en busca de los insurrectos sin entablar combate con ellos. Con posterioridad, desde finales de 1895 e inicios de 1896, operan en la zona por esta época, fuerzas al mando de Lacret Morlot, Morgan, Arguelles, Miquelini, Rojas y otros jefes insurrectos, las cuales hostigan constantemente a las columnas de recorrido del Ejército Español. Esta situación provoca que ya, a finales de 1895, las autoridades locales comiencen a pensar en la construcción de varios fuertes, que debían tener la función de contrarrestar los ataques mambises y controlar la salida de personas, vituallas o pertrechos de guerra de la ciudad (ver acápite correspondiente a este tema). A pesar de los planes de fortificación que se ponen en marcha en este período, el 26 de octubre de 1895 se enfrentan fuerzas insurrectas y españolas en la finca Virama, ubicada en el camino de Cárdenas a Varadero, a unos 3 Km de la ciudad. A finales de 1896, al saberse la noticia de que el enemigo se proponía establecer una línea de fuertes para impedir toda comunicación de los pobladores de la ciudad con las fuerzas insurrectas, se inicia la destrucción de los poblados de Lagunillas y Varadero y de los ingenios Contreras, Sonora, Santa Rosa, San Joaquín y Osado. Inicialmente, la política defensiva concentra su atención en la reorganización de las compañías de voluntarios, las cuales tratan constantemente de mantener vivo el sentimiento integrista. Como resultado de esta labor, el 26 de octubre de 1896 quedaron organizadas todas las compañías locales de voluntarios urbanos, compuestas por 145 integrantes, procedentes casi todos del comercio. Esta fuerza, conjuntamente con las del Ejército Español, defendió la ciudad y sus alrededores durante el transcurso de la guerra. Por esta misma época, las dependencias militares de la plaza de Cárdenas estaban formadas como siguen: • Comandancia Militar y Mayoría de Plazas, la cual radicada en el Cuartel de Bomberos. • Comisaría de Guerra. Estaba ubicada en Princesa No. 67 (bajos). • Almacén de la Comisaría de Guerra y sus representaciones. Radicaba en la calle de Pinillos. • Primer Regimiento de Infantería de Marina. Tenía su Coronela en Pinillos No. 72. • Representación del Primer y Segundo Batallón del Ejército Español. Radicaba en el mismo lugar que el anterior. • Batallón de Bailen, Primero Peninsular. Estaba situado en Real No. 169. • Batallón de Cuenca No. 27. Radicaba en Coronel Verdugo No. 74. Sin embargo, dichas dependencias resultaban insuficientes ante la presencia en las inmediaciones de Cárdenas de numerosas partidas insurrectas. Por tal motivo, considerando lo anterior y la existencia en la ciudad de muchos hombres sin pan ni trabajo, el presidente del Ayuntamiento local informó el 15 de enero de 1896 a los miembros del Consistorio, que había resuelto emprender la construcción de varias obras de fortificación y defensa. Al respecto indicó que dichas obras, cuyos planos y presupuestos generales fueron encargados al Arquitecto Municipal y al Administrador de la Empresa del Ferrocarril de Cárdenas, se sufragarían por repartimiento. Unos días después, el 24 de enero, el Ayuntamiento de Cárdenas aprobó el presupuesto necesario para la construcción de los 4 primeros fuertes (el del Jagüey, Calzada de O´Donell y Palma; el de Plá, ubicado actualmente en las cercanías de los repartos 13 de marzo y Fructuoso Rodríguez; el del Acueducto y el de las Quintas, hoy Fuerte Rojas, ubicado en Real esquina a 26), a un costo de 1500 pesos cada uno. Estos fuertes fueron encargados a destacados maestros de obras locales, los cuales podían contratar libremente a los albañiles, carpinteros, peones y demás obreros que necesitaran las obras. El 4 de marzo el Gobernador provincial envió una comunicación al Ayuntamiento de Cárdenas, a través de la cual hacía saber al mismo que había aprobado el presupuesto extraordinario formado por el gobierno local para acometer las obras defensivas. Poco después, el General Prats indicó a Francisco Comas Fuster, Alcalde Municipal, la conveniencia de construir otro fuerte en el caserío de Varadero mediante suscripción organizada y promovida entre los vecinos del mismo y el apoyo monetario del Ayuntamiento de Cárdenas. Lo anterior fue aprobado en la sesión correspondiente al 26 de marzo del Consistorio local. El 27 de mayo el Ayuntamiento valoró la posibilidad de emprender nuevas obras de defensa en la ciudad, atendiendo a una comunicación del Comandante Militar de la plaza, quien comunicaba a las autoridades locales la necesidad de terminar la línea de defensa local, pues corrían rumores de que los insurrectos atacarían muy pronto a la ciudad. A mediados de 1896 se emprenden nuevas obras defensivas en las costas locales, especialmente en Punta de Maya y Playa Camacho, en Varadero, y se acuerda la construcción de un fuerte en el Cementerio de Cárdenas, con objeto de protegerlo y de garantizar la seguridad de los entierros que en el se realizaban, los cuales eran atacados con frecuencia por los insurrectos. Asimismo, se terminan las cercas de piedra que a manera de trincheras o murallas rodeaban los fuertes que ya estaban concluidos. El 2 de septiembre el Ayuntamiento de Cárdenas acuerda fortificar la casa de Doroteo Díaz, situada detrás del fuerte construido en terrenos del acueducto local; La Mondonguería, ubicada en las cercanías del Fuerte de las Quintas y las ruinas existentes en el batey del potrero Magnolia, el cual se hallaba en las proximidades del Fuerte Plá. Estos locales abandonados, los cuales se hallaban situados en las inmediaciones de la población, fueron fortificados ante el temor de que fueran usados por las tropas mambisas en un posible ataque a la ciudad. A finales de septiembre de 1896 el Ayuntamiento emprende nuevas obras defensivas. En esta ocasión se decide colocar una aspillera en la casa conocida como de Pérez Manso en el Palmar de Bello y construir un fortín junto al Gasómetro de la Fábrica de Gas. Poco después, en el mes de octubre, se acuerda construir dos fuertes en la Fábrica de Cal de Francisco Larrauri los cuales debían formar, conjuntamente con las fortificaciones existentes en el potrero Magnolia y en el Palmar de Bello, una doble línea avanzada de fortificaciones. Con esta línea y con la construcción de un fortín junto al gasómetro de la Fábrica de Gas debía quedar concluida, en opinión de los ingenieros y expertos militares que supervisaban las obras, la defensa de toda la ciudad. El 25 de noviembre Jacinto Suárez, Arquitecto Municipal de Cárdenas, presentó para su aprobación al Ayuntamiento local el plano defensivo de Cárdenas realizado por él, el cual comprendía los fuertes y demás obras construidas para la defensa de la ciudad. El Ayuntamiento acordó enviar copias de dicho plano al Comandante General de la Tercera División del Tercer Cuerpo de Ejército, al Comandante General de la provincia, al Gobernador de la región central y de la provincia de Matanzas y al Comandante Militar de la plaza de Cárdenas. Además, una copia del plano fue fijada en un lugar visible de la Casa Consistorial. A inicios del mes de diciembre de 1896 se acordó construir dos nuevos reductos defensivos de artillería entre fuerte y fuerte, con objeto de eliminar las grandes distancias desguarnecidas existentes entre los mismos, las cuales eran utilizadas por las noches con frecuencia por los insurrectos y sus colaboradores para entrar y salir de la ciudad. Casi un año después, en septiembre de 1897, considerando que las tropas insurrectas atacaban con frecuencia, con objeto de abastecerse de alimentos, la zona de cultivo que el Ayuntamiento de Cárdenas poseía en San Joaquín de Mora; el Consistorio acordó fortificar la casa llamada sitio de viandas existente en la mencionada zona de cultivo. Estas y otras obras defensivas – como los fuertes construidos por iniciativa privada o empresarial en las fincas comarcanas El Retiro y Magneu o en el Balneario La Sierra, la Aguada de los Ferrocarriles y Pizarro – fueron ineficaces y no constituyeron obstáculo alguno para que la ciudad y sus alrededores fueran atacados más de una vez por las fuerzas mambisas ni para que los miembros y colaboradores del Comité Revolucionario de Cárdenas continuaran ayudando a las tropas insurrectas que operaban en el territorio. Ante este cinturón defensivo, quedó demostrada con creces y en múltiples ocasiones, la audacia, astucia y valentía que primó en las operaciones realizadas por las fuerzas insurrectas en nuestro territorio, caracterizado por presentar un terreno llano y cuajado de líneas férreas, fincas, ingenios, poblaciones y ciudades fortificadas.


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA