miércoles, 24 de septiembre de 2008

El General de Brigada Carlos María de Rojas y Cruzat, patriota insigne del municipio de Cárdenas.



El General de Brigada Carlos María de Rojas y Cruzat.
Por: Ernesto Álvarez Blanco.
Historiador de la Ciudad.
de Cárdenas.
Cárdenas, septiembre del 2004.


A Paulette Otí de Rojas, nieta del General Carlos M. de Rojas, que ha sabido mantener vivo el espíritu de sus antepasados.
El Autor

Nació Carlos María de Rojas y Cruzat en Cárdenas el 14 de marzo de 1862, en el seno de una de las familias más ilustres e influyentes del siglo XIX local. Fueron sus padres, Joaquín de Rojas Cachurro, próspero comerciante de origen habanero, el cual se había radicado en Cárdenas luego de conspirar a favor del General anexionista venezolano Narciso López - hecho este que le costó prisión - y de Isabel Cruzat y Urbizo, hija del dueño de la firma para la cual trabajó durante varios años Joaquín. Su bautizo se produjo el 9 de julio de 1862 en la Iglesia Parroquial de Cárdenas.
Recibió las primeras enseñanzas en la Quinta propiedad de la familia, sitio en el que disfrutó de una infancia feliz en compañía de sus padres y hermanos[1]. Más tarde, en la década del 70 del siglo XIX ingresó como interno en los Escolapios de Guanabacoa, plantel en el que aprendió de los sacerdotes catalanes que lo regenteaban, el amor a la Patria en la que se nace. Durante su estancia en el Colegio ocurrió, en 1874, la repentina muerte de su madre, suceso que cambió de manera radical la vida de toda la familia.
A pesar del rechazo que muy pronto hizo al Colegio, continuó estudiando en el mismo hasta graduarse en 1878 de Bachiller en Artes, Ciencias y Letras. Este mismo año, ingresó en la Universidad de La Habana en la Facultad de Derecho Civil y Canónigo. En 1880 abandonó las aulas universitarias y de inmediato, se trasladó a los Estados Unidos de América con objeto de realizar estudios especiales en la Universidad de Harvard, en donde fue alumno y amigo del importante poeta norteamericano Henry Wadsworth Longfellow[2].
Poco después, envuelto en una peligrosa aventura de amor, decidió dejar de estudiar para regresar a Cuba y dedicarse, como su padre, a la actividad comercial. Asociado al cardenense Antonio B. Zanetti - quien fuera luego Alcalde de Matanzas y Cónsul de Cuba en varios países - fundó en Puerto Príncipe, capital de la República de Santo Domingo, bajo la razón social de Rojas, Zanetti y Cía. , el primer almacén de depósito de mieles que existió en esa nación caribeña.
Una vez más, el amor trastoca sus planes, por lo que decidido a contraer matrimonio con Virginia Bacot y Abgar, joven cardenense a la cual había tratado durante su estancia en los Estados Unidos de América, regresa a Cuba. Una vez en la Isla, cablegrafió de inmediato a Virginia, quien se hallaba estudiando en la Facultad de Medicina de la Universidad de Havard, invitándola a contraer matrimonio. La respuesta de la joven no se hizo esperar, por lo que la boda se celebró muy rápido. No obstante, la felicidad conyugal duró muy poco, pues el 20 de enero de 1891 murió su esposa sin dejar descendencia.
Por esta época, Carlos María, en unión de su padre, era ya un próspero comerciante, al figurar como fundador y accionista de importantes sociedades comerciales dedicadas, sobre todo, al comercio de mieles y azúcares. Además, por sus relaciones sociales y su actividad económica, el 15 de diciembre de 1891 es nombrado Vice –Cónsul en Cárdenas de la República de Argentina, cargo que desempeñó con acierto hasta su partida al campo insurrecto.
Entusiasta jugador de béisbol, deporte al que se había aficionado durante su estancia en los Estados Unidos de América, figuró como fundador y Presidente Honorario del Cárdenas Base Ball Club, responsabilidad que compartía por entonces con las que ocupaba en el Club de Cárdenas, institución situada en los altos del actual hotel “La Dominica”, Monumento Nacional, y que era el sitio preferencial de reunión de los conspiradores locales. También, ingresó en la Logia Perseverancia, institución en la que con frecuencia se realizaban actividades en favor de la independencia de Cuba y en la que se agruparon por esta época, bajo la denominación de ²Discípulos de Salomón², varios patriotas de la Ciudad y sus alrededores..
En 1893, durante la visita clandestina que realizó el General Antonio Maceo a Cárdenas, Carlos María estuvo entre los jóvenes cardenenses que atendieron y protegieron al destacado independentista cubano. Además, organizó junto a su padre y a otros separatistas, el banquete que le fue ofrecido al Titán de Bronce en el hotel “León de Oro”.
Envuelto en estos trajines, Carlos María contrajo nuevamente matrimonio. En esta ocasión, con la joven matancera Raquel Andux Teurbe Tolón. La ceremonia nupcial, a la que acudió lo más graneado de la sociedad cardenense y matancera de la época, tuvo lugar en la Catedral de Matanzas el 28 de noviembre de 1893.
Dos años más tarde, en 1895, nació su primer hijo, Raquel María, a la que siguieron los nombrados Elvira, Carlos, Armando y Esther de Rojas Andux. En esta época trabajaba junto a su padre, hermanos y varios amigos en la creación de la Junta Patriótica de Cárdenas, convertida después, por orden del Delegado del Partido Revolucionario Cubano Tomás Estrada Palma, en Comité Patriótico. La constitución de esta Junta, fue consecuencia directa de la labor que realizó en la Isla por el patriota Francisco Chenard, quien llegó a Cuba en octubre de 1895 procedente de los Estados Unidos de América, con la misión – encomendada por Estrada Palma – de incrementar la creación de Juntas Directivas del Partido y de oficializar el trabajo de las que ya existían.
La Junta Patriótica de Cárdenas, a cuyas órdenes se puso inmediatamente la Agencia del Partido Revolucionario Cubano en la ciudad y su Servicio Secreto, realizó una efectiva labor encaminada a sostener la actividad de las fuerzas insurrectas que operaban en el territorio. Dicha faena aumentó en 1896, al marcharse al campo insurrecto - el 26 de enero de ese año - Carlos María, a quien le Junta le ofreció el grado de Capitán que no aceptó, alegando que prefería ganarlos en el combate. Nuestro biografiado fue seguido por un valioso grupo de jóvenes locales, entre los que no faltaron representantes de los más diversos sectores sociales, incluyendo varios estibadores del puerto de Cárdenas, integrantes muchos de ellos de la Sociedad Secreta Abakuá.
Hasta el campamento del General José Lacret Morlot, el cual se hallaba con una fuerza de 1500 hombres armados principalmente con machetes, a una legua de la ciudad de Cárdenas, llegaron con el propósito de incorporarse a la lucha, el grupo de jóvenes encabezados por Carlos María de Rojas; los cuales formaran casi de inmediato el llamado Regimiento Cárdenas.
A su paso por las cercanías de la Ciudad Bandera, el General Antonio Maceo recibió el 24 de febrero de 1896, en su campamento del ingenio La Perla, en el Valle de Guamacaro, el saludo revolucionario y el apoyo de los conspiradores y mambises locales, especialmente de Carlos M. de Rojas, quien le solicitó que lo incorporara a la columna invasora a lo que el jefe mambí respondió:

²... a la guerra no se viene a pedir, sino a obedecer. Usted donde es necesario, por su prestigio y valor es aquí. Este lugar es más difícil que Oriente y Camagüey para combatir. Su brigada será el orgullo de Cárdenas (...) ².[3]

Carlos María de Rojas fue especialmente comisionado por el Titán de Bronce para gestionar con la Junta Revolucionaria de Cárdenas, la adquisición de armas y otros materiales de guerra y para que, de acuerdo con la misma, procediera a la conducción de los referidos pertrechos, que debían ser puestos a disposición del Cuartel General del Ejército Libertador, hasta un lugar seguro. También se le encomendó la misión de recibir y auxiliar las expediciones mambisas que arribaran por la zona de Cárdenas.
Al amanecer del 25 de febrero, en el mismo campamento, se produce el combate del ingenio La Perla, en el que Carlos María de Rojas participa, respetando las órdenes que le había impartido Maceo, como observador. El 26 de febrero, por orden del Titán de Bronce, es ascendido a Comandante.
A partir de este momento, las acciones más inmediatas del Regimiento Cárdenas estarán encaminadas a apoyar la importante campaña que Maceo, auxiliado por Gómez, efectuaba en los términos de la región occidental, y a la protección y recibimiento de la Expedición que se esperaba de Cayo Sal. El 2 de marzo de 1896 Carlos María de Rojas asume - por orden del General Lacret Morlot - el mando del Regimiento.
En 1896, el Estado Mayor del Ejército Libertador estaba convencido de la necesidad de organizar en la zona de Cárdenas una Brigada con el propósito de que llevara adelante la obra de devastación de la riqueza agrícola e industrial del territorio y que se encargara, al mismo tiempo, de recibir las expediciones que debían llegar por la costa norte de Matanzas.
Como parte de la devastación de propiedades, convertida de hecho en la principal tarea de los patriotas cardenenses, se incendian, además, el 15 de abril de 1896, los campos de caña de los ingenios Santa Amalia, Audaz, Carolina, San Juan, San Fernando, Santa Agustina, El Carmen, Laferté, Guerrero, Jesús María y Buenavista, propiedad este último de la familia Rojas. Esta acción y la posterior destrucción por su propia mano del referido ingenio, le permitieron a Carlos María aplicar en el territorio, sin obstáculos de ninguna índole y sin miramientos, la política de la Tea Incendiaria decretada por los Generales Máximo Gómez y Antonio Maceo.
Por sus acciones victoriosas, el 11 de septiembre de 1896 el Regimiento Cárdenas es ascendido a la categoría de Brigada. Esta fuerza, que constituyó la Primera Brigada de la Primera División del Quinto Cuerpo del Destacamento Occidental del Ejército Libertador, demostró durante toda la contienda su efectividad, bajo la jefatura de Carlos Ma. de Rojas, nombrado con igual fecha Teniente General.
Sus principales objetivos fueron mantener latente el espíritu insurrecto en la zona, incendiar ingenios y cañaverales, facilitar - en estrecha coordinación con el Comité Patriótico de Cárdenas - pertrechos de guerra para la revolución y auxiliar los desembarcos de expediciones que se produjeran por la costa norte de la provincia de Matanzas.
Esta Brigada llegó estuvo conformada por dos Regimientos de Infantería, que respondían a los nombres de Clotilde García y Cárdenas, la Escolta Montada y el Estado Mayor.
Resulta importante destacar que los jefes y oficiales de la Brigada Cárdenas usaron una táctica muy eficaz, que por entonces resultaba prácticamente desconocida para el Ejército Español y que fue descubierta por el mismo, luego de las numerosas pérdidas de hombres, municiones y tiempo que les ocasionó. Consistía en la puesta en práctica del sistema empleado por Máximo Gómez en la Campaña de la Reforma: la marcha sobre el rastro, la movilidad constante sobre el terreno, el ataque sorpresivo y conjunto, cuando las condiciones lo requerían o la dispersión para reencontrarse en un lugar fijado de antemano.
Las condiciones topográficas del terreno en el cual operaban, que se caracteriza por la falta de elevaciones y montes y por estar surcado en todas direcciones por una gran cantidad de vías férreas, obligaban a las fuerzas de la Brigada a la movilidad incesante y al no establecimiento de un lugar fijo para acampar.
A partir de este momento y hasta el mes de agosto de 1898 las acciones en las que toma parte el General Carlos M. de Rojas se incrementan, haciéndose cada vez más efectivas. Además, las fuerzas de la Brigada Cárdenas reciben y salvan las expediciones de Cayo Sal[4], Enrique Collazo[5], Ricardo Trujillo[6] y Dauntles[7] , que desembarcaron entre 1896 y 1898 por diversos puntos de la costa norte de la provincia de Matanzas.
El 2 de junio de 1896 las fuerzas de Carlos María de Rojas se baten en Esmeralda (Cárdenas) con una columna española. Terminado el combate, que dura cinco horas, los insurrectos se retiran con seis bajas. Ese mismo día combaten de nuevo, pero esta vez en El Descanso, Camarioca, junto a las fuerzas de Tabío y Regino Alfonso, contra una columna enemiga dirigida por el Coronel Pavía.
El Regimiento Cárdenas, que contaba ya con más de mil hombres sobre las armas, destruye el 20 de julio de este mismo año un kilómetro de vías férreas de la Empresa del Ferrocarril local y otro, de la Empresa de Cárdenas a Júcaro, el día 28, con el objetivo de impedir el transporte de las tropas españolas y el aprovisionamiento de las mismas.
El 2 de enero de 1897 Carlos María fue nombrado Jefe de la Brigada Cárdenas y luego, el 1 de junio de ese mismo año, ascendido por el Generalísimo Máximo Gómez a General de Brigada. Poco antes, el 12 de febrero, el Segundo Escuadrón del Regimiento Cárdenas se había batido con una columna enemiga en la finca Jesús María, ubicada en las cercanías del poblado de Guásimas haciéndole 20 bajas. Durante el encuentro, que duró 3 horas, el Escuadrón se atrincheró en los montes de Jesús María, retirándose sin parque.
El 23 de marzo de 1897, al saberse en el campo insurrecto que el sanguinario Valeriano Weyler, Capitán General de la Isla, se hallaba en la ciudad, la Brigada Cárdenas determinó atacarla, entrando durante la noche por el Acueducto. Una vez pasada la línea de fortificaciones, encontraron en los terrenos del Club Esperanza una fuerte emboscada enemiga que los rechazó, iniciando la retirada al conocerse que una columna española se encontraba acampada en las cercanías.
Durante todo el mes de junio la Brigada Cárdenas estuvo vivaqueando en las Piedras de Camarioca. El 28 de este mismo mes es atacada por las fuerzas españolas pero el General Rojas ordena el despliegue hacia el monte de Foliello, por la carencia de parque.
El 18 de agosto, cinco hombres bajo el mando del Capitán Eduardo González, El Pelón, penetraron en el ingenio Precioso, a pesar del nutrido fuego que se les hacía desde los fuertes. En esta ocasión lograron obtener algunas ropas, las cuales fueron de mucha utilidad para la tropa. En la operación, no tuvieron que lamentarse bajas. Dos días después, El Pelón tiroteó la Ciudad durante la noche por espacio de media hora.
El 30 de septiembre de 1897 el Teniente Coronel Tabares y el Comandante Ruperto Fernández Mayato, al frente de cuatro escuadras, y bajo la dirección del Comandante de Caballería Salomé Morejón, se dirigieron al fuerte español de Esquina de Tejas, logrando penetrar en el mismo. Como resultado de la operación quemaron una casa y se apoderaron de un caballo, una montura y de varios efectos de utilidad para las fuerzas insurrectas. En la acción cayó el Comandante Morejón, quién recibió 5 impactos de balas.
El 8 de octubre, obedeciendo órdenes del Jefe de la Brigada, el Sargento Fernando Casañas incendia siete cañaverales pertenecientes al ingenio Dos Rosas. El 29 de noviembre Eduardo González quema algunos campos de caña del ingenio Precioso.
En el mes de diciembre de 1897, la Brigada Cárdenas contaba ya con unos 400 hombres de los cuales la mitad estaban armados pero pobremente municionados. Por entonces figuraban al frente del Departamento de Sanidad de la Brigada, el prestigioso médico Enrique Sáez y el Comandante Félix García.
En 1898 se agudizan los conflictos bélicos en el territorio y se realiza uno de los combates más importantes que se efectuaron en nuestra localidad, nos referimos a la acción de Cuajaní, Camarioca, ocurrida el 14 de enero al enfrentarse las columnas españolas de Bailen, Cuenca y Navarra, y las guerrillas combinadas de Bailen, Montero y Limonar, dirigidas todas por el General Molina, con las tropas insurrectas al mando de Carlos María de Rojas, el Teniente Coronel Agustín Martínez Cambón y el Teniente Coronel José Fernández Mayato.
En el enfrentamiento, que se inició a las 10:00 a.m. y que duró hasta el anochecer, los españoles sufrieron cincuenta bajas y los cubanos tres, gracias sobre todo, a las buenas posiciones que ocuparon estos últimos. El Generalísimo Máximo Gómez – gran conocedor del arte militar – la consideró una de las más brillantes operaciones de la campaña de invierno del último año de la guerra.
El 18 de enero, el Alférez Fernando Casañas, al mando de una Escuadra del Regimiento de Infantería Cárdenas, tirotea una columna acampada en el ingenio Dos Rosas, causando dos bajas al enemigo. Durante la noche, hostiga el fuerte de la finca Lara. En ninguna de las dos operaciones las fuerzas insurrectas sufrieron bajas.
El 20 de enero, al Capitán Eduardo González, Jefe de la Escolta, con varios hombres a su mando, incendia cañaverales pertenecientes al ingenio Precioso, sosteniendo un ligero fuego con la guerrilla que custodiaba el lugar; al día siguiente, con una escuadra del Regimiento Cárdenas, incendia algunos cañaverales del Precioso y del Dos Rosas, destruyendo a su paso extensos sembrados de tabaco.
El 22 de enero, Eduardo González tirotea con varios hombres a sus órdenes y por espacio de dos horas los fuertes enemigos que defendían la ciudad.
El 15 de febrero, por disposición de Carlos María de Rojas, el Sargento Fabián García, con un grupo de hombres pertenecientes al Regimiento de Infantería Cárdenas, incendia varios cañaverales de la finca San Juan de Wilson, en Camarioca.
El 17 de abril, Eduardo González, con siete hombres, incendia varios campos de caña de los ingenios Precioso y Vega. En el primero, se efectúa un ligero tiroteo durante el cual los insurrectos hacen replegarse al destacamento español hacia el interior de los fuertes.
A pesar del bombardeo a que es sometida por la escudera naval norteamericana la ciudad de Cárdenas el 11 de mayo de 1898, el curso de las operaciones militares siguió su ritmo en el campo insurrecto. El 20 de julio, cumpliendo órdenes del Jefe de la Brigada, el Capitán Eduardo González, con cincuenta hombres de los Regimientos de Infantería Clotilde García y Cárdenas, al mando de los capitanes Juan García y Alipio Corzo, atacan el destacamento del ingenio Precioso, logrando penetrar dentro de las trincheras, propagar el fuego en los fuertes y hacer retroceder al enemigo con cuatro bajas. Como resultado de la operación se adquirieron seis bueyes, dos fusiles Rémington y dos carteras.
No obstante haber cesado las hostilidades entre las fuerzas españolas y norteamericanas, según acordaron ambas partes el 16 de julio de 1898, las acciones combativas de los cubanos con los peninsulares continuaron en el territorio de Cárdenas hasta mediados de octubre del propio año.
Resulta importante destacar que la Brigada Cárdenas reporta en nuestro territorio choques bélicos hasta octubre del último año de la guerra. En este sentido, se destacan acciones como la que arrasó el ingenio Morlas en el mes de septiembre y el ataque perpetrado el 15 de octubre al ingenio Dos Rosas.
Es necesario subrayar que el último combate como tal de la Guerra Necesaria en la provincia de Matanzas se efectuó el 2 de agosto de 1898 en Tierras Negras, zona próxima al poblado de Cantel; sitio en el cual se hallaba, como parte de sus constantes desplazamientos, la Brigada Cárdenas.
Como consecuencia de la aparición en el lugar de una fuerte columna española, la cual atacó de inmediato, se produjo en este lugar este fiero combate. La escolta del General Carlos María de Rojas, al mando del Capitán Eduardo González, El Pelón, logró detener la embestida inicial del enemigo, que enfiló rápidamente en dirección al grueso de la tropa.
Los mambises no se amilanaron ante el empuje de las fuerzas españolas y luego de varias descargas de fusilería por ambas partes se inició un encarnizado combate cuerpo a cuerpo, en el cual resultó decisiva la participación del Coronel Antolín Martínez, quien al frente de uno de los regimientos de la Brigada, desconcertó e hizo retroceder al enemigo con numerosas bajas.
Los cubanos por su parte, tuvieron que lamentar la muerte del Comandante Juan Cawley y la de los sargentos de segunda Nicolás Azopardo y Crispín Cazañas, además de 7 heridos.
Las fuerzas de la Brigada Cárdenas, a pesar del cese de las hostilidades, acamparon en Varadero y se mantuvieron en pie de guerra hasta el viernes 16 de diciembre de 1898, fecha en que entraron victoriosas en la Ciudad Bandera.
El pueblo se congregó de forma espontánea en el muelle de Rabell para recibir al General Rojas, quien había terminado la Guerra como Jefe de la Primera Brigada de la Primera División del Quinto Cuerpo del Ejército Libertador, a su Estado Mayor y a los hombres bajo su mando, los cuales habían sido trasladados por el vapor Cometa, que había sido engalanado previamente con las banderas de Cuba y de los Estados Unidos de América.
En medio de los vítores y aplausos de la multitud, que daba vivas al Jefe de la Brigada y a Cuba Libre, el General Rojas cayó en brazos de su padre, quien no pudo contener las lágrimas. De inmediato, el Dr. José Martínez Moreno le entregó a nombre del Ayuntamiento una Corona de Laurel y una Medalla de oro conmemorativa del acontecimiento. Esta última se conserva en el Museo Oscar M. de Rojas de Cárdenas.
Con posterioridad, los mambises se trasladaron junto a sus jefes y oficiales hacia la calle Pinillos, con objeto de tomar el lugar que les correspondía en la Procesión Cívica organizada en su honor por las autoridades locales; que tuvieron que hacer grandes esfuerzos para impedir que el General Rojas fuera cargado en hombros por el pueblo.
Al término del Desfile, que luego de recorrer las principales calles y avenidas de la ciudad concluyó en el Ayuntamiento, se hizo ondear por primera vez en los altos del edificio, la bandera de la estrella solitaria. En la noche de este mismo día, se verificó una retreta en la Plaza de Espriu, hoy Parque José Antonio Echeverría, y el General Rojas recibió en el Ayuntamiento el saludo de los vecinos más notables e influyentes del territorio.
Al día siguiente, el Cuartel General y las oficinas del Estado Mayor de la Brigada Cárdenas quedaron instaladas en el Cuartel de Bomberos, hoy sede del Museo a la Batalla de Ideas. Además, se celebró en la Plaza de Espriu una Misa de Campaña y un Tedeum. En la noche, luego de la habitual retreta sabatina, los cardenenses organizaron una manifestación en homenaje al Alcalde Joaquín de Rojas Cachurro. Así concluyeron los actos y fiestas que se organizaron para festejar el término de la ocupación española de la Isla y la entrada en la ciudad de las heroicas fuerzas mambisas.
A partir de este momento, Carlos M. de Rojas continuó junto a su padre y hermanos - Alberto y Oscar María de Rojas Cruzat - su carrera como comerciante. Lo anterior, no fue obstáculo para que el 16 de junio de 1899 la Asamblea de Representantes - reunida bajo la ocupación norteamericana de la Isla - le concediera, en reconocimiento a los servicios que prestó a la causa de la Independencia de Cuba, el grado militar de General de División.
Poco después, es designado por el Gobierno Interventor Alcalde de Cárdenas, labor que cumplió con abnegación y patriotismo. Entre las obras más significativas de su gobierno estuvieron, además de las numerosas mejoras urbanísticas que llevó a cabo, la inauguración del Museo y Biblioteca Pública local, segunda institución de este tipo fundada en Cuba y del Mausoleo de los Mártires de la Independencia. El 13 de febrero de 1900 se le ratificó por votación popular como Alcalde, permaneciendo al frente de los destinos de la Ciudad hasta 1903.
El 11 de abril de ese mismo año, volvió a la vida militar, al ser designado por el Presidente de la República Tomás Estrada Palma, como Jefe, con el grado de Coronel, de la Guardia Rural de las provincias de Matanzas y Villaclara. El 22 de junio de 1905 se le nombró Jefe del Cuerpo de Artillería de La Habana, cargo que desempeñó hasta el 8 de abril de 1909, fecha en que se le trasladó - durante el Gobierno de José Miguel Gómez - al Cuerpo de Infantería como Jefe del Segundo Regimiento. Dos meses más tarde, por los resultados alcanzados, fue ascendido a Jefe Interino de la Brigada de Infantería.
El 24 de octubre de 1910, a raíz del fracasado golpe de estado en favor del Dr. Alfredo Zayas, se le nombró Jefe Interino del Ejército en sustitución del General Pino Guerra. En este cargo provisional estuvo hasta el mes de noviembre, por haber sido nombrado por segunda ocasión Jefe interino de la Brigada de Infantería. Con posterioridad, el 13 de diciembre 1910, se le designó Inspector interino del Ejército.
También, durante el gobierno del General José Miguel Gómez, quedó nombrado el 28 de noviembre de 1912 Brigadier e Inspector General de las Fuerzas Armadas en activo, cargo que ocupó hasta el 16 de noviembre de 1912, fecha en que se le designó como Jefe interino del Ejército, responsabilidad que desempeñó hasta el 7 de febrero de 1913, fecha en que se volvió a ocupar de la inspección de los cuerpos armados.
El 20 de mayo de 1913 - al tomar posesión el General Mario García Menocal del cargo de Presidente de la República - se le dejó cesante, pues el Mandatario quiso favorecer con el cargo que ocupaba Carlos María de Rojas a Manuel Sanguily, a pesar de que gracias al General cardenense, quien renunció a tomar parte en esos órganos de gobierno, Sanguily había podido ocupar prominentes escaños en la Convención Constituyente de 1901y en el Congreso que se formó en 1902.
El General Rojas regresó a Cárdenas. Poco antes, el 30 de mayo de 1913 se le había designado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Cuba en Perú, nombramiento que no aceptó. Por tal motivo, el 24 de julio de ese mismo año quedó comprendido en los efectos de la Ley del Retiro Militar con el Grado de Brigadier, según se hizo constar en el Decreto No.470.
En 1917 aspiró, sin éxito, a la Alcaldía local. Once años más tarde, regresó a la arena política al ser propuesto por el Partido Liberal como Delegado a su Convención Constituyente por la provincia de Matanzas. Sin embargo, como el dictador Gerardo Machado necesitaba de un hombre con una carrera militar y un prestigio como el suyo, para solucionar los conflictos existentes en su Gabinete, lo nombró el 25 de abril de 1928 Secretario de Guerra y Marina. Cinco años más tarde, el 2 de mayo de 1933, recibió por orden del Asno con Garras y de manos de Mario Ruiz Mesa, el cargo de Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes.
A pesar de haber tenido estos cargos durante el Gobierno de Machado, cuando el 13 de agosto de 1933 el pueblo enardecido se lanzó a las calles de La Habana pidiendo justicia y tomándola por su propia mano, el General Rojas ni sus familiares fueron molestados, ya que nunca participó de las sanguinarias actuaciones y decisiones del Dictador y sus secuaces.
Al respecto, cuenta la profesora cardenense Julia Santiuste, en un inédito e interesante estudio biográfico del General, que al producirse estos sucesos, Virgilio Costa, yerno de Rojas:

“... a la vista del peligro que significaba para él en su condición de Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes del Gabinete de Gobierno de Machado, permanecer en aquel hervidero de pasiones se dispuso resueltamente a sacar de la Capital a su padre político para conducirlo a su mansión de Varadero.
Y atravesó con su ilustre guerrero aquellas calles sobre las que llovían muebles, vajillas, cuadros y hasta personas lanzadas desde los pisos superiores de los edificios a la calle, sobre los transeúntes.
Nos refirió el Sr. Costa que cuando atravesaba una calle obstruida por una multitud compacta un individuo se plantó a cierta distancia con los brazos extendidos cerrándoles el paso, visto lo cual, él, que no quería que le interceptaran el paso para seguridad del personaje que conducía, se inclinó para empuñar el revólver que llevaba en el fondo de la máquina; pero el General, sin proferir palabra le colocó la mano sobre el brazo con movimiento expresivo que invitaba a renunciar a toda violencia.
Aquel individuo que interceptaba el paso, sólo deseaba que le permitieran montar en la máquina para llegar a determinado sitio: era un delegado del A. B. C. que en aquella revuelta mandaba en Jefe.
Costa compró un periódico y se lo ofreció al General con ánimo de que al leerlo le cubriera la cara, y sin más incidentes pudieron llegar al fin a Varadero a la quinta Rojas.
Y mientras los machadistas huían al extranjero o se ocultaban por la persecución de que eran objeto, les saqueaban e incendiaban sus viviendas, Rojas comentaba con una persona de su mayor intimidad de esta manera:
- Esta situación de las gentes del partido derrotado es pavorosa. ¿Te acuerdas que cierto día me llamaste bobo, porque no había querido aprovecharme de la posición que tuve en el Gabinete como Secretario de Guerra y Marina para hacerme rico?. Yo guardé silencio entonces, pero hoy los hechos te dan mi respuesta. Todos los que abusaron del poder atropellando el derecho de las gentes o defraudaron a la Hacienda Pública han muerto, están perseguidos ... les han incendiado sus hogares, han tenido que huir de las iras populares. Y yo estoy muy tranquilo sin tener que ocultarme; porque nadie me persigue... ni tiene que tomarme cuenta alguna.
Así decía Carlos Rojas en los días de las represalias que siguieron a la caída del Gobierno del General Machado”.[8]

Retirado del Ejército Nacional, que desapareció para convertirse en Ejército Constitucional luego del golpe de estado del 4 de septiembre, el Coronel Fulgencio Batista, quien había estado alguna vez bajo su mando, trasladó su retiro, sin solicitarlo Rojas, al nuevo Ejército.
El General Carlos M. de Rojas pasó los últimos años de su vida disfrutando del cariño de sus familiares, de sus antiguos subordinados del Ejército mambí y de todo el pueblo de Cárdenas, que lo veneraba como una reliquia Patria. Entre 1933 y 1945 presidió numerosos actos patrióticos e integró importantes asociaciones locales. El 20 de septiembre de 1945 falleció en Cárdenas, en la casa de su hija Elvira de Rojas, edificación que se restaura en la actualidad gracias a los programas de la Revolución. Al morir, hacía ya algunos años que su esposa había fallecido.
Su entierro, del que tomaron parte unas 10 000 personas, se convirtió en una impresionante y espontánea manifestación del dolor popular. La despedida del duelo estuvo a cargo del Coronel Alfredo Lima, a nombre del Comandante Pablo Villegas, Presidente del Consejo Nacional de Veteranos, y del General Enrique Loynaz del Castillo, a nombre de sus descendientes. Su cadáver fue sepultado en el panteón que posee la familia Rojas en el cementerio de Cárdenas.
Como homenaje permanente a su memoria un antiguo fortín colonial cardenense y un pueblo de la provincia de Matanzas llevan el nombre de quien fue, al decir del Dr. Arnaldo Jiménez de la Cal, Historiador de la Atenas de Cuba, “ejemplo de ética revolucionaria”[9].

Fuentes Consultadas.
1. Fuentes Bibliográficas.
- Álvarez Blanco, Ernesto: Oscar M. de Rojas, Ediciones Matanzas, Matanzas, 2001.
- Jiménez de la Cal, Dr. Arnaldo: General Carlos María de Rojas. Ejemplo de ética revolucionaria, periódico Girón, Matanzas, 20 de marzo del 2003
- Maicas, Antonio María. La Brigada Cárdenas. Cárdenas, (inédito), s/f. S/fo.
- Santiuste, Julia: Estudio biográfico sobre el General Carlos M. de Rojas, inédito, Cárdenas, 20 de septiembre de 1950.

2. Fuentes Documentales.
- Archivo del Museo Oscar M. de Rojas.
- Archivo Parroquial de Cárdenas.
- Archivo personal del autor.
- Registro Civil de Cárdenas.


[1] El matrimonio conformado por Joaquín de Rojas Cachurro e Isabel Cruzat y Urbizu tuvo cinco hijos: Carlos María; Arturo, que cayó macheteado en el Oriente del país durante la Guerra del 95; Alberto, quien fue Alcalde de Cárdenas y Delegado del Partido Revolucionario Cubano en la ciudad; Oscar María, destacado historiador, miembro del Servicio Secreto del Partido Revolucionario Cubano en Cárdenas y fundador y primer Director del Museo y Biblioteca Pública de Cárdenas e Isabel, la cual falleció en 1879 durante la terrible epidemia de cólera que azotó a Cárdenas ese año.
[2] Poeta estadounidense que figura entre los más populares y celebrados de su época. Nació el 27 de febrero de 1807, en Portland (Maine), y estudió en el Bowdoin College. Mientras se preparaba para dedicarse a la enseñanza viajó por Europa. Dio clases de lenguas modernas en Bowdoin (1829-1835) y en la Universidad de Harvard (1835-1854). Más tarde se dedicó por entero a escribir. Murió el 24 de marzo de 1882, en Cambridge (Massachussets).

[3] Maicas, Antonio María. La Brigada Cárdenas. Cárdenas, (inédito), s/f. S/fo.
[4] Fue traída a Cuba por una embarcación cuyo nombre se desconoce. Desembarcó el cargamento de armas y municiones que traía en marzo de 1896 en este cayo, al Norte de Cárdenas. Fungió como práctico de la Expedición Juan Santos Oliver, luego Comandante del Ejército Libertador; quien había sido enviado con este fin por el Comité Patriótico de Cárdenas y por el Comité Revolucionario de La Habana a la Delegación del Partido Revolucionario Cubano en Nueva York. Cumpliendo órdenes de Antonio Maceo, fuerzas del Regimiento Cárdenas, al mando de Carlos María de Rojas, la recibieron y auxiliaron.
[5] Traída por el Buque ²Three Friends², partió de los cayos de La Florida, sitio en el que Enrique Collazo logró concentrar en un corto plazo a los futuros expedicionarios. Desembarcó el 19 de marzo de 1896 en la playa de Varadero.
[6] Fue encabezada por el Coronel Ricardo Trujillo, el cual – durante la Guerra de los Diez Años - fue expedicionario del ²Liliam² bajo las órdenes del General Domingo Goaicuría, y uno de los pocos sobrevivientes de la Expedición del ²Virginius². Inicialmente, sus integrantes se concentraron en Tampa, desde donde se trasladaron a Charleston, desde donde partieron. Allí permanecieron hasta la noche del 17 de junio de 1896, fecha en que embarcaron en el ²Comodoro², capitaneado por John O´Brien para partir inmediatamente hacia Cuba. El 20 de junio de 1896, sin contratiempo alguno, arribó a su destino: Playas de Camacho, punto de la costa norte situado entre Camarioca y Varadero.
[7] Está considerada la última Expedición llegada a Cuba durante la Guerra del 95. Zarpó del puerto de Fernandina, al sur de los Estados Unidos de América el 14 de febrero de 1898, un día antes de la voladura del Maine en La Habana. Las encrespadas olas y el fuerte viento propios de esta época del año, hicieron que la embarcación tuviera que refugiarse en Elbow Key (Cayo Palanqueta), ubicado en el archipiélago de Las Bahamas, sitio en el cual permaneció hasta el 19 de febrero, fecha en que pone rumbo nuevamente a Cuba. Siete horas después, los expedicionarios avistan las costas de Camagüey y dejan en este lugar, tal como estaba previsto, 24 hombres al frente de los cuales se hallaba el Coronel Manuel Lechuga, jefe de tierra de la Expedición. Poco después, el General Emilio Nuñez ordenó al Capitán del navío poner rumbo a Matanzas, segunda escala de la atrevida y arriesgada travesía. El agitado mar impide la realización de las acciones planeadas y el Dauntles se ve obligado a refugiarse nuevamente en Las Bahamas. Allí permanece hasta el 25 de febrero, fecha en que al amanecer pone rumbo al suroeste. A las 10:30 p.m. de ese mismo día penetraba temerariamente el buque en la bahía de Matanzas. El desembarco se produce esa misma noche en Caleta del Barco, punto de la costa yumurina ubicado entre la desembocadura del río Canímar y la Punta de Maya (sitio en el cual había un fuerte), en las cercanías de un camino real y del Fuerte El Morrillo. El Dauntles, debido al mal tiempo, se vio obligado a levar anclas, abandonando a su suerte a los revolucionarios. Este punto había sido el escogido para el alijo por el General Pedro Betancourt, quien estaba convencido de que era el mejor, pues los españoles no podían suponer tamaña audacia.

[8] Santiuste, Julia: Estudio biográfico sobre el General Carlos M. de Rojas, inédito, Cárdenas, 20 de septiembre de 1950, págs. 64 y 65.
[9] Jiménez de la Cal, Dr. Arnaldo: General Carlos María de Rojas. Ejemplo de ética revolucionaria, periódico Girón, Matanzas, 20 de marzo del 2003, pág.2.

Pablo Espriu y Llobet, un areñense que participó en la fundación de la ciudad cubana de San Juan de Dios de Cárdenas.


Pablo Espriu y Llobet, un areñense que participó en la fundación de la ciudad cubana de San Juan de Dios de Cárdenas.


Por: Ernesto Álvarez Blanco.
Historiador de la Ciudad de Cárdenas

El areñense que mayor éxito comercial, social y económico alcanzó durante el transcurso del siglo XIX en la ciudad cubana de San Juan de Dios de Cárdenas fue Pablo Espriu y Llobet, devenido ilustre benefactor de dicha población, la cual – luego de su muerte, suceso ocurrido en 1846 - le puso su nombre a una plaza y a una calle, testimonio invaluable de aprecio y gratitud hacia su persona.
Pablo Espriu y Llobet, marino y comerciante nacido en Arenys de Mar, Cataluña, España, el 25 de enero de 1770, ingresó el 24 de agosto en 1796 en la Escuela de Náutica de Arenys de Mar. Dos años más tarde, el 20 de mayo de 1798 contrajo matrimonio con Josefa Gallart y Pollés, miembro de una influyente familia de comerciantes y patrones de embarcaciones y con la cual tuvo 6 hijos.
Como parte de sus estudios viajó Cádiz el 28 de febrero de 1799 como aprendiz – agregado del bajel Santa Victoria. En agosto de 1800 es aprobado como Pilotín o Tercer Piloto para los mares de Europa y poco después, el 3 de septiembre de 1800 embarcó como Pilotín agregado en la fragata La Paz en una de las tantas expediciones secretas de corso que se organizan en esta época como parte de la guerra entre Inglaterra y España.
El 6 de marzo de 1802 viajó como Pilotín en la pollacra Santa Ana con rumbo a Cartagena de Indias. Al regresar de este viaje fue nombrado Tercer Piloto de todos los mares. En 1804 se estableció en Cuba trabajando como Mayoral en un ingenio azucarero de la provincia de Matanzas. En 1816 adquirió con sus ahorros una factoría de tabaco en las cercanías del pueblo de Cantel. En 1817 trabajó incansablemente, junto a otros vecinos de la comarca, para lograr el establecimiento de una iglesia en el referido poblado matancero.
Pablo Espriu asistió el 8 de marzo de 1828 al acto oficial de fundación del poblado de San Juan de Dios de Cárdenas, sitio en el que adquirió terrenos para edificar un almacén y una bodega. En 1836 adquirió de una Orden Religiosa, a través de una compra – venta efectuada en La Habana, varios terrenos en las inmediaciones del sitio de fundación del poblado de Cárdenas, los cuales parceló y vendió a censo. Donó los útiles, materiales y terrenos necesarios para dotar a Cárdenas de un hospital y de un Asilo para niños desamparados.
En 1840 construyó en Cárdenas un alambique para la fabricación de rones y aguardientes a partir de la caña de azúcar. Edificó una gran casa en Cárdenas para él y los suyos y varias para alquilar o vender. Regresó a Arenys de Mar, convertido en un rico y respetado indiano, en la década del 40 del siglo XIX, dejando en Cárdenas, a cargo de sus negocios, a dos de sus hijos: Pedro Mártir y Pablo Nicolás Espriu y Gallart, quienes se retiraron también a Arenys, pocos años después, con objeto de disfrutar de la fortuna acumulada en Cuba por ellos y sobre todo, por su padre.
Al recordar a los Espriu desde las páginas de este Blog, lo hacemos con la íntima satisfacción de evocar a una familia areñense que no solo participó en la fundación de Cárdenas sino que también contribuyó a su historia y acelerado desarrollo socioeconómico.

martes, 23 de septiembre de 2008

Símbolos de la Ciudad de Cárdenas

ASAMBLEA MUNICIPAL DEL PODER POPULAR DE
CÁRDENAS.

SÍMBOLOS Y DISTINCIONES DE LA CIUDAD DE CÁRDENAS.
La IV Sesión Ordinaria de la Asamblea Municipal del Poder Popular, que sesionó el 21 de junio de 1994 aprobó y/o como símbolos y distinciones de la ciudad de Cárdenas los siguientes:

Símbolos de la Ciudad
(Acuerdo No. 91 - VII)

· El Escudo creado en 1943 por el profesor Mario Sánchez.





. La Llave de la Ciudad.



· El Machete del General Carlos M. de Rojas, Jefe de la Brigada Cárdenas durante la Guerra del 95.






· El Cangrejo.






Distinciones que entrega la Asamblea Municipal del Poder Popular de Cárdenas
(Acuerdo No. 92 - VII).


· Hijo Ilustre de la Ciudad. (Recibe diploma acreditativo y la réplica del machete del General Carlos M. de Rojas).
· Huésped ilustre de la Ciudad. (Recibe diploma acreditativo y la Llave de la Ciudad).
· Hijo adoptivo de Cárdenas. (Recibe diploma acreditativo y el Escudo de la Ciudad).
· Hijo destacado de Cárdenas. (Recibe diploma acreditativo y un cangrejo dorado).

En esta misma Asamblea se creó el cargo de Historiador de la Ciudad y su Oficina. (Acuerdo No. 93 - VII).


Municipio de Cárdenas. Síntesis informativa sobre su historia y su desarrollo económico y social



MUNICIPIO DE CÁRDENAS
Síntesis informativa sobre su historia y su desarrollo económico y social.
Elaborado por la Oficina del Historiador de la Ciudad.
2008
CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL MUNICIPIO DE CÁRDENAS.

El Municipio de Cárdenas, ocupa la parte septentrional de la provincia de Matanzas; limita al norte con el municipio de Varadero y el Estrecho de la Florida, al sur con los municipios de Limonar y Jovellanos, al oeste con la cabecera provincial, Matanzas, y por el este con los municipios de Martí y Perico.
El área territorial que ocupa es de 565 kilómetros cuadrados, con una población, según el censo del 2002, de 101 661 habitantes, repartidos entre los poblados de Cantel, Camarioca, Carbonera, la Comunidad Julián Alemán (La Conchita), Méndez Capote (Lagunillas), Merceditas, Guásimas, Humberto Álvarez, José Smith Comás, algunos pequeños asentamientos rurales y la propia ciudad de Cárdenas, en la que habitan 80.832 personas.
Cárdenas cuenta en la actualidad con una densidad de población relativamente alta (179,9), dada por la influencia de la Ciudad en el resto del territorio y además, por el crecimiento significativo que ha tenido en los últimos 50 años.

GEOLOGÍA

Desde el punto de vista del origen y evolución geológicos, la mayor parte del territorio es de formación sedimentaria, metamórfica, en un 4% en zonas de Cantel y Camarioca, donde se localizan, incluso formaciones del período Cretácico y Jurásico Superior, en relativa similitud con zonas de El Rosario en Pinar del Río.
Es una región definida como gasopetrolífera por excelencia, que abarca las áreas de Hicacos, Chapelín, Marbella, Varadero, Camarioca, Cantel, Guásimas, Pluma, la Bahía y la ciudad de Cárdenas.

CARACTERES GEOMORFOLÓGICOS.

En Matanzas en general, y en Cárdenas, en particular, el relieve es predominantemente llano con altitudes absolutas entre 0 y 160 metros, y oscilaciones de alturas relativamente insignificantes que caracterizan, por ejemplo, la zona de Cantel Camarioca.
Del origen y transformación del relieve, se plantea que paso por tres grandes etapas: tectogeneses, acumulación sedimentaria y de emersión sumersión. El actual es Plioceno Cuaternario, aunque se refleja la evolución geológica en algunas áreas desde el Jurásico, el Cretácico y el Mioceno.
La llanura costera de Cárdenas ocupa la mayor parte del territorio y cuenta con algunos agrupamientos cenagosos, zonas muy bajas, sobre todo bordeando la bahía abierta y poco profunda, flanqueada al oeste por la península de Hicacos y por la guirnalda de cayos (Cupey, Diana, Piedra, Blanco y otros).
El suelo predominante en el municipio es el Ferralítico Rojo Típico, que ocupa el 45,9 % con 24 401, 32 Hectáreas. En el municipio, entre llano y débilmente ondulado, predominan las pendientes de 0 a 5 metros. En la comparación del mapa de pendientes con el mapa geológico, las elevaciones con mayores valores se localizan en las alturas de Camarioca.

HIDROCLIMATOLOGIA.

La temperatura media anual en el territorio es de 24,1 grados Celsius. Con media máxima de 31,6 grados Celsius y mínima media anual de 18,1 grados Celsius. Los meses más calurosos, Julio y Agosto, alcanzan valores de hasta 34,1 grados Celsius.
El municipio se encuentra dentro de la cuenca Canímar Camarioca y, de hecho, en la llamada vertiente norte. Los recursos hidráulicos son pobres y repartidos irregularmente, solo el río Camarioca y la parte del Canal de Roque que limita con el municipio tienen cierta importancia.

FLORA Y FAUNA.

El territorio está ocupado en parte por vegetación de costa arenosa: plantas rastreras y franja arbórea bien definida, con Uvas Caletas, Mangles y Matorral Xeromorfo costero. En la zona costera y también en zonas pantanosas se encuentra el llamado Mangle Rojo. En general, es una vegetación potencial de sabana, en cierto modo de copernicias, bosquecillos estacionarios, donde aparecen La Malva Blanca, La Malva de Cochinos y otras.
Los mamíferos en primer lugar, son los menos representados. Dentro de sus especies vivientes se reportan 54 y están compuestos en alto grado de murciélagos, algunos roedores y un solo representante de insectívoros, aparte de las especies introducidas por el hombre.
Para tener una idea de las especies del área, quizás no sea necesario ofrecer todas las localizadas hasta ahora, pero, por ejemplo, de la clase insecta resulta interesante el orden lepidóptero (las mariposas) de las cuales el museo "Oscar M. de Rojas" de Cárdenas posee una valiosa colección de más de 140 especies.
Los moluscos marinos en la región han sufrido grandemente por la contaminación de la bahía que ha destruido casi toda su flora y fauna. Los moluscos terrestres, no están tan afectados, pero cada vez se localizan en menos proporción debido a factores vinculados con la urbanización, la industrialización y la ausencia, en épocas anteriores de una conciencia de repoblación forestal. Abundan en Cárdenas especies de la clase crustácea, grupo incluido en los artrópodos, sobre todo Cangrejos.
Entre las especies de aves que se han localizado en el área están el Alcatraz (Pelícano Occidental) en Cayo Grande y en las costas, El Pájaro Bobo, La Gaviota Rosada y La Boba, El Gallego y El Galleguito. Otras especies muy comunes son la Lechuza y El Sijú Platanero, El Zunzún, El Pitirre, El Sinsonte y El Gorrión entre otros.

CÁRDENAS: SÍNTESIS Y CRISOL DE LO CUBANO.
El desarrollo experimentado a finales del siglo XVIII y principios del XIX por las haciendas cafetaleras y por las que producían viandas, granos, algodón, caña de azúcar, etc., obligó a los vecinos de la zona a fundar el 8 de marzo de 1828 un puerto y pueblo en la ensenada de Cárdenas para comerciar los productos cosechados en la región. Unos años más tarde, en las décadas del 30 y el 40 del siglo XIX, al convertirse Brasil en el principal productor de café del mundo, los productores locales del aromático grano tuvieron que transformar sus cafetales en haciendas azucareras.
Muy pronto, la Jurisdicción de Cárdenas se convirtió en la principal productora de azúcar de Cuba, hecho que transformó al poblado, que en 1833 tenía solo 8 casas alineadas en torno en una avenida principal, en una de las más hermosas, cultas e ilustradas ciudades de la Isla, puesto que recibió el Título de Ciudad, firmado por la reina Isabel II, por Real Orden del 28 de diciembre de 1866.
A la par de este proceso, se ganó los epítetos de Barcelona de las Antillas, Perla del Norte, Holanda de América, Trinidad del siglo XIX cubano, Ciudad Bandera y Capital de las Primicias. Este último sobrenombre se lo debe al hecho cierto de que numerosos acontecimientos de relevancia nacional e internacional ocurrieron por primera vez en su territorio. Entre ellos se destacan los siguientes:

1) 19 de mayo de 1850. Se iza por el General anexionista venezolano Narciso López y sus hombres, por primera vez en Cuba, en el edificio conocido como “La Dominica”, Monumento Nacional, la que luego sería proclamada en 1869 por la Asamblea de Guáimaro como nuestra Enseña Nacional.
2) 14 de julio del 2001. Es inaugurado nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz el primer Museo a la Batalla de Ideas de Cuba y el mundo.
3) 1882. Se funda en la Ciudad el primer colegio Médico – Farmacéutico de la Isla.
4) 7 de septiembre de 1889. Se inaugura el primer servicio público de alumbrado eléctrico de Cuba.
5) 26 de diciembre de 1862. Se inaugura por Gertrudis Gómez de Avellaneda, su esposo y otras autoridades coloniales la primera estatua al Almirante Cristóbal Colón develada, pública y solemnemente, en América Latina.
6) 6 de agosto de 1925. Se produce en la bahía de Cárdenas, protagonizado por Julio Antonio Mella, el primer intercambio de banderas entre soviéticos y cubanos.
7) 1986. En Cueva Calero, espelunca ubicada en las inmediaciones del poblado de Cantel, se halló los restos del hombre más antiguo de Cuba y el mayor cementerio aborigen en caverna descubierto en la Isla.
8) 1585. Se funda en La Habana por la familia Recio, con varios hatos y corrales ubicados en la zona de Cárdenas, el primer Mayorazgo Cubano y hasta donde se sabe, el primero de América Latina.
9) 1847. Se funda por el sabio naturalista alemán Juan Cristóbal Gundlach, en las inmediaciones de Cárdenas, el primer Museo de Historia Natural de Cuba.
10) Mayo de 1884. Comienza a funcionar en Cárdenas la primera Refinería de Azúcar que funcionó en el país.
11) 25 de noviembre de 1894. Se establece en la Ciudad por el Dr. Fernando Méndez Capote la primera Clínica Ginecológica cubana.
12) 11 de mayo de 1898. Cárdenas se convierte en la primera ciudad bombardeada durante la Guerra Cubano – Hispano – Norteamericana. Durante las acciones de este día, cae la primera víctima norteamericana de la mencionada contienda y se iza en Cayo Diana, por primera vez en suelo cubano, la bandera de los Estados Unidos de América.
13) 10 de enero de 1899. Ocurre en el puerto de Cárdenas la primera Huelga Obrera que tuvo lugar en Cuba durante la 1ra. Intervención Norteamericana.
14) 22 de abril de 1900. Se inaugura en Cárdenas el primer Mausoleo dedicado a los Mártires de la Guerra de Independencia construido en Cuba en una plaza publica.
15) 20 de mayo de 1918. Se inaugura en Cárdenas, para albergar las colecciones del Museo y Biblioteca Publica de la ciudad, el primer edificio construido para Museo en el país.
16) 1936. La cardenense Rosa Pastora Leclere se convierte en Cataluña, España, durante la Guerra Civil española, en la primera Maestra Internacionalista cubana.
17) 1959. Se efectúa en el litoral de Cárdenas el primer tributo masivo que rindió el pueblo de Cuba al recientemente desaparecido Comandante Camilo Cienfuegos, iniciándose así la tradición de echarle flores al mar.
18) 1 al 8 de marzo de 1975. Se celebra en Cárdenas, por Primera vez en Cuba, una Semana de la Cultura.
19) 1977. Se celebra en Cárdenas la primera Semana del Deporte que se realizó en el país.
20) 17 de mayo de 1981. Se funda, en la CPA Roberto Fernández de Cárdenas, el primer Museo Campesino del país.
21) 19 de septiembre del 2002. Se inaugura en el edificio de la antigua Escuela Llaca la primera Clínica de Neurodesarrollo del país.
22) 19 de mayo de 1850. La joven habanera radicada en Cárdenas Cecilia Porras Pita escribe el primer poema en suelo cubano a nuestra enseña nacional:
En lienzo blanco y lustroso
con listas color de cielo
veo un triángulo modelo
de rojo color precioso.
Es el pabellón glorioso
causa de tanta querella
es nuestra bandera bella
que nos viene a saludar
y a la patria iluminar
con la lumbre de su estrella
23 - 7 de julio de 1987. El cardenense Antonio López Isla se convierte en el primer cubano con un hígado trasplantado.
24 - 5- 1967. Se bota al agua en los astilleros “Victoria de Girón” de Cárdenas el primer barco de acero construido en el país.
25 - 1936. La cardenense Rosa Amelia Toledo se convierte en la primera mujer en ocupar un cargo de concejal en Cuba.

Hoy, con 101 661 habitantes, el Municipio de Cárdenas, Cuna y Espejo de la Batalla de Ideas que libra nuestro pueblo bajo la certera dirección de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, exhibe con orgullo a quienes la visitan su rica historia local, su patrimonio, sus valiosos e interesantes museos, sus instituciones culturales y sus tradiciones de lucha, seguro de que continua siendo síntesis y crisol de lo que el prestigioso intelectual cubano Cintio Vitier llamó lo cubano.

Símbolos del Municipio.
La IV Sesión Ordinaria de la Asamblea Municipal del Poder Popular, que sesionó el 21 de junio de 1994, aprobó y/o ratificó como símbolos y distinciones de la ciudad de Cárdenas los siguientes:

(Acuerdo No. 91 - VII)

· El Escudo creado en 1943 por el profesor Mario Sánchez.
· La Llave de la Ciudad.
· El Machete del General Carlos M. de Rojas, Jefe de la Brigada Cárdenas durante la Guerra del 95.
· El Cangrejo.

Títulos honoríficos que entrega la Asamblea Municipal del Poder Popular de Cárdenas.
(Acuerdo No. 92 - VII).
· Hijo Ilustre de la Ciudad de Cárdenas. (Recibe diploma acreditativo y la réplica del machete del General Carlos M. de Rojas).
· Huésped ilustre de la Ciudad de Cárdenas. (Recibe diploma acreditativo y la Llave de la Ciudad).
· Hijo adoptivo de la Ciudad de Cárdenas. (Recibe diploma acreditativo y el Escudo de la Ciudad).
· Hijo destacado de la Ciudad de Cárdenas. (Recibe diploma acreditativo y un cangrejo dorado).

En esta misma Asamblea se creó el cargo de Historiador de la Ciudad y su Oficina. (Acuerdo No. 93 - VII).
El 25 de diciembre del 2005 la Asamblea Municipal del Poder Popular ratificó los Símbolos y Distinciones aprobados en 1994 por la misma y acordó agregar a los símbolos del Municipio los siguientes:
· Monumento a la Bandera cubana existente en el litoral de Cárdenas, primero de su tipo erigido en la Isla.
· Edificio del hotel “La Dominica”, Monumento Nacional.

Personalidades e instituciones que han sido reconocidos por la Asamblea Municipal del Poder Popular con Títulos Honoríficos.
(1994 - 2006)
Se le ha otorgado el Título de Hijo Ilustre de la Ciudad de Cárdenas a:

· Danilo Ruíz Guerra.
Destacado combatiente de la Revolución.
· Concepción Hernández Baró.
Destacada combatiente de la Lucha clandestina.
· Dr. Enrique Sanabria Echenique.
Destacado Cardiólogo. Dr. en Ciencias Médicas.
· Marcelo Fernández Font.
Destacado combatiente revolucionario fallecido recientemente.
· Carmen Lidia Maden González.
Estomatóloga y destacada integrante del Movimiento de Artistas Aficionados, en el que ostenta desde 1986 la Categoría A.
· Felicia Contreras Hernández.
Cederista con una destacada trayectoria revolucionaria.
· Dra. Delia Aníbal Carol Labrada.
Especialista de primer grado en Ginecología y Obstetricia del Hospital Julio Aristegui Villamil.
· Argilio Rodríguez G.
Destacado Poeta, periodista e Historiador. Es miembro de la UNEAC y de la UPEC.
· Dra. Regla María Fernández Martell.
Especialista de Primer Grado en Dermatología.
· Luciana Rita San Martín Delgado.
Licenciada en Defectología y Directora desde 1974, con resultados muy satisfactorios, de la Escuela Especial José A. Echeverría...
· Dr. Jorge Pedro Rodríguez Hernández.
Especialista de segundo grado en Pediatría y Director desde el 2002, con resultados muy satisfactorios, del Centro de Rehabilitación del Neurodesarrollo “Rosa Luxemburgo”.
· Amparo Mercedes Delgado.
Licenciada en Educación Preescolar. Posee una destacada trayectoria revolucionaria.
9 – Santiago Ramírez Frías.
Licenciado en Periodismo con una destacada trayectoria laboral y revolucionaria.
10 – Agrupación Columbia del Puerto.
Institución que ha realizado una destacada labor de rescate, preservación y promoción de la música folclórica y de los bailes tradicionales populares cubanos.
11 – Olga Ojeda Díaz.
Destacada pintora, escultora, grabadora y promotora cultural. Obtuvo en el 2000 el Premio Memoria Viva del Centro Cultural “Juan Marinello”. Es asesora de la Oficina del Historiador de la Ciudad. Se le otorgó en el 2007 en ocasión de su 80 cumpleaños.

Se le ha otorgado el Título de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Cárdenas a:
1. Lázaro Miranda Chirino.
Director desde 1973, con resultados muy satisfactorios, del Museo “Oscar M. de Rojas”. Fue Historiador de la Ciudad de Cárdenas de 1994 al 2002.
2. Sonia Díaz Rodríguez.
Instructora de Arte, especialidad música y Directora, con resultados satisfactorios desde 1998 de la Casa de Cultura “Gonzalo Roig”.
3. Jesús Bárbaro Miquet García.
Coordinador Municipal de los CDR desde el 2000, gozando del respeto y el cariño de los cardenenses.
4. José Luis Rodríguez Betancourt.
Compañero con una destacada trayectoria revolucionaria. Fue Primer Secretario del PCC en el Municipio. a Cárdenas entre 1980 y 1986.
5. Dr. Félix Heberto Casola Perera.
Especialista de primer grado en Cirugía General y Profesor Asistente y Principal de la Asignatura de Cirugía en el hospital docente Julio Aristegui Villamil.
6. Lucio Rizo Mesa.
Maestro de Primario y Director desde hace varios años del Palacio de Pioneros Yolanda y Fermín con resultados relevantes en su labor.

Se le ha otorgado el Título de Huésped Ilustre de la Ciudad de Cárdenas a:
1. La poetisa Carilda Oliver Labra.
2. El fallecido poeta Jesús Horta Ruíz, El Indio Naborí.
3. El pianista y compositor Frank Fernández
4. El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, líder de la Revolución cubana.

Hermanamientos realizados por el Municipio de Cárdenas con otras ciudades y7o municipalidades del mundo.

4. Ciudad del Carmen, México.
5. Ciudad de Dieppe, Francia.
6. Ciudad de Avilés, Asturias, España.
7. Ciudad de Córdova, México.

El Escudo de la Ciudad de Cárdenas. Su historia, partes y simbología
Aunque en diversas épocas se trató de adoptar oficialmente un escudo para la ciudad de Cárdenas, nunca se concretó este propósito. Finalmente, el 18 de diciembre de 1943, siendo Alcalde de la ciudad el Dr. Enrique Sáez Diez-Argüelles y Presidente del Ayuntamiento el Sr. Rubén Mendiola, se aprobó en sesión memorable el modelo presentado por el Sr. Mario Sánchez, vencedor en el concurso nacional promovido por el Municipio dos años antes. La descripción de nuestro Escudo es como sigue:
La parte superior o "el jefe" presenta nuestra enseña nacional, la cual ondeó por vez primera en Cuba en Cárdenas el 19 de mayo de 1850. El centro o "corazón" contiene el escudete de la familia de Don Mateo de cárdenas y Guevara que dio el nombre a nuestra Ciudad y Municipio; las torres o chimeneas del flanco derecho y el caduceo dorado del dios Mercurio del izquierdo atestiguan el desarrollo industrial y comercial alcanzado por Cárdenas. Debajo, aparece una planta de henequén, uno de sus principales productos agrícolas. Además, en los cantones de la punta inferior está representado el mar con sus suaves ondas, recordando a la Bahía de Cárdenas y a la Playa de Varadero, parte integrante esta última de nuestro municipio durante varias décadas.
Como timbre cimero exhibe una ancha cinta con la leyenda "Primus in Cuba", que recuerda que 82 acontecimientos de relevancia nacional o internacional ocurrieron por primera vez en Cuba en nuestro territorio. Como soportes, apoyo y adorno aparecen dos simbólicas ramas floridas de laurel y del fuerte y milenario roble o encina, las cuales representan los lauros y triunfos ofrendados por los cardenenses en los diversos campos de la vida y el saber humano a su terruño natal.

Asamblea Municipal Poder Popular.

La Asamblea Municipal del Poder Popular de Cárdenas está formada por 101 delegados, electos por nuestro pueblo y dirigidos por su Presidenta Ela ClaraValle Rodríguez, un Vicepresidente, Julio y una Secretaria, Elena María Martínez Rodríguez.
El Consejo de la Administración Municipal lo conforman 6 Vicepresidentes y su Secretario, quienes conjuntamente con el Presidente y la Vicepresidenta controlan los programas económicos y sociales del Municipio.
Están estructurados diez Consejos Populares, dirigidos cada uno por un Presidente profesional, el que tiene bajo sus responsabilidades controlar y fiscalizar toda la actividad económica y social de su territorio, así como orientar y cooperar con las responsabilidades de los delegados dentro de su jurisdicción para lograr respaldar los intereses de la población y del gobierno, en sentido general.
Contamos, además, con tres circunscripciones especiales fuera de Consejos Populares las que son atendidas directamente por la Dirección de la Asamblea por su lejanía. Ellas son:
· Circunscripción No. 48 ubicada en Regalito de Maya.
· Circunscripción No. 52 ubicada en La Sierrita.
· Circunscripción No. 62 ubicada en Las Carolinas.
También, tenemos las siguientes circunscripciones especiales:
· Circunscripción No. 91. Campamento de constructores “El Salvador” del Contingente “Fidel Ramón Ortega”.
· Circunscripción No. 93. Base de Transporte Contingente “Fidel Ramón Ortega”.
· Circunscripción No. 101. Unidad Militar 1410.
Nuestro Municipio se encuentra representado en el Parlamento y en la Asamblea Provincial por los siguientes compañeros:

Diputados a la Asamblea Nacional.

1. Yadira García Vera.
Ministra de la Industria Básica y miembro del Buró Político del PCC...
2. Felicia Beltrán Suárez.
Presidenta del Consejo Popular Lagunillas.
Delegada Circunscripción 66.
3. Roberto León Richards Aguiar.
Miembro del Grupo de Coordinación
del Comandante en Jefe Fidel Castro.
4. Juan Miguel González Quintana.
Héroe de la República de Cuba.
5. Luis Manuel Dueñas Madem
Delegado Circunscripción 31.

Delegados a la Asamblea Provincial.

1. Lisett Rodríguez Hernández.
Presidenta Consejo Popular Versalles.
Delegada Circunscripción No. 29.
2. Jorge León González.
3. Miguel Arzuaga Acaño.
Delegado Circunscripción No. 81.
4. Julia Maritza Cuba Díaz.
Directora Provincial de Patrimonio.
5. Roberto Bernal Villena.
Vicepresidente del Consejo de la
Administración Provincial.
7. Rita Elvira Rodríguez Fajardo.
Secretaria General de la FMC
en Matanzas.
8. Eduardo Pánfilo Cossío Hernández.
Delegado Circunscripción 70.
9. María Elena Bayón Mayor.
Periodista de Radio Varadero.
10. Iraida Vega Arrieta.
Delegada Circunscripción No. 89.
11. Sonia de la Caridad Martín Martínez.
Especialista A de Planificación y Desarrollo de los Cuadros de la Empresa de Perforación y Extracción de Petróleo del Centro.

Cárdenas: Síntesis y crisol de lo cubano






Cárdenas: Síntesis y crisol de lo cubano
Por:
Museólogo Ernesto Álvarez Blanco.
Historiador de la Ciudad.
Lic. Mayda Fadraga y Roberto A. González.
Asesores de la Oficina del Historiador de la Ciudad
Cárdenas, 2008.


La historia de los hombres comienza desde el mismo momento en que toman cuerpo sus recuerdos, en que sus interrogaciones y sus esperanzas se fijan en la piedra, se expresan en una máscara o se encarnan en un ritmo musical. Desde ese momento sus mensajes se trasmiten de generación, desafiando a la muerte y abriendo el lento curso de la continuidad histórica, gracias a la cual perpetuán las naciones, más allá de todos los cambios, su identidad colectiva.
Ello hace que las obras que forman el soporte – espiritual o material, literario o artístico – de esa continuidad hayan adquirido desde las más remotas épocas un valor inestimable para los pueblos a que pertenecen.
Amadou – Mahtar M´Bou.
Ex - Director General de la UNESCO.







Cuando cada 8 de marzo, los habitantes de la ciudad de San Juan de Dios de Cárdenas - como colofón de una intensa jornada de actividades culturales concebidas como parte de la Semana de la cultura cardenense, primera del país - celebran un nuevo aniversario de la fundación de ese núcleo urbano; rememoran el momento en que Juan José Aranguren, Administrador de Rentas Reales de Matanzas, clavando profundamente una vara de madera en el área que ocupa actualmente el parque de Colón, dijo:
“Invoco con este motivo el Augusto nombre de nuestro soberano, Don Fernando VII, cuyo nombre damos a esta plaza, y como al principiar estas operaciones las ejecutamos en este día de la conmemoración de San Juan de Dios, le nombramos de conformidad por Patrono de la nueva población y a su honor se consagrará su templo”.[1]
Nacía así un pequeño poblado - cinco años después, en 1833, tenía solo 8 casas alineadas en torno a la Avenida de Vives, luego de Real de Isabel II - que con el transcurso del tiempo, se convertiría en uno de los centros poblacionales cubanos de más rápido crecimiento urbanístico, social, económico, político y cultural. Y es que, el poblado emprendió, desde el mismo momento de su fundación, una rápida carrera para convertirse en ciudad y en el centro político y económico de un extenso territorio: en 1828 se funda, en 1853 obtiene el título de Villa y ya, en 1866, recibe el de Ciudad, mediante una Real Orden firmada por la reina Isabel II en Madrid el 28 de diciembre de ese mismo año.


Esta rapidísima conversión de pueblo a Villa y de Villa a Ciudad, quizás la más acelerada de todas las que experimentan las principales poblaciones de la Isla durante el período colonial, fue consecuencia directa de la existencia en el territorio de Cárdenas, durante las primeras décadas del siglo XIX, de un excelentemente bien concebido trinomio perfecto: azúcar, puerto y ferrocarril; cuya sumatoria dio como resultado una incalculable acumulación de capitales, los cuales son invertidos por sus propietarios, una y otra vez, en beneficio de la región.
No obstante, para entender el desarrollo económico y el florecimiento urbanístico, social y cultural que experimenta Cárdenas en el transcurso del siglo XIX, hay que remitirse obligatoriamente al proceso de colonización de la extensa comarca que tributa, luego de la fundación del poblado cabecera y aún antes, numerosos productos agrícolas y naturales, al recién estrenado puerto de Siguagua o de Siguapa, que más tarde adoptará, al igual que la bahía, el nombre del nuevo núcleo urbano; el cual se convierte desde 1816 en el embarcadero natural de una buena parte de la actual provincia de Matanzas.
Con anterioridad, la zona comprendida en la antigua Jurisdicción de Cárdenas era conocida solo por los terratenientes y ganaderos habaneros de los siglos XVI, XVII y XVIII, quienes se apropiaron de sus tierras mediante el proceso de mercedación que tiene lugar por esta época en la Isla y, más tarde, a través de enrevesados actos de compra - venta; sin que entre sus objetivos primordiales estuviera la explotación de la bahía de Siguagua o de Siguapa - luego de Cárdenas - como embarcadero de los productos cosechados ni el establecimiento de un poblado en los alrededores de este accidente geográfico.
Es más, los primeros habitantes del territorio vivieron durante tres siglos de espaldas al mar, debido al constante acoso de los piratas y corsarios que convirtieron a la bahía y a sus alrededores, en cuartel general de sus operaciones en esta zona de la costa norte de la Isla. Por tal motivo, no sorprende a los historiadores el hecho cierto de que no es hasta 1816, que muchos de los hacendados comarcanos - quienes habían colonizado el territorio desde el interior y habían llegado a él por tierra desde Matanzas por el viejo camino de Guamacaro (hoy Limonar), descubran accidentalmente la bahía.
Al respecto, no me puedo resistir a la tentación de citar el testimonio que dio de este suceso a Oscar M. de Rojas, fundador y primer Director del Museo y Biblioteca Pública de Cárdenas, uno de los más antiguos vecinos del territorio, Luis René Guyot, natural de Filadelfia, Estados Unidos de América; para que pueda tenerse idea de la sorpresa que provocó en todos los hacendados comarcanos el descubrimiento de la actual bahía de Cárdenas al término de un fuerte ciclón que azotó a principios del siglo XIX la costa norte del occidente de Cuba:
Guyot contó a Oscar M. de Rojas que:
“… durante la noche sintió ruido de agua cercana que movíase con furia, él creía estar muy lejos de la costa, había llegado a Sn Cristóbal (San Cristóbal de las Guásimas) desde Limonar, donde comenzaba el fomento agrícola por esos días - a la mañana siguiente, pasó a la finca de su vecino y pariente Aymee donde halló congregadas a varias familias, entre otras las de Bacot y comentado el suceso se pusieron de acuerdo para hacer un camino por entre el espeso Bosque de Caobas, Jíquies, Júcaros, Atejes para ver donde aparecía el agua, realizada la empresa con los negros esclavos de sus dotaciones, encontraron esos primeros vecinos los manglares seculares gigantescos y luego la hermosa bahía de Cárdenas, desde entonces comenzaron los proyectos de abrir un buen camino hacia la costa para dar salida, por el mar, a los frutos de sus fincas, lo que dio origen a la fundación de Cárdenas (…)”.[2]
A partir de este momento, los hacendados comarcanos no descansan para lograr sus propósitos de habilitar para el comercio la recién descubierta bahía y, en alrededor de una década, abren, en 1817, un camino para llegar hasta ella, bajo la asesoría del ingeniero norteamericano radicado en la zona Mr. Lajonchere; logran el establecimiento en 1819 de una Casa del Erario en los alrededores del incipiente puerto, con lo que demuestran lo conveniente que sería para el gobierno el cobro de impuestos a los productos cosechados u obtenidos en la región y arrancan a Dionisio Vives, Capitán General de la Isla, la autorización necesaria para establecer un puerto y pueblo en terrenos de la hacienda existente en el sitio de San Juan de las Ciegas y Cárdenas, propiedad por entonces del Teniente de Artillería Bernardo Carrillo de Albornoz y de sus descendientes.
Al mismo tiempo, luchan a brazo partido con el Gobierno de Matanzas que retarda inútilmente y por recelos económicos, la fundación del poblado de San Juan de Dios de Cárdenas, la cual había sido autorizada por Dionisio Vives, Capitán General de la Isla, desde el mes de enero de 1827. Ante la presión ejercida por hacendados de notable influencia ante el gobierno colonial de la Isla, como es el caso de José M. Calvo y O`Farril, quien poseía intereses económicos en la zona, las autoridades matanceras tuvieron que ceder a los reclamos de los vecinos de la comarca, fundándose el poblado, como ya hemos anotado, el 8 de marzo de 1828.
Del proceso que acabamos de reseñar y del acto fundacional tomaron parte, además de las autoridades coloniales mencionados y de los hacendados criollos y españoles avecindados en el territorio, numerosos representantes de familias de origen franco - haitiano y norteamericano, fundamentalmente, las cuales se hallaban asentadas en la región desde finales del siglo XVIII y principios del XIX, en muchos casos, como consecuencia directa de las revoluciones ocurridas en esta época en Haití y Santo Domingo.
Todos ellos, no solo tomaron parte activa en la fundación del poblado sino que también aportaron el germen inicial del cosmopolitismo que distinguirá a Cárdenas durante el transcurso del siglo XIX, y aún del XX, y que se ve enriquecido durante toda la historia de la Ciudad y de su región de influencia por el aporte constante de otros pueblos y naciones a la identidad local; en un interesante y franco proceso etnocultural y de transculturación, que da como resultado la existencia en el territorio de una rica, interesante y distintiva cultura.
Así, y de este modo, catalanes, isleños, asturianos, vascos y madrileños, para solo citar algunas de las regiones de España aquí representadas, se fundieron en un abrazo de pueblos y culturas, no exento de perdidas y asimilaciones violentas o no, con los últimos supervivientes en el territorio de la raza aborigen (recordemos que Guásimas fue un poblado de indios hasta bien entrado el siglo XVIII); con los más variados representantes de continente africano (congos, mandingas, yorubas, ararás, minas, macuá, etc.) y del asiático, traídos como esclavos para trabajar en las numerosas haciendas, cafetales e ingenios de la zona, y con franceses, norteamericanos, alemanes, mexicanos, finlandeses, rusos, suecos, coreanos, japoneses, etc., etc. , etc.; quienes construyeron una cultura local cosmopolita, que asimiló lo mejor de cada uno de ellos, para formar la rica y variada identidad que nos distingue y que ha hecho contribuciones importantes a la formación y desarrollo de la cultura y la identidad nacional cubana.
Sí bien antes el mar fue un obstáculo para los primeros habitantes de la zona ahora será el puente a través del cual nos relacionaremos con el mundo; al enviar desde aquí azúcar, café y otros productos naturales e industriales a regiones tan distantes como Rusia y Hamburgo (en Alemania), para solo citar dos ejemplos; las cuales tuvieron, como otras muchas ciudades y países su consulado en la Ciudad.
Por otra parte, si con anterioridad a 1828 y hasta 1840, aproximadamente, solo se produjo en el territorio café, maderas preciosas, sal, viandas, granos y hortalizas, cueros y carne de res, fundamentalmente, las décadas del 40, 50 y 60 del siglo XIX, serán testigos de una intensa y creciente producción de azúcar de caña, y del rápido surgimiento, aquí y allá, centenares de cañaverales, trapiches, centrales e ingenios azucareros, en donde laboran hasta el agotamiento miles de esclavos de origen africanos y sus descendientes.
Como consecuencia de este proceso, se acumula en la región una riqueza sin precedentes que se invierte con largueza por sus propietarios en el desarrollo social, económico, urbanístico y cultural del poblado; cuyo trazado urbano fue - desde el mismo momento de su fundación - cuidadosamente concebido y trazado por el agrimensor Andrés José del Portillo. Precisamente, a él debemos ese aire apacible y moderno que caracteriza a Cárdenas y que tanto asombró a los viajeros y personalidades que la visitaron durante el transcurso de los siglos XIX y XX, y que aún sigue suscitando la atención de los que aún recorren hoy sus calles y plazas.
Pocos años después de la fundación del poblado, en 1833, se perfila ya la simple alineación de solares a lo largo de la ancha Calzada de Vives - luego calle de Real de Isabel II - que conducía a los muelles, sistema de organización que, como en otras poblaciones de la Isla contemporáneas a Cárdenas - Cienfuegos, por ejemplo - caracterizará durante décadas la conformación de estos núcleos urbanos.
A lo anterior se suma, a lo largo del siglo XIX, la delimitación de pequeñas pero hermosas plazas paralelas al puerto y algunas, incluso, paralelas entre sí, como por ejemplo la plaza del marcado (conocida popularmente como plaza Malacoff) y la plaza de Espriu (actual parque José A. Echeverría). Estas plazas (6 en total) fueron embellecidas durante el transcurso de los siglos XIX y XX con excepcionales obras monumentarias, como es el caso de la estatua erigida en homenaje a Cristóbal Colón que se halla desde 1862 en el parque que lleva su nombre, realizada por el escultor de Cámara de la reina Isabel II y que fue el primer monumento develado pública y solemnemente en América Latina al Almirante de la Mar Océano. Así mismo, descuella por su belleza y sus valores artísticos, el Mausoleo a los Mártires de la Independencia de Cárdenas, erigido entre 1900 y 1912 por cuestación popular en la plaza de Occidente (conocida popularmente como parque del Mausoleo o de los Mártires) y cuyo grupo escultórico fue ejecutado en Roma en mármol de Carrara por José Vilalta de Saavedra, importantísimo escultor cubano que emplazó numerosas obras en Cuba y el extranjero.
En el ámbito cubano, Cárdenas no sólo descuella por su impecable trazado urbano, calificado por los especialistas como regular, apacible y de sumo orden, sino también porque la mayoría de las viviendas construidas en la parte más antigua de la Ciudad durante el transcurso del siglo XIX y las primeras décadas del XX son, generalmente, de una sola planta, muy espaciosa en sentido paralelo a la calle, sin demeritar su lote de fondo; escaseando las casas y edificaciones de dos plantas.
Por otra parte, la misma regularidad que se aprecia en su trazado urbano, permite fácilmente apreciar los cambios de suntuosidad en las fachadas, siempre de bajo rango expresivo; aunque las casas de mejor nivel constructivo se agrupan casi siempre, a lo largo de 2 o 3 calles principales (Real, luego Avenida de Céspedes, Laborde, Jenez, Vives, etc.), coincidiendo con las zonas más antiguas o de mayor valor arquitectónico de la Ciudad.
Estas casas están compuestas, en su fachada, generalmente, por una puerta que da al zaguán (puerta principal) - decorada muchas veces convenientemente con un acodado de nervadura bastante plano rematado en una concha o placa, con esbeltas aldabas y, muy excepcionalmente, con clavos de bronce o hierro - y por una extensión de grandes ventanas hacia un solo lado, que oscilan en número de 2 a 4, protegidas por enormes rejas sencilla o profusamente decoradas.
Distinguen a las casas de mejor nivel constructivo la existencia de un patio lateral, cuyo uso específico y de carácter funcional resulta aún impreciso para quienes han estudiado la casa cardenense (¿jardín, zona de solaz o esparcimiento, pesebre?); ya que también cuentan, la mayoría de ellas, con un patio central e inclusive con un segundo espacio abierto tras la casa, llamado traspatio.
En las viviendas de la clase media - más dispersas que las anteriores, pues se localizan en casi todos los barrios de la Ciudad - el número de ventanas se reduce a 1 o 2, cuando más, y el trabajo de las rejas abandona su virtuosismo y calidad estética, adoptando un carácter estrictamente funcional. En sus fachadas, las metopas, hojas de acanto y grecas, quedan reducidas a meras insinuaciones sobre la plana argamasa de repello del frente, las puertas se hacen sencillas y las aldabas, convencionales. Sin embargo, son también bellas, porque logran distinguirse por un resultado de proporciones entre los vanos de las fachadas, que las hace lucir elegantes y hermosas.
En las viviendas que pertenecieron a las clases y medias cardenenses abundan, al igual que los edificios de uso público - que se distinguen, en muchos casos, por la presencia de portales o soportales (la Casa Consistorial, hoy museo Oscar M. de Rojas, Monumento Nacional, por ejemplo) - las formas más populares de los vitrales cubanos: el medio punto y la luceta rectangular. De ambas, es posible hallar una gran variedad de diseños y formas, destacándose, por la respetable cantidad de variantes que de él se encuentran, el motivo geométrico y el del cesto con flores desgranadas.
En las casas representativas de las clases sociales más bajas - muchas de ellas construidas con fachada de cantería y paredes de madera y otras, edificadas totalmente con este último material - se presenta una solución de fachada muy simple con una puerta principal y una ventana que da a la calle, la cual exhibe invariablemente una discreta reja de barrotes lisos y una luceta rectangular.
Complementan el universo decorativo de la casa cardenense y de los edificios públicos el uso de losas isleñas y mosaicos de color entero o con motivos geométricos, y las fuentes colocadas en los patios interiores y jardines, los cuales disminuyen en calidad y profusión en la misma medida en que son utilizados en casas de una u otra clase social. Resalta también, el uso del mármol y la madera en las escaleras de las casas de 2 plantas y el uso de zócalos, siendo muy raras, las pinturas murales.
Además de las características que ya hemos enunciado, la fisonomía del Centro Histórico de la Ciudad, a pesar de hallarse muy dañado e, incluso, otras áreas urbanas, se distinguen por el mantenimiento de una línea de fachada, con escasez de voladizos, portales, soportales o salientes originales (existen muchos añadidos), por la rectitud de las calles y por la repetición del puntal en edificios de 2 plantas. Por otra parte, hay que decir que el eclecticismo y otros movimientos arquitectónicos se manifestaron discretamente en la Ciudad hasta la década del 40 del siglo XX, introduciendo muy pocos cambios en su fisonomía.
La riqueza que los habitantes de la Ciudad acumularon durante el transcurso del siglo XIX, le permitieron a los cardenenses de entonces edificar teatros y liceos, fundar sociedades económicas, sociales, culturales y de beneficencia de primer orden y dotar a Cárdenas de justa fama de población culta e ilustrada, además, de los sobrenombres y epítetos siguientes:
· Ciudad Bandera: Por haber ondeado en ella el 19 de mayo de 1850, por primera vez en suelo cubano, el pabellón glorioso que sería proclamado en 186, en la Asamblea de Guáimaro, como nuestra Enseña Nacional, la cual fue traída a Cárdenas por el General de origen venezolano Narciso López. Este mismo día, las tropas bajo su mando, que integraban una fallida expedición anexionista, desembarcaron en Cárdenas y luego de lograr la rendición de la guarnición española local, lograron tomar la ciudad por unas horas. La bandera fue izada en el edificio que desde 1861 acogió al hotel y restaurante “La Dominica”, en el que por entonces radicaba la Junta Municipal, por lo que era considerado como Casa de Gobierno. El edificio de “La Dominica” fue declarado Monumento Nacional en el año 2000, al conmemorarse el 150 aniversario de este acontecimiento.
· Holanda de América: Epíteto que le fue dado en el siglo XIX por periodistas, historiadores y viajeros, debido a que los primeros trabajos que tuvieron que realizar los cardenenses, fueron los de desecar - con objeto de robarle al mar sus terrenos - la ciénaga que rodeaba buena parte del sitio escogido para la fundación del poblado y rellenarla para darle solidez al suelo. Desde entonces, y durante más de un siglo, los vecinos de Cárdenas llevaron adelante una lucha tenaz para urbanizar las marismas y pantanos que se extendían desde la calle primera (Obispo Fleix), situada primitivamente dentro del mar, hasta la nueve (Aranguren), ubicada junto al hotel – restaurante “La Dominica”, la Iglesia Parroquial de “La Purísima Concepción” y el sitio de fundación de la Ciudad.
“Para sostener esta lucha contra la naturaleza – apunta Leonardo García Chávez en el Tomo I de su “Historia de la Jurisdicción de Cárdenas” – se necesitaba gran dosis de paciencia, de valor, de abnegación y de constancia. Como los osados holandeses, los vecinos de Cárdenas emprendieron la titánica lucha de ir arrebatando al mar, palmo a palmo, su terreno y sobre él levantar la más floreciente población de Cuba de aquella época”.[3]
Por su parte, el notable historiador cardenense Herminio Portell Vilá apuntó al respecto:
“En los Países Bajos, entre los holandeses flemáticos y aplicados al trabajo, es donde puede encontrarse el individuo de condiciones análogas al cardenense”.[4]
· La Ciudad que logró vencer al mar: Calificativo que le fue dado en 1928 por Herminio Portell Vilá en su “Historia de Cárdenas”, por los mismos motivos por los que fue llamada la “Holanda de América” en el siglo XIX por periodistas, historiadores y viajeros.

· Ciudad americana: Calificativo que le fue dado en la década del 60 del siglo XIX por el viajero norteamericano Samuel Hazard en su libro titulado “Cuba a pluma y a lápiz”, publicado por primera vez en Cuba en 1928 en la Colección de Libros Cubanos dirigida por el sabio cubano Don Fernando Ortiz. Este calificativo responde a su excelente trazado urbano, similar al de muchas ciudades modernas norteamericanas, y a estar considerada, en la época en que fue visitada por Hazard:
“... una de las poblaciones más prósperas de la Isla, debido, se me asegura, a un buen número de norteamericanos que aquí se dedican a los negocios y que forman una gran proporción de la comunidad mercantil”.[5]
· Chicago de América: Término de comparación que le fue conferido por periodistas, viajeros e historiadores del siglo XIX, según el recientemente fallecido historiador cardenense Roberto Bueno Castán[6], para equipararla con el rápido progreso y desarrollo industrial y comercial alcanzado en esa época por la ciudad norteamericana de Chicago.
· Barcelona de las Antillas: Término acuñado en 1891 por Pedro José Imbernó en su “Guía Geográfica y Administrativa de la Isla de Cuba” para destacar el gran desarrollo industrial y económico alcanzado por ella en menos de 70 años. Se trata de un término de comparación que pretendía equipararla con el gran desarrollo socioeconómico alcanzado por la capital catalana durante el siglo XIX.
· Ciudad de los coches, los cangrejos y las bicicletas: Por la gran cantidad de crustáceos de este tipo existentes en el litoral cardenense y en los alrededores de la bahía de Cárdenas; y por los numerosos coches tradicionales tirados por caballos y las numerosas bicicletas que circulan desde hace decenas de años por sus calles y son utilizados cotidianamente por sus habitantes para desplazarse de un lado a otro de la ciudad. Estos tres símbolos locales poseen, enclavados en puntos significativos de la Ciudad, igual número de monumentos que los perpetúan.
· Perla del Norte: Sobrenombre muy utilizado durante la Seudorepública (1902 – 1958) para elogiar la limpieza de sus calles, su hermoso e impecable trazado urbanístico, su rica historia y su cultura. Además, este término que alude también a su ubicación geográfica en la costa norte de Cuba, se usó como término de comparación para equipararla con la ciudad cubana de Cienfuegos, a la cual se le llamó en esa misma época y casi por idénticos motivos, la Perla del Sur.
· Ciudad de las Primicias: Término utilizado por varios historiadores locales y periodistas de diversos órganos de prensa para destacar el hecho de que 82 acontecimientos de relevancia nacional e internacional ocurrieron por primera vez en su suelo. Entre ellos se destacan los siguientes:
- 1986. En Cueva Calero, ubicada en las inmediaciones del poblado de Cantel, se hallaron los restos del hombre más antiguo de Cuba y el mayor cementerio aborigen en caverna descubierto en la Isla.
- 1570. Se funda en La Habana con varios hatos y corrales de la zona de Cárdenas por la familia Recio el primer Mayorazgo Cubano y hasta donde se sabe el primero de América Latina.
- 1847. Se funda en las cercanías de Cárdenas el primer Museo de Historia Natural de Cuba por el sabio naturalista alemán Juan Cristóbal Gundlach.
- 1862. Se inaugura en Cárdenas la primera estatua develada pública y solemnemente en América Latina al Almirante Cristóbal Colón.
- 1882. Se funda en la Ciudad el primer colegio Médico – Farmacéutico de la Isla.
- 1883. Comienza a funcionar en Cárdenas la primera Refinería de Azúcar del país.
- 7 de septiembre de 1889. Cárdenas se convierte en la primera Ciudad cubana en disfrutar del alumbrado Público Eléctrico.
- 1894. Se establece en la Ciudad la primera Clínica Ginecológica cubana.
- 11 de mayo de 1898. Cárdenas se convierte en la primera ciudad bombardeada durante la Guerra Cubano – Hispano – Norteamericana. Durante las acciones de este día cae la primera víctima norteamericana de la mencionada contienda y se iza, por primera vez en suelo cubano, la bandera de los Estados Unidos de América.
- 1899. Ocurre en el puerto de Cárdenas la primera Huelga Obrera realizada en Cuba durante la 1ra. Intervención Norteamericana.
- 22 de abril de 1900. Se inaugura en Cárdenas el primer Mausoleo dedicado a los Mártires de la Guerra de Independencia construido en una plaza pública cubana.
- 20 de mayo de 191 8. Se inaugura en Cárdenas, para albergar las colecciones del Museo y Biblioteca Pública de la ciudad, el primer edificio construido para Museo en el país.
- 5 de agosto de 1925. Se produce en la bahía de Cárdenas, protagonizado por Julio A. Mella, el primer contacto entre marinos soviéticos y cubanos y el primer intercambio de banderas entre comunistas de ambas naciones.
- 1938. La cardenense Rosa Pastora Leclere se convierte, durante la Guerra Civil española, en la primera Maestra Internacionalista cubana.
- 1959. Se efectúa en el litoral de Cárdenas el primer tributo masivo del pueblo de Cuba al desaparecido Comandante Camilo Cienfuegos.
- 1 al 8 de marzo de 1975. Se celebra en Cárdenas, por Primera vez en Cuba, una Semana de la Cultura.
- 1977. Se celebra la primera Semana del Deporte del país.
- 17 de mayo de 1981. Se funda en la CPA Roberto Fernández de Cárdenas el primer Museo Campesino del país.
- 14 de julio del 2001. El Comandante en Jefe Fidel Castro, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, inaugura, en el antiguo Cuartel de Bomberos de Cárdenas, el primer Museo a la Batalla de Ideas de Cuba y el Mundo.
- 2002. Se inaugura en el edificio de la antigua Escuela Llaca la primera Clínica de Neurodesarrollo del país.
· Ciudad de Honrosas Primacías: Término acuñado por el Dr. Antonio María Maicas y Domínguez, Historiador de la Ciudad de Cárdenas, en un artículo publicado por él, con igual título, en el número de octubre de 1951 de la revista habanera “Alfa”, dedicado a resaltar los valores históricos, culturales, económicos de la Ciudad Bandera.
· Capital de las Primicias: Sobrenombre dado por el actual Historiador de la Ciudad en su libro “Recorro mi Ciudad” publicado por Ediciones Cárdenas en 1990. Ha sido utilizado él en otros artículos y conferencias, y repetido por historiadores locales y periodistas, para destacar el hecho de que 82 acontecimientos de relevancia nacional e internacional ocurrieron por primera vez en su suelo.
· Trinidad del siglo XIX cubano: Término acuñado en 1988 por la Dr. Alicia García Santana, especialista en Patrimonio Cultural e historia de la arquitectura cubana de la Delegación en Matanzas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA). Su autora lo utilizó como término de equiparación, en una conferencia impartida por ella en la Ciudad, para significar que Cárdenas representa para la historia de la arquitectura colonial cubana del siglo XIX lo que la ciudad de Trinidad para la del XVIII.
Todos los elementos que hemos apuntado, propiciaron que pintores y grabadores, viajeros y compañías de teatro y música, intelectuales y personalidades cubanas y extranjeras convirtieran a la Ciudad en visita obligada de sus recorridos por la Isla. Muchos de ellos, atraídos por su notoriedad, se quedaron temporalmente o para siempre entre nosotros. Así, por ejemplo, Eduardo Laplante, Víctor Patricio Landaluze y Fredrika Bremer pintaron en Cárdenas; Adelina Patti y Matilde Díez junto a los Robreño actuaron en sus teatros y viajeros de fama, como Abiel Abott, Walter Woderman, Samuel Hazard y Ramón de la Sagra le hicieron sitio en sus cartas, crónicas y libros de viaje, en la misma época en que el sabio alemán Juan Cristóbal Gundlach fundaba aquí su Museo de Historia Natural, el primero de su tipo creado en la Isla, y la insigne poetisa cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda escribía aquí varios de sus poemas más conocidos y ponía punto final a su novela El artista barquero o los cuatro cinco de junio.

En el siglo XX, por su parte, nos visitaron, entre otros, el gran hispanista cubano José M. Chacón y Calvo, los doctores Medardo Vitier Guanche y Emilio Roig de Leuchesenring, Julio Antonio Mella, Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Cintio Vitier y Fina García Marruz, el Dr. Eusebio Leal Splenger, varios premios nacionales de literatura y otros importantes artistas, intelectuales y escritores de fama; atraídos todos por el encanto inigualable de nuestra ciudad y su historia, de sus calles y edificaciones, de su gente y de su intensa vida cultural y social, política y económica.
También, Cárdenas puede preciarse de haber dado a la Isla y especialmente a su cultura, instituciones y figuras de renombre nacional e internacional. Entre ellas recordamos siempre, al museo Oscar M. de Rojas, segunda institución de su tipo fundada en Cuba, al grupo Nuestra América, al Museo a la Batalla de Ideas, primero de Cuba y el mundo, a Néstor Ponce de León, escritor y patriota que fue amigo y colaborador de José Martí, al escritor y crítico literario Emilio Bobadilla Lunar, Fray Candil, a Juan Bautista Leclere, pintor y primer director cubano de la Academia de San Alejandro, , al fervoroso tribuno Miguel Figueroa, el hombre que arrancó a las cortes españolas la promesa de abolir la esclavitud, al renombrado caricaturista Conrado Walter Massaguer, al actor de fama de la escena española del siglo XIX Paulino Delgado, al autor de un sinnúmero de obras del teatro bufo Olallo Díaz, al Dr. Domingo Méndez Capote, redactor con Martí del periódico Patria, al importante escultor Agustín Cárdenas, al notable pintor e ilustrador gráfico Orlando Yanez, a Virgilio Piñera Llera, el dramaturgo cubano más relevante de la segunda mitad del siglo XX, a la musicóloga y compositora Gisela Hernández Gonzalo, al los importantes dramaturgos José Ramón Brene y Ulises Rodríguez Febles, al laureado cineasta Tomás Piard, a Juan y Ernesto Padrón Blanco, creadores de los populares personajes infantiles de dibujos animados Elpidio Valdés y Yeyín, al conocido escritor y crítico de arte Rufo Caballero, al erudito e historiador Oscar M. de Rojas, considerado el padre de la museología cubana, y a los afamados pintores Rubén Rodríguez y Moisés Finalé.
Todos ellos, y muchos más que no hemos podido mencionar por razones de espacio, dieron brillo y lucidez, desde su posición y su época, a la cultura local y nacional, que se caracteriza aún hoy, por ese afán de sus mejores hijos de colocar a la Ciudad y al municipio en un lugar cimero en el campo de la creación artística y literaria nacional e internacional.
En la actualidad, a solo 9 km de Varadero, el polo turístico más importante del país, Cárdenas está llamada a seguir siendo, para el turismo internacional que nos visita, en una prueba palpable de la existencia en la Isla de una cultura nacional vigorosa y distintiva y sobre todo, en un fiel reflejo de lo que el destacado intelectual cubano Cintio Vitier llamó lo cubano.


Para lograrlo, la ciudad y el municipio en general, cuentan con un patrimonio cultural tangible e intangible de primer orden, con una cultura popular tradicional que resume los mejores aportes hechos a la identidad nacional por los principales grupos humanos que se asentaron en la Isla, con un valioso grupo de creadores que se destacan en las más diversas manifestaciones del arte y la cultura y con una red de instituciones culturales, cuyos especialistas y técnicos acumulan una vasta experiencia en la labor que realizan.
Lo elementos enumerados anteriormente, unidos a la amabilidad de sus habitantes y el orgullo de estos de pertenecer a una comunidad que participó activamente en el proceso de formación de la nación cubano, convierten a Cárdenas, Ciudad de Honrosas Primacías, en sitio obligado de visita para todo aquel que se interese por la historia de la Isla y por su cultura, porque como bien expresó en más de una oportunidad el Lic. Lázaro Miranda Chirino, quien fuera Historiador de la Ciudad entre 1994 y el 2002, nuestra ciudad es síntesis pero también crisol de lo cubano.
Fuentes Consultadas.
I – Fuentes Bibliográficas.
– Abad, Ángel. “Historia de las Parroquias de Cárdenas y Varadero”. La Habana, Editorial Guerrero, 1954.
– Álvarez Blanco, Ernesto. “Cárdenas: prehistoria de una ciudad”. Avilés, Asturias, España, s.i, 2008.
– García Chávez, Leonardo. “Historia de la Jurisdicción de Cárdenas”. La Habana, Imprenta Cultural S. A, 1930. Tomo I.
– Hazard, Samuel. “Cuba a pluma y a lápiz”. La Habana, Imprenta Cultural S. A, 1928. Tomo II.
– Hellberg, Carlos. “Historia Estadística de Cárdenas. 1893”. Cárdenas, Talleres “El 2 de mayo”, 1957
– Pezuela, Jacobo de la, “Diccionario geográfico, histórico y estadístico de Cuba”. Madrid, Imprenta del Establecimiento de Mellado, 1863. Tomo II.
– Portell Vilá, Herminio. “Historia de Cárdenas”. La Habanas, Talleres Gráficos “Cuba Intelectual”, 1928.
– Rojas, Oscar M de, “Notas biográficas para la historia de Cárdenas”. Cárdenas, (inédito), S/f.
– Rojas, Oscar M de, “Para los anales y necrología de San Juan de Dios de Cárdenas”. Cárdenas, (inédito), S/f. III Tomos
– Rojas, Oscar M de, “Iconografía de Cárdenas”. Cárdenas, (inédito), S/f. Tomo I.

II – Fuentes Periódicas.
– Bueno Castán, Roberto. “145 Aniversario de la fundación de Cárdenas.”. En: Periódico “Girón”. Matanzas, 10 de marzo de 1973. Pág. 4.
– Bueno Castán, Roberto. “Cárdenas: 147 años de Historia”. En: Periódico “Girón”. Matanzas, 7 de marzo de 1975. Pág. 2.
– Portell Vilá, Herminio. “Cárdenas”. En: “Magazine del periódico La Lucha”. Matanzas, s/i, 1923. Pág. 243.
– Portell Vilá, Herminio. “La fundación de Cárdenas. Hoy es el aniversario de la misma”. En: Periódico “El Heraldo de Cárdenas”. Cárdenas, 8 de marzo de 1926. Pág. 1.

III – Fuentes Documentales
– Archivo del Autor.
– Archivo del Museo “Oscar M de Rojas”. Colección documentos.




[1] Álvarez Blanco, Ernesto: Cárdenas: prehistoria de una ciudad, s/i, Avilés, Asturias, España, 2008, pág. 61.
[2] Rojas, Oscar M. de, Notas biográficas para la historia de Cárdenas, (inédito), Cárdenas, s/f, s/fo.
[3] García Chávez, Leonardo. Ob. Cit. Tomo I. Pág. 157.
[4] Portell Vilá, Herminio. “Cárdenas”. En: “Magazine del periódico La Lucha”. Matanzas, s/i, 1923. Pág. 243.
[5] Hazard, Samuel. “Cuba a pluma y a lápiz”. La Habana, Imprenta Cultural S. A, 1928. Tomo II. Pág. 141.
[6] Bueno Castán, Roberto. “Cárdenas: 147 años de Historia”. En: Periódico “Girón”. Matanzas, 7 de marzo de 1975. Pág. 2.


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA