jueves, 19 de mayo de 2011

Mi Bandera no ha sido jamás mercenaria


Por Ventura de Jesús
Tomado del periódico Granma,
24 de mayo del 2006

Hasta hoy se tiene como un hecho verídico. Cuentan que en el apogeo del banquete Emilia Casanova, joven de belleza impar e hija de un rico hacendado de origen canario, levantó su copa y dirigiéndose a todos brindó por la Independencia de Cuba.

El suceso dejó pasmada a la aristocracia española que, aquel día de mayo de 1850, se reunió en el Casino cardenense para celebrar la victoria frente a los invasores que irrumpieron unos días antes por las costas del pueblo guiados por Narciso López.

A las rancias familias cardenenses no se les ablandó el corazón. Por aquella "locura" Emilia fue condenada al destierro junto a toda su acaudalada familia. En Estados Unidos conoció a Cirilo Villaverde, con quien contrajo matrimonio. Según relata el historiador Ernesto Álvarez Blanco, la joven siempre mantuvo su actitud rebelde y jamás olvidó a su Patria.

La historia de esta mujer forma parte de la memoria legendaria de los cardenenses.

LA CELEBRIDAD DE LA DOMINICA

El 19 de mayo de aquel año, una expedición, encabezada por Narciso López, desembarcó y ocupó por algunas horas el poblado de Cárdenas.

Más que por el acontecimiento en sí mismo, de marcado carácter anexionista, se recuerda la fecha porque el conspirador hizo ondear por primera vez en Cuba la Bandera de la estrella solitaria, que a la postre fue escogida por los mambises.

Observa Ernesto Álvarez Blanco, historiador de la ciudad de Cárdenas, que el estandarte se izó en el edificio donde entonces radicaba la Casa de Gobierno.

"El sitio es un lugar apreciado por los cardenenses y despierta la curiosidad de los visitantes". Describe que se trataba de una casa de cantería y tejas, de dos plantas y estilo neoclásico, con diversos usos desde su fundación.

"En diciembre de 1882 los salones de la planta alta de este edificio fueron ocupados por el Club de Cárdenas. Entre 1892 y 1898, esta sociedad se convirtió en un centro conspirativo de primer orden, ya que sirvió frecuentemente de sitio de reunión a los miembros activos de la delegación del Partido Revolucionario Cubano y de su Servicio Secreto, constituidos en Cárdenas durante la Guerra del 95.

"En noviembre de 1893 se hospedó en lo que se llamó La Dominica el General Antonio Maceo, durante la visita que realizó clandestinamente a Cárdenas con objeto de despistar a sus perseguidores.

"En mayo del 2000, en ocasión de conmemorarse el aniversario 150 del izamiento de la Bandera, el edificio fue declarado Monumento Nacional. Aún se conserva el inmueble original, en espera de una reparación capital dado su avanzado estado de deterioro."

Fue quizás la bandera que se izó por primera vez en esta casa, la que inspiró a la joven Emilia Casanova a levantar su copa y brindar por la Independencia de Cuba.

NUESTRA BANDERA, SÍMBOLO NACIONAL

María Teresa Clara Betancourt es la presidenta de la UNHIC de Cárdenas.

Sobre cuáles son los orígenes de nuestra Bandera ella señaló: "La idearon Narciso López y el matancero Miguel Teurbe Tolón. La esposa de este último, Emilia Teurbe Tolón, fue quien la confeccionó. Fue izada por primera vez en la fachada del periódico The Sun en Estados Unidos en 1849, y un año más tarde, como se conoce, aquí en Cárdenas.

"A pesar del carácter anexionista del empeño de Narciso López, los patriarcas de la Independencia de Cuba la hicieron suya, y en 1869, en la Asamblea de Guáimaro, se adoptó el acuerdo de que fuera la Enseña Nacional

"Es expresión genuina de los más de 100 años de lucha del pueblo cubanos por obtener su verdadera y definitiva independencia."

¿Cuál es el mérito mayor de nuestra Bandera?

"Nuestra Enseña ha estado en todos los momentos significativos de la Patria, y ha sido defendida por los cubanos en todas las luchas. Es símbolo de respeto, hermandad y solidaridad entre los pueblos, y como dijo Bonifacio Byrne, no ha sido jamás mercenaria."

sábado, 14 de mayo de 2011

Un libro sobre la Patrona de Cuba


Por: María del Carmen Muzio


En la finalizada Feria del Libro de este año fue presentado el texto Yo soy la virgen de la Caridad de Ernesto Álvarez Blanco. A pesar de la poca divulgación, los ejemplares que se llevaron al recinto del complejo Morro-Cabaña se vendieron en su totalidad. Publicado por RBA Libros, S.A., Barcelona, 2010, consiste en una amplia investigación sobre la Patrona de Cuba. En ella podemos apreciar desde los Autos de 1688, la Novena a la Virgen, Oración, Himno, la Carta de Solicitud de los Veteranos de la Guerra de Independencia a S.S. Benedicto XV, la Autorización de 1936 por el Venerable Capítulo Vaticano para su Coronación Litúrgica hasta la Homilía de S.S. Juan Pablo II en su visita a Cuba en 1998, entre otros materiales de interés recopilados por su autor.
Ernesto Álvarez Blanco (Cárdenas, 1968) posee innumerables premios y reconocimientos por su labor como museólogo en la ciudad de Cárdenas y además posee un amplio espectro en el campo investigativo. También ha obtenido distinciones literarias y ha publicado innumerables folletos, plaquettes y libros. Ofrecemos a los lectores esta breve conversación, en vísperas del 400 Aniversario del Hallazgo de la Virgen de la Caridad, con este estudioso de nuestra Virgen.

Eres museólogo de formación, ¿desde cuándo te interesaste por la investigación histórica? ¿Algún hecho en específico lo motivó?
Desde muy pequeño me interesaron los museos y monumentos a los cuales llegué definitivamente a través del coleccionismo, especialmente de la numismática, afición en la cual me inicié a los 7 años de edad. Desde entonces coleccioné de todo un poco y guardé, como hasta ahora, cientos de recortes de prensa y numerosos libros sobre la historia de Cárdenas y de Cuba, la numismática, la arqueología, el patrimonio y otros temas de interés. Mi acercamiento desde niño al excepcional museo “Oscar M. Rojas” de Cárdenas, segundo de su tipo inaugurado en Cuba, en el que trabajé como museólogo durante muchos años, me convirtió en un enamorado de la historia de Cárdenas, de Cuba y del mundo, especialmente, la de la antigüedad, en un apasionado museólogo y sobre todo, en investigador e historiador consecuente. Realicé mis primeras investigaciones serias entre 1985 y 1988, mientras estudiaba museología en el Centro de Superación Profesional y Artística de Matanzas, entre ellas, destaco por su importancia y aportes, mi Tesis de Grado titulada Cárdenas; prehistoria de la Ciudad, publicada en Avilés, Asturias, en el 2008. Dicha Tesis fue premiada en 1989 en el IV Encuentro Nacional de Investigadores del Patrimonio Cultural y fue declarada en 1991 Logro Científico del Quinquenio 1986 – 1990. Desde entonces, he realizado cerca de un centenar de investigaciones, la mayoría inéditas.

¿Qué te incentivó a realizar tan exhaustivo estudio sobre la Patrona de Cuba?
Como he contado en el proemio del libro me hallaba en Sevilla en el 2009, gracias a la empresa barcelonesa Praedium Desarrollos Urbanos S.L, la Fundación Theo Habana Collections y la Fundación Catalunya – América, haciendo realidad mi sueño de hurgar en la excepcional papelería de Cuba que atesora el Archivo General de Indias, con objeto de escribir un libro sobre el reinado de Felipe III en Cuba (1598 - 1621). Una mañana del mes de febrero, muy lluviosa por cierto, mientras revisaba el legajo 363 de la Audiencia de Santo Domingo, pude leer por vez primera la copia de los Autos de 1688, orde¬nados por el juez oficial y provisor y vicario de Santiago de Cuba, doctor Roque de Castro y Machado, a instancia del monarca y que formó el cura beneficiado de la parroquial de las minas de Santiago del Prado, Juan Ortiz Montejo de la Cámara ante el notario mayor de aquel juzgado, alférez Antonio González Villarroel, enviada al rey Felipe V por las autoridades civiles y eclesiásticas de la más calurosa de las ciudades cubanas, como parte de la respuesta a una Real Cédula fechada el 7 de julio de 1737; la cual constituye, por su significación y contenido, como de seguro ya sabes, un documento de excepcional impor¬tancia para la historia de Cuba. Se lo comuniqué de inmediato a mi representante legal y mecenas, el Dr. Alfonso Cirera Santasusana, y muy pronto convinimos en la necesidad de dar a conocer el contenido del documento, pues este proceso canónico durante decenas de años se creyó perdido para siempre, víctima posiblemente del clima y las polillas o del accidente que hizo se destruyera, en 1906, el primitivo santuario. Por este motivo, ni el sabio cubano Don Fernando Ortiz, autor de un libro sobre este particular, ni otros investigadores que trabajaron el tema antes e incluso después que él, tuvieron acceso a este documento, así que debieron conformarse con saber que había sido utilizado como principal fuente de consulta por el reverendo padre Onofre de Fonseca Arce y Bracamonte, primer capellán que tuvo la ermita de la Caridad del Cobre, para escribir en 1703 un libro sobre el hallazgo de la imagen de la Virgen y su posterior historia, que fue publicado en 1829.
Solicité de inmediato una copia del documento al Archivo, la cual me hicieron enseguida. De regreso a Barcelona, el Dr. Cirera y yo enamoramos al Sr. Ricardo Rodrigo, presidente de RBA Libros, quien acogió la idea con entusiasmo, al igual que su equipo de editores y correctores. De regreso a Cuba, y con la ayuda de mi esposa, la Lic. Madelayne Fernández Vera, transcribí el documento y le coloqué las notas y aclaraciones necesarias para hacerlo más comprensible a los lectores de hoy, mientras tanto realizamos una exhaustiva investigación, especialmente en Santiago de Cuba, que nos llevó también a entrevistarnos con monseñor Carlos M. de Céspedes y la Dra. Olga Portuondo, Historiadora de Santiago de Cuba y autora de un imprescindible libro sobre el tema, para escribir el ensayo introductorio que, junto a los anexos, conforman el libro, el cual fue escrito en solo 3 meses.

Debido a que el próximo año se conmemora el cuatrocientos aniversario del hallazgo de la Caridad, ¿podremos contar con una publicación por alguna editorial cubana de tu libro Yo soy la Virgen de la Caridad?
Mucho nos gustaría que alguna editorial cubana se interesara en publicar el libro. No obstante, tenemos en existencia en el país, cerca de 1000 ejemplares, los cuales aun no hemos podido comercializar en nuestras librerías y que ponemos a disposición de las autoridades eclesiásticas cubanas, por si se interesan en hacerlo, de cara al 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen. También mi representante legal negocia en este momento una posible edición en inglés, la cual estará a cargo también de RBA Libros.

¿Qué proyectos investigativos futuros tienes?
Después de dedicar 2 años a transcribir decenas de cartas de los gobernadores, obispos y funcionarios de la Corona en Cuba al rey Felipe III así como las reales cédulas y cartas reales, dictadas por el citado Monarca, para responder a quienes le escribían desde la Isla, cuyas copias digitales traje en el 2009 del Archivo General de Indias, redacto en este momento el primer volumen de los 3, que tendrá mi próximo libro titulado Felipe III y La Dorada, el cual trata de dar luz a uno de los períodos más oscuros y menos estudiados de la historia de Cuba (1598 - 1621), llamado a veces por algunos historiadores como la Edad Media de Cuba, signado por el contrabando y la piratería, pero donde ocurrieron, sin embargo, importantes acontecimientos y hechos insólitos de la historia nacional, entre ellos, el secuestro del obispo fray Juan de las Cabezas Altamirano, cuyo rescate dio lugar al conocido poema Espejo de Paciencia.
También, tengo en fase de terminación un libro sobre el culto en Cuba a la Virgen de Montserrat, Patrona de Cataluña.

viernes, 6 de mayo de 2011

El Patrimonio cultural de la ciudad de Cárdenas: conservación o arqueología


Por: Arnaldo Batista Alonso.

Pueblo ingrato: he de convertirte en lo que siempre fuiste,
una aldea de pescadores.
Francisco Paradela y Gestal.


Eran los años de la dominación colonial sobre la siempre fiel ysla de Cuba cuando este señor, quizás sin proponérselo, lanzó esta frase que ha de convertirse en una realidad satírica con respecto a la situación actual que presenta el patrimonio cultural atesorado en la ciudad de Cárdenas y su ámbito rural.
Corre el año 1828, marzo, día 8, con la asistencia de la élite, las autoridades facultativas y el pueblo en general se funda la ciudad de Cárdenas y con ella el discurso citadino que a poco toma una magnitud de vanguardia neoclásica que rige no sólo la imagen externa, sino que llega hasta las formas del pensamiento, resultando en todo un legado que se manifiesta en espacios que responden a este desarrollo.
En el territorio cardenense se van asentando ricos propietarios criollos y extranjeros, fundamentalmente franceses, desde finales del XVIII y durante el primer cuarto de siglo del XIX, lo cual determina la instalación, entre 1810 y 1837, de varios ingenios que, si bien eran trapiches, contribuyeron a que Cárdenas despuntara a partir de 1840 como una de las zonas azucareras más importantes de la isla. Con la llegada del siglo XX su estatus abarca mucho más allá del mero hecho mercantilista y experimenta una serie de hitos que van desde la política a la cultura. Tenemos entonces a una ciudad y sus espacios rurales en pleno apogeo económico, experimentando un despegue hacia un desarrollo nunca antes visto donde se atisban las perspectivas y anhelos de una sociedad que fomenta toda una infraestructura destinada no solo a la esfera comercial y sus necesidades inherentes, sino a satisfacer y completar una búsqueda donde sobresalen elementos que a poco se tornan significaciones identitarias para conformar un concepto de cultura donde confluye la nacionalidad cubana en toda su extensión.
Este breve desglose del desenvolvimiento de la jurisdicción de Cárdenas nos ayuda a entender una parte de su historia, en la cual, como veremos más adelante, el término de patrimonio cultural juega un papel indispensable.
La UNESCO, en la 17a Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural celebrada en París en 1972, recoge una serie de bienes que van desde lo material hasta lo inmaterial para así entender y disponer la importancia de la trascendencia de nuestro legado. Considerado un elemento de estudio histórico-científico, el patrimonio ha devenido en los últimos tiempos en testimonio, identidad y comunicación. Siguiendo este punto de vista, el patrimonio cultural ha ido logrando posicionarse como un elemento clave en las estrategias de desarrollo territorial y apoyo al incremento económico y la mejora de la calidad de vida de una comunidad. Este planteamiento es positivo siempre y cuando se considere el patrimonio como un bien de uso social, se vincule a políticas de desarrollo regional sustentable y se estructure a partir de productos patrimoniales viables apoyándose en las normas y leyes dictadas por el gobierno cubano. La interpretación, gestión educativa y turística y la conservación del patrimonio cultural representan un mecanismo fundamental dirigido a promover el progreso de las condiciones de vida de nuestra sociedad y en esa dirección los valores y recursos patrimoniales forman parte de la cultura y de la biodiversidad, sólo así concebimos la imagen del hombre y de su entorno en el futuro que queremos preservar. En el caso que nos ocupa, la ciudad de Cárdenas adolece, salvo contadas excepciones (dígase los museos, someramente) de una política que abarque estos renglones antes mencionados. No es posible, existiendo ya desde hace unos cuantos y largos años la implantación de estrategias encaminadas a estos aspectos proteccionistas en otros centros urbanos y rurales del país, que además exhiben magníficos resultados, que nuestra ciudad ni siquiera tenga una buena imagen en términos de fachada, ¿cómo es permisible el estado paupérrimo del lugar donde se izó por primera vez nuestra enseña nacional, condición que persiste gracias a qué o a quienes ?; esto por poner sólo un ejemplo de un edificio que por demás se encuentra enclavado en un contexto declarado Monumento local donde resaltan la indolencia y la falta de respeto cuando antaño predominó el esplendor. Vamos hacia un futuro donde, en vez de restaurar tendremos que recurrir a la arqueología para intervenir e intentar rescatar lo que perdimos cuando estamos a tiempo de salvar una memoria que está a las puertas de la inexistencia total para después, plantear restauraciones urgentes con materiales que en nada se ajustan a los parámetros requeridos por esta disciplina revirtiendo así su intento en un acelerado deterioro. Resulta impensable restaurar en vez de conservar, pues es una realidad que la cura solo viene después de la llaga. Pero en esta inmovilidad se suceden las más atroces acciones y la solución llega con un oportuno mega proyecto destinado a un parqueo de automóviles, una tienda en divisas o una plaza abierta para organizar extremas ferias agropecuarias acompañadas de una super dosis de música cubana o extranjera.
Mucho más allá de plantear estas atenuantes es preciso que esta situación sea revertida en acciones concretas que, al momento de establecer los objetivos de la gestión de los bienes patrimoniales lleguemos a establecer “un manejo racional de los recursos que integran el patrimonio, en las condiciones actuales del país, significaría otorgarle, además, una función (valor de uso) en la estructura productiva (valor económico) de la sociedad, sin perder la perspectiva de que es un legado ancestral (valor cultural) que demanda la convocatoria pública y las voluntades políticas para su defensa. Aunque ya hemos perdido mucho, todavía podemos salvar mucho más”.
La conservación es una labor marcada por la sistematicidad, la constancia y el análisis continuo del entorno circundante a cada bien patrimonial y por ende, su principal tarea reside en marcar las pautas de la evolución de los hechos que se suceden asegurando así su permanencia a la par que legitima su objetivo para con las generaciones futuras. La protección del patrimonio cultural es compatible con la actividad de interpretación y gestión turística pero no debemos olvidar que se pueden generar problemas de conservación donde lo mejor que nos puede suceder es tener la costumbre adquirida de asumirlos, en tanto que los bienes patrimoniales tienen en sí mismos condicionantes, ellos no están sujetos a ciertas actitudes y posturas modales de la sociedad imperante en cada época pues su explotación y puesta en valor necesita del análisis pormenorizado, con vistas a que la respuesta sea positiva para el conjunto en sí y para el segmento social que lo recepciona mediante su interpretación y gestión. Un concepto tan importante como el desarrollo sostenible o sustentable, que conduce hacia un equilibrio dinámico entre todas las formas de capital o patrimonio que participan en el esfuerzo regional, humano, físico-natural, financiero y cultural, asegura la utilización del patrimonio cultural con una perspectiva futurista, pues el desarrollo sólo es sostenible si se presenta con un equilibrio entre la utilización de sus recursos, en la distribución territorial de sus beneficios económicos, sociales y culturales y en la capacidad de asegurar su existencia en el futuro, como planteamos anteriormente. Es preciso no dilatar más la puesta en función de un Plan que investigue, organice y dirija sus objetivos hacia la salvaguarda de este patrimonio, no debemos convertir lo construido en ruinas de leyendas, ni promover espacios a cielo abierto cuando tenemos un techo por consolidar, no podemos pensar la ciudad como un gran libro de historia antigua en vez de dinamizar su existencia. Si Paradela y Gestal, volviese sobre sus pasos, creo que regresaría a su destino y exclamaría : “Pueblo ingrato, creo que se me fue la mano”.


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA