sábado, 27 de junio de 2015

Elián González: “Los jóvenes no son el futuro, son el presente”

Con el regreso del niño Elián González a la Patria, hace 15 años, se concretaba una victoria del pueblo de Cuba y su Batalla de Ideas.Hoy el joven Elián, estudiante de Ingeniería Industrial en la Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos, conversa con Granma Autor: Lissy Rodríguez | lissy@granma.cu Tomado del periódico Granma.
El avión que nos trajo de vuelta al cardenense Elián González a la Patria tocó tierra un 28 de junio hace 15 años. Y desde ese entonces el pequeño —convertido hoy en un joven universitario— no pudo seguir de largo entre la gente de Cuba, porque para ellos, para nosotros, es el hijo por el que agitamos las banderas y el corazón; por el que lloramos esa soledad en medio del mar donde vio desaparecer a su madre, por quien sentimos ese resquebrajamiento cuando alzó los brazos y pidió regresar a la Patria, donde su padre y su familia sufrían los entuertos de un proceso que mantenía al pequeño alejado de ellos. Elián se convirtió en una parte imprescindible del cálido hogar cubano, y él lo sabe. A 15 años de que descendiera de las escalerillas del avión, de que aquella mirada tierna lograra neutralizar el dolor y transmutarlo en alegría constante, Elián se ha convertido en miembro del Destacamento Aniversario 55 de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Matanzas, y como invitado al abanderamiento del destacamento de la capital, accedió a responder unas preguntas, revelándosenos un joven sencillo y humilde, profundo y maduro. —¿Qué es lo que más disfruta hacer el joven Elián, en qué emplea su tiempo libre? —No hago nada diferente a lo que hacen todos los jóvenes. Simplemente, hay que ser un joven de estos tiempos, saber divertirse, compartir, practicar deportes, pero también estar vinculado a las tareas de la Revolución, no perder la esencia de lo importantes que son los jóvenes para llevar a cabo el desa­rrollo del país. “En mi caso me gusta estudiar, y cuando tengo tiempo libre salgo con mis hermanos, mis amigos. Me gusta mucho la natación, me gusta el béisbol, ¿a qué joven cubano no le gusta el béisbol?”. —¿El fútbol? —No soy un fanático, pero también lo veo, me divierto con él. También como cualquier otro joven veo series, películas. Es cierto que muchos de sus contenidos enaltecen los valores de consumo de una sociedad capitalista, pero lo importante es poder verlos con conciencia crítica, no “dormirse” con ellos. Tal vez en nuestros medios no tengamos los mejores productos, con la mejor realización, pero a nuestros noticieros, en su esencia, en su contenido, sabemos que es adónde tenemos que recurrir para saber lo que está pasando en el mundo. “Me gusta también escuchar música. Y aunque escucho de todo un poco, me gusta resaltar un género que no es muy difundido entre los jóvenes, pero puedo apreciar que cuando lo escuchan, lo disfrutan, y es el repentismo. En estos recorridos que he realizado como parte de los abanderamientos de destacamentos juveniles Aniversario 55 de los CDR, he estado todo el tiempo al lado de los repentistas, y llena de alegría ver cómo la juventud aplaude esas décimas espontáneamente, las ovacionan. Un género que es tan cubano, propio de nuestra cultura y tradiciones, lo tenemos que rescatar. Es increíble ver cómo puede ser capaz de conmover a tantas personas. “Y leo a Fidel, me gusta mucho leer a Fidel. A él le gusta regalarme libros, cada vez que puede me envía uno, y para mí eso es como una tarea y hay que leérselo. También disfruto mucho leyendo los libros de nuestros exagentes, porque eso forma parte también de nuestra historia”. —Estás invitado a participar en el X Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas a celebrarse los días 18 y 19 de julio próximo. ¿Cuál es el desafío más grande que enfrentan los jóvenes cubanos hoy? —Fortalecerse. Decir que la juventud está perdida es un error. Los jóvenes no son el futuro, son el presente. A veces se dice que la juventud no ha hecho nada por la Revolución. Pero los jóvenes cubanos de hoy son los mismos que hace 15 años, cuando eran pioneros, se paraban en una tribuna y espontáneamente acusaban y reclamaban al imperio por el regreso de un niño cubano que ellos no conocían. Entonces, no podemos seguir diciendo que la juventud no ha tomado sus tareas, sí lo ha hecho. Son jóvenes los que fueron a combatir el Ébola en África occidental, dando muestras de la grandeza del cubano. “El Congreso de la Juventud llega en un momento difícil, de replantearse las estrategias, porque Obama ha dicho bien claro que fracasaron con la suya, pero las intenciones van a seguir siendo las mismas. Por tanto nosotros, con nuestros mismos ideales y propósitos, también tenemos que cambiar las nuestras. “Este es el espacio ideal para que se replantee esa estrategia y fortalecer a la organización, para que los jóvenes den sus criterios, sobre cómo crecerse ante las adversidades, y cómo ir dando paso a la sucesión de la generación histórica de la Revolución. Jóvenes de calidad tenemos, no solo los que van al Congreso, sino los que se han abanderado en estos días en los destacamentos Aniversario 55 de los CDR. En cada uno de los CDR se seleccionó a uno y después en cada una de las zonas y municipios de Cuba. “Yo asistiré a esta cita, y será un orgullo compartir de cerca con cada uno de los delegados”. —¿Cómo te gustaría ver el futuro de Cuba en algunos años? —Si Cuba pierde su esencia, pierde todo lo que ha logrado con la Revolución, con Fidel y Raúl al frente, yo estaría muy decepcionado. Sería negar todos los avances, todo lo que se ha hecho, por ejemplo, por que la mujer ocupe los lugares que ocupa hoy. Aspiro a que Cuba se desarrolle, y creo que vamos por buen camino. Creo que es importante seguir aportando más al desarrollo económico del país. “A veces los jóvenes creemos que si dejamos de ser un país socialista, y damos paso al capitalismo, seremos un país desarrollado como los Estados Unidos, Francia, Italia... Pero hay que tener claro que si Cuba dejase de ser socialista, no sería como Estados Unidos, sería una colonia, sería Haití, un país pobre, mucho más pobre de lo que es, y perdería todo lo que ha logrado. Es cierto que podríamos haber logrado mucho más, pero no podemos olvidar nunca las cuestiones de índole histórica: hemos sido un país asediado por el bloqueo”. —¿Proyectos futuros? —Ahora estudio en la Universidad de Matanzas Camilo Cien­fuegos, curso el cuarto año de la carrera de Ingeniería Industrial, lo hago como cadete insertado, con el fin de servir a las Fuerzas Armadas Revolucionarias cuando termine mis estudios. “Yo tengo mucho que agradecer al mundo entero, a mi papá y al Comandante, a mi familia, y cuando digo mi familia, me refiero al pueblo cubano en general. Vivir en Cuba se lo debo a este pueblo, y es por quien siempre voy a trabajar, por quien siempre voy a luchar, a quien le debo todo mi respeto. Quince años después de aquel suceso, me puedo dar cuenta de que el pueblo cubano me tiene todavía como parte de su familia, y a eso me debo, para poder retribuir ese amor”.

jueves, 25 de junio de 2015

Bandera, justicia y ley: un dibujo inédito de José Martí que fue exhibido recientemente en el museo Oscar M. de Rojas de Cárdenas.

Por: Idania González Hidalgo-Gato, profesora de Filosofía del Derecho en la Universidad de La Habana, y Jorge Juan Lozano Ros, asesor de la Oficina del Programa Martiano y miembro del Consejo Científico del Centro de Estudios Martianos.
El Apóstol de la libertad de Cuba encontró tres sinónimos para explicar la trascendencia de “todo gran escritor”: gran pintor, gran escultor y gran músico. Esta hermosa trilogía está encarnada a lo largo de la obra martiana. Por la falta material de tiempo, pero nunca por carencia de natural talento, Martí no se pudo dedicar a la pintura; sin embargo, fue un inspirado dibujante. En la adolescencia tuvo esa especial inclinación cuando ingresó en la clase de dibujo de la Academia San Alejandro en La Habana, aunque su paso fue de apenas un mes al inicio del curso escolar 1867-1868. Sin dudas de manera autodidacta desarrolló esa habilidad. Son relativamente escasos los dibujos martianos. No fueron realizados para exhibirse en público; se encuentran en sus cuadernos de apuntes e incluso, en hojas sueltas. Ninguno parece ser una obra acabada, pueden adolecer de defectos técnicos, pero todos, en un conjunto caracterizado por la capacidad sintética de rasgos, contienen una interpretación pictórica de las ideas de aquel hombre genial: responden a la necesidad de expresar, de recordar o de documentar. Al vuelo podemos escoger algunos ejemplos. En Martí se puede considerar el deseo ferviente de ilustrar sus propios versos. Tal es el caso del poemario Ismaelillo, donde se comprueba que el grabador que trabajó para el libro siguió instrucciones del autor para confeccionar las pequeñas ilustraciones que adornan sus páginas. Una versión del poema A la palabra presenta en sus propias cuartillas originales la unión de versos y dibujos: en lo alto se encuentra el león rugiente que desciende de la montaña al valle, debajo el árabe fiero en su dorada cabalgadura y por último, claramente dibujada, la lira imponente, serena y alzada en la más alta cúspide de la tierra.[1] De otro momento, en una hoja que corresponde a la Conferencia Monetaria Internacional celebrada en Washington en 1891, constatamos la batalla entre la idea imperial y la idea de libertad: a una caricatura del Tío Sam, de hirsuta cabellera y puntiaguda barba, le acompañan los esbozos de un alegórico ex-libris compuesto por un libro abierto provisto de simbólicas alas, entre las que existen sus iniciales (JM) enlazadas, con la frase Por América a manera de corona. Lo extraordinario de la página es el dibujo centrado en su parte inferior, que constituye un excelente autorretrato de contorno triangular, con frente de amplias entradas que recuerda la escultura que Juan José Sicre realizó para la hoy Plaza de la Revolución, imagen universalizada como emblema del Centro de Estudios Martianos. Encontrarse con la manifestación inédita de la creación martiana siempre conduce a la admiración bienhechora. En la papelería del insigne político y poeta se encuentra un boceto de valioso significado. El testimonio de su autenticidad está fijado con el siguiente texto mecanografiado: Este dibujo al lápiz fue encontrado en el baúl que el Maestro José Martí entregó a doña Angela del Castillo y Agramonte de Fernández antes de salir para Cuba en 1895. Y para constancia de ello firmo la presente en La Habana a septiembre 15 de 1939. Emilio D. Cassi esposo de Cocola (firma manuscrita autógrafa). Isabel Carolina Fernández del Castillo, conocida desde su infancia por Cocola, era hija de Miguel Fernández y Ledesma y su esposa Ángela, en cuyo hogar fue acogido por primera vez el revolucionario desterrado al arribar a Nueva York en enero de 1880. El patriota amigo, diecisiete años mayor que Martí, había compartido con este los trabajos forzados en las canteras del Presidio Político y murió en sus brazos en 1891. Su hija, que disfrutó desde su infancia el cariño del Apóstol, falleció en El Calvario, pueblo periférico de la capital, el 18 de agosto de 1939. Su viudo, Emilio D. Cassi, italiano y oficial del Ejército Libertador, cumpliendo la última voluntad de aquella, entregó pocos días después a Gonzalo de Quesada y Miranda la valija que el Apóstol había encomendado a la madre de su esposa. En esta se encontraban manuscritos y valiosos objetos, como los que conservaba el autor de los Versos Sencillos de María García Granados: la almohadilla de olor, la breve nota que acompañaba ese obsequio y la fotografía dedicada por la Niña de Guatemala. En esa misma ocasión el acucioso investigadormartianodebiórecibir el dibujo en cuestión. El sentido estético de José Martí se refleja en el mensaje gráfico que ahora se presenta por primera vez. La imagen consta de tres elementos principales. El primer plano es una balanza en equilibrio cuyos brazos están identificados con los nombres latinos de LEX y JUSTICIAE. Aparece como soporte de esta un libro abierto simbolizando a la sabiduría, que recuerda por sus contornos a los esbozados en 1891. El fondo, que se dibujó a instancia final, corresponde a la bandera cubana; siendo esta la única ocasión en la que el Apóstol perfiló el pabellón de la patria. Fue la bandera de los cubanos un símbolo íntimo por cariño y público por trascendencia en el Maestro. Recuérdese que era la única enseña latinoamericana que no representaba a una república independiente. En el Museo Casa Natal, la Fragua Martiana, el Museo Bacardí y el Museo Provincial de Ciego de Ávila se conservan banderas cubanas que pertenecieron a Martí, desde la pequeña que durante años portase dentro de su billetera “para dignificar el dinero” hasta la que recibiera de manos de Pedro Agustín Pérez en Guantánamo al incorporarse a la guerra. Era frecuente que el Maestro la convirtiera en personal obsequio como lo fue con el mexicano Israel Mercado (hermano de Manuel Mercado) y con sus compatriotas Agustina Gamba, Leandro Rodríguez y Emilio Gordillo. La bandera cubana más valiosa que se conserva de Martí es la escarapela mambisa que perteneciera al Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, y que resplandecía sobre su pecho, hace 120 años, en el combate de Dos Ríos. El dibujo martiano, que se presenta por primera vez al público, es una síntesis artística de la lógica de un movimiento conceptual. “El mundo es equilibrio, y hay que poner en paz a tiempo las dos pesas de la balanza”[2] afirmó el Delegado del Partido Revolucionario Cubano exactamente un año después de la fundación del periódico Patria. El equilibrio, cuya imagen clásica representa la balanza, es el arte de compensar dos fuerzas que se presuponen, en este caso la Ley y la Justicia, a través de un punto de apoyo dado por la sabiduría. La balanza es además un instrumento de medición que indica cuánta justicia está representada en la ley, no solo por el diseño de sus normas sino por su contenido, alcance e interpretación. La armonía entre ley y justicia ha de ser, entonces, íntegra y mesurada, recta en sus intenciones y objetiva en sus juicios, para evitar extremismos, desproporciones y parcialidades. Así, como en la antigüedad existieron falsificadores de balanzas, también han existido a lo largo de la historia del mundo falsificadores de la justicia, que son los grandes causantes de los males humanos y sociales. Este peligro aún nos acecha. “No hay placer como este de saber de dónde viene cada palabra que se usa, y a cuánto alcanza”[3] indicaba el Maestro. La raíz latina de la palabra equilibrio es aequus, que equivale a igual, también utilizada para equidad. Entre ley y justicia ha de existir un balance equitativo de tal magnitud que de la propia norma irradie la esencia de probidad como representación de su grandeza y de la humanidad de aquellos que la hacen y la aplican. “La nación empieza con la justicia”[4] y ello bien se representa con la presencia de la bandera de Guáimaro en el dibujo martiano, símbolo de la consecución de un sueño: la instauración en Cuba de una república con todos y para el bien de todos; donde el ejercicio político tenía necesariamente que estar regulado por la moral: “La primer cualidad del patriotismo es el desistimiento de sí propio; la desaparición de las pasiones o preferencias personales ante la realidad pública, y la necesidad de acomodar a las formas de ella el ideal de la justicia.”[5] El agradecimiento ha de cerrar la brevedad de este artículo. Es el sentimiento que los autores tienen por Elsa Montero Maldonado y Asunción Pelletier (Sucy), leales compañeras de trabajo de Celia Sánchez Manduley. [1]A la palabra (Versión B). MARTÍ, JOSÉ. Obras Completas. Edición Crítica, Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2007, t.16 (Poesía III), p.165. [2]Pobres y ricos. Periódico Patria, Nueva York, 14 de marzo de 1893. MARTÍ, JOSÉ. Obras Completas, 28 tomos, Editorial Nacional de Cuba e Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1963-1973, t.2, p.251. [3]Prólogo a “El Poema del Niágara”, Nueva York, 1882. MARTÍ, JOSÉ. Obras Completas, 28 tomos, Editorial Nacional de Cuba e Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1963-1973, t.7, p.234. [4]Los moros en España. Periódico Patria, Nueva York, 31 de octubre de 1893. MARTÍ, JOSÉ. Obras Completas, 28 tomos, Editorial Nacional de Cuba e Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1963-1973, t.5, p.333. [5]“!Vengo a darte patria!” Puerto Rico y Cuba. Periódico Patria, Nueva York, 14 de marzo de 1893. MARTÍ, JOSÉ. Obras Completas, 28 tomos, Editorial Nacional de Cuba e Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1963-1973, t.2, p.257.

Apasionada por su bandera.

Autora: Aylet Rodríguez. Tomado del blog de Radio Ciudad Bandera.
El libro “Con la lumbre de su estrella. 165 años de la bandera cubana”, publicado por el Instituto de Historia de Cuba, en homenaje al enarbolamiento de la enseña patria, cuenta con la colaboración de tres mujeres en su colectivo de autores. María Teresa Clark, presidenta de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba en Cárdenas (UNHIC), es una de ellas y en entrevista a RCB se refirió a su participación en la elaboración del texto. “La Oficina de Asuntos Históricos del Archivo Provincial en Matanzas, realizó las gestiones e invitó a varios historiadores a tomar parte en el proyecto. Un total de 9 personas integra el colectivo de autores y el tema transita desde el origen de la bandera hasta precisamente poesías dedicadas a la enseña nacional cubana”, dijo la Licenciada. “Contiene momentos de la historia de Cárdenas, de Cuba y de estas figuras históricas que tuvieron el privilegio de escribir para Cuba páginas singulares”, agregó. En su artículo señala, no sólo el día que se enarboló la bandera en esta ciudad el 19 de Mayo de 1850, en lo que hoy es el Hotel La Dominica, sino también otros datos de de interés. “A lo largo de la historia la bandera ha sido agasajada por diferentes personalidades y poetas pero en Cárdenas, ha tenido un momento especial en un homenaje en el año 1950 con un concurso que convocó a los estudiantes de la enseñanza primaria en las escuelas públicas, que resultó ser la siembra de álamos en las avenidas de Cárdenas, resultando escogida la que lleva por nombre Saez. Hoy constituye de alguna manera el primer monumento ecológico, por decirlo de alguna manera, porque a través de los árboles se recrea el hecho histórico a partir de la siembra por parte de cada alumno ganador de una postura, trayendo a su vez un poco de tierra de sus lugares de origen, que se localizaron desde Bahía Onda en Pinar del Río hasta Yara en el oriente cubano”. La presidenta de la UNHIC en Cárdenas hizo un llamado de atención sobre la necesidad de conservación de este espacio público, por ser la primera vez en Cuba que en este orden se le hizo un homenaje a la bandera en el año de su centenario. La Licenciada Clark apuntó que aquí se encuentra el primer monumento que se erige en el litoral cardenense donde debe flamear siempre la enseña patria. El libro cuenta con la colaboración autoral del cardenense Urbano Martínez que la tituló “Versos trascendentes”, donde hace una reseña de la vida y obra de Bonifacio Byrne y el momento crucial en que él compone Mi bandera. Nota de El Cardenense: Es lástima grande que un libro como este que hubiera podido ser muy útil en nuestras escuelas haya salido impreso con erratas imperdonables y más imperdonables aún errores histórico.

Elián González se considera un patriota de Cuba.

A propósito de la constitución del destacamento 55 aniversario de los Comités de Defensa Revolucionario, Elián González visitó una vez más Cienfuegos... Por: Zulariam Pérez Martí. Tomado de www.cubaperiodistas.cu
Una bandera de papel sujeta a un palo de madera era el acompañamiento para salvar a un niño de seis años. No sabía en aquel entonces del destino periodístico, ni poseía una cultura política capaz de desmenuzar qué pasaba exactamente, pero iba a las tribunas abiertas y gritaba el retorno, la vuelta a casa..., y le hablábamos al mundo entero, al infinito mismo. Cuando conocí al cardenense Elián González Brotons cursaba el preuniversitario en el campo y tenía una banderita sobre mi mano. "(...) Al bajar del avión en el aeropuerto José Martí lo primero que le dije a mi papá fue que quería irme a Cuba. Cuba era para mí el barrio, los amigos, la gente querida, Cárdenas..., simplemente quería estar en casa. "Es imposible no hablar de ello en mi vida. A veces paso desapercibido entre la gente, y me gusta esa libertad, mas debo enfrentar el compromiso que entraña el amor de un pueblo. Yo sé que hubo niños, jóvenes, adultos..., quienes lucharon por la causa sin pedírselo, sin conocerme y les estoy agradecido. Por eso debo ser consecuente con ello, y estar siempre al lado del cubano", dijo Elián González en los primeros momentos del diálogo con el CINCO de Septiembre, a 15 años del regreso. Una ligera barba cubre su cara. Los ojos claros dejan entrever cierta timidez que luego se apaga con el calor del intercambio, con el calor de las preguntas. De estatura baja y vestimenta sencilla pudiera ser la caracterización inmediata de aquel joven que hace poco reconoció: "Recuerdo cuando el barco se hundió, cuando caímos al mar. Recuerdo cuando me pusieron en la balsa y mi mamá me cubría... en algún momento levanté la cabeza y ya no la vi de nuevo. No había nadie más. Yo estaba solo en medio del mar... eso es lo último que recuerdo". ¿Cuánto ha influido en ti la decisión de tu padre? "Él me guió a seguir un camino. Comparo entre lo que veo en Cuba y lo que vi en los Estados Unidos y de ese recurso saco la conclusión de que estoy del lado de la justicia, de la verdad. A veces, me preguntaba algo tan básico como: ¿Quién será el bueno? ¿Quién será el malo? Mi papá no pude ser malo cuando rechazó millones de dólares a cambio de estar con su hijo, de quedarse en su Patria, de vivir en este lado. Son cuestiones de moral, de honradez…, y corresponde a su pensamiento revolucionario". En las redes sociales se debatió sobre declaraciones tuyas en las cuales decías que querías visitar a tus familiares en Estados Unidos, incluso no pocas personas lo comentan en la calle. ¿Cuán real es esa proyección de Elián González? "Si en parte se ganó la lucha fue gracias al apoyo del pueblo norteamericano, debemos diferenciarlo de su Gobierno. No es lo mismo. Si en parte estoy hoy aquí es porque ellos se manifestaron, escribieron cartas..., y entonces por una cuestión de principio quisiera darle mi agradecimiento. Cuando el periodista me preguntaba sobre un posible viaje le respondí que sí. Estoy satisfecho de estar aquí y en parte tiene mucho del apoyo recibido desde allá", agregó. La vuelta de Elián a la Isla tras siete meses en Estados Unidos no supuso el fin de las tribunas abiertas, resultó motivación para desarrollar la llamada batalla de ideas en Cuba. "Siempre los jóvenes deberán darle continuidad al proceso revolucionario a través de cualquier camino (…) Hoy tal vez no nos damos cuenta de lo importante que es involucrar a todos en cada una de las esferas (…) Cuando un joven realiza la guardia cederista, por ejemplo, vela por el bienestar de su familia, de la comunidad, del país. Sin embargo, esa concepción no siempre es asumida de ese modo. Un revolucionario es una persona honesta, honrada, llena de mucha moral y resulta vital trabajar en ese sentido". ¿Cuáles son los principales problemas que sufre la juventud? "Muchas veces esgrimen que la juventud está pérdida, pero eso también se decía cuando la generación de Fidel, la que asaltó el Moncada (…) No le veo ningún problema". ¿Qué es Cuba para ti, para ese que llaman los medios internacionales el balserito? "Es mi madre, mi padre, mi Patria... Me siento un patriota. No hay quien me haga abandonar este suelo...", agrega para que no exista la mínima duda del hombre forjado, del camino escogido. El tiempo retorna al pasado. Y vuelves a la imagen de la banderita sujeta al palo de madera que es agitada por una joven vestida con de la beca..., y te acercas para preguntarle: ¿entrevistarías a Elián González? Nadie responde, pues sería demasiado pequeño el mundo como para convertirse en periodista y llenarle de preguntas el espacio a un niño de seis años que está en Estados Unidos ahora mismo. Fuente: periódico 5 de septiembre, Cienfuegos.

martes, 23 de junio de 2015

En el 500 aniversario de Remedios: El oidor Manso de Contreras y su visita a Cuba.

Por: Ernesto Alvarez Blanco. Ilustración: Orlando Ramos (Orlandito).
En el mes de marzo de 1606, llegó a Cuba en la goleta Palomera, procedente de Santo Domingo, de donde partió en el mes de febrero de este mismo año el Oidor Mayor de la Justicia de esa Real Audiencia, Francisco Manso de Contreras, acompañado de su mayordomo, Alonso Patilla. Manso de Contreras, quien temporalmente estaba sin ejercer, había sido comisionado por la referida Real Audiencia de Santo Domingo para que se trasladara a Cuba, con objeto de investigar sobre la presencia sin autorización, en la Isla, de emigrantes llegados de las zonas que la Corona había ordenado despoblar en La Española. Inicialmente, el Oidor se instaló en la villa de San Juan de los Remedios del Cayo , sitio en el que: “... Oyó impasible... las reclamaciones de los nativos. Puso coto a las ambiciones de los colonizadores. Atendió a las víctimas y castigó sin miramientos de alcurnia ni blasones a los vulneradores de la Ley… Organizó expediciones a los cayos inmediatos a la costa y comenzaron nuevas redadas de forzados a galeras a desfilar por los campos antes plagados de bandoleros y contrabandistas y nuevos patíbulos a recibir incesantemente carne de horca sembrando el terror en aquellas aguas que habíase convertido en madrigueras de corsarios, piratas y salteadores de la navegación hacia las rutas de España Hubo un compás de espera… [...] Volvieron a dormir satisfechos los vecindarios de los cayos y sobre sus verdes aguas a navegar seguras las naves pescadoras, las goletas que aprovisionaban las costas floridanas, los galeones que marchaban a España confiados en que no encontrarían piratas en su ruta marinera [...]” . Durante su estancia en Cuba, Manso de Contreras se dedicó a limpiar las costas, cayos e islotes de los piratas y corsarios que los infestaban; y persiguió además, con saña, a los contrabandistas. “Su cercano parentesco con el privado duque de Lerma le brindó poderosos medios para cumplir su misión aun a costa de no dejar descansar al verdugo… En tres años y medio, Santo Domingo y sus islas inmediatas quedaron limpios del espectro amenazador de los corsarios… Convencidos estos de que su adversario no era espíritu que se amedrentase y sintiendo cómo su organización se debilitaba para nutrir los patíbulos del Oidor Mayor y las galeras del Rey, optaron sabiamente por huir a otras costas y tierras donde poder continuar su encanallado tráfico… Pero el Comendador de Calatrava tenía jurisdicción real sobre el nuevo campo y mar elegido por los corsarios bajo el cielo antillano y en impecable tarea los persiguió hasta las playas cubanas… Sus medidas duras, extremadas, sin cuartel ni gracia para los temibles delincuentes, sufrieron los efectos de un ciclón sobre las tierras del Oriente criollo… A medida que Don Francisco Manso de Contreras avanzaba por los caminos de lo que hoy son zonas o términos de Guantánamo, Santiago de Cuba, Bayamo, Manzanillo y Holguín, las cuerdas de forzados a galeras se multiplicaban y raro era el día que en la plaza de algún villorio no se alzaban los siniestros maderos donde la justicia dejaba balanceándose al aire el cuerpo de algún asesino [...]” . Manso de Conteras, después de algunos retrasos y aventuras, llegó a La Habana el 4 de junio de 1606, según informó el Gobernador al Rey. Este agregó que había recibido con su llegada y sobre todo, con la misión que se le había encomendado: “... particular alegría por el mucho deseo que he tenido de que este exceso se remediase y que los vasallos de V. [Vuestra] Mag. [Majestad] anden en su real servicio con la lealtad que deben de las diligencias que ha comenzado a hacer se echa bien de ver la gran prudencia y cordura que tiene y que en materia de averiguación se le esconderán pocas cosas porque como ha asistido en estas partes tanto tiempo tiene muy conoscida la condición de los que viven en ellas lo cual para otros es de harta dificultad y aunque esta Isla es muy aparejada para asconderse los que huyen de la justicia creo que su venida ha de ser de mucho efetto y que con ella cesan esta insolencia [...]” . Aunque no se ha hallado en los archivos el título del Oidor de Manso de Contreras, se sabe que más adelante surgió una cuestión acerca del alcance y duración de su cometido. Tenía entendido la Corona —según se desprende de una Real Cédula fechada el primero de mayo de 1606— que había viajado a Cuba para que hiciera cumplir la decisión de la Real Audiencia de que los emigrantes de la región de Guanaibes, en La Española (que habían sido desalojados de esa zona e instalados en Santiago de Cuba y Bayamo), se marchasen y se establecieran de nuevo en Santo Domingo. Sin embargo, al llegar a La Habana, dijo que venía con el propósito de investigar los rescates en general, y Valdés lo aceptó como persona autorizada para hacerse cargo de esta labor de la mayor importancia. Si el Gobernador conocía las limitaciones del título que traía el Oidor, o si (habiendo sido expedido por ocho meses) dicho nombramiento había expirado el plazo antes de que llegara a La Habana, aparentó ignorarlo. Por esta época, incluso, se llegó a afirmar que Valdés había anunciado que el Título de Manso de Contreras era infinito y eterno. El 15 de junio dio inicios a sus rigurosas pesquisas el Oidor, quien estaba dispuesto a combatir a fondo el contrabando; detuvo por esta causa a unas doscientas personas en La Habana, quienes pronto obtuvieron la libertad mediante el pago de elevadas fianzas. “… Debe tenerse en cuenta que la comisión de este funcionario era perseguir el contrabando en Cuba, en beneficio de quienes lo practicaban, en evidente contubernio con la Real Audiencia de Santo Domingo, en la región meridional de La Española, que no habían vacilado en promover el despoblamiento de otras comarcas de aquella Isla. Una pugna por el monopolio de ese comercio daba lugar a estas persecuciones, siempre llevadas a cabo en jurisdicciones extrañas [...]” . Manso de Contreras escribió a la Real Audiencia de Santo Domingo el 2 de julio para pedir que fuera ampliado el plazo de su nombramiento, y el 23 del mismo mes se dirigió a la Corona para que aprobara su actuación. Hizo constar en ambos casos que, como Oidor, tenía autoridad para hacer todo cuanto creyera conveniente al servicio de Su Majestad, sin que importara el lugar donde estuviera. El funcionario informó al Rey que toda Cuba se hallaba contagiada del vicio de rescates y que no había en la Isla hombre ni mujer, ni clérigos ni seglares, que no lo practicaran. Sin embargo, dijo que, aunque su intención era castigar duramente a los culpables, procedía con suavidad. Según él, muchas personas se presentaron espontáneamente a confesar su propio delito y el de otros. Manso de Contreras examinaba detenidamente todo lo que comía y bebía pues, según confesó a Felipe III, estaba en permanente peligro de morir envenenado o de forma violenta. Como consecuencia de su labor, el Oidor logró averiguar que en los rescates estaban implicadas unas 360 personas; pero antes de finalizar 1606, la cifra se elevó a 500, de los cuales más de la mitad eran vecinos de Puerto Príncipe y de Bayamo. Por estos días, Manso de Contreras recibió una carta firmada por fray Pedro de Fromesta, en la que este denunciaba que la población negra había aumentado en Cuba gracias a la labor de quienes obtenían sus esclavos mediante el comercio de rescate y luego justificaban su posesión, alegando que el enemigo los había dejado abandonados en la costa. Esta aseveración necesitaba una buena dosis de ingenuidad o de complacencia para ser creída por las autoridades de la Isla. Considerando que para el éxito de su misión resultaba importante visitar el interior de la Isla, Manso de Contreras activó su labor en La Habana y se dispuso a partir en el propio año 1606 hacia esa región. Valdés accedió a facilitarle una escolta armada, sin la cual —estaba convencido el Oidor— sería peligroso entrar a los lugares en donde los rescatadores campeaban por su respeto. Manso de Contreras había asegurado a Felipe III poco antes que los colonos de Cuba eran “[…] la gente peor y más declarada contra el servicio de V. [Vuestra] M. [Majestad] que ha habido en estas partes [...]” . Además, afirmó al presidente de la Real Audiencia de Santo Domingo que “[…] frailes y clérigos son rescatadores [todos] y tienen particular familiaridad con corsarios y los más desleales y rebeldes vasallos que ha tenido rey ni príncipe en el mundo, y que si estuviera entre ellos V. [Vuestro] S. [Soberano] le venderían por tres varas de ruan y aun sin precio ninguno porque no hay para ellos cosa más aborrecible que la voz del Rey y sus ministros [...]” . El Gobernador de la Isla reconoció siempre la gran prudencia y cordura del Oidor, y aseveró que “[…] como ha asistido en estas partes tanto tiempo tiene muy conocida la condición de los que viven en ellas [...]” . Manso de Contreras partió de La Habana a comienzos del mes de noviembre de 1606, escoltado por una tropa de sesenta hombres asignada por Valdés para oponerse a cualquier sublevación que pudieran provocar las medidas que tomara contra los rescatadores en la tierra adentro. Una vez en ella, el Oidor pudo realizar pocas averiguaciones y menos aún dictar sentencias, a pesar de que salió convencido de que tanto Puerto Príncipe como Bayamo eran los mayores centros de contrabando existentes en Cuba; pues existían estrechas relaciones entre los rescatadores de una y otra Villa. En Santiago de Cuba, Bayamo y Puerto Príncipe, Manso de Contreras encontró que aquellos que mandaba a detener huían poco después en complicidad con los cabildos y alcaldes de estas poblaciones. En Bayamo, según su informe, sus habitantes tomaron el mismo camino que cuando fueron encauzados en 1603 por Suárez de Poago: el monte. Estos sucesos tenían lugar dos años después de que el obispo Cabezas Altamirano hubiera asegurado a Felipe III que se había terminado con el comercio de rescate. Precisamente, las personas a las que el Prelado hacía referencia en su misiva de 1603 (los alcaldes ordinarios Gregorio Ramos y Pedro Patiño) se hallaban ahora acusados de ser los principales comerciantes ilegales de Bayamo. El Teniente Gobernador de la región oriental, capitán Juan de Treviño —al tener noticias de que Contreras se dirigía a su Jurisdicción con el propósito de detener y enjuiciar a los rescatadores que hasta ese momento él había amparado— decidió hacer una parodia de justicia, negando toda autoridad al Oidor de la Real Audiencia de Santo Domingo. A esos efectos, se constituyó en Juez de una causa mediante de la cual inculpó a varios indios ajenos a toda actividad de contrabando, a quienes condenó al destierro y a la horca. Una vez que dictó sentencia, movilizó a la población bayamesa y le aconsejó que se internara en los bosques y resistiera, si fuera preciso, a la tropa de Manso de Contreras. Pocos días después, Treviño se embarcó a Santo Domingo con 150 bayameses, para apelar la causa incoada por Manso de Contreras. El Oidor, por su parte, volcó su ira sobre el Capitán y le inició una sumaria en la que lo acusaba, entre otros cargos, de haberse dejado sobornar por el indio trinitario Juan de Oviedo, hallado culpable de practicar el comercio de rescate, por lo que le había pagado mil reales a cambio de recibir una condena benigna. Mientras tanto, el Alcalde Ordinario de Bayamo y Tesorero de las minas de cobre de Santiago del Prado, el criollo Marcos Varela Arceo, ordenó ahorcar a un peninsular para librarse de todo tipo de responsabilidad personal en las actividades de rescate. Decidido a oponerse por todos los medios a Manso de Contreras, decidió alzarse con los vecinos en las cercanías de la Villa cuando supo que este se acercaba a Bayamo con su tropa. De acuerdo con el testimonio de Manso de Contreras, Varela Arceo se insubordinó con unos doscientos hombres, “… en cuadrillas de 20 y 40, a caballo y con lanzas, los cuales entraban en los pueblos de noche y dieron de lanzadas a uno de los soldados que tenía de guardia [...]” . Finalmente, el Alcalde Ordinario de Bayamo fue detenido cuando se metió subrepticiamente en la Iglesia de esa Villa, de donde lo sacaron y encarcelaron los soldados de la escolta del Oidor. Conscientes del peligro, los principeños y bayameses abandonaron en masa sus villas y se fueron, virtualmente alzados, a los campos. Mientras tanto, los reos que no escapaban de las manos a Manso de Contreras no podían ser embarcados por la oposición de los oficiales reales. No obstante —escribía asustado a Felipe III el Oidor— a pesar de “… tener yo soldados se atreven de diez en diez a caballo y con lanzas los fugitivos a pasear de noche el pueblo [de Bayamo] [...]” . En Puerto Príncipe, Manso de Contreras acusó como principales rescatadores al Escribano de origen canario Silvestre de Balboa (autor del famoso poema Espejo de Paciencia), su hermano Rodrigo de Balboa, a Juan Rodríguez de Cifuente, a Pedro de la Torre, a Cristóbal de la Coba y a Bartolomé Sánchez, autores estos últimos de algunos de los sonetos laudatorios que anteceden a la citada composición literaria. En Bayamo, por su parte, fueron acusados cuatro de los personajes que aparecen en el importante texto: Jácome Milanés, Gregorio Ramos, Gonzalo de los Lagos Mejía y el portugués Miguel de Herrera. A principios de 1607, el desalentado Oidor se hallaba de regreso en La Habana. Había fracasado estrepitosamente, a tal punto que su incursión por el interior de la Isla llegó a tener, finalmente: “… aspecto de una extorsión, pues antes de salir de La Habana, el 6 de octubre, escribía al Rey, sumándose a la petición de Valdés, el Obispo Cabezas Altamirano y el Cabildo habanero, para que se concediese un perdón general . Se habían conciliado todos los intereses y, como suele decirse, aquí no ha pasado nada. El dinero debe de haber corrido en aquella ocasión y hasta deben de haber fletado un barco para conducir las peticiones - donde quizá iban algunos talegos para el Monarca -, pues en el breve término de poco más de dos meses, el 22 de diciembre de 1606, se dictaba una Real Cédula indultando a los rescatadores. Llama la atención la celeridad con que se despachó aquel asunto, en una época que se caracterizaba por la lentitud en resolver cualquier cuestión [...]” . El Oidor manifestó en todo momento a Felipe III que había procedido de manera tan imparcial y con tal habilidad que el Cabildo de la ciudad de La Habana y el Gobernador de la Isla temían que, si se castigaba a los culpables de practicar el contrabando, Cuba quedaría despoblada y arruinada. Manso de Contreras pidió, además, al Monarca, excluir del perdón que se solicitaba a todos los que habían actuado como intermediarios entre los piratas y los hacendados, a los sacerdotes que habían aprobado la práctica del comercio de rescate y a los portugueses. “... No había alternativa. Estaba tres veces demostrado que castigar a los rescatadores de una manera eficaz era empeño superior a las posibilidades del gobierno español. Existía un precedente para ello: ya en agosto 6 de 1603 se había obtenido para los rescatadores de La Española, y se accedió con prontitud para Cuba. Se hizo constar que habiéndose cerrado la puerta por la despoblación de las costas de La Española y Venezuela, era la benignidad el remedio de más eficacia. El perdón se concedió con fecha 22 de diciembre de 1606. Decía, simplemente, que los vecinos habían traficado con el enemigo y que, con objeto de que pudieran regresar a sus hogares y cultivar sus tierras, se les perdonaba por completo las ofensas de esta índole cometidas antes de la concesión del perdón. No había excepciones. El comerciar en adelante en esta forma constituía un crimen castigado con pena de muerte, y con la confiscación de bienes [...]” . Accediendo a lo que Manso de Contreras había solicitado a la Corona, se dispuso también que las personas culpadas por el delito de rescate pagaran el sueldo que este tenía asignado y sus gastos. De este modo: “... La gente de la tierra – como llamaba el gobernador Valdés a los criollos, que ya eran mayoría en la Isla, había ganado su primera batalla a la metrópoli al enfrentarse por primera vez abiertamente los intereses de una y otra. Tras los sucesos de principios de siglo y el perdón de los contrabandistas, celebrado con grandes fiestas en toda la Isla, el rescate fue por mucho tiempo el medio normal de comerciar con el exterior de los vecinos de Cuba. De tiempo en tiempo se perseguía a los contrabandistas, sin que nadie resultase a la postre castigado […]” . El 8 de diciembre, el Oidor Manso de Contreras escribió al Rey para manifestarle que tanto Puerto Príncipe como Bayamo se hallaban muy distantes del centro de Gobierno de la Isla, lo cual facilitaba el comercio de rescate. Esta misiva “… constituyó la semilla de la ulterior división de la Isla en dos gobiernos […]” . Felipe III, por su parte, ajeno aún al contenido de estas y otras misivas similares, dictó el 22 de diciembre una esperada Real Provisión mediante la cual indultaba a los rescatadores encauzados por el Oidor Manso de Conteras. El documento, redactado y fechado en Madrid, disponía el perdón general para aquellos vecinos que hubieran delinquido en materia de rescates con enemigos hasta ese momento y la condena a muerte de quienes cometieran este delito a partir de la publicación del Perdón Real. Mediante esta Real Provisión se mandó, además, a cumplir la orden dada por el Soberano y a pregonar el contenido de esta en las partes y lugares de Cuba que pareciera necesario al Gobernador. El Monarca, por recomendación expresa de sus consejeros y ministros, emitió en Madrid, el propio 22 de diciembre de 1606
, una Real Cédula en la que disponía que el Perdón General concedido no era aplicable a quienes habían llegado a Cuba desde La Española dos años antes de la publicación de la indulgencia que, con igual fin, se había dado para los rescatadores de esa región.

martes, 16 de junio de 2015

El canto de los más.

Por: Yoerky Sánchez Cuéllar. Tomado de: www.juventudrebelde.cu
Tal vez fuese la primera vez que Tony Ávila mostraba su guitarra en un santuario. Allí, en la Basílica Nacional del Sagrado Corazón, en Bruselas, el trovador cardenense repartía su arte a la muchedumbre: en el mundo de los menos/ cabe el mundo de los más/ pero los menos no quieren/ que los más tengan lugar… La pasada semana este recinto resultó espacio de clausura de la Cumbre de los Pueblos, un evento paralelo al segundo encuentro oficial entre los representantes de las naciones que integran la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y los mandatarios de la Unión Europea. La canción de Tony retumbaba en el templo mientras intelectuales, parlamentarios y más de 1 500 activistas sociales de 43 países iban siguiendo la letra: fue del mundo de los más/ que salieron los de menos/ que por dentro llevan menos/ y afuera precisan más… Los que ahora alzaban su voz y escuchaban el eco del canto solidario, durante dos días discutieron realidades que vive el mundo de hoy: ¿Cómo entender la mirada judicial de Europa hacia la región latinoamericana? ¿Por qué los medios se aferran a convertir a los líderes de Nuestra América en «dictadores» mientras ensalzan a los dignatarios europeos como los únicos defensores de la democracia y los derechos humanos? ¿Qué hacer para enfrentar la oleada capitalista neoliberal que reduce a los ciudadanos a estadísticas y a meros consumidores? ¿Es posible un diálogo franco y civilizado con las potencias que un día colonizaron el continente donde nacieron Bolívar y Martí? Cuando el presidente ecuatoriano Rafael Correa entró a la Iglesia hacía uso de la palabra Aleida Guevara, la hija del Che. Y la Basílica se estremeció de emociones, porque un discípulo de las ideas del Guerrillero Heroico llegaba para unir su voz a los pueblos. Con verbo encendido y categórico, Correa dejó bien claro que para lograr un entendimiento deben acabarse los colonialismos y las imposiciones de unos pocos. Luego de reconocer la lucha del pueblo cubano, denunciar el bloqueo yanqui contra la Isla y expresar su solidaridad con Venezuela ante el decreto de Obama, advirtió sobre la amenaza que se cierne sobre su nación por el hecho de ser soberana e independiente. «Ya es hora de consolidar esa Patria Grande, esos sueños de nuestros libertadores, que ahora no es solo un sueño, es una necesidad de supervivencia; el mundo del futuro será un mundo de bloques, no tenemos tiempo que perder», reafirmó el líder de la Revolución Ciudadana. Los presentes aplaudieron cada uno de sus plantemientos como minutos después lo hicieron con las ideas del Primer Vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, cuando transmitió un saludo de Fidel y Raúl y expuso la posición indeclinable de nuestro país con la patria bolivariana y las causas justas del planeta, desde la convicción de que «un mundo mejor no solo es posible, sino que también es imprescindible para la supervivencia de la humanidad». Otro momento singular, que avivó la confianza en un futuro de justicia, fue cuando la representante del partido Syriza, Anastasia Gera, leyó un mensaje del primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, en el que mencionaba al Libertador Simón Bolívar y a Eduardo Galeano. Tsipras expresaba, de modo contundente, que «la unión es el camino de los pueblos de Europa y América Latina y el Caribe para derrotar la dictadura económica que imponen las grandes potencias». Aunque se defendieron todas las ideas progresistas por las que muchos batallan en Europa y América Latina, el común denominador de esta Cumbre de los Pueblos fue el apoyo a la Revolución Bolivariana de Venezuela. Podían verse carteles con la imagen de Chávez y Maduro, rostros pintados con la bandera venezolana, muchachos vestidos de rojo que gritaban Venezuela es esperanza… Por eso, cuando el vicepresidente de ese país Jorge Arreaza intervino como último orador, la ovación fue unánime, de respaldo a un proceso que lideró Hugo Chávez, paradigma de la juventud y los movimientos de izquierda a escala internacional. Fue un apretón de manos y cierre de filas con la hermana República que sufre el acoso de los medios y de la derecha como parte de una estrategia para socavarla. Para este encuentro, trascendental impulso dio la Red en Defensa de la Humanidad al convocar en Bélgica a un grupo de intelectuales y académicos que no solo expresaron su lealtad al proyecto bolivariano, sino también desenmascararon la campaña mediática que se desarrolla contra la nación sudamericana. Cantó el trovador: los menos para escalar/ a la cima se pusieron/ y su trono construyeron/ en el mundo de los más. Sin embargo, en Bruselas la pasada semana ocurrió lo contrario. Fueron los pueblos los que subieron a la cima, ocuparon el trono y se erigieron ante el mundo en la cumbre de los más.

sábado, 13 de junio de 2015

La Mansión Xanadú, en Varadero, una maravilla de la arquitectura cubana.

La Mansión Xanadú, en Varadero, es una maravilla de la arquitectura cubana. Actualmente un hotel. En el pasado la casa en la playa del millonario Mr. Dupont. Situada al lado del Varadero Golf Club. Es uno de los mejores sitios a donde ir para descubrir más y divertirse durante tus vacaciones en Cuba.
Más detalles en el blog de nuestro web máster Ernesto Alvarez Blanco www.cubaholidays.co.uk/blogs/posts/113477/the-xanadu-mansion-a-dream-palace-in-varadero


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA