sábado, 15 de septiembre de 2012

En el centenario de Gisela Hernández Gonzalo.

Por: Roberto Antonio González.


El 15 de septiembre de 1912, marcará con el devenir del tiempo, un punto de giro en la cultura y la sociedad cardenense, en una antigua casona de la calle de Jenez número 706 entre Calzada y Velázquez; y a unos pocos pasos del Ayuntamiento de la ciudad – hoy Museo Oscar María de Rojas – nace Gisela Hernández Gonzalo; quien se convertiría junto con José Árdevol , Serafín Pro y otros músicos cubanos en uno de los pilares del Grupo de Renovación Musical, en la década del 40 del pasado siglo.


La infancia y juventud de Gisela, fueron felices, ya que sus padres lograron rodearla de las mejores posibilidades para su desarrollo pleno.


Los primeros estudios musicales, estuvieron vinculados a la reconocida Academia local “Santa Cecilia”, bajo la dirección del maestro Ángel Sánchez Fiol; los que luego continuó con la profesora Luz María Maicas, hasta que en 1923 se traslada junto a su familia a La Habana; donde se incorpora al Conservatorio de Música y Declamación, centro del que se gradúa en 1928.En este renombrado conservatorio fue discípula y fiel colaboradora de la profesora María Muñoz de Quevedo.


Con un amplio conocimiento y preparación musical en el a;o 1935 ingresa en la Coral de La Habana, primero como cantora, y luego tras el fallecimiento de su directora ocupa la plaza hasta 1944.


Talento genuino de nuestra música; como creadora musical en el propio año 1944, obtiene el premio nacional de música con “Suite Coral a cuatro voces mixtas con Versos de Federico García Lorca”. Obra que se estrena en el año 1945, y que resultó muy elogiada por personalidades y críticos como Alejo Carpentier.


Su basta obra puede dividirse en tres partes: La composición, La Dirección Coral y la pedagogía; son emblemáticas sus más de cincuenta canciones infantiles, en las que entregó un valioso tesoro a los niños cubanos de todos los tiempos. En la composición y realización de música sacra, son conocidas sus grandes obras sinfónicas y corales, así como sus villancicos, en los que pone de manifiesto toda la variedad y riqueza de géneros de la música tradicional cubana.


Al triunfo de la revolución cubana, Gisela Hernández Gonzalo, al igual que otros creadores, comprendió el momento histórico de la patria y se entregó de lleno a la obra socializadora emprendida en el país. En este periodo es fundamental su aporte en la formación de las educadoras de círculos infantiles, en la asesoría brindada al ICRT y en la investigación y salvaguarda del patrimonio musical legado por compositores cubanos del siglo XIX, y el fomento y desarrollo del actual Museo de la Música.


Inmersa en toda esta actividad creativa, le sorprendió la muerte el 23 de Agosto de 1971, con su hacer y entrega legó a la cultura cubana una obra grande y hermosa, hoy insuficientemente divulgada y reconocida. De ella dijo el músico Harold Gramatges: “se caracterizaba por una basta cultura humanística y musical, iluminada por la alegría de vivir y trabajar.”




"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA