jueves, 22 de agosto de 2013

La Casa de todos. Caracterización e historia de la Casa de Cultura Gonzalo Roig, la cual acoge a los artistas aficionados de la ciudad.

Por: MSC Lorena Martínez y Lourdes Vega. No siempre el sustantivo casa es aquel espacio constructivo donde se nace o vive, a veces casa es ese lugar donde se crean sueños, se participa y ayuda a generar, desde la cultura, un mundo mejor.
Protagonista de una historia Las Casas de Cultura son instituciones oficiales, de perfil socio cultural, encargadas del Movimiento de Artistas Aficionados, con el objetivo de dirigir la participación apreciativa y/o creadora de la comunidad en torno a la cultura. Cárdenas no constituye una excepción sino paradigma de dicho movimiento, que exhibe una labor artística intensa, cotidiana y, sobre todo, anónima, que ha dejado huellas en el acervo cultural nacional. Esta es la misión de la Casa de Cultura “Gonzalo Roig” de Cárdenas, que ha sido, desde los años sesenta del pasado siglo, centro promotor del arte aficionado, de su extensión cultural, brindándole atención constante y priorizada en el territorio, tanto en su área urbana como rural. Sobre y desde los aficionados cardenenses giran todas sus actividades, agrupadas en más de trescientas unidades artísticas, medio centenar de talleres de apreciación, múltiples talleres de creación y un número cercano a los cuatro mil integrantes. La importante institución cultural, actualmente en reparación, está situada en la céntrica calle Real (Céspedes), y ostenta con orgullo el nombre de Gonzalo Roig, como homenaje al insigne músico cubano, nacido en 1890 quien fuera uno de los autores más fecundos de la música vernácula, ligera y la canción tradicional del país entre las décadas del veinte y setenta del pasado siglo (fallece el 13 de junio de 1970). Entre leyenda y realidad La edificación está construida en un terreno o finca del que se encuentran referencias desde la segunda década del siglo XIX, situada en las calles Real (Céspedes) entre Cristina y Minerva, al centro de la ciudad. Tuvo como primera propietaria a Doña Susana Scull de Jouve. Tenía treinta varas de frente por 40 varas de fondo (1200 varas). El último de sus propietarios en dicho siglo fue Carlos Villa (1899), el cual la ofertó a Rafael Batalles (1902). Este construyó allí una casa de cantería, marcada con el número 336, que medía alrededor de, 1 454 metros cuadrados. Dos años después, vendió el inmueble a Don Emilio Vilá, quien a su vez la traspasó a Enrique Parquet, en 1922. En 1929 se la adjudica a Carlos Smith quien posteriormente la vende a la Logia Masónica Perseverancia, quienes serán su definitivo dueño hasta que es intervenida por el Gobierno Revolucionario en 1964. Entre 1930 y 1933 la edificación se reconstruye y adapta a las necesidades de la logia, la cual se mantuvo funcionando en el inmueble permanentemente, si no se tiene en cuenta un breve receso de un año (1952/1953) en que estuvo semi-utilizada. En el año 1969, es entregada al Consejo Nacional de Cultura, quien la convierte primeramente en Sala de Conciertos y luego Casa de Cultura Gonzalo Roig, la institución más importante del desarrollo socio-cultural del territorio. La sala de Conciertos contó con la presencia de destacados artistas nacionales e internacionales y aficionados de alta calidad estética. Sus salones se utilizaban como locales de ensayo, biblioteca y talleres literarios. Bello edificio de dos plantas y construcción neoclásica se identifica, actualmente por su color amarillo y azul, fachada algo transformada por las distintas reparaciones que aún elegante y orgullosa, caracteriza la arquitectura local. En su planta baja tiene recepción, Galería de Arte, dos aulas de música, Salón de Actividades, pasillo lateral, oficina biblioteca, patio exterior, terraza, pequeño almacén, baño y patios interiores. Los cuartos de la casa, cuando se utilizó para vivienda, estaban situados en el actual Salón de reuniones y en áreas no utilizadas mediante una escalera interior de madera hoy desaparecida, el comedor se encontraba situado en la Oficina/biblioteca actual. La planta alta tiene diferentes niveles constructivos y áreas en desuso, si se exceptúa la terraza mirador a la calle Real a la que se accede por una escalera de caracol, que conducía, en la que por momentos fue oficina, actual Aula de Teatro. La puerta de madera preciosa, color carmelita, ancha (doble entrada), dos ventanillos ojivales, en forma de arco de cristal y hierro fundido, con incrustaciones talladas en madera y bronce, estas últimas ya desaparecidas, es parte del patrimonio de la entidad, al igual que el gran espejo dorado sobreviviente y dos pequeñas mesas de tocador o recibidor aún existentes. Desapareció el amplio ventanal del frente a la izquierda en un de las tantos ciclones que la han afectado y actualmente está sustituido. Se mantienen incólumes las ventanas del lado izquierdo, que se abren hacia adentro, y mantienen su enrejado original. Da mucha claridad. Un aireado pasillo lateral y una terraza que da al patio exterior, más bajo en dos pasos que la terraza y el resto de la edificación. Actualmente con piso de concreto, sin jardineras, da paso mediante una pequeña reja y muro a un pequeño jardín, donde existe un busto del Apóstol. A la izquierda del comedor oficina un pasillo llevaba a los baños, despensa, cocina y en lo que hoy son terrenos sin uso, estaban los cuartos de maderas destinados a los criados. Al crearse el Sistema de Casas de Cultura (1978) la instalación contaba con un taller de danza, cuatro oficinas, dos baños, un almacén, la parte alta en fase constructiva, (aún se halla así) y un salón con 120 lunetas, de madera preciosa y propiedad de la antigua logia, en combinación con el neoclásico de la edificación, las que lamentablemente no han resistido el embate del uso y la despreocupación y se encuentran en total estado de depauperación. Su tarea principal es la atención del movimiento cultural comunitario cubano y sus manifestaciones artísticas mediante el Movimiento de Artistas Aficionados, dicho trabajo se inicia en la década del sesenta, en dicha Casa, que destaca en el desarrollo de la creación artística y literaria de los aficionados y de toda la población; la realización de festivales y otras actividades culturales en las que se obtuvieron premios, reconocimientos y menciones. Constituyen una institución de perfil eminentemente sociocultural, dedicado a la participación activa, apreciativa de sus miembros, con una variada programación, que preserva las más genuinas tradiciones locales, entre ellas el rescate del danzón. Durante los sesenta, la Casa de Cultura atendía y orientaba a todos los instructores de arte que se incorporaron, incluyendo a los de otras partes del país, ubicados en Cárdenas, que trabajaban tanto en el área urbana, como granjas, cooperativas, albergues cañeros y agrícolas, prisiones incluyendo a Varadero, Martí y Máximo Gómez que pertenecían al territorio. Por su calidad técnica, estos especialistas fueron parte del Grupo de Asesores Provinciales del movimiento aficionado, participaban como jurados, en asesoramientos y otras actividades en toda la provincia. Su presencia fue muy importante, desde 1960 hasta 1965, en los Festivales del Carbón realizados en la Ciénaga de Zapata. Existían grupos que se especializaban en danzas afrocubanas y campesinas. Fue una época de auge cultural, se abrió un Centro de Artes Plásticas y un Centro de Música, en el que se impartía piano, guitarra y acordeón,; se realizaban publicaciones literarias, puestas en escenas teatrales, danza y todas las manifestaciones artísticas en general. Se trabajó con la cultura popular tradicional, tanto afrocubana, como española o a través del movimiento de tradiciones campesinas crece, como también los círculos de amigos de diferentes modalidades de acuerdo a las aficiones de sus integrantes. Ofertan temas de interés sobre historia local y principales tradiciones en el municipio, mediante charlas, conferencias y talleres a cargo de destacados especialistas de la localidad. Crece el vínculo con instituciones culturales como museos, biblioteca, librería y otras organizaciones no gubernamentales son atendidas también por los especialistas de la institución. Un peso considerable lo tienen las actividades de verano, se les brinda a niños y jóvenes una programación recreativa de calidad y rigor estético. Se ha trabajado con círculos infantiles, escuelas del partido, aulas talleres, granjas de rehabilitación, campamentos agrícolas, campamentos de la escuela al campo y la formación de monitores del sector estudiantil por un período de 45 días. Esta labor en los campamentos artísticos durante la escuela al campo en la década del setenta sirvió para fortalecer su posición comunitaria y crear nuevos monitores de educación artística y estética en la comunidad. La Casa de Cultura de Cárdenas implementa una labor sistemática por la calidad y profesionalismo artístico, el cuidado de las prioridades del Movimiento de Artistas Aficionados así como, diversificar y actualizar talleres, peñas y otros espacios, haciéndolas atractivas. Una mayor visualización social, una divulgación superior y ayudar al avance del talento proponiendo actividades artísticas de mayor calidad es muy necesario. También mantienen relaciones con los promotores culturales, fortalecen la programación/ divulgación, estimulan a los aficionados junto a la labor crítica y creativa en las nuevas expresiones musicales, danzarías, literarias, teatrales y de las artes plásticas. A partir de 1978 luego de la creación del Sistema Nacional de Casas de Cultura y de la Red de Diez Instituciones Básicas municipales este centro irradió con mayor fuerza la cultura al resto de la localidad: coros, grupos de teatro, talleres literarios, bandas rítmicas y la propia Casa jugaron un papel preponderante en el desarrollo artístico aficionado. Los ochenta son de gran esplendor para la cultura municipal y de la Casa de Cultura. Los eventos literarios cobran gran auge. Seminarios, forum, encuentros se desarrollaban de manera constante. Se funda en la ciudad la casa de la trova donde se ofrecían no solo conciertos de importantes trovadores sino talleres literarios, conciertos de poesía, exposiciones plásticas y otras atractivas actividades. Se ha amplia el rango de las edades de los participantes en las actividades comunitarias, lográndose una mayor asistencia a las mismas. Durante el Período Especial mantuvo buena parte de sus instructores y el trabajo con el Movimiento Aficionado, permitiendo a la comunidad opciones culturales a través de la programación de la institución en tan difíciles momentos. Organiza y dirige el Festival de la Cultura Comunitaria en ocho ediciones consecutivas, muestra el quehacer de los proyectos socioculturales con un relevante trabajo en este campo, que ha estimulado los rasgos y valores culturales más positivos, el rescate de las tradiciones, hábitos y costumbres, manteniendo viva la cultura popular. En el año 2000 se desarrolla de manera paulatina la investigación en función de evaluar la política cultural aplicada y expresada en la institución de acuerdo al Programa Nacional existente para este tipo de instituciones, punto de partida para planificar estrategias de trabajo propia del nuevo siglo y su batalla de ideas. Con ello, la Casa de Cultura “Gonzalo Roig” acentúa su papel comunitario integra el equipo provincial de asesores de música, imparte clases de dirección coral a un curso Emergente de Instructores de Música. Profundiza el trabajo con niños y adolescentes a través de la apreciación artística, vinculando la Banda Municipal de Conciertos, la Librería, Museos, Biblioteca y a otras instituciones a la actividad cultural. Redefine sus objetivos de trabajo teniendo en cuenta las necesidades sociales y culturales de la localidad, incrementando el potencial y la creación artística y literaria en la población. La firma de cartas de colaboración con otras instituciones se mantiene, se reúnen los grupos coordinadores de diferentes organismos, organizaciones y asociaciones para chequear y evaluar su quehacer. Los Artistas Aficionados categorizados son el baluarte de la Institución, aparecen en la programación del municipio, ya sea en espectáculos artísticos, políticos-culturales en instituciones, parques, lugares históricos y cine teatro Cárdenas con envergadura municipal, provincial y nacional, además de los eventos y festivales a todos los niveles. La institución ha sido espacio permanente para las peñas del tango, feeling, danzón, rumba, bolero y rocks entre otras manifestaciones culturales. Son atendidas y asesoradas las Unidades Artísticas de sectores como CTC, CDR, ANAP, FEEM, FEU y asociaciones de discapacitados. Atiende a programas especiales en sectores como Consejería SIDA, ANCI, ACLIFIM, ANSOC, organizaciones que luchan contra las drogas, el alcoholismo y la atención al adulto mayor. La programación se ha visto reforzada por lo mejor del talento en galas artísticas, exposiciones de artes plásticas, rondas corales, espectáculos de música y danza, peñas de la trova, tertulias literarias, festivales de rap, y de rock con lo más representativo en estos géneros. La misma tiene la obligación de contribuir al desarrollo de proyectos socioculturales, aficiones y responder a necesidades sociales comunitarias sin concesiones populistas o mercantilistas, teniendo en cuenta: • La confección de un programa sistemático de actividades culturales variada y atractiva que estimule la participación de la población según las diferentes esferas de interés. • La organización de fiestas y actividades para celebrar efemérides y por motivos de interés a la comunidad. • La ejecución de la dirección y control del movimiento de aficionados contribuyendo a su formación técnica y política. • La contribución al arraigo de normas y hábitos en la población tendientes a desarrollar el gusto y disfrute del arte. • La formación de un amplio movimiento de colaboradores que favorezca su desarrollo. • La colaboración con proyectos socioculturales comunitarios e identitarios. Encargada del diseño de las direcciones estratégicas de trabajo sociocultural comunitario ostenta un alto protagonismo asumiendo lo comunitario como escenario de alto valor estratégico. (Alas y raíces, 2009, 20). Capítulo II: Principales valores estéticos. Su lugar dentro del neoclasicismo local. A pesar de la pérdida de vitrales, trabajos en maderas, sillones, funciones, la edificación de techo y paredes de mampostería y canto mantiene su imponente aire neoclásico cardenense, es expresión estética de los valores éticos de quienes construyeron, habitaron y mantuvieron el inmueble hasta su conversión en logia masónica. La actitud estética es en el hombre un aspecto necesario de su estructura y funciones, la manera en que es construida esta casa reflejará, no sólo, la posición acomodada de de sus dueños sino que querían reflejar fuerza, poder y posición, dando paso a un sistema no muy lineal de relaciones del hombre sino determinado históricamente por el sistema social. La Casa como objeto estético responde, por el carácter de la interrelación con los sujetos, a ese grupo de objeto que existen como producto de la actividad consecuente de los hombres, que contiene una determinada información y presupone una correspondencia entre su construcción neoclásica (forma de expresión) y la finalidad (acción). Puede ser “considerarla no sólo como compaginación de valores sino como un sistema definido que se incluye en la estructura social de la sociedad y la determina” (Novikova, 2006, 124) La Casa y su elegancia revelan desde lo arquitectónico la orientación social de la cultura estética, o sea, los valores de clase que su constructor defiende. El gusto estético, esa capacidad de valorar una obra artística, se enriquece desde el trabajo en madera, con el imaginar vitrales y la belleza de los pisos que aún se mantiene. La función estética, en el caso de este inmueble, se convierten un factor de diferenciación social, de convivencia, de representatividad unido a un grado de placer determinado. Lo anterior explica como la función estética interviene activamente en la vida, es parte de su gestión, tradiciones, cultura e historia. Para nadie es un secreto que la CCGR pertenece al movimiento neoclásico que caracteriza la arquitectura local. Este movimiento, a nivel universal, es un estilo arquitectónico que viene del movimiento neoclásico, que comenzó a mediados del siglo XVIII, como reacción contra el barroco, prolongándose durante el siglo XIX con dos tendencias o estilos arquitectónicos: lo historicista y el eclecticismo. Todos sus arquitectos parten de supuestos comunes como la vuelta al pasado y la racionalidad en las construcciones. Es marcadamente historicista, vinculado a la revolución industrial, la consolidación de la burguesía como ciase social, el despotismo ilustrado, la fundación de academias, el enciclopedismo, los intentos de dar mayor cientificidad al arte y reflejó el carácter burgués que alcanzaba el arte al surgir esta clase social al poder. Se desarrolla en el contexto de las más importantes revoluciones burguesas, incluyendo a la que todavía hoy es paradigma de ellas: la Revolución Francesa con sus movimientos enciclopedistas e ilustrador. El estilo napoleónico es parte de sus más altos momentos. En casi todo el mundo pueden encontrarse obras que responden a sus códigos estéticos. A Hispanoamérica llega por la influencia española y portuguesa, fundamentalmente y se fusiona al sincretismo logrado con el arte autóctono de cada lugar. Tiene un desarrollo aún mayor luego de las guerras de independencia del continente. Es una casa típica dentro de la generalidad del neoclásico cardenense y cubano, pues aunque mantenga gran parte de las características de este estilo, las mismas estuvieron en su primer momento permeadas por las especificidades propias de los habitantes y luego por las sucesivas transformaciones que ha sufrido el inmueble. Lo racional característico del burgués neoclásico es quien siempre resiste y emerge El neoclasicismo, a nivel universal, es un estilo arquitectónico que viene del movimiento neoclásico, que comenzó a mediados del siglo XVIII, como reacción contra el barroco, prolongándose durante el siglo XIX junto a los estilos arquitectónicos historicistas y el eclecticismo. Todos sus arquitectos parten de supuestos comunes como la vuelta al pasado y la racionalidad en las construcciones. Es marcadamente historicista, vinculada a la Ilustración, la enciclopedia y reflejo del carácter burgués que alcanzaba el arte al surgir esta clase social al poder. A Hispanoamérica llega por la influencia española y portuguesa, fundamentalmente y se fusiona al sincretismo logrado con el arte autóctono de cada lugar. Tiene un desarrollo aún mayor luego de las guerras de independencia del continente. En Cuba, última colonia liberada del imperio español, en la arquitectura como el arte en general ha tenido un sello muy particular de identidad. Siempre ha sido auténtica y legítima, teniendo en cuenta clima, recursos, temáticas, condiciones socioculturales. El neoclasicismo cubano tiene un misterio y seducción peculiar, sobre todo, en la supervivencia de elementos como columnas, patios, arcadas, barandas, vitrales lucetas y puertas que se adaptan a las características de cada estilo arquitectónico nacional, que mantiene sólidamente la arquitectura neoclásica entre sus parámetros de identidad. Sus manifestaciones principales son: • Abandono del estilo barroco. • Sustitución de la madera por el hierro. • Auge de la herrería. • Los tejados se reemplazan por techos planos de vigas y losas de barro. • Se introduce el mármol en pisos escaleras y estatuas. • Auge de barrios residenciales o de nuevos asentamientos ciudadanos. • Aparecen caserones espléndidos con amplios ventanales, galerías de cristales, patios con fuentes, balcones y aleros. • Auge de la arquitectura civil y desarrollo urbanístico, trazado geométrico de calles y ciudades como Cárdenas y Cienfuegos, principalmente. • Construcción de obras monumentales. En Cuba y más en ciudades de su interior, este neoclásico se mantiene hasta muy entrado el siglo XX. Auténtica y legítima la arquitectura cardenense está hecha para resolver los problemas de una economía que creció rápidamente, juega mucho con el espacio, da idea de grandeza y ostentación. Responde a las características del siglo XIX y el desarrollo de la zona cardenense y el llamado “Siglo de las luces” para la cultura local con una visión diferente a la de la tradicional “sacarocracia” criolla. Cárdenas lo ejemplifica en sus calles junto a un eclecticismo entre francés y español a punto de claudicar en la actualidad. De ahí que al Batalles, construir su casa de vivienda reflejara en ellas las más resplandecientes características de este estilo, muchas de ellas se encuentran aún presentes en el inmueble. Así, la fachada de la actual casa de Cultura cardenense, se mantiene desde la segunda década del siglo anterior. Expresa solidez y fuerza, balaustradas de mampostería, adornadas en hierro, ventanas de rejas lineales con escasos adornos florales y vitrales (ya desaparecidos casi totalmente) para dar mayor claridad a la institución. El techo responde al carácter plano del neoclasicismo, con rejas clásicas para separar la edificación de la calle, las ventanas enrejadas juegan con el nivel del piso y los portales (terraza y pasillo interior). Cuida su decoración tanto en techo como paredes combinando sobriedad con simplificación y sencillez. Refleja el poderío de las construcciones domésticas y casas cubanas, a partir del siglo XVIII, las cuales son de mayor tamaño y esplendor que otras casas de vivienda del Caribe e incluso del continente. Los cubanos pensaban en grande. En cada etapa de la historia de “la Holanda de las Antillas” del siglo XIX el neoclasicismo se hace presente en la aparición de segundas planta (como en la institución de que se trabaja), mayores patios y terrazas, uso de columnatas con amplio pedestal, situada en la calle central de la ciudad es símbolo de su poderío como ciudad y de las posibilidades de su dueño, en ninguna parte de la amplia fachada se refiere a las altas hipotecas que la gravaban y que obligaban a sus dueños a venderla periódicamente. En sus ventanillos de la puerta, puertas interiores y separación de las distintas áreas de la edificación aparecen lucetas rectangulares con cristales de colores traslúcidos (algunos se conservan hasta hoy) combinados con persianería francesa, en la que la madera sigue presente, aunque combinada con el hierro de las rejas. Monumentalidad, orden, respeto, majestuosidad, pulcritud, respeto poder, comodidad son características de la arquitectura colonial cubana, presentes también en su neoclásico aparecen en este inmueble, con ciertas “aplicaciones tropicales”, como las columnas que ofrecen libertad, funcionalidad y sencillez decorativa. La planta baja de la casa cuadrada, geométrica y funcional es neoclásica. Sus dormitorios, recepción, sala, comedor y biblioteca daban al pasillo lateral de gran frescura y aireado aún en pleno agosto, la terraza posee claridad, amplitud y posibilita la socialización sin afectar el resto de la vida familiar. La oficina del dueño daba a la calle Ayllón, a ella se llegaba desde una escalera de caracol (madera carmelita) que ponía al resguardo de extraños la intimidad del hogar, la complementaban garaje y almacén, actualmente patios vacíos y la zona donde se encuentra situada la consejería VIH SIDA. Fuentes autorizadas explican que la torre de la calle Real (también neoclásica) con su escalera (también de madera, caracol y carmelita) le fue añadida a la edificación cuando se convirtió en logia. Uno de sus ejes culminantes son los trabajos en madera y la ancha puerta ya referida y que llama al orden, disfrute y belleza, con su doble entrada y referidos ventanillos ojivales, en forma de arco de cristal y hierro fundido, con incrustaciones talladas en madera y bronce. Bibliografía Alas y raíces (2009) Revista del Consejo Nacional de Casas de Culturas. La Habana. Colectivo de autores (2008) Expediente de la Casa de Cultura Gonzalo Roig de Cárdenas para el Premio Provincial de la Cultura Comunitaria Colectivo de autores: Documentos Oficina del Historiador de la ciudad. Colectivo de autores (2005) Estética: nuevos enfoques Editorial Félix Varela, Ciudad de la Habana, 2005 Página 276. Documentos de la Oficina del Historiador de la ciudad y del Archivo Histórico local. Gropius Walter (1969) Alcance de la arquitectura integral Editorial Ciencia y Técnica la Habana. Pogolotti Graciela (2003) “Cuando la palabra entra en ese mundo otro” La letra del escriba, La Habana. Weiss, A (1980) Arquitectura Colonial cubana Editorial Letras Cubanas, La habana. Wikipedia Enciclopedia libre. Arquitectura neoclásica. Writh Charles, (1987) Cien años de arquitectura Cubana. Editorial Ciencia y Técnica, La Habana.


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

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