viernes, 18 de noviembre de 2011

Mambí venerado


Por: ERNESTO ÁLVAREZ BLANCO y HUGO GARCÍA FERNÁNDEZ

A propósito de commemorarse hoy un aniversario más del natalicio del Generalísimo Máximo Gómez obsequiamos a los lectores de El Cardenense con este artículo, que escribimos en el 2005, pero que mantiene total vigencia.

CÁRDENAS, Matanzas.—Su cama es sencilla, bonita, de hierro como los grilletes que ayudó a extirpar de una vez y para siempre de la Isla. Uno siente al mirarla que El Viejo Gómez aún está acostado recobrando fuerzas tras el reciente combate en la manigua.

Nuestros pasos se detuvieron ante la habitación que fue colocada en una posición similar a la que ocupaba en la casa de 5ta. y D, en el Vedado, y en su interior apreciamos, no solo los muebles que componían el cuarto al fallecer el Generalísimo, sino otras valiosas piezas vinculadas con su figura.

Horcones de la Casa Natal del Generalísimo, en Baní, Santo Domingo; la mascarilla mortuoria, las pantuflas que usó hasta su muerte; su retrato y un cuadro de La Batalla de Palo Seco, pintados al óleo por Feliciano Ibáñez… nos acercan a la vida de un hombre de hazañas imperecederas.

GÓMEZ EN CÁRDENAS

El 17 de febrero de 1899 llega Máximo Gómez a Cárdenas en viaje de tránsito hacia La Habana. En la estación de ferrocarriles de San Martín se congrega espontáneamente el pueblo y la familia de Oscar María de Rojas, quien aloja en su quinta al General mambí.

Al despedirse, el 20 de febrero, Gómez se quita de la levita un botón forrado en seda con los colores de la bandera cubana y escribe sobre él, a tinta, sus iniciales; luego se lo prende en la solapa a Oscar Luis de Rojas Fernández: "…ahí tienes un recuerdo del viejo General Gómez", le dice sonriente.

Esta reliquia fue conservada por Oscar María hasta el 17 de junio de 1905, fecha de la muerte de Máximo Gómez, momento en que decide donarla al museo y a la biblioteca de Cárdenas, y que en la actualidad se exhibe en el Centro de Veteranos General Máximo Gómez.

El mobiliario que conformó la habitación donde falleciera el Generalísimo —primer monumento trasladado en Cuba— se hallaba instalado desde 1909 en el antiguo local del museo y biblioteca, ubicado en la Avenida de Vives, frente al Parque Martí, luego de ser salvado —en 1908— por la labor de Oscar María de Rojas, fundador y primer director de la institución cardenense, y la de, sobre todo, Benito Laguerruela y Vicente Font.

En 1986, en ocasión de conmemorarse el aniversario 150 del natalicio de Gómez, se decidió por acuerdo de la dirección del museo y de la Delegación Municipal de Monumentos, trasladar al patio de la institución la habitación en la que había dejado de existir el viejo mambí en la capital del país el 17 de junio de 1905.

Desde allí fue trasladada al patio del Centro de Veteranos en el primer semestre de 1986, tras el arduo trabajo de Lázaro Miranda Chirino, director del museo Oscar María de Rojas; Laureano Lorente González, presidente de la Delegación Municipal de Monumentos; el arquitecto Augusto Bueno García; la licenciada Gladis Méndez Maruri y otros cardenenses.

El 30 de julio de 1986, con la presencia del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, presidente de la Comisión Organizadora de las actividades conmemorativas por el aniversario 150 del natalicio de Máximo Gómez; Pedro Máximo Vargas Gómez, nieto del Generalísimo; familiares de veteranos de la Independencia y dirigentes del PCC y el Gobierno, quedó reinaugurado el cuarto en su nuevo emplazamiento y el centro adoptó el nombre del insigne Jefe del Ejército Libertador Cubano.

Al área expositiva se sumó una Sala Iconográfica del Generalísimo, compuesta por valiosos retratos y esculturas pertenecientes a los fondos del museo Oscar María de Rojas y al Nacional de Bellas Artes de la capital del país.

En el 2001, luego de la inauguración del Museo a la Batalla de Ideas, la dirección del país, por indicación del Comandante en Jefe Fidel Castro, decidió someter a reparación capital y remontaje el museo Oscar María de Rojas y el Centro de Veteranos, los cuales fueron reabiertos el 5 de diciembre de 2003, con un novedoso y moderno montaje museográfico.

En la actualidad, el Centro de Veteranos General Máximo Gómez exhibe, además de la habitación donde falleció el Generalísimo, la galería de veteranos y patriotas y el bote Unquita, objetos pertenecientes al general Carlos María de Rojas y otros miembros de la Brigada Cárdenas, piezas relacionadas con los mártires cardenenses caídos en la lucha contra la tiranía de Batista y en los primeros años del proceso revolucionario, y una valiosa colección de tarjas vinculadas a significativos acontecimientos históricos locales.

Como curiosidad se muestra en el patio una reja perteneciente a la antigua cárcel local y que fuera clausurada a perpetuidad en el siglo XIX.

NO CAYÓ FÁCIL DEL CIELO

En los primeros días de 1914 los cardenenses estaban muy ocupados. Mediante una sistemática correspondencia con Vicente Font, miembro corresponsal del museo en La Habana, este hombre intenta por todos los medios persuadir a Urbano Gómez Toro, hijo del Generalísimo, para que cumpla su promesa de entregar a la institución cardenense los muebles de la habitación donde falleciera su padre.

El 16 de febrero cuando se reúnen los miembros del Comité protector en el edificio propio del museo y biblioteca, el Doctor José María Verdeja dijo: "…la puerta que da acceso a la habitación en que falleció el General Máximo Gómez y Báez, mostrando los muebles que ya están colocados dentro y que son los mismos y únicos que había en esa pieza cuando ocurrió su muerte, el día 17 de junio de 1905. Estos consistían en la cama de hierro de columnas cortas, de bastidor de alambre, su escaparate, su mesa de noche y silla de noche, de pino pintado de oscuro, con su vasija de loza; el escaparate armario o guardarropa es de madera de pino enchapado de roble, color amarillo; y la mesa de noche, de madera dura estilo francés con los mármoles color cenizo…"

Los muebles fueron embalados en tres cajas y recibidos por ferrocarril el 7 de febrero. Lo anterior se hizo constar en el Acta Notarial levantada al efecto por Domingo Pérez ante el alcalde Municipal. Además, se consignó que tanto la habitación como los muebles eran conservados por el museo y la ciudad de Cárdenas gracias a "las generosas, patrióticas y desinteresadas gestiones de los hijos de este pueblo, Benito Lagueruela y Rubio y Vicente Font y Amador, en cuyo honor y homenaje a la verdad histórica había encargado construir una lápida de mármol en la que constase para siempre lo que se deja escrito".

CENTRO PARA VENERAR AL GENERALÍSIMO

El Centro de Veteranos General Máximo Gómez ocupa el edificio del antiguo Cuartel de Caballería del Ejército Español, reformado en la década del 40 del siglo XX. Una parte de este inmueble fue destinada hasta 1886, a servir de depósito de los cimarrones.

Con posterioridad fue asilo de ancianos, sede de la banda municipal de Música, hasta que el 17 de septiembre de 1932 el ayuntamiento decidió entregar el edificio a la delegación cardenense de la Asociación de Veteranos de la Independencia, la cual fue constituida el 16 de mayo de 1909 en el edificio del antiguo cuartel de bomberos, hoy sede del Museo a la Batalla de Ideas.

El 24 de febrero de 1945 quedó inaugurada en ese lugar la galería de veteranos y patriotas, iniciativa de la Delegación Local de la Asociación de Veteranos de la Independencia, a partir de una idea de Elvira de Rojas, hija del general Carlos María de Rojas, quien fue jefe de la Brigada Cárdenas en la Guerra del 95.

Después del triunfo revolucionario, el edificio continuó como sede de la delegación local de la Asociación de Veteranos de la Independencia hasta la década del 70, en que los últimos veteranos de la independencia decidieron entregarlo, para su conservación y custodia, a la Comisión Regional de Historia del PCC.

Al calor de la instauración en Cárdenas de la experiencia del Poder Popular en 1974, se decidió por acuerdo de este nuevo órgano de gobierno restaurar el edificio y la galería para convertirlo en una filial del museo Oscar María de Rojas. En los primeros meses de 1975 se reinauguró el edificio con un solemne acto, con un área para exposiciones transitorias y otra sala como galería de veteranos y patriotas.

Sin duda, la solemnidad del Centro de Veteranos General Máximo Gómez y en especial la habitación donde falleciera el Generalísimo es un tesoro cultural, de rescate de la memoria histórica.

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Fuente: periódico Juventud Rebelde, 10/06/05


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

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RAMIRO GUERRA