jueves, 8 de diciembre de 2011

José Smith Comas: Capitán de la Vanguardia del Yate Granma.


Nació José Smith Comas en Cárdenas el 11 de enero de 1933, hijo del dentista Raúl Smith López de Mora y de Ana Luisa Comas Bas. Del matrimonio nacieron cuatro retoños: Rosa, Raúl, José y Ana.
Desde pequeño, fue un rebelde; no podía ver una injusticia sin llorar, sufría y la sangre le inyectaba los ojos cuando se sentía impotente para evitarla. Era huidizo y apasionado, mostrando a veces una rara mezcla de alegrías y cólera, ese contraste se fue intensificando en él hasta hacerse como una característica temperamental.
Hizo la preparación para la Segunda Enseñanza e ingresó en el Instituto de Cárdenas en el curso 1974 a 1948. El joven estudiante se distinguió bien pronto porque tenía una inteligencia vivaz y acumuló durante los primeros cuatro años de estudios sucesivos un gran número de sobresalientes.
Se destacó además como buen deportista; jugaba baloncesto y fue un atleta disciplinado y corajudo, formando parte del equipo regular del Centro. Se distinguió también como levantador de pesas, dándole a este deporte en Cárdenas un gran impulso y logrando en aquellos momentos muchos adeptos en la juventud. Jugaba con tal amor al baloncesto que en una ocasión terminó una competencia con una fractura en la rodilla, pues no había jugador para sustituirlo y el continuó jugando sin quejarse, sin sentir en el calor del juego, el terrible dolor que lo atormentó al finalizarlo; diríase que aquel muchacho ponía tal entusiasmo en las empresas que emprendía que echaba a un lado el dolor físico, el sacrificio personal.
Ya en esta época tiene Smith una visión clara de la corrupción imperante en la Administración Pública, espectáculo desolador de un gobierno sin escrúpulos, de una sociedad menospreciada por aquellos que estaban obligados a defenderla. Pepe, idealista y rebelde, empezaba a ver claro cuál era su destino y cual el camino que en definitiva iba tomar, como sacrificio, para hacer bueno su ideal.
En el curso de 1950-1951 fue electo Presidente de la Asociación de Alumnos del Instituto y se convierte entonces en líder indiscutible de la clase estudiantil en Cárdenas. Es el momento en que los estudiantes están en ardua lucha de propaganda y acción para obtenerla construcción de un edificio para el instituto y él se pone al frente de la lucha iniciando una intensa campaña para lograr romper la inercia indiferente de los organismos oficiales, poco acostumbrados a escuchar el clamor popular cuando se expresaba a 200 kilómetros de La Habana.
El dinero se despilfarraba en obras suntuosas e innecesarias o se perdía en sus carteras repletas de billetes de banco, mientras que en las escuelas públicas los niños se sentaban en cajones vacíos y los estudiantes secundarios se albergaban en viejos caserones inadecuados.
Había que pelear en las calles para exigir con algarabía justicia, para que se prestara un poco de atención a lo que debió ser siempre un primordial deber a los gobernantes. Eso fue lo que hicieron los estudiantes del instituto encabezados por Pepe; a su manera, del modo que exigía el momento, se lanzaron a la lucha por lo que era el modo de expresión de un ideal incubado a través de más de quince años de peticiones pacíficas y razonadas; pero la incomprensión fue dura; se tachó al líder estudiantil de revoltoso y Pepe Smith, junto a un grupo más fue expulsado por seis años de todos los Institutos de la República y acusado ante los Tribunales de Justicia que lo condenaron a seis meses de prisión. Una amnistía posterior vino a salvar de las rejas a los jóvenes condenados, regresando entonces oficialmente al Instituto.
Sigue su lucha, ahora no solo contra la administración pública corrompida, sino contra el tirano que desde el 10 de Marzo de 1952, había tomado por la fuerza el poder. Dirige el estudiantado con más firme propósito, les habla y convence de cuál es el lugar que debe ocupar la juventud en esa cruzada de dignidad y decoro.
Ingresa el movimiento 26 de julio que operaba en Cárdenas distinguiéndose por su acción y su arrojo en las actividades a él encomendadas, se enfrenta a la policía y pelea en las calles con un valor que a veces desconcierta a los propios enemigos.
Termina el Bachillerato en ciencias y se matricula en la Universidad de La Habana, en Ciencias Comerciales, poniéndose en contacto con José Antonio Echeverría. Encargan a Pepe de formar núcleos estudiantiles en la provincia de Matanzas y ponerse en contacto con los sindicatos obreros. Fue en este trabajo que conoció a Horacio rodríguez y a Luis Crespo, que más tarde serían compañeros en la expedición del Granma.
Smith no se daba tregua, iba de aquí para allá, de este lado a otro, convenciendo a los indecisos, metiéndoles entusiasmo revolucionario a los que desfallecían, pidiéndoles unidad estudiantil a los muchachos de Segunda Enseñanza y poniéndose el mismo al frente de los grupos de combates que integraban, para enseñarle, con el ejemplo que no ordenaba cosas que él no hiciera.
En Cárdenas se notó su influencia en la actividad que desplegó la muchachada durante los meses 1955 en que Pepe parecía que estaba en todas partes y en verdad lo estaba, por que desplegaba una actividad que apenas podía concebirse.
Chequeado por la policía y moviéndose con dificultad por la Provincia de Matanzas partió para La Habana y tomó parte con Marcelo Fernández y otros estudiantes, en aquel acto de protesta del Estadio del Cerro. En medio de un juego de pelota, un grupo de jóvenes, se lanzó al terreno portando cartelones de protesta contra los crímenes de la tiranía y llamando al pueblo a la lucha digna por su nación. La policía saltó contra la carne joven y los muchachos fueron brutalmente apaleados, masacrados con crueldad y conducidos a la estación de policía en donde fueron torturados para arrancarles confesiones infames.
Pepe fue encausado y el proceso comenzó con saña. Había que salir de cuba para continuar la obra revolucionaria e iba a iniciarse ya la etapa final.
Fidel Castro estaba radicado en México y hacia allá fue Pepe enviado por Faustino Pérez, Haydee Santamaría y Armando Hart, con quienes se había puesto en contacto previamente.
El 23 de Diciembre de 1955 partió Smith hacia México, llevaba el espíritu gozoso y pleno el corazón de ardor cubano.
Ya desde el 27 de Noviembre, en una Velada estudiantil celebrada en el instituto de Cárdenas, en el último acto público llevado a cabo por el centro durante la dictadura Pepe había anunciado en un discurso inflamado de rebeldía, su próximo viaje a México preparador de Fidel Castro. Dijo allí mientras la soldadesca rodeaba el edificio y apuntaba sus ametralladoras, desde el fondo, al grupo de oradores, “Nos vamos de la patria porque en la patria ya la atmósfera asfixia; pero volveremos con fusil al hombro para libertarla del tirano. A la juventud de hoy nos toca el gran deber de levantar de nuevo la Patria arrodillada. Hemos de ser Héroes o Mártires”.
En México Fidel preparaba su ejército rebelde para la guerra de guerrilla. Smith se distinguió bien pronto y el forzudo muchacho llamó la atención y el afecto de Fidel Castro. Su carácter austero, dispuesto siempre al más riguroso sacrificio para hacer buena su convicción de libertad, lo disciplinó en el esfuerzo y Fidel lo designó como Jefe de campo de entrenamiento. Por fin llegó el ansiado momento de partir hacia su tierra, era el miércoles 21 de Noviembre de 1956 y Smith reunió a los combatientes y anunció ecuánime: mañana hay que salir para Tuxpán, debemos estar por la noche para embarcar hacia Cuba.
El 24 de Noviembre cerca de las 11 de la noche el grupo llegó a las orillas del Tuxpán río costanero que desemboca en el golfo de México entre Tampico y Veracruz. Allí estaba Fidel Castro con todos los expedicionarios que venían a Cuba. El encuentro fue de emoción; allí a poca distancia flotaba sobre las aguas un bulto blanco que se balanceaba impaciente sobre las olas. ¡Era el Granma! Esperando a su grupo de valientes para llevarlos a cumplirla palabra empeñada con la Patria: Héroes o Mártires.
Fueron siete días de angustioso viaje, el Granma era muy lento y apenas si soportaba el embate de la mar bravía, los expedicionarios sufrían de hambre y el cansancio; solo los mantenía firmes las ansias de llegar a Cuba.
En la madrugada del 2 de diciembre se avistó por fin el faro de Cabo Cruz; pero el día llegaba y había que desembarcar. En una playita cerca de Niquero Hubo que anclar el Granma y lanzarse al mar para ganar la tierra firme. Detrás quedaba parque, armas alimento y medicinas.
Las patrullas aéreas descubrieron pronto el barco y comenzó a ulular sobre las cabezas el tableteo de las ametralladoras. Hubo que dividirse en grupos para evitar el blanco fácil de los perseguidores y Pepe Smith, que venía en la expedición con el grado de Capitán, partió con un grupo bordeando la costa rocosa cercana al desembarco. La cita y el lugar de la reunión era la sierra Maestra.
El grupo de José Smith Comas se orientó mal; poco conocedor de aquel lugar se acercó demasiado a la costa, hasta los farallones y, después de siete días sin agua, sin comida, con los pies sangrantes y las lenguas hinchadas brotándoles entre los labios resecos, fue sorprendido el 8 de diciembre de 1956 por las fuerzas del sanguinario Laurent. Uno solo del grupo escapó con vida.
Así mataron los asesinos del régimen de Batista a José Smith Comas, el joven valeroso y rebelde que llevó en el alma, como símbolo de hidalguía, el más digno, el más puro, el más noble sentido del deber. Su deber fue la Patria y por entero se dio a ella, si negarle en las horas de angustias todo lo que él podía ofrecer: una vida limpia que le puso a la Patria y en holocausto, allá en la región en donde son más altas sus montañas por lo mismo la atmosfera más pura.


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA