viernes, 24 de enero de 2014

Presentado el libro Las puertas abiertas del cuerpo de Manuel Navea, escritor bayamés radicado en Cárdenas.

Por: Antonio Nores.
El viernes 17 de enero a las 3:00 de la tarde se presentó en el Centro de Información y Documentación del CCRD-Cuba el libro Las puertas abiertas del cuerpo de Manuel Navea, escritor bayamés, radicado en Cárdenas, en su primera presentación en nuestra ciudad. El espacio fue conducido por el escritor y amigo Rafael Vilches quien de manera amena hizo un recorrido por los inicios literarios de Navea, su anterior libro y otras publicaciones. En los 14 cuentos que integran Las puertas abiertas del cuerpo se aprecia la madurez narrativa alcanzada por Navea junto a un buen trabajo de edición. Historias para reflexionar que, al decir de Vilches: … desandan la cotidianidad del cubano. Con ellas Manuel Navea entretiene y nos amordaza como verdaderos testimoniantes… son relatos que exploran los conflictos más humanos y profundos: la muerte de los seres queridos, la ética enfrentada a las carencias, la infidelidad… Posteriormente, el autor leyó tres de sus cuentos Familia es Familia, Vicio de lejanía y Reproducción, en ellos destaca ese espectro amplísimo de temas, los argumentos contundentes, la fluidez narrativa, las atmósferas muy bien logradas, la expectación, la experimentación del lenguaje, el elevado nivel de realidad hacen de Las puertas abiertas del cuerpo una obra madura e impactante. Necesidades Autor: Manuel Navea. Tomado, con permiso expreso de su autor, del libro Las puertas abiertas del cuerpo, que acaba de publicar Ediciones Matanzas. Escribió con gesto rápido: ῎Necesidades, dos puntos…῎ Frente a él un trozo cuadrado de cielo azul, limpísimo, sin nubes; al lado, un mapa de la Isla. ῎Necesito un par de alas…mejor, necesito un avión῎. La madre, tocando a la puerta, te llamó Luisito, que quiere hablar contigo. ῎Necesito un celular ῎. A lo lejos, como un sonido que se disuelve en el aire, escuchó la música de la nueva serie de aventuras. Trazó líneas agitadas, muchas, en el papel. ῎Necesito un televisor῎. La madre, nuevamente, que es la cuarta, que te digo que te bañes. ῎Necesito una pistola῎. La letra era rabiosa, firme. En otro cuarto la hermana puso a circular un ruido con guitarras y gritos de salvajes, seguramente peludos. Garabateo: ῎Necesito una casa῎. La madre, otra vez era Luisito, que te acuerdes de lo del sábado. Sonrió. ῎Necesito más yerba…῎. Y que te bañes. Era la quinta. Pero no quiso escuchar y buscó en una gaveta una foto. Volvió a sonreír y añadió con grandes letras: ῎NO NECESITO CONDONES῎. Su entrepierna recordaba aún la boca sinuosa de la muchacha de la foto. ῎Necesito otro pene῎. Un cosquilleo tibio empezó a subirle por el cuerpo, excitándole. Trató de distraerse y miró a cuadro de cielo azul, limpísimo, sin nubes. Suspiró hondamente. Tomó la hoja de papel, hizo una pelota y la lanzó al cesto en una parábola demasiado corta. ῎Necesito puntería῎, pensó mientras se arrastraba lentamente hacia la silla de ruedas.


"De amar las glorias pasadas se sacan fuerzas para adquirir las glorias

nuevas".

José Martí



“… la HISTORIA NOS AYUDARÁ A DESCUBRIR LOS CAMINOS DE HOY Y DE MAÑANA, A MARCHAR POR ELLOS CON PASO FIRME Y CORAZON SERENO Y A MANTENER EN ALTO LA ESPERANZA (...)”.

RAMIRO GUERRA